“El sector joven está, produce y crea”

Una nueva juventud militante está floreciendo: se ve en las calles, en las manifestaciones populares y en los partidos y organizaciones políticas. Y florece a sangre y gritos, a tinta y frecuencia, y va tomando parte, va construyendo dentro del espectro comunicativo ahí, justo ahí, donde ese espectro se termina, delimitado por los monopolios que quieren acallar y no pueden, porque estos jóvenes, hábiles desobedientes, se cagan en las viejas estructuras putrefactas y generan nuevas y desafiantes maneras de expresarse y cambiar la realidad. Ante este nueva coyuntura, la Secretaria General de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires Lidia Fagale se sienta cara a cara a debatir qué se juega está juventud, cómo y con qué herramientas.

¿Cuál es el rol de los jóvenes en los medios?

«He visto avanzar proyectos con cierta picardía, literalmente: cagarse en ciertos mecanismos y formas y entender dónde está el talón de Aquiles de esta sociedad».

Hay un ingreso importante de la juventud al gremio de prensa. Quizá resulte, a primera vista,  un poco paradójica la conducta del sector joven y aclaro: pero también lo es el tratamiento político, social y cultural que se les da en este país y en general en este mundo.  Por un lado, se les propone modos de trabajos provisorios y remuneraciones precarizadas y, por el otro, se incentivan salidas de carácter individual que tienen un limite; pero, fundamentalmente, lo que veo es que hay una demanda del mercado de trabajo, principalmente porque esto reduce costos y porque en general alguien joven, motivado por una actividad, por ejemplo,  el periodismo, suele trabajar sin pensar tanto si la remuneración es acorde con lo que esta ofreciendo a nivel laboral. Hay un gusto y un placer en ese trabajo y eso permite a las empresas un manejo anómico. Y también  hemos visto a periodistas jóvenes  de 20 o 22 años  pararse y decir “yo no aguanto mas esto, me voy”. Posiblemente esto tiene que ver con una extracción de clase: lo puede hacer un joven con padres profesionales que tiene condiciones materiales para tener una perspectiva y un desarrollo distinto a otro con menos recursos. Esto no ocurre con jóvenes cuyo origen económico y social procede de una clase mas baja. Lo que veo es que todavía hay algo residual de la cultura neoliberal, un “post neoliberalismo cultural”, que ahora se está revirtiendo lentamente y bajo un signo organizativo distinto que habrá que comprender mejor. El mundo cambia, el país cambia, las organizaciones también.

¿Y en tanto a las nuevas tecnologías?

Las redes sociales, muy utilizadas por los jóvenes,  tienen dos características: son positivas en un sentido  y también,  pueden producir algunos desvíos. Los jóvenes alfabetizados en las tecnologías de la comunicación, viven una dinámica de participación del “salgo y entro cuando quiero”. En tanto, lo peligroso  hace referencia a lo que pasaría si esa red social se reconoce en una orientación mucho mas explicita. Creo que los mismos que participan de esas redes cuestionarían la posibilidad de una dirección centralizada o mínimamente orientada a regular esos mecanismos de participación. Y si esto lo llevo al plano político, sindical o colectivo también observo una dificultad a la hora de reconocer una dirección política explícita.

¿Qué incidencia tiene el avance de las redes en esos planos?

Es solamente la conciencia lo que hace que un joven se plantee pertenecer a una organización. Es un aspecto subjetivo que se construye y de ahí nace  la necesidad de pertenecer a una organización colectiva. Por ahora, esa subjetividad está muy incidida, justamente por esos paradigmas culturales que refuerza el modelo tecnológico. Mucha gente cree que la red Internet es democrática. Es toda una discusión. ¿Qué significa sostener que la Red es democrática? ¿Es democrática? ¿Yo participo si me armo un blog y digo lo que pienso? ¿Qué es ejercer la libertad, decir lo que uno piensa, aunque uno sea un fascista? Conozco gente joven que se enoja cuando censuran sitios desde el punto de vista ideológico, como un sitio nazi o fascista, dicen “esto sienta un presente de censura previa”. Me parece una barbaridad que alguien crea eso pero lo dicen porque es un sentido de la libertad que te la da el nuevo esquema virtual que existe hoy en la red. Y este es un mecanismo que se traduce en las conductas de quienes hoy están alfabetizados y socializados masivamente en función del sistema. Aunque no podemos generalizar, además hay que considerar  la extracción de clase que marca la diferencia respecto a  la salida real que busca, a su deseo, a su utopía. Sus márgenes de libertad se ensanchan si sus márgenes económicos son más amplios.

¿Cómo se adaptan las organizaciones a estos cambios?

«El ámbito de los Derechos Humanos es fácil para formar parte porque no tenés diferencias: ¿quién va a estar a favor de la tortura o del terrorismo de Estado?»

La gente joven también empieza a sentir la necesidad de participar y uno tiene que ser conciente que es muy difícil ingresar en organizaciones con estructuras tradicionales verticales.  La UTPBA, por ejemplo,  se refundó tantas veces como fue necesario.  Y la pregunta es -y debe ser-  cuál es la organización para la etapa que se está viviendo. Y de este modo,  allanar los caminos de participación y construcción de la juventud y todos los trabajadores.  En UTPBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires) hay un conjunto interesante de compañeros militantes jóvenes y son ellos los que también aportan a la construcción de una organización asociado a un tipo de participación que garantice, de acuerdo a la etapa, a la diversidad, a la heterogeneidad de intereses que se conjugan en un espacio solidario y colectivo. No vale el paternalismo ni el derecho de antigüedad. Nosotros no somos dueños de la historia. Hay que confrontar con esas barreras culturales que suelen tener viejos dirigentes y militantes. Se trata de pelear sanamente, inteligentemente contra todo aquello que corre el riesgo de convertirse en conductas y modos pétreos… En la UTPBA hubo y hay capacidad y un enorme esfuerzo, que no está agotado, para refundarse tantas veces sea necesario pero como las organizaciones están en una coyuntura tan complicada a veces hay que tomar medidas en donde los márgenes de libertad se achican, porque las verdades y sus objetivos no es algo que se enuncie únicamente: se construye como una práctica, con un sentido de lo táctico, de lo estratégico para garantizar objetivos.  Esto último, a veces,  puede ser percibido como falta de libertad en la construcción y en la posibilidad de participar. Justamente, recién les decía, que el sector joven, reproduce en sus conductas, muchas veces, esa cultura aceitada en ese salir y entrar, cuando quiero, como quiero. Y no siempre esto es fácil de compatibilizar. Pero se sigue imponiendo una mayor flexibilidad y esto no es sinónimo de “relativismo político.”

Muchos delegados de su lista e incluso el Secretario adjunto Raúl Dellatorre comparten la misma frase: “Frente al menemismo, la UTPBA, desde los primeros días, dio la cara”. La misma expresión usó usted para explicar la actitud de la juventud militante del gremio. Hoy, ellos ¿contra quién están dando la cara?

Vivimos en un sistema que genera conductas y patologías de todo tipo, creo que la visión de la juventud quedó cristalizada con aquello que necesitaba generar la sociedad como objeto de consumo y a la vez objeto de represiones –en todas sus formas-  Y está demostrado que no pudieron ganar la cabeza de todos. Hay miles de jóvenes que  son absolutamente creativos, escuchan mucho, traen propuestas, dicen lo que piensan, cuando no están convencidos, lo comentan, tienen criterio propio y tienen otra forma de contar la realidad y de vivirla. No creo en esos que dicen  que a los veinte uno era revolucionario, a los treinta socialdemócrata y a los cincuenta se renuncia a todo. No es cierto. La conciencia no es una cuestión generacional. Pero el modo en que se interactúa con la realidad sí está vinculado con razones biológicas: cuando vos tenés toda la vida por delante hay tiempo para crear, equivocarse, entrar y salir, replantearte una experiencia. Me refiero principalmente a los jóvenes que actúan sin suscribir a partidos pero que lo hacen, sí, desde una posición política porque entienden la vida como parte de una política. Claro que dan la cara. La UPTBA contó y cuenta con una militancia  joven convencida y  que logró entender un proceso histórico. Nadie les abrió la cabeza y les dijo “esto es así y se acabó”. Escuchamos sus planteos y eso es adquirir elementos para seguir construyendo en lo que uno cree. También hay una juventud que puede ser imbécil y de hecho la hay, en una sociedad como ésta hay de todo: individualistas, gente que no le importa nada, que no es solidaria.  Hay una militancia joven, Más que una vuelta a la participación existe una nueva forma de participación. Estos jóvenes militan por las ideas de la UTPBA, es decir, dan la cara contra la injusticia, desean vivir en una sociedad mas justa, más equitativa y pelan por ello. Hay una participación juvenil en todo y no reducido al ámbito de los Derechos Humanos -ámbito fácil para formar parte porque no tenés diferencias ¿quién va a estar a favor de la tortura?-, ¿del terrorismo de Estado? pero participar en la construcción de organizaciones con un sentido político amplio es más difícil. Veo que hay un campo de militancia en la comunicación que establece estrechos vínculos con el gremio de prensa donde el sector joven está, produce y crea. Desde hace muchos años, la UTPBA integra a este sector y aún debemos profundizar esta relación para delegar en esos compañeros una responsabilidad mayor y es hacer crecer la capacidad para gestionar una organización. Y esa posibilidad crecerá unida a una mayor formación, a un mayor conocimiento. Si hay algo que rescato del sector joven en general es la capacidad que tienen de atender varios frentes a la vez, esa complejidad es la que hoy se necesita para poner el pecho a cualquier realidad. Construyen una identidad diversificada y, eso, personalmente me agrada y políticamente me parece necesario.

Algunos sectores reconocen como periodistas solo a aquellos que trabajan en los medios remuneradamente. En el gremio ¿quiénes entran?

Todos. Periodistas y comunicadores.  La UTPBA viene de una lucha desde que se fundó en 1987 considerando trabajadores a los colaboradores, es decir, a aquellos que tienen remuneración de carácter eventual. Luego, las empresas abusaron de esta figura y la precarizaron. Nosotros dimos el reconocimiento desde este concepto histórico y también desde el fenómeno que había nacido en 1985, con la primera crisis de la democracia, que fue la aparición de los medios comunitarios o de bajo alcance que, en realidad, habían sido el ámbito al cual se habían trasladado fuerzas sociales y políticas que habían abandonado los espacios tradicionales de participación. La UTPBA abarca también a los periodistas con relación de dependencia, en el sentido mas conservador de la palabra, donde hay una regulación mediante convenios y leyes nacionales y  considera además, ampliando el concepto de comunicador social, a los que trabajan en aquellos medios de bajo alcance o que lo hacen desde esa condición, en medios grandes, pero sin tener relación de dependencia. Por supuesto que el neoliberalismo aplicó políticas fiscales, mecanismos salariales y desconocimiento de convenios que precarizó la figura del trabajador irregular frente a una gran empresa. El comunicador estaba enfrentando una batalla política, ahí se dieron otro tipo de problemática: la distribución de la riqueza. Los medios comunitarios dejaron de ser una usina de comunicación alternativa justamente para ser cooptados, por entrar en crisis económica, por los sectores que son los pivotes y que dominan la economía del país. De alguna manera, lo que sobrevivió como comunicación alternativa son, en mayoría, los que han llevado adelante proyectos de carácter social, político, cultural y supieron sortear muchos obstáculos.

En ese marco alternativo ¿qué rol juegan las cooperativas?

«El mundo cambia, el país cambia, las organizaciones también».

Antes había una situación recurrentemente patológica porque las cooperativas  podían llegar a explotar alguna señal o medio, sobre todo en el Interior o los pueblos de la costa. Con la nueva Ley de Medios es uno de los ámbitos del tercer sector mas beneficiados porque es una asociación privada de trabajadores y hoy están reconocidos como actores claros y beneficiarios de una posibilidad que antes estaba reservada a escasas formas asociativas. . Hoy es un beneficio, de cualquier manera creo que hay una problemática que no abarca solo a las cooperativas sino que abarca a la mayoría de quienes hoy pretendan no solo explotar una frecuencia o una señal,  sino generar contenidos. Cualquiera puede tener esa señal, el problema es generar esos contenidos y mantener un equipo de trabajo. Algunas se han conformado como productoras, porque hoy es mas estratégico que tener un medio, pero para producir contenidos hay que tener dinero. La Ley de Medios lo que ha reducido es la brecha jurídica, debemos profundizar más en la distribución de recursos económicos para hacer sostenibles todos estos proyectos.  Obviamente, porque los costos no existen, se puede tener un blog o montar una radio en Internet pero hoy por hoy el acceso a recursos sea por vía de créditos blandos del Estado, sea por vía de subsidios o pauta oficial es una salida que tiene un límite porque lo niveles de comercialización de contenidos también están monopolizados, los mismos que tienen dinero lo podrían hacer, salvo que el Estado distribuya los recursos en una forma realmente equitativa.  Mas allá de ciertas políticas distributivas que son alentadoras y de la diversidad de medios que existen realmente, para los que solicitan acceder a medios de comunicación para sostener sus verdades se requiere muchísimo dinero y es difícil porque en el tercer sector entra también la fundación Ford o Caritas, que tienen  muchos mas recursos que una sociedad de fomento o un grupo de jóvenes que se juntan y quieren tener un medio, a excepción de que tengan recursos para comer y vestirse, la no necesidad de vivir de eso y que todos lo hagan ad honorem.

Además, estamos a pasos del apagón analógico; el sistema digital exige tecnología apropiada y acceder a ella plantea otra dificultad económica. No es imposible sino que es un límite bastante serio, sobre todo para quienes pensamos que la comunicación es un ámbito estratégico, no solo pensado desde el periodismo sino como espacio de organización y disputa de ideas. La UTPBA decía: “En la lucha de ideas, las que no se conocen no luchan”. Es así: si yo no tengo un medio para dar a conocerlas, un medio concebido no como un megáfono sino como espacio de construcción que aporta y que debate, no existe.

¿Cómo se definen este tipo de proyectos que encaran los jóvenes?

Son iniciativas que tienen que crecer necesariamente. El tema es cómo  se hace crecer y qué sentido se plantea. Puede ser que uno lo tenga como hobbie y está todo bien; si vos te proponés algo mas te metes en camisa de once varas y es todo un desafío. Hay compañeros que pueden trabajar en la estructura pero, a su vez, tienen su radio y sus agencias que hoy plantean una dificultad de hacer crecer esto únicamente desde la pauta publicitaria.  Hoy se sigue valorando un medio por la tirada que tiene. Y esto significa que las pautas publicitarias se concentran en los medios con estructuras oligopólicas o que tengan un mayor desarrollo.  . ¿Por qué es mas masivo un diario que tira 500mil ejemplares y no una página Web en la que entran 500mil personas?  Además debemos hablar de la pauta publicitaria oficial como pauta social, como incentivo para proyectos que promocionen la comunicación social.  . Yo lo que veo es una mayor predisposición de los sectores más jóvenes a entenderse con mayor osadía y con menos preocupación obturante que otra generación, .Es decir: se lanzan y después ven. Eso es algo altamente positivo, se hacen demostraciones a si mismos, son trasgresores, observo que no tiene el respeto antiguo a cierta cosa de la autoridad -lo que no significa que no respeten ideas-. He visto avanzar proyectos con cierta picardía, literalmente: cagarse en ciertos mecanismos y formas y entender dónde está el talón de Aquiles de esta sociedad. No tienen nada prohibido porque si tienen que escribir, aprenden; si tienen que diseñar, aprenden: son multifacéticos. En el terreno del trabajo formal se llamaría pluriempleo. Cuando se trata de un proyecto propio es la ductilidad que te permite recrear condiciones para la creatividad y esos proyectos salen, crecen, se renuevan.

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