«Ser libre a pesar de estar preso»

 “En los bordes andando”  (ELBA) es la revista que surgió de las prácticas de los talleres literarios que se dan en algunos penales del Gran Buenos Aires. Es canción, es taller, es revista, es un grito de liberación porque, como dice uno de los escritores:“recuperar la voz es el primer paso hacia la libertad”.

Por Gonzalo Lopatin Vera para Nos Digital

ELBA es y significa muchas cosas. Detrás de esta frase se esconden más de 40 chicos y chicas y un equipo de docentes de la Universidad de Buenos Aires que, gracias a su voluntad y al apoyo de la Facultad de Ciencias Sociales, desde el Centro Cultural de la Cooperación y Ministerio de Cultura, llevan adelante un taller de lectura y pensamiento en el penal 31 de mujeres de Ezeiza y en el 26 de jóvenes de Marcos Paz.

Se trata de una revista que ya cuenta con 3 números impresos y es resultado del taller en el que pibas y pibes se juntan a leer y debatir sobre  temas que surgen de diversas lecturas. La dinámica consiste en el planteamiento de un tópico y la lectura y discusión del mismo. Se realiza cada quince días ya que los talleristas alternan entre un penal y otro.

La historia empezó en agosto de 2008, por aquel entonces se presentó como una actividad de dos meses de duración en el que se iba a analizar el libro “El trabajo” de Anibal  Jarkowski pero como explica el docente a cargo del taller, Luis “el chino” Sanjurjo, “a partir del texto surgieron muchos otros temas que se relacionaban y a su vez abrían el camino a otros relatos. Cuando llegó el momento de terminar estábamos frente a un montón de chicas y chicos con muchas expectativas y ganas de pensar”.

“Llegó un momento en el que necesitamos poner en papel todas las discusiones y charlas que ahí se armaban con gente que empezaba a pensar cosas en las que nunca había pensado o empezaba a tener distintos puntos de vista. Así nació la idea de la revista, en la que se publican los textos tal cual han sido escritos por ellos mismos”, agrega el Chino.

Sanjurjo es a su vez el cantante de Pléyades Reggea Foucaulteano, banda que apadrina al taller y que animó la fiesta que se realizó el 6 de mayo en el penal de Ezeiza en el marco de la presentación del tercer número de ELBA. El evento permitió el reencuentro entre las chicas y chicos que componen la revista y la posibilidad de que las familias puedan bailar y disfrutar junto a ellos.

“Salir a hacer esta actividad y ver a otros chicos de otras penitenciarías nos ayuda mucho, nos da fuerza. Nunca pensé que iba a ser una experiencia tan linda. Ahora podemos compartir y debatir con las chicas sobre lo que escribimos y eso nos enseña a quebrar los prejuicios. Publicar esta revista  permite que la gente sepa lo que pasa y que tenga la posibilidad de valorarnos por lo que somos y no por lo que hicimos”, comenta uno de los participantes de Marcos Paz.

Jony, otro de los pibes de la 26 demuestra madurez y una envidiable soltura y claridad al hablar: “soy conciente de que cuando salga podré desenvolverme en cualquier ámbito sin que nadie suponga que estuve preso pero prefiero decir la verdad porque sirve para que la gente cambie su manera de ver la cárcel”. A pesar de que tiene la posibilidad de quedar en libertad dentro de poco tiempo asegura que el taller no terminará ahí: “voy a seguir viniendo y dando mi aporte ya que es un compromiso y una causa por la que tengo que pelear de por vida, porque esto hizo que robar deje de ser una opción para mi y eso me hace sentir un compromiso que no había experimentado nunca. A partir de ahí descubrí lo que es ser libre a pesar de estar preso físicamente”.

Esta presentación tuvo algo distinto a las anteriores. Dos días antes se realizó una intervención artística en el Obelisco en la que se presentó un árbol seco con jaulas colgando y un cartel que decía “liberá una carta”. La gente frenaba,  metía su mano para sacar una reflexión escrita por las chicas de Ezeiza que al reverso tenía una invitación a participar de la fiesta. “Un día vino la artista plástica Laura Kalauz al taller y nos explicó el concepto de intervención y empezamos a pensar si nosotros podíamos hacer una. Allí surgió la idea que se consumó gracias al artista Francisco Viviana y al aporte de las chicas que escribieron y a una de ellas en particular que transformó los simples papeles en pájaros”, dice el Chino y sigue, “sería ideal que los grandes medios de comunicación difundan este tipo de iniciativas pero estoy convencido que la barrera mediática se vence con imaginación”.

Pity Alvarez, de Las Pastillas del Abuelo y  Bruno Signaroli de Nonpalidece participan del taller en el que los chicos y chicas compusieron la letra de “En los bordes andando”, canción que abre el disco de Pleyades y lo mismo con “Tu poder” que le pone punto final. Tal como lo hicieron en el recital de presentación del nuevo número de la revista ellos le ponen voz a sus versos recitándolos y  acompañando al Chino con los coros.

El primer número de la revista tuvo a “El cuerpo en la ciudad” como tópico principal y fue el fruto de discusiones a partir de la lectura del mencionado texto de Jarkowski, en el segundo se leyeron textos de Borges, Alfred Crosby y Federico Balart para debatir sobre la noción del tiempo, mientras que en el tercer y último número se trabajó con “Vigilar y castigar” de Foucault.

“Fue una herramienta para pensar, sobre todo el capítulo dedicado a la idea de panóptico como esa sensación de estar siendo visto constantemente sin saber quién te observa. Para analizarlo llevamos fotos de los típicos carteles “por su seguridad usted está siendo filmado por cámaras de vigilancia del Gobierno de la Ciudad” y lo laburamos desde ahí. El libro tiene una proximidad increíble a la vida cotidiana de los chicos y eso hizo que se generen verdaderas bombas de pensamiento”, detalla el Chino y nos adelanta que el próximo número estará dedicado a “memoria”.

 

Palabra oficial:

Según explica el subsecretario de gestión penitenciaria y ex director nacional del mismo organismo, Alejandro Marambio, se realizan actividades culturales en todas las unidades pero con más intensidad y esfuerzo en la de mujeres porque sufren una “fuerte desvinculación con la sociedad y son en muchos casos sostén de familia. La cultura permite reanudar esos lazos familiares que se debilitan con la situación de encierro y, a su vez, trabajar en los estereotipos de género, donde la violencia contra la mujer esta aceptada”. Y por otro lado con los jóvenes porque “es tierra fértil donde se puede encontrar un rumbo distinto al delito”.

El director nacional del servicio penitenciario, Victor Hortel, agrega: “La educación es un derecho al que todo ser humano debe tener acceso y la gente que está en la cárcel también lo tiene. Es por esto que desde 2005 ya no pensamos las políticas penitenciarias como se hacía antes sino como política social y de reinserción que atraviesan horizontalmente al Ejecutivo y sus ministerios y que tiene en la cultura la posibilidad de emancipación”.

 

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