Profundizando en Che.Un hombre nuevo.

Carolina Scaglione, guionista e investigadora de Che. Un hombre nuevo, junto a Tristán Bauer, director del documental, nos cuenta detalles de los doce años de investigación, cómo consiguieron las imágenes y documentos inéditos y saca sus conclusiones. Además, sentencia: “No puedo verlo personificado en un actor”.
Carolina Scaglione, guionista e investigadora de Che. Un hombre nuevo había trabajado con Tristán Bauer, director de la película, ya en Cortázar y en Los libros y la noche, sobre Jorge Luis Borges. Actualmente, desde la Universidad de San Martín, está haciendo programas para Canal Encuentro.
Durante doce años se sumergió en la figura de Ernesto Guevara. Tuvo acceso a los documentos -ya no- secretos de las fuerzas armadas bolivianas, a cartas y poemas que guarda la familia del Che, y le dio la posibilidad a Rafael Guevara, sobrino de Ernesto, de hacer la voz en off  que representaba la de su tío.
 ¿Cómo surgió la idea de hacer Che. Un hombre nuevo?
 En Cortazar hay una secuencia dedicada al Che donde Cortazar lee un poema muy lindo que le escribió cuando se enteró que lo habían matado: “Mi hermano despierto/ mientras yo dormía”. Buscando imágenes para ilustrar esa secuencia salió la idea de investigar para hacer la película. Comenzamos en ese momento con la idea de que fuera una ficción. Nos dimos cuenta que era insuficiente, con una ficción no podíamos retratar la imagen del Che, una imagen tan fuerte.  Hay experiencias que lo representan pero a mí personalmente no me gustan, no lo puedo ver personificado en un actor. Quizá en Diarios de Motocicleta es diferente porque es joven. En las otras, personalmente, no me la creo.
A raíz de una conversación con Rafael Guevara, abrimos los ojos. Nos instó a conocer un montón de materiales inéditos y a mostrar esa imagen que no se conocía atrás del guerrillero heroico. También paramos muchas veces. Fue un camino de idas y vueltas.
 ¿Por dónde viajaron durante la investigación?
 Hicimos todo el recorrido de Bolivia y  de Cuba. En Bolivia encontramos materiales del ejército boliviano, primero los encontramos medio de casualidad y después con la asunción de Evo Morales le pedimos autorización para filmar los documentos. También nos autorizó a filmar el diario del Che en Bolivia que está en el Banco Central. La otra pata fue la familia y la mujer del Che que nos abrió todos los archivos personales que tienen ellos guardados.
 ¿Qué es lo que más te sorprendió del Che a lo largo de la investigación?
 Todo. Básicamente, el gran descubrimiento de su faceta de escritor que tenía. Esto de combinar la acción y la reflexión teórica; no es frecuente en un ser humano. Eso me sorprendió mucho. Después, los poemas dedicados a la mujer, nadie se imaginaba eso. La esposa nos permitió incluir dos. Esos poemas, de Pablo Neruda y de César Vallejos se los dejó él cuando fue a luchar al Congo. Ése fue otro descubrimiento, amaba la poesía y siempre tenía algo a mano.
 ¿De grande también escribió?
 Escribía narraciones básicamente. Para mí son espectaculares. Una de ellas es La piedra, que le dedica al a madre cuando se entera de su muerte.
 ¿Su desarrollo de la fotografía cómo fue?
 De joven lo tenía, su papá filmaba mucho en ocho milímetros. Se ve que ya lo traía de familia. De hecho en México trabajaba de fotógrafo.
 ¿Creés que políticamente llegó a influir más la familia que el viaje?
 El Che era un ser especial desde que nació, con una mirada y personalidad distinta. El viaje le hace descubrir el mundo, enfrentarlo y encontrarse con Fidel para dedicar la vida a la Revolución que son casualidades no tan casuales.
 ¿Por qué crees que llegó a frivolizarse la figura del Che apareciendo en remeras, mochilas y otras cosas?
 Pienso que es un ícono absoluto, visualmente es perfecto y se le dio mucho peso a esta figura de guerrillero y hombre de acción. Pienso que son momentos. Pasó el tiempo, llegó el momento de ponerse a profundizar y analizar. Antes solo estaba la imagen del guerrillero, del ícono y de las remeras. Antes mencionabas al Che y eras un desaparecido.  Hay todo un proceso histórico que permite que se lo analice, estudiarlo y entenderlo desde otro lugar.
 ¿Pensás que las críticas que le hacía a El Capital o sus pensamientos alrededor del Hombre Nuevo se pueden llegar a estudiar académicamente?
 Sí, supongo que sí. Ahora no estoy tan metida en el ámbito académico. Lo llamativo de él es que se pudo llegar a esa profundidad, a ese estudio y a anticiparse cuarenta años a los hechos cuando escribe que La Unión Soviética conduce al capitalismo. Tiene la capacidad de estudiar, observar y analizar para darse cuenta que el rumbo no estaba bien anticipándose un montón de tiempo antes. 
 En el documental se muestra una lista de libros que iba leyendo. ¿Qué te llamó la atención del a misma?
 Él era un gran intelectual y muy culto. Leía de todo: teatro, geografía, geometría, historia… Pero sobre todo poesía. Creo que era más una cuestión de método y de orden. Era una persona muy metódica, en su libretita escribía, con un color marcaba una cosa, con otro hacía un comentario, se autocorregía. Después lo pasaba a tinta incluso. Leía varias veces sus propios escritos y les iba haciendo correcciones. Eso te habla de una persona súper meticulosa, profunda y que lo hace de verdad.
 Uno de los valores máximos alrededor de su figura es la coherencia. Habiendo investigado su vida durante doce años, ¿encontraste alguna contradicción?
 La verdad que no. Hay miles de anécdotas de gente que trabajó con él que demuestran que era durísimo y recto. Hasta en detalles de la vida cotidiana. Como ministro de industria recorría las distintas industrias de la isla. Cuando iba él, la gente le hacía un súper recibimiento con una comida especial y él comía con todos los trabajadores y al que le había organizado esa comida lo castigaba.
 ¿Por qué pensás que su posición política se formó fuera de Argentina y no tanto acá?
Si bien viajo bastante por acá en bicicleta solo, pienso que se le despiertas después de ver la realidad del continente en su totalidad y ver que los problemas no eran nacionales sino continentales. A partir de ahí, toma esa conciencia: luchar contra el imperialismo, que es el verdadero enemigo de los pueblos. Viajando es que se encuentra con Fidel y la historia sigue.
¿Te hubiera gustado agregar algo más al documental?
Lamentablemente sí. Sobre todo en la parte de su trabajo en Cuba, hay tantas grabaciones, discursos, hablaba de minería, cosecha de tabaco, energía, había tanto material que hubo que dejar afuera. A mi me hubiese gustado, por ahí, especificar más en ciertas partes específicas del trabajo que estaba proponiendo para industrializar la isla y económicamente creciera. Hubo mucho que dejamos afuera. Una de las mayores dificultades fue sintetizar todo. Y eso que dura más de dos horas la película.

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