Rebottaro, Pansardi, Bulgarelli, Vergassola y Malvestitti

El Tigre Peyrú se define como músico, periodista, escritor y psicodélico. Es, en definitiva, un personaje capaz de pasarse tres años revisando formaciones para reunir las 100 selección más bizarras de la historia del fútbol en el libro Botinazo Cósimo. Vale la pena tomarse un café con él y compartir su locura.

Arranquemos por el nombre: el tipo se llama Juan Tigre Peyrú. “Sí, Tigre es mi nombre, aunque no aparezca en el documento. Mi vieja me quiso poner así, pero nací en los 70, con los milicos, en épocas de cabezas muy cerradas. Te dejaban poner León, pero no Tigre. En la primaria me decían Juan, pero de más grandecito, en la secundaria, los agarré a mis compañeros y les expliqué que yo me llamaba Tigre”. Sigamos por el oficio: “soy músico, periodista, escritor y psicodélico”, aclara el autor de Botinazo Cósmico, el libro que reúne las 100 selecciones más bizarras de la historia del fútbol, editado por Sudamericana. Sólo alguien así puede haber estado durante tres años buscando nombres de muchos futbolistas con la idea de agruparlos y clasificarlos según el significado de su apellido. De todo ese laburo salió, por ejemplo, la selección de estupefacientes, que se para así: Lima; Pacco, Yacolev, Dopazo, Droguett; Dell’Orto, Colace, Bolado, Vizio; Zubavicius y Drogba. O la loser: Manchado; Salameh, Dudar, Nardi, Rebottaro; Pansardi, Bulgarelli, Vergassola, Malvestitti; Naif y Mannini.

Fotos: NosDigital

Nos encontramos con el Tigre en el Bar El Banderín, esquina clásica de fútbol, café y tango, para entender cómo llegó a esta locura del Botinazo Cósimo. Apenas lo vemos entrar empezamos a comprenderlo: los pelos largos y enmarañados, la sonrisa ancha, la barba tupida. Hay dos palabras, dos adjetivos, que repite muy seguido: bizarro y psicodélico. “Esto nació como un juego con un amigo, que en una de las tantas noches desquiciadas que pasamos nos pusimos a armar equipos con los jugadores más delirantes que hubiéramos visto con nuestras camisetas, yo de Racing y el de Independiente. Tipo el Cabezón Allegue. Otra noche, en un asado, otro amigo me dice ‘Tigre, traete esas cosas raras que hacés con los jugadores de fútbol’. Y las empecé a pasar y veía como la gente se copaba, se moría de risa. Entonces empecé a pensar que esta locura podía tener alguna veta productiva”, explica. De aquel asado a la publicación del libro pasaron unos tres años. Desde la publicación hasta que el libro llegó a las manos de Diego Maradona, en Dubai, pasaron sólo un par de meses. “Un sueño. Un amigo me hizo el gancho. Nunca imaginé que iba a sacar un libro, mucho menos que le iba a llegar a Diego y que se iba a sacar una foto de lo más contento”, cuenta el Tigre.

Mientras sigue adelante con su costado musical –tocó el 30 de junio en Espacio Dadá, Palermo, con su banda El Tigre y sus Manchas-, continúa con la promoción de su libro, ese callejón que encontró para volver a sus orígenes del periodismo deportivo. “A los 17 años conseguí un laburo como productor en el programa de radio de Niembro, en La Red. Después me fui de vacaciones, algo que no se podía, entonces no seguí ahí pero saqué una media beca para estudiar en su escuela de periodismo. Terminé, pero nunca me gustó el ambiente pisacabezas que se maneja en el periodismo deportivo, así que me metí más con la música. Este libro es, de alguna manera, mi regreso a los medios”, dice, y agrega que tiene una columna semanal en Radio Provincia, además del raid mediático que tuvo por casi todos los canales deportivos para promocionar su libro, algo que hizo por su cuenta porque la editorial no se portó muy bien con la difusión.

Vamos con otra selección, la etílica: Tavernelli; Pedetti, Grapete, Díaz de Bordón, Tomovic; Brindisi, Botelho, Taverna; Tomasson, Marioni, Bareño. Todos los futbolistas que aparecen en los equipos son reales, existieron. Algunos fueron figuras de la pelota, otros son ignotos hasta para los enfermos futboleros, pero surgieron de revisar y buscar nombres para que encajen con las temáticas de las selecciones. Por eso, cada uno de los apellidos va acompañado por el equipo donde jugó, si es argentino, o el país donde nació si es extranjero. Al final del libro hay una especie de glosario, donde aparece la trayectoria de cada uno de los futbolistas.
Toda la locura del Tigre se resume en este Botinazo Cósmico. Y en una anécdota: “En la secundaria nosotros teníamos un muy buen equipo. Éramos 20 pibes que jugábamos bárbaro. Pero en 4º año apareció el Panchito Maciel, que era una locura lo que jugaba. Yo sabía que iba a llegar a algún lado. Entonces lo empecé a seguir. Guardé los diarios de cuando descendió con Español, cuando subió con Almagro. Y un día, leyendo en el diario la noticia de Racing veo que bien chiquitito decía que se incorporaba Francisco Maciel. Flashié. Seguí todo como nunca, tengo todos los diarios de ese campeonato. Ese fue el torneo que salimos campeones, encima. Y ahí tuve una locura con Chatruc. Me enloquecí con él. Le hablaba a todo el mundo de Chatruc”. Y sigue: “Estaba tan loco con él que, tipo desafío, le había dicho a un amigo que me lo iba a poner en el documento. Yo tengo domicilio en Provincia. Cuando me fui a hacer el DNI, el tipo me preguntó la dirección. Me la jugué: ‘José Chatruc 2001’, le dije, ‘es una esquina’. Y el tipo lo anotó. Y pasó. Un tiempo después lo llamé al Pepe para contarle lo que había hecho, y siempre quedábamos que nos íbamos a juntar. El día de mi cumpleaños lo llamé y le dije que esa noche había fiesta en casa por mi cumpleaños, que pasara. Y vino, me trajo una camiseta de regalo. Un genio. Hace poquito estuve en Pura Química, presentando el libro, con el documento que dice Chatruc. Se lo regalé en cámara”.

Para saber más del Botinazo Cósmico y del Tigre Peyrú:
http://www.botinazocosmico.com.ar/
http://www.myspace.com/eltigreysusmanchas