«Somos la resaca»

Lo dicen clarito. La Chusma se nutre de esas voces dejadas de lado, las encarnan y las llenan de vida con su música, arte mestizo que te sacude cada fibra. Quizás también con un poco de resaca del carnaval de rock de noches atrás, NosDigital se encontró con la banda a repasar su historia y el camino de creación de canciones de denuncia y acordes de lucha.

La Chusma es un gran proceso que siempre se renueva, con gente que madura, cambia, crece y apuesta a ese mismo camino que arrancó hace ya muchos años. Ese proyecto los paró en el escenario de la Fiesta Clandestina para transformarlo en fiestón. FI ES TÓN papá, con el cuerpo lleno de rock y lleno de murga. Unas noches después, abajo del escenario nos regalaban otro momento, uno de esos que te dejan sonriente, lleno de sinceridad, de esos que hacen que te olvides del grabador. Estamos en la sala donde ensayan, donde las cosas surgen, sentados entre tragos de birra, de risa en vez.

La cuestión empezó por el año 2005 y aunque fue mutando, hay cosas que siguen claras. El nombre sigue apostando a lo mismo. “Un poco es rescatar las voces más desprestigiadas, es como los excluidos, lo que no se habla, lo que molesta, es un poco la resaca. Y es rescatar eso, es decir, sí, bueno, somos eso, somos la resaca”, nos cuenta Cholo, guitarra y voz histórica que junto a Lelo, en batería, le dieron forma a la banda en sus primeros días.

Con el tiempo, viejos amigos, muchos de ellos público que habían estado en el agite del otro lado de la valla, se fueron sumando. Los años terminaron de armarlos y hoy al Cholo y Lelo se suman el Tano en el bajo, Aco y Miguelito en percusión, Coyo en trompeta, Adri en saxo y Semilla en el baile murguero que se lleva gran cantidad de aplausos.

La banda decidió ponerle el cuerpo a la murga y las cosas empezaron a surgir: “La verdad es que la música nos gustó siempre, tratamos de incorporar todo lo que nos gustaba, por eso siempre hicimos estilos diversos, salía lo que salía y nunca tuvimos un impedimento. Hay de todo. Es canción pero con ritmos distintos. Aunque también cuando tenés por ahí instrumentos para poder hacer más cosas la cabeza se te vuela un poco más”.

Fieles a seguir haciendo lo que sale y sumar colores y ritmos sin prejuicios, se reconocen entre diferentes géneros: “En este último ensamble chusmero venimos de varios palos, pero ensamblamos de toque. La chusma contiene bastantes estilos, no sé si este segundo disco tal vez tiene un poquito más rock, pero también tiene temas re tranquis que no tenía el otro disco. Pero siempre se nota ese hilo que te lleva al primer disco que hace falta, que es lógico. Tal vez apostamos un poquito más a ciertos cambios, pero no queremos que se desvirtúe tanto”.

El primer disco de la banda salió en el año 2009, a modo de resumen de varios años de laburo. Hoy reconocen que necesitan estrenar material. La formación renovada entra a grabar desde el próximo mes batería, bajo y viola con el deseo de tener a fin de año un gran porcentaje de los instrumentos listos, entre ellos los vientos, una nueva apuesta que en el primer trabajo no estaba.

En compañía a los nuevos sonidos, la banda, de la mano de Lelo, piensa también el arte que acompañará las canciones que se vienen.

–          La otra vez me comentó por dónde viene lo que va a ser el segundo disco y está buenísimo

–          ¿Por dónde viene?

–          No te puedo decir, pero está buenísimo.

Y el misterio le da lugar a las risas, una vez más la entrevista se transforma en una charla relajada.

Cambian algunos ritmos, el arte que promete, se suman instrumentos, pero no es solo el nombre lo que se mantiene. Desde los comienzos, La Chusma mediante la música decide denunciar realidades muchas veces no tan felices. “Hay cosas que son fuertes y aunque uno intente contarlo de la mejor manera posible van a ser fuertes, pero el tema es que elegimos contar eso, también podemos no elegirlo. La verdad decidimos contar cosas que a veces son difíciles de escuchar”.

Desde un principio es el Cholo quien compone y todos comparten el mensaje; los años y el camino recorrido aprendieron a mostrarle cómo denunciar irregularidades sin la necesidad de ser tan punzantes. Es quizás la capacidad de tratar temas delicados sin el morbo al que muchas veces lamentablemente estamos acostumbrados y permite que, a pesar de la temática, se arme un ambiente de fiesta arriba y abajo del escenario.

Los shows de La Chusma son un disfrute para todos, pero a la hora de armar las fechas comparten las dificultades de conseguir lugares. “Esta nueva moda de las productoras es malísimo. Es un intermediario que antes no estaba y que te saca guita y no tienen ese contacto copado con el músico”. Al momento de la conclusión el saldo da negativo: “Lo que termina haciendo es cerrándote espacios mas que abriéndotelos, porque antes de última tratabas con el boliche, pero ahora tenés que tratar con un intermediario que no es muy afín a lo que realmente requiere una banda entonces tenés problemas para conseguir lugares para tocar”.

Hablan claro, porque de eso se trata el camino que eligen desde hace tiempo y que les permitió crecer para disfrutar de un gran presente.  “Creo que ahora estamos en nuestro mejor momento, podemos hacer lo que queremos hacer siempre con la misma idea de denunciar las cosas que no creemos que están bien y haciendo la música que nos gusta, por suerte, para nosotros es un lujo”.

Sin correrse de las convicciones, sin bajarse de la lucha, apuestan a hacer la música que los hace feliz, para que cuando vibren las cuerdas los sonidos lleguen desde el fondo de su historia, de lo hondo de su pecho.