Pablo Marchetti es periodista y músico. Escribe. Escribe para Barcelona, escribe letras de canciones y también poesía, por qué no. El compositor y vocalista de Conjunto Falopa, pelado y chiva, habla de una música porteña y orillera que se entrega a las milongas, las chacareras y los valsecitos.
Este viernes fue la última presentación del quinteto en Club Atlético Fernández Fierro (CAFF) luego de un mes a puro ensamble con amigos. Pasaron Acho Estol y Dolores Solá de La Chicana, las cuerdas de la Fernández Fierro y su cantante, Walter “Chino” Laborde. También el tecladista Juan “Pollo” Raffo y el bandoneonista Pablo Mainetti.
Y también pasaron casi tres años de aquellos primeros días en que Conjunto Falopa se juntó, luego de que Pablo Marchetti y Federico Marquestó se conocieran en la plaza mientras sus hijos se subían a los juegos. “Un día él me propuso armar una banda con formato de cuarteto de guitarras para hacer tangos y milongas satíricas de la década del ´30. Yo le dije: ´Sí, me encanta el formato, pero hagamos temas propios´. Me puse a escribir. Tardé. Me costó un tiempo encontrar el registro porque quería que tuviera mi impronta. No quería que fuera una sátira de géneros, sino que quería hacer canciones. Y una vez que salió una empezaron a salir muchas.” Entre ellas están “Milonga paranormal” y “Foco Amarillo”.
-¿Creés que la banda se fue transformando en estos años?
-Al principio pensamos que era una cosa más acotada al tango y a la milonga, pero pudimos meter cosas con mucho más vuelo. Creo que los dos nos sorprendimos de que la banda fuera ampliando sus gustos e intereses. También en cuanto a la temática, porque todo venía muy en paso de comedia hasta que yo hice un tema trágico. Es una historia de amor de alguien que le canta a una montonera que está desaparecida, que se tomó una pastilla de cianuro. (La canción “Compañera”) Y me pareció que era como otro registro, pero enseguida funcionó, a Fede le encantó. Hay temas que funcionan como piezas instrumentales o de cámara y… son un moño, que se yo. El candombe escrito en 3×4, hay un vals escrito en 5×4. Después las escuchás y resulta cantable. Todo es muy cantable, pero está bueno sentir que no estás tan cerrado.
-En las letras de Falopa hay mucha mezcla de géneros latinoamericanos, ¿escuchás música en inglés?
– Sí, claro, mucha. Bueno, ahora no tanto. En este momento estoy como muy centrado en la cuestión de la canción, en colgarme mucho con la letra y entender qué pasa desde la lírica, pero es un momento puntual. Fede es un enfermo de los Beatles y los Rolling Stones por igual, obsesivo de la chismografía pero que también vuelca eso a la música. Es un erudito en la materia. Y si bien escuchamos mucho tango, venimos de culturas rockeras. Eso nos pasa a la mayoría de nosotros. Para a mí un referente ineludible es Frank Zappa; es como un ídolo máximo. También la movida punk, sobre todo los Clash.
-Tienen dos discos en la calle: “Falopa” y “Cancionero para un fogón anarco-peronista”, ¿cómo fue grabar cada uno?
-Nosotros arrancamos a tocar en julio del 2008. Al año estábamos grabando un disco y al año siguiente otro. Los tiempos son nuestros de acuerdo a como podamos generar un mango para grabar. El primero es un disco bastante más centrado en lo estilístico. Creo que el segundo es más psicodélico, más volado, más elaborado y delirante. Tiene mucha producción, mucha cosa de estudio. No lo pensamos tanto en función de tocar en vivo, sino que dijimos: “vamos a grabar esto y después vemos como lo trasladamos al vivo”. Si bien muchos temas ya veníamos tocándolos se transformaron completamente para la grabación. Hay un tema que se llama “Filósofo de la tele”, que es una especie de hip-hop pero sobre una base de milonga que dura más o menos 10 minutos. Hasta hay una cumbia con “caños” (vientos). Tenemos la suerte de tener un integrante que es un muy buen saxofonista. Toca la guitarra muy bien, pero además es un muy buen vientista y muy buen arreglador.
-¿Qué proyectos próximos tienen?
-Tenemos ganas de sacar otro disco este año, estamos tocado un montón de temas nuevos. Primero tenemos que hacer los números. Queríamos hacer un disco doble. Uno parecido más a lo que es este, y otro que sea un disco más crudo, de todo guitarra nylon, como más tocado en vivo. Incluso habíamos pensado en la posibilidad de hacer un disco en vivo. Zamba, milonga, chacarera. Pero ya empezamos a delirar y a tirar cosas. Hay una polka medio gitana, una bossa nova que se llama “Chica de la Cámpora”.
-¿Quiénes son las bandas amigas de Falopa?
-Tuvimos un febrero muy loco porque estuvimos haciendo tres fechas con la Orquesta Típica Fernández Fierro que cumplía 10 años. Y por eso los había invitado Lino Patalano a tocar en el Maipo. La Fernández Fierro nos invitó a nosotros y entonces tocamos tres miércoles. Increíble tocar en el Maipo, increíble tocar con la Fierro. La banda es demoledora, me encanta. Habíamos tocado un par de veces con la Fierro en el Club Atlético Defensores Fernández Fierro (CAFF). Y está buenísimo. Verlos ahí… cierra toda la película. Es como una especie de Cemento para “treinta-cuarenti”. Es un lugar muy rockero pero donde no se puede tocar rock. Al lugar y a la gente los siento en una misma sintonía, hay afinidad estética e ideológica. El último sábado hicieron el festival de Radio CAFF. “Tango nuevo” es la propuesta. Ahí compartimos fecha con la Chicana, y fue alucinante. Para mí tocar en un mes con la Fierro y con La Chicana… Si tuviera que hacer una comparación, La Chicana son los Beatles y la Fierro los Stones. Esas bandas a mi me fascinan y me parece increíble tener mucha afinidad con ellos.
-¿De qué forma colaboraste con “La Chicana”?
Con “La Chicana” empezó todo porque ellos me invitaron a hacer un vals que canto con Dolores, que se llama “Y no me conoces”. Y Acho me dijo si quería cantar otra cosa, y yo le dije de cantar “Mi involución”, tema que está en un disco solista junto al Chino Laborde. Y ahí quedo la onda. Después tocamos juntos; vino Dolores a cantar con nosotros. Y ahora están terminando de grabar un disco doble al que me llamaron para grabar. Va a haber un tema que canto con Dolores, que se llama Polka de las Lechuzas.
-Escribir artículos periodísticos y canciones son dos formas de comunicación. ¿Dónde te sentís más cómodo?
-Son todos proyectos míos, proyectos igualmente personales. Algunas cosas tienen más notoriedad y otras menos, pero pasa por ahí nada más. Me dan iguales ganas de hacer una cosa o la otra. Todo lo que hago tal vez tiene que ver con lo comunicacional, pero lo que pasa es que la revista es claramente un producto de la comunicación; lo otro tiene un anclaje un poco mas artístico, más personal. Pero eso no significa que priorice una cosa por sobre la otra. Todo eso está entre mis inquietudes, mis calenturas, las cosas que me gustan. Lo que si pasa con la revista es que es una especie de monstruo colectivo. Hay como una renuncia a la cuestión personal para entregarnos a esa especie de “Mr. Hyde” colectivo donde uno pone su lado más jodido, revanchista y mala leche. Y al mismo tiempo tratar de hacer eso una de las bellas artes. Pero hay una forma de escribir para Barcelona que obviamente está. Ninguno de nosotros escribe algo de la misma manera que escribe para Barcelona. Por eso no están firmadas las notas, es otra cosa, es otro registro que me divierte muchísimo. Me encanta hacerlo, me excita mucho, me calienta cada cierre, cada cosa que pasa en la revista.
-¿Cómo definís tu estilo?
-Creo que Barcelona claramente es una sátira periodística, una parodia, una burla a lo que es un medio supuestamente “serio” y, justamente, trata de poner en ridículo el por qué llamamos medios serios a los medios serios, y cuál es la construcción de la lectura que nos lleva a pensar que esos medios son serios. En Barcelona las cosas están dichas formalmente (desde como está presentada la edición) con la misma seriedad con la que están dichas en los otros medios. Ahora, lo lees y es ridículo. ¿Cuánto más ridículo que los medios supuestamente serios? Entonces ahí es donde funciona la parodia. Yo en Falopa no quiero parodiar nada porque me gustan las canciones, creo en eso. Quiero crear un universo artístico donde la música sea fundamental. Quiero una propuesta musical muy fuerte. Del mismo modo escribo poesía porque creo en eso. No sé si creo tanto en el periodismo. A mi me gusta escribir canciones, escribir letras por mi vocación primaria que es poética. La poesía es un género que no lee nadie, entonces creo que las letras de las canciones son el lugar donde puede tomarse revancha y alcanzar una masividad que no tiene.
“Acá no me interesa parodiar nada”
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