Bien cruzados los Mustafunk disparan preguntas a sus compañeros y arman una entrevista fuera de cualquier plan. En lo esencial se definen como un colectivo. Todos se tatuaron la fecha de salida de su primer disco. Mucho de todo lo que pasa por la cabeza de un grupo del under.
De a ratos la gente que hace ejercicio por los Bosques de Palermo nos distrae. “¿Se percataron de que ahí está el Planetario?”, pregunta alguien asombrado. Hablamos de las zapatillas de los que corren, del pasto con y sin pinches en el que estamos sentados, de la cena que van a tener dentro de un rato, de la posibilidad de unos fideos con crema o McDonald´s. La charla va y viene todo el tiempo, como ellos, no se queda quieta. Serafín propone hacer él una pregunta a cada uno de los chicos y se arma el juego.
– A Agus Petinatto. Estás en una etapa de tu carrera como músico en la que estás abandonando la vida real para llegar a esta vida loca de vivir de la música y decir: “Yo soy músico 100%, mi vida es esto”, y todo lo demás no es que te chupa un huevo pero escapa un poco de la norma real de lo que es ser una persona, que es re triste. Mi pregunta es esta: ¿Qué sentís? ¿Tenés miedo? ¿No te genera decir “la estoy pifiando”? ¿Voy a invertir un período de crecimiento en algo que por ahí no funciona y después la chupo toda la vida? ¿No te da miedo meterle huevo y no llegar a ningún lado y tener que ser una persona normal toda tu vida?
– Voy a seguir siendo una persona normal sin trabajar tanto. Toda mi vida, todo lo que tenga que hacer va a ser en función de tener más tiempo para la música.
– A Agus Marinelli: Si cae una bomba nuclear y se mueren todos los Mustafunk menos vos, ¿crees que podrías rearmar una cosa como las que nos pasa a nosotros cinco?
– Está muy influenciada tu pregunta, sos peor que Feinmann entrevistando. No, no hay chance, man. Claramente no lo podría volver a armar.
– A Camila: ¿Qué se siente ser una mujer en una banda de hombres? ¿Te hincha los huevos que la gente te pregunte qué se siente ser mujer?
– Sí.
– ¿Por qué?
– Porque sí, nunca me gustó el “justifique su respuesta”. Es una mierda, a mí un montón de veces se me acercaron chabones para decir: “Tocás re bien para ser mujer”, y yo me daba vuelta y me iba o me enojaba. Ahora me chupa un huevo, al principio me ponía mal. Sentía que me estaban tratando mal.
Nacho, que se presenta como manager de la banda pero en la charla evidencia ser mucho más que eso, mucho más que amigo, toma la posta para hacerle la pregunta a Serafín.
– Sera, ¿cómo te cayó la ficha de que querías ser luthier?
– Esto tiene un trasfondo. Yo descubrí que a mí lo que me gusta de la música – más que nada de tocar la guitarra porque a mí me gusta tocar la guitarra, yo no sé si fuera trompetista me divertiría como con la guitarra – es que me gustan las guitarras como herramienta. Entonces yo veía marcas que hacían violas y decía: qué lindo tener esto, pero qué al pedo porque hay tres. ¿Para qué quiero tener sesenta de tres cosas? Entonces vi chabones que las hacían en la casa, flasheaban para decorarlas, para hacerlas a su medida y con una facha tremenda y unos colores lindos y un sonido espectacular con laburo de madera que es increíble y ahí dije: Yo tengo que ser luthier, claramente.
– Vos sos un tipo meticuloso, ¿no?
– Mal, yo soy un obsesivo de mierda. Obsesivo compulsivo. Me hago el boludo socialmente pero porque mi vieja me dijo que está mal ser un obsesivo de mierda, pero nada más.
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Serafín, el obsesivo, es quien verifica el pasto para elegir dónde charlar sin pincharnos con la banda que nació en Paso del Rey cinco años atrás, pero terminó de consolidarse en el año 2011 con la entrada de Martin Pedernera como cantante. “A partir de que entró el Negro afianzamos el sonido”, reconoce el resto del equipo: Agustín “Turko” Marinelli (Voz y Guitarra), Serafín Rodriguez (Guitarra), Agustín Petinatto (Bajo) y Camila Marinelli (Batería).
– En una entrevista le preguntaron al Negro: “¿Qué se siente ser parte de un proyecto artístico?”, y él les dijo: “Mustafunk no es un proyecto artístico, es un proyecto colectivo”. Tiene razón, no es estrictamente artístico, a veces nos juntamos a ensayar y ni tocamos”.
Todo esto es mucho más que una banda. Mucho más que un cantante, dos guitarras, un bajo y una batería sonando juntos. Es una suma de intenciones que empujan todas para un mismo lado, se mezclan y crean una bola de energía con vida propia. Eso es Mustafunk. Muchos de los integrantes venían de otras experiencias musicales, algunos de ellos todavía mantienen otras bandas.
– ¿De dónde surgieron las ganas de armar un proyecto nuevo?
– Algunos venían tocando un montón, pero otros no teníamos nada a que ponerle huevos.
Y la respuesta ejemplifica. Mustafunk es un todo por el todo.
De las juntadas y las zapadas del arranque nació un primer EP, con el Turko comandando la voz, y abrió camino a que este año naciera “Salpica”, su primer disco con la formación ya establecida. Después de una votación, de los treinta temas que tenían quedaron los catorce. Empezaron a trabajar en Babex Records y en medio del proceso los invitaron a Del Cielito para que los grabe Amilcar Gilabert. “Una eminencia del audio argentino”, lo define la banda.
“En Del Cielito, fueron cuatro días que fuimos mientras estábamos grabando el disco en Babex Records. Entonces nos llamaron para grabar allá, aprovechamos que conseguimos un par de cámaras y grabamos unos videos. De los catorce temas del disco, dos son de Del Cielito y doce de Babex Records”.
La edición de las mil copias la lograron por ser ganadores del concurso “La Perla Rock”. En sus cuerpos un tatuaje se comparte: “07-08-13”, la fecha en que salió el disco.
A la hora de componer el proceso es colectivo “Empezamos a hacer los temas entre todos, por ahí zapando, viene uno con una idea y vamos sumando. Casi siempre es eso, es una idea y la vamos haciendo mierda”
Serafín pide la palabra: “El otro día en un viaje – voy a decir una palabra que me encanta – de introspección, yo creo que hacemos lo que tenemos que hacer en el momento en que lo tenemos que hacer, mágicamente. Listo, terminé”.
– ¿Baja una musa inspiradora decís vos?
– Baja una musa y uno toca lo que tiene que tocar. No nos llevamos tarea para la casa, no, tocamos lo que nos sale y queda increíble.
Las risas se repiten una vez más durante la charla. Si hay algo que no hay dudas es que en Mustafunk la gente se divierte mucho
– ¿Pero la mecánica de la composición entonces cómo es? ¿Llevan una idea y se ponen a zapar?
– Claro, pero no es una zapada incoherente y tocamos siempre lo mismo. Es una zapada a consciencia. Es zapar sobre un método de confección de temas.
Los chicos hablan de un ejercicio, de hacerlo durante cinco años, de compartir, de conocerse: “Al principio cuando empezamos a ensayar teníamos mucho tiempo al pedo y por ahí ensayábamos dos veces por semana pero ocho horas cada vez que ensayábamos. Era meterle, entrábamos con el calor del medio día y salíamos a la noche. Aparte, ahora que me pongo a pensar, teníamos cinco temas. Eran ocho horas de cinco temas. Zapábamos mucho. Qué bueno tener todo ese tiempo. Está bueno porque es eso, el tiempo es lo que te da la posta”.
El broche de oro para toda esa práctica llegó a Auditorio Oeste el 15 de Noviembre, en la presentación oficial del disco con quinientas personas esperándolos. Se subieron a un escenario circular y generaron un show de 360° con la gente alrededor. Sobre sus cabezas flotaba una estructura que hacía de soporte para luces y cámaras, a cargo de “Off the records”, un grupo de arquitectura artística.
– Es como “artistectura”, dice Serafín.
– Boludo, ¿a vos te pagan por pensar tan bien?, le contesta Nacho, manager de la banda.
Entre sonrisas buscan las palabras para definir el momento y enumeran: lindo, emotivo, satisfactorio. Hasta que alguien se pone la voz al hombro: “Estuvo de la concha del pato, boludo”, y todos saben que tiene razón. A la puesta en escena se le sumó también un momento especial con magia, músicos invitados, el público tan cerca como para sentirlos y juegos de luces, todo grabado y filmado en HD ahora en pleno proceso de edición.
– ¿Creen que todas esas decisiones artísticas suman a la música?
– Para mí, acompaña, a la música no le suma. Acompaña un show de una forma diferente pero no creo que sume a la música, la música cerrás los ojos y escuchás lo mismo. Igual no lo pensamos de manera de decir que sumaba para el show o no, lo hicimos porque teníamos ganas de hacerlo, realmente nosotros tenemos ganas de que esté bueno en vivo también. Que fue diferente, seguro, queríamos que sea distinto.
Si bien el crecimiento de la banda fue progresivo, fueron Internet y las redes sociales las herramientas claves para expandirse y explotar Auditorio Oeste en la fecha. “Un chabón me agarró y me dijo: ‘Loco, yo nunca los pude ir a ver, pero los escucho siempre por Internet desde hace un año’, la puta madre”. Lo definen simple: “El Dios 2.0; en vez de decir buscalo en Google, decimos buscalo en el Dios 2.0”.
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– ¿Alguien más quiere hacerle una pregunta al entrevistador Serafín?
Agus Marinelli toma la posta:
– Sera, ¿Tenés frio?
– Me estoy cagando de frío, mejor vamos.