Puja, el documental sobre violencia obstétrica, se presenta este viernes 12 de septiembre en La Tribu. Sus realizadoras lo definen como «una herramienta para las mujeres» y promueven que se hable de esta verdad incómoda.
Derecho a la privacidad e intimidad.
Derecho a la integridad personal (física, psíquica y moral).
Derecho a la información y a la toma de decisiones libres sobre la propia salud.
Derecho a no recibir tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Derecho a estar libre de discriminación. .
Éstos son, entre otros, los derechos que son violados a mujeres embarazadas por medio de prácticas rutinarias de preparto, parto y posparto en hospitales públicos y clínicas privadas del país. Configuran el fenómeno conocido como violencia obstétrica. La constante, más allá del grado de violencia, son las mujeres como objetos de intervención y no como sujetas de derecho. En el ordenamiento jurídico argentino está definido por la Ley 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales como “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929”. Esta otra ley es la de Parto Humanizado y establece los derechos de las mujeres en relación al embarazo y los del niño y la niña recién nacidos. Se sancionó en el 2004 y aún no fue reglamentada, lo que para muchas instituciones de la salud es argumento suficiente para no cumplirla.
***
Ana Luz Sanz y Valeria Álvarez son fotógrafas. Ana, además es mamá de dos. Se conocieron en un taller de Sub Cooperativa de fotógrafos, sobre “Fotografía y compromiso”. Para el ensayo final, eligieron con otros dos compañeros la problemática de la violencia obstétrica. Así nació el proyecto y se inició un camino de investigación, entrevistas y registro. Finalizada esa instancia, quedaron con ganas de más y realizaron el documental Puja, que presentan este viernes 12/9 a las 20 hs. en La Tribu:
Ana: – Sentimos que quizás en las fotos era más difícil de comunicar la causa y los procedimientos de rutina a los que se somete a las mujeres. Pensamos en un video muy cortito, pero se nos extendió. Quedó de alrededor de 30 minutos y muestra las prácticas violentas en torno al parto. La idea es ahora hacer un capítulo dos para hablar del parto respetado. Hay un poco más de material sobre esto y muy poco que muestre la parte dura.
Valeria: – Nos pasó que fuimos descubriendo lo amplio que era el tema y lo poco que se habla, la poca información que circula. Hay muchas resistencias.
Ana: – Queríamos que fuera una fuerza de choque. Sin querer asustar a nadie, pero esto está pasando, hay que hacerse cargo. Estamos trabajando sobre la parte dos y queremos hacer una plataforma web, que sería un formato web-documental, adonde subiríamos estos dos videos y también interacciones con otros formatos donde se explique cada rutina, para que también haya intercambio con la gente. Un ida y vuelta. Porque lo que nos interesa es construir un herramienta para las mujeres. Con este tema, muchas se quieren acercar, contar su testimonio, porque no se habla de esto. Que sea un espacio de denuncia.
***
“Primero me drogaron y cada tanto aumentaban la dosis y así quedé frágil y vulnerable a merced de ellxs. Me abrieron las piernas, me ataron, acostada e inmóvil no fui más que un cacho de carne, cada segundo era peor que el anterior (…) Creí que me moría, me rompieron por dentro, Tuvieron que coserme luego la vagina y quedé con la panza llena de moretones, durante días el cuerpo entero me dolía, me costaba caminar, ir al baño, hace meses que la sola idea de tener relaciones me estremece por dentro. Luego, durante horas estuve tirada en la mitad de un pasillo, sola, desnuda, vacía, temblando de frío y miedo, no tenía fuerzas ni para llorar, mi mente en blanco solo trataba de huir, de contarme que era mentira, que no había pasado, que eso no me había pasado a mi. Durante mucho tiempo he querido hablar, denunciar, contar lo que me pasó pero nadie quiere escuchar, parece que de ESTO no se habla y que incluso por alguna extraña razón debería estar contenta, agradecida porque podría haber sido mucho peor, total estamos sanos y bien”.
Este es el testimonio que Violeta Osorio compartió en su facebook. Probablemente un nacimiento no es lo primero que se nos viene a la cabeza. Pero sí: es la historia de su parto. Fue compartida casi 200 veces y tuvo comentarios como: “Yo pasé por esa experiencia hace 12 años, y fui consciente de ese maltrato recién unos 8 años después… es tremendamente triste que esto se viva como algo naturalizado, algo que jamás tendría que pasar”; “y si se arma algún grupo de mujeres que hayamos pasado por algo así, por favor avisen!”; “Es realmente así. A mi me pasó dos veces. Es terrible. Pero lo peor es que lo naturalizamos”. Violeta estará presente en la proyección del viernes y sumará desde su experiencia al debate.
A partir de la organización y la lucha de mujeres, comienza a pensarse la violencia obstétrica como una forma de violencia de género y de violación a los derechos humanos. Apuntan de lleno a la situación de desigualdad de las mujeres respecto de los profesionales de la salud y de la industria biomédica y farmacológica que impide el ejercicio pleno de sus derechos.
Ana: – Las mujeres son sometidas, aniñadas. En los mejores casos, la mujer puede procesarlo y entenderlo. Pero hay mujeres que fueron víctimas de violencia y se sienten de alguna forma salvadas ellas y su hijo o hija, entonces minimizan lo otro. Creemos que el material está apuntado sobre todo a mujeres que pasaron por un parto y no saben bien qué pasó pero algo no les cierra. Y así reflexionar e intercambiar experiencias para poder enfrentarse socialmente, porque hoy en día ¿cuántas madres pueden decir que quieren que las respeten y que estas cosas no las hagan? La mayoría dice que tiene que confiar en el médico.
Vale: – Entre las prácticas más reiteradas vimos maltrato verbal, episiotomías compulsivas – un corte quirúrgico en el perineo, la zona entre la vagina y el ano –, cesáreas innecesarias. Esto es sobre todo muy alevoso en las clínicas privadas, porque es un negocio, es menos tiempo y libera la sala o la camilla. Se lo piensa como el parto “rápido y seguro”.
Ana: – Toman la cesárea como una solución para la salud, como si fuera el medio más efectivo y dentro de todo estéril. El corto desmitifica la situación de esterilidad, porque todos nacemos en un ambiente lleno de bacterias, y eso también entrena nuestro sistema inmunológico. Y si llegás a tener la suerte de tener lo que ellos llaman un parto “natural”, porque es super intervenido, te hacen una maraña de cosas, que prácticamente tener una cirugía o no ya ni importa porque no podés decidir nada, estás atada de piernas, acostada – que es muy difícil parir acostada – con oxitocina que te genera contracciones más fuerte y si no querés epidural te dicen que la vas a pedir a gritos.
Vale: – Otra constante son las intervenciones sobre lxs recién nacidxs, que están completamente naturalizadas.
Ana: – Son súper cruentas. Lo que necesita el bebé es a su mamá, el contacto con ella le va a ayudar a respirar mejor, si cortan el cordón umbilical más tarde va a hacer que el oxígeno ingrese de forma más natural. En cambio, lo primero que hacen bañarlo, pesarlo, medirlo y recién después llevárselo a la madre. Si te lo traen. Porque en un montón de clínicas privadas te dicen “no, mami, vos descansá, te lo traigo más tarde”. En el medio el bebé está solo, en un lugar que no conoce, sin escuchar los latidos de la mamá, le dan leche de vaca que tampoco le viene bien para empezar la lactancia. Un montón de cosas gratuitamente y nadie habla de eso y a la gente no le gusta hablar de eso. Hay una industria atrás. Es la verdad incómoda.
***
Para la realización del documental, ingresaron a distintos hospitales públicos en los que por un acuerdo de palabra pudieron registrar el material. Es ahí donde el proyecto cobró espesor: “Entrar a los hospitales te da otra perspectiva, otro fuego en la sangre”. Sin embargo, una vez que colgaron el trailer en la web, para compartirlo en un principio con sus profesorxs y compañerxs, empezaron a recibir llamadas:
Ana: – Las instituciones no están muy contentas. Estamos esperando a ver qué pasa. En principio habíamos colgado una primera versión del trailer que no tenía ningún tipo de tapa en las caras y ahí les llegó al personal de uno de los hospitales. Es que la circulación del video nos excedió: en tres días tuvo 3 mil o 4 mil visitas, ahora está en casi 90 mil. Ni bien les llegó nos llamaron, nos dijeron que iban a poner abogados, que tuviéramos cuidado. Primero, nos asustamos y bajamos el material. Después, nos asesoramos y nos dijeron que sí, que nos podían hacer algo, que estábamos complicadas. Pero volvimos a subir el material, esta vez con la caras tapadas, aunque eso no soluciona el problema. Es que no hay ninguna manera legal de ingresar a esos lugares tampoco. Intentamos por esa vía y nos dieron la espalda.
Vale: – Vamos a ver qué pasa ahora cuando proyectemos el documental completo. Lo bueno que sucedió en ese momento es que hubo apoyo, mucha gente se sumó. Creemos que en un punto estamos todas juntas para aguantar. Hay muchas mujeres que se están interesando en la temática, en saber cuáles sos sus derechos…
Ana: – El cambio viene de ahí. La OMS ya hace bastante que desrecomienda muchas de las prácticas rutinarias del parto. Y hay una ley, pero tampoco tiene tanto impacto. Obviamente la legitimación del Estado suma. Pero la conciencia colectiva es lo que de verdad puede cambiar la situación. Si no, vamos a seguir sometidas. No hubiera pasado todo lo que pasó con Puja si no hubiera esa necesidad de hablar del tema. En ningún momento pusimos energía en la prensa, sino que la gente se fue acercando, compartiendo, entonces también está construida desde ese lugar, colectivamente. De alguna forma en el proceso de registro y ahora con la circulación, se fue formando una comunidad.
Puja – El documental (trailer) from Max Boniface on Vimeo.
Fotos, cortesía Colectivo Puja.