Prometen una «revolución cultural» y renuevan el discurso de los sectores poderosos del catolicismo para disputar su lugar en la regulación de la vida y la sexualidad de las personas. ¿Cómo operan estos grupos? ¿Qué estrategias despliegan para condenar a miles de mujeres al aborto clandestino?
“La ‘cultura de la vida’ y la ‘cultura de la muerte’ pujan una vez más en la cámara baja del Congreso de la Nación. Volvió a presentarse el expediente de la ‘Campaña por el derecho al aborto’, pero el proyecto de la Red Federal de Familias (RFF) -que garantiza la protección integral de la embarazada en riesgo y su hijo- ya consiguió la adhesión de 50 diputados nacionales”. Esto se lee en una nota publicada el miércoles 29 de junio en la web de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA). Como si se tratara de un nuevo round entre dos legendarios boxeadores, cuando lo que está en juego no es el cinturón de campeón, sino los derechos sexuales y reproductivos, el reconocimiento de la autonomía de las mujeres en la toma de decisiones sobre sus cuerpos y sus vida, y el rol de la Iglesia Católica en la regulación de la vida y la sexualidad de las personas.
En efecto, el jueves 30 de junio se presentó por sexta vez en la Cámara de Diputados el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), con la expectativa, casi a modo de consigna, de “que sea la vencida”. A pesar de que en las sucesivas presentaciones fue ganando firmas de apoyo de diputadas y diputados, el proyecto nunca llegó a la votación en el recinto. Por otra parte, también el 6 de mayo ingresó al Congreso el proyecto de ley de “Protección integral de los derechos de las mujeres embarazadas y de las niñas y/o niños por nacer”. A partir de postular como “niño por nacer” a “todo ser humano desde el momento de la concepción o fertilización del óvulo, hasta el de su efectivo nacimiento”, el proyecto pretende cercenar no solamente la despenalización del aborto, sino también restringir las prácticas de reproducción asistida, actualmente reconocidas por la ley 26.862 y el nuevo Código Civil y Comercial, puesto que éstas presuponen la manipulación, criconservación y descarte de embriones. Si bien este proyecto tampoco ha avanzado en la agenda parlamentaria (fue presentado anteriormente en 2010, 2012 y 2013), el grupo cuyos intereses representa no carece de cosechas. Muestra de esto es la incorporación, casi de último momento, del artículo 19 en el nuevo Código Civil y Comercial, que reconoce el inicio de la vida en la concepción. ¿Pero quiénes son estos grupos? ¿Cómo operan para obstruir una y otra vez el debate legislativo sobre el aborto? ¿Qué estrategias despliegan para condenar a miles de mujeres al aborto clandestino?
No se requiere de mucha investigación para señalar a la Iglesia Católica como un actor político decisivo en la obstaculización del acceso al aborto legal y seguro, desde el lugar hegemónico que ha logrado mantener para imponer su visión de lo que se considera legítimo y deseable en la vida social, muy especialmente en la regulación de la sexualidad, las familias y las relaciones de género. Operando judicialmente para frenar la conquista de derechos, tejiendo alianzas con gobernadores como Juan Manuel Urtubey (Salta), incidiendo en las políticas sanitarias a través de figuras como Abel Albino, estos grupos alimentan el mito de la “nación católica”, montado en la particular y estrecha relación forjada entre el Estado y la jerarquía eclesiástica de la Iglesia Católica, prácticamente desde la Independencia. Desde sus espacios institucionales, pero también desde asociaciones civiles, en un fenómeno que han llamado oenegización religiosa, se posicionan en el espacio de lo público, como legisladores ocultos e intangibles. Si fueron las feministas quienes se encargaron de demostrar que “lo personal es político”, los grupos religiosos salieron a dar batalla y se vienen movilizando políticamente para recuperar el lugar de portavoz en torno a la “moral sexual”.
En defensa de las familias… ¿pero cuáles?
Volvamos al principio. Siguiendo el objetivo de entender quiénes son y cómo operan estos grupos que intervienen directamente sobre nuestras vidas cotidianas, pertenezcamos o no a su credo o institución, detengámonos en la Red Federal de Familias. Esta organización se fundó, como tantas otras de su tipo, a fines de 2009, ante “la amenaza del matrimonio igualitario”. Sosteniendo un concepto de familia basado en el “matrimonio entre varón y mujer, estable y duradera, en respeto a la vida y el orden natural”, formaron parte de la organización de marchas, movidas mediáticas y lobby parlamentario para frenar la sanción de la ley que incluyó en la institución del matrimonio a las parejas del mismo sexo. Ante la derrota, redoblaron los esfuerzos de organización, y hasta el día de hoy la Red articula estrategias de acción con los obispados católicos provinciales, las autoridades evangélicas de las regiones y funcionarios políticos de amplio rango. Entre sus acciones visibles se destaca la conmemoración cada año del Día del Niño por Nacer, decretado por Menem con el visto bueno del entonces papa Juan Pablo II, el 8 de diciembre de 1998. Sí, el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen. La fecha elegida para la conmemoración fue el 25 de marzo en consonancia con el día de la resurrección de Jesús. Este año, los grupos religiosos que se autodenominan “pro-vida”, con motivo de esta fecha, empapelaron la zona del Congreso con afiches de fetos y circularon por las redes sociales imágenes con el lema “Un inocente abortado, otro Cristo crucificado”. La apuesta hacia delante es instalarlo comercialmente como el Día de la Embarazada y promover una marcha nacional.

Imágenes: NosDigital
La Red Federal de Familias es también la que organiza desde hace cinco años el Congreso Nacional Familia y Vida, cuya última edición fue los días 6 y 7 de mayo en Rosario, Santa Fe. En su página web se lee: “Este Congreso está abierto a todas las personas que crean en la necesidad de promover el valor de la vida, la importancia de la familia como célula básica de la sociedad y la educación en verdaderos valores. Está abierta a todo público, docentes, magistrados, funcionarios públicos, sacerdotes, dirigentes sociales y catequistas y también para estudiantes secundarios y universitarios”. Las dos jornadas se desarrollaron en el Salón Metropolitano de Rosario. Luego de la acreditación (previa inscripción y pago de arancel), se podía recorrer una serie de stands de organizaciones e instituciones católicas. Entre los materiales desplegados en las mesas se destacaban aquellos que denunciaban la invasión de la “ideología de género” en las educación de los/as hijos/as, la difusión de la “planificación familiar natural” y los consejos para la vida marital en armonía. La mayoría de los asistentes al Congreso eran adolescentes y jóvenes, en general en grupo, pertenecientes a parroquias o escuelas católicas. Con un funcionamiento de talleres y paneles simultáneos, el Congreso estuvo pensado para pasar el fin de semana, e incluía momentos de socialización como el almuerzo y los cortes de café. En el salón principal, las paredes estaban cubiertas de banners con imágenes de embriones y fetos en distintas etapas de desarrollo e indicando lo que “sienten” en cada momento. Una imagen de la Virgen María acompañó a cada expositor a un costado del estrado. Las presentaciones estuvieron principalmente a cargo de abogados/as y médicos/as, marcando el tono secular del encuentro, principalmente articulado en torno a argumentos médico-científicos y fundamentos jurídicos. Los miembros de la jerarquía de la Iglesia Católica estaban más ocupados en la organización y supervisión de las actividades que detrás del micrófono.

Congreso Nacional Familia y Vida, 7 de mayo 2016.
Profesionales del derecho y la salud no son actores casuales ni secundarios en esta problemática, sino que encarnan las principales estrategias de estos grupos: la judicialización, el uso de la objeción de conciencia y la presión para dar injerencia a los comités de ética hospitalaria, liderados por médicos católicos, para restringir el acceso a los abortos no punibles y para incidir en la orientación de la políticas de salud reproductiva.
Por la familia natural (y judicial)
“Una vez que el pueblo votó, las puertas del poder se cierran. Hay que quedar del lado de adentro”, así empezó Aurelio García (Encuentro Vecinal Córdoba) el «Panel con Político», y habla desde la experiencia. A continuación, narró su orgullo profesional: haber impedido que se acceda a los abortos no punibles en la Provincia de Córdoba. Luego del Fallo FAL de la Corte Suprema, el Ministerio de Salud de Córdoba emitió la resolución 93/12 que estableció la “Guía de Procedimiento para la atención de pacientes que soliciten prácticas de aborto no punible, según lo establecido en el artículo 86 incisos 1º y 2° del Código Penal de la Nación”. A continuación, la asociación Portal de Belén – subsidiada por la Subsecretaría de Protección Integral de Niñez y Adolescencia de la provincia y fundada por el propio Aurelio García en 1991 para “dar una respuesta concreta a la problemática de la mujer embarazada y sola” – presentó una medida de amparo para que se declare inaplicable la resolución ministerial e inconstitucional la figura del aborto no punible, hoy vigente de acuerdo al Código Penal. Aunque todavía sin sentencia firme, se logró una medida cautelar que suspendió la aplicación de la Guía en cuestión. Por su trascendencia, en el 2014, Amnistía Internacional, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) se presentaron como amicus curiae para dar argumentos al Tribunal Superior de Justicia de Córdoba. Bajo esta misma figura se presentó en el último mayo el Centro de Estudios en Derechos Humanos y la Carrera de Especialización en Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, de la Facultad de Derecho, de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN). Católicas por el Derecho a Decidir también participa, en carácter de tercero coadyuvante en defensa de los derechos humanos de las mujeres. El poder no entiende mayorías y minorías, y se suele requerir de unos cuantos para contrarrestar la acción de unos pocos. En su exposición en el Congreso Familia y Vida, Aurelio García relató que al juez que dio lugar al amparo “se le venía el juicio político. Cuando lo pidieron en la Legislatura de Córdoba, diez días antes habíamos conseguido firmas para apoyar la moción del juez. Lo desactivamos”.

Diputado Nacional Juan Fernando Brugge (izq.) y Legislador, Córdoba, Aurelio García (der.)
En ese contexto teñido de una cierta épica macabra, se dio lugar a las preguntas de los/as asistentes. La que abrió la ronda fue al grano: “¿Es posible ir para atrás con el matrimonio igualitario?”. El primero en responder, más moderado en su discurso, fue el Diputado Nacional Juan Fernando Brugge por la Provincia de Córdoba, representante del Partido Democrática Cristiano, hoy integrante del bloque UNA, aclarando que él no veía el contexto parlamentario favorable para instalar ese debate hoy. Si bien Aurelio García estuvo de acuerdo, dejó claro que tampoco está dispuesto a sentarse a esperar: “La apuesta es hackear judicialmente el nuevo código civil. Ir con el interés superior del niño para argumentar que la adopción debe ser con mamá y papá. Tenemos que ser la resistencia cultural. No nos podemos rendir ante lo políticamente correcto. Y vamos a enfrentar al sistema de Fertilización In Vitro, vamos por la protección de los embriones, que son vida”.
Generación pro-vida
Tuvo su lugar en el estrado el Frente Joven, en la voz de Santiago Santino, su coordinador de Formación. Cuando le pedís un contacto, te da su twitter, en el que se presenta “Convencido de que se puede hacer un país mejor para todos”. Con la consigna de que “Sin vida no hay derechos y sin derechos no hay futuro”, presentó, junto a Memé Moscoso – del Portal de Belén – la nueva campaña “Derecho al Futuro”, que el Frente Joven llevará a cabo este año junto a otras ONG’s de todo el país, entre las que se encuentran Rosario te quiero Pro Vida, Elegimos la Vida de La Plata y Universitarios por la Vida de Córdoba.

Congreso Nacional Familia y Vida
“No somos la generación perdida, somos la generación pro-vida”, sostienen y encarnan una de las fuertes estrategias de los últimos años de los grupos católicos hegemónicos: la apelación a los derechos humanos. Desde esa posición es que acusan de “genocidas” a los/as que defienden el derecho a decidir y de “terrorismo de estado”a los avances en derechos sexuales y reproductivos. Sin embargo, lejos de las posiciones melancólicas y de un discurso conservador, se presentan como una “revolución” y un “cambio cultural”. “Somos lo nuevo, la muerte siempre envejece. Estamos preparando algo grande, queremos salir a las calles, dar charlas en formato TED, transmitir el bien. Y en octubre hacer una gran fiesta. Porque se protesta la muerte, se festeja la vida”. Y como en algo le hicieron caso a Aurelio García, en eso de que “Cuando se cierran las puertas, hay que quedar del lado de adentro, no importa por dónde se entre”, crearon una escuela de Jóvenes Dirigentes, con sede en Buenos Aires, Mendoza, Tucumán, San Juan y Mar del Plata. Ya tiene 159 egresados y recibe el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, la Municipalidad de San Miguel (Pcia. De Buenos Aires) y de San Miguel de Tucumán, de la Universidad Fausta, la Universidad de San Pablo Tucumán, de la Escuela de Negocios, de la Universidad de Congreso, de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y de la Fundación Nuevas Generaciones. Entre sus docentes, se destacan el pediatra Abel Albino – propuesto para Ministro de Salud de la por Mauricio Macri– y Mariano Gerván, Secretario Parlamentario del Bloque PRO de la Cámara de Diputados de la Nación. La mayoría del plantel se conforma con egresados de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Católica Argentina.
La peregrinación peronista
El 18 de enero de este año se firmó el “Pacto de Padua” entre un grupo de intendentes peronistas del conurbano bonaerense, “inspirados en el liderazgo internacional del Papa Francisco” (…) “tomando como iniciador de nuestro pensamiento ecológico integral al General Juan Domingo Perón”. Desde esa fecha hasta el día de hoy, no paran de sumar adhesiones de intendentes de todo el país. El último 13 de junio, aprovechando el contexto de tensión entre la Casa Rosada y el Vaticano, el Pacto fue ratificado mediante la firma del “Compromiso de San Antonio de Areco”. El quinto principio – suman diez en total – es “Proteger a la familia como célula básica de la sociedad y la vida humana desde la concepción”:
Apoyar la realización de las familias es parte de una política socialmente activa, que genere empleo y que ofrezca oportunidades de desarrollo para todos. En el reciente e histórico encuentro que el Papa Francisco y el Patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa mantuvieron en Cuba, emitieron una declaración de imprescindible lectura, uno de cuyos puntos enfatiza: “La familia es fundada sobre el matrimonio, que es un acto libre y fiel de amor entre un hombre y una mujer. El amor fortalece su unión, les enseña unos a otros como un don, es la escuela del amor y la fidelidad”. A la vez, realizaron un llamamiento “para respetar el derecho inalienable a la vida. Millones de bebés están privados de la propia posibilidad de aparecer a la luz”.
Por si quedaban dudas, el Partido Justicialista redobló la apuesta y el 16 de junio lanzó una secretaría partidaria de Culto y Doctrina Social de la Iglesia Católica. En la presentación estuvieron el presidente del PJ, José Luis Gioja, los intendentes Verónica Magario (La Matanza) y Gustavo Menéndez (Merlo) y el padre José “Pepe” María Di Paola. Previamente, el 1 de junio, recién conformadas las nuevas autoridades del PJ, la Conferencia Episcopal Argentina recibió en su sede a la mesa de conducción partidaria, ocasión en la que los obispos José María Arancedo y Carlos Malfa recibieron a Gioja, Daniel Scioli, Lucía Corpacci (gobernadora de Catamarca) y Gildo Insfrán (gobernador de Formosa). Desde el PJ, declararon que «Tanto la Iglesia quedó a disposición de las necesidades del partido, como viceversa». El ya nombrado intendente de Merlo, Gustavo Menéndez es una figura convocante dentro de este grupo y así lo demuestra en el (no tan) fino trabajo territorial que lleva adelante. El jueves 30 de junio, participó con el obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Maletti, de un encuentro en el que 180 instituciones educativas del partido de Merlo adhirieron al Pacto de Padua.
Idas y vueltas en la relación entre Iglesia y Estado, confluencias entre catolicismo y peronismo. Giros alrededor de quiénes nos niegan nuestro derecho a decidir.