Archivo por meses: febrero 2014

Sojajaja

Datos duros sobre el modelo sojero y el agronegocio para pensar el 2013.
En el 2013 el campo argentino se tiñó de muchos colores: color soja transgénica, de pesticida, de personas rociadas y de un pueblo que de tanto luchar permitió que condenaran a los rociadores; se tiñó aún más de Monsanto, pero también de Malvinas Argentinas que le dijo »No» a Monsanto. El 2013 se vistió de un modelo de pensar la tierra y los alimentos, pero también de organización que le pone una piedra en ese camino que tanto maltrata.
El año pasado 175 millones de hectáreas fueron cultivadas con semillas transgénicas, a lo largo de 27 países en todo el planeta.
Datos top:
-El 54% es producido en el Tercer Mundo.
– De los 20 países con mayor cultivo de transgénicos nueve están en América: Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, México, Chile y Honduras.
-Brasil ostenta con orgullo segundo puesto y Argentina completa el podio en la tercera posición, permitiendo en su suelo algodón, maíz y soja genéticamente modificados.
-En Argentina los transgénicos ocupan 24 millones de hectáreas, el 77% de la tierra cultivable.
mapa transgenicosDesde que en 1996 fue legalizada la semilla Round up Ready (RR) producida por Monsanto en Argentina reina la soja transgénica. Una buena: el 19 de marzo el Centro de Estudios Legales del Medio Ambiente (Celma) presentó un amparo ante la Justicia por las irregularidades que hubo durante la aprobación de la nueva variedad transgénica RR2 Intacta Pro; no hubo una convocatoria a audiencia pública durante el proceso, no hubo presentación de impacto ambiental ante la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria y que su aceptación se hizo conforme los estudios presentados por Monsanto. El asunto sigue en los pasillos judiciales.
La siembra de la soja durante el período 2013/2014 ocupó el 50% de los cultivos -53 millones de toneladas- y el 64% del suelo con 20 millones de hectáreas, ubicando al país en la tercera posición a nivel mundial, con casi el 20% de su producción. En los últimos diez años aumentó su producción en otro 60%. De acá, la estrecha conexión que hay con los agroquímicos, especialmente el pesticida glifosato. ¿Qué tienen que ver uno con el otro? La semilla transgénica que creó Monsanto, la RR y sus sucesoras, son resistentes al glifosato, una pesticida que según se puede leer en la propia página de Monsanto:
-posee baja toxicidad aguda
-no es cancerígeno (no produce cáncer)
-no es teratogénico (no afecta el normal desarrollo embrionario; no provoca malformaciones)
-no es neurotóxico (no afecta el sistema nervioso)
-no tiene efectos sobre la reproducción.
El 2012 terminó con la condena de tres años a un agricultor y al piloto aeroaplicador por rociar con glifosato al Barrio Ituzaingó, Córdoba, a lo largo de años y años;  un pueblo de 5 mil habitantes los cuales 200 tenían cáncer. El glifosato no es cancerígeno. Los casos de malformaciones, leucemia infantil, envenenamiento en la sangre y demás efectos de este producto de “baja toxicicidad” fueron revelados durante el juicio. Mientras tanto, Argentina utilizó 318 millones de Kg-l de agrotóxicos durante el 2013, 200 millones de glifosato, solo superada por Brasil y Estados Unidos. El consumo de pesticidas aumentó 858% en los últimos 22 años, mientras que la superficie cultivada lo hizo en un 50% y el rendimiento de los cultivos solo aumentó un 30%.
mapa transgenicosEl 2013 amaneció con la resistencia en la localidad de Malvinas Argentinas, también Córdoba, tratando de parar una »planta secador de granos» de Monsanto de producción de semillas de maíz genéticamente modificada.  ¿Qué pasaría ahí dentro? Se someterían a las semillas a una gran cantidad de pesticidas de alta toxicidad:
-Sería la segunda planta de este estilo más grande del mundo, con 6 secadoras y 216 silos.
-Se utilizarían 250 mil litros de plaguicidas al año. Monsanto no declaró dónde piensa vertir los residuos.
-Malvinas está a solo 10 km del Barrio Ituzaingó.
Manifestaciones, bloqueos, acampes, represión y la persistencia de quienes se niegan a vivir entre desperdicios inhumanos generó que a principios de enero de este año, la planta quedase parada por la Justicia hasta que la empresa presentase un estudio de impacto ambiental. La semana pasada, el 20 de febrero, una movilización de los vecinos contra la planta terminó en represión con gas pimienta y balas de goma.
El 2013 se reveló como una eterna confrontación. Una, con la tierra rehén de la soja, cada vez más amenazante, más pestilente, cada vez más cara y más codiciada. Pero por otro, con algunos ciudadanos rechazando los efectos de los pesticidas que rocían sus cabezas, de las inundaciones y sequías nacidas de una deforestación que duplica la media mundial, de multinacionales que controlan los mercados de semillas, herbicidas y de la producción misma.

Los indeseados

Cientos de trabajadores callejeros de la Ciudad están siendo desplazados y criminalizados. Entre ellos, la comunidad senegalesa denuncia el atropello de la Metropolitana y pregunta: «Si nos sacan de la calle, ¿dónde vamos a ir?»
En el angosto pasillo de entrada del conventillo ubicado en Sarmiento 2835, a tan sólo cuatro cuadras de la Plaza Miserere de Once, todavía quedan recuerdos del brutal allanamiento de la Policía Metropolitana, pese a que ocurrió hace un mes. Vidrios rotos, una puerta forzada y un cartel rojo con letras blancas con la palabra “clausurado” le dan la bienvenida al hogar que todavía comparten Nar, Thierno y Macoeou, tres senegaleses que llegaron al país hace más de cinco años con la ilusión de mejorar su calidad de vida y dejarle un mejor pasar económico a sus familias, que aún los esperan en África. En la madrugada del 28 de enero, en vez de tener la esperanza de progresar, temieron por sus vidas y por sus sueños: oficiales de la fuerza que responde a Maurico Macri ingresaron a su hogar y, a punta de pistola, los obligaron a firmar documentos que no entendían porque no hablan español.
senegalDesde hace más de un año, el PRO intenta desalojar constantemente a los manteros y puesteros de la Ciudad y sobre todo a los que ocupan la Avenida Pueyrredon en el barrio porteño de Once. Entre los perjudicados están los más de 3.500 senegaleses que, en su gran mayoría, trabajan de la venta callejera de relojes, bijouterie, billeteras, cinturones y anteojos de sol. Casi todos no hablan español y se comunican en wolof, una de las lenguas oficiales de Senegal. Otros, en francés o en inglés; unos pocos manejan el castellano a la perfección. En este último grupo está Abdoulay Gothe, representante de la comunidad africana en Buenos Aires, quien vive y trabaja en Córdoba, pero continúa en Buenos Aires a la espera de alguna respuesta por lo que están padeciendo sus compatriotas. Él, mientras mostraba parte por parte los lugares del conventillo, recibía los saludos de todos sus compañeros que llegaban hasta la puerta y le preguntaban cuál iba a ser el próximo paso a seguir. “Nos tratan como si fuéramos delincuentes y sólo somos gente trabajadora. Nos discriminan por ser inmigrantes, por ser negros. Yo me pregunto: ¿de dónde venían los primeros inmigrantes que llegaron a la Ciudad? Extranjeros somos y seremos todos”, se lamenta el hombre que, en el marco de uno de los reclamos, le planteó en la cara a Macri todas las problemáticas y no recibió ni siquiera una palabra de devolución por parte del Jefe de Gobierno; ni siquiera se animó a mirarlo a los ojos.
Además de ingresar a la fuerza con una orden judicial firmada por el Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas Nº 4, que está comandado por Graciela Dalmas, los efectivos policiales se llevaron parte de la mercancía que tenía la pequeña habitación del conventillo. Ingresaron, a las 5 de la mañana, encapuchados, armados y con una pequeña cámara de video que filmó todo el operativo. Todo, salvo cuando los obligaron – a punta de pistola – a firmar el documento que corroboraba que no había existido ninguna disconformidad en el allanamiento, según contaron los propios protagonistas que vieron cómo corrían la filmadora para que no tomara la imagen que los apuntaba para que firmaran. Nar dormía en un colchón del dormitorio y Thierno en el entrepiso en  el momento del ingreso de los oficiales que los apuntaron, mientras que Macoeou se estaba bañando. A él ni siquiera lo dejaron terminar de ducharse ni cambiarse: rompieron vidrios del baño y en toda la inspección se mantuvo desnudo.
“Es una injusticia más allá del color de piel que tengamos. Yo por cualquiera de ellos daría mi propia vida, pero lo que no entiendo es cómo la gente en este país ha votado a un Gobierno que hace este tipo de cosas y por qué no reaccionan para defendernos”, se pregunta, con indignación, Abdoulay. Lo cierto es que ellos mismos sienten la discriminación en las marchas que realizan y en los propios medios de comunicación, que o los vuelven invisibles o los responsabilizan. “Hace poco otro grupo de gente que protestaba por diferentes razones a las nuestras quemó un patrullero y el diario Clarín, el mismo que festeja que nos quieran desalojar, nos culpó cuando no tuvimos nada que ver”, agrega.
A los tres, la policía les robó – porque en el acta no figuran como incautados – dinero y los teléfonos celulares en los que guardaban, entre otras cosas, las fotos familiares y recuerdos de su Senegal natal. Mustafá, presidente de la Asociación de Residentes Senegaleses en Argentina, fue quien los acompañó desde el primer momento para denunciar estos hechos. Él es otro de los que habla español a la perfección y se contactó con organismos de Derechos Humanos del país para denunciar los hechos violentos que sufrieron. “Es una vergüenza que nos hagan esto. Los humillaron y los hicieron temer por sus vidas con un nivel muy grande de agresión. Por suerte muchas entidades ya nos dieron su apoyo en esta lucha constante”, dice y agrega que tanto el CELS como la Defensoría del Pueblo de la Ciudad les brindaron solidaridad y quedaron a su disposición.
En la oscuridad del diminuto espacio que separa al pasillo de la habitación del conventillo, todavía quedan marcas del ingreso de la Policía. Puertas rajadas, bolsos abiertos, ropa tirada, mantas por todo el dormitorio y un fuerte olor a humedad encierran el pequeño espacio en el que viven tres personas que todavía no pueden creer lo que les tocó vivir en el país en el que soñaban tener un futuro mejor.  Ellos son sólo un pequeño grupo dentro del macro objetivo macrista de desalojar a todos los puesteros callejeros. Ellos prácticamente no hablan español, pero entienden a la perfección la ideología y la mecánica de la Metropolitana. Ellos, que intentan trabajar de algún otro oficio y no reciben ofertas por la discriminación que sufren día a día por su color de piel, se levantan a las siete de la mañana para ganar el dinero que necesitan para pagar sus alquileres y mandar dinero a su país, pero el Gobierno de la Ciudad intenta desalojarlos e impedirles trabajar. “Si nos sacan de nuestros trabajos: ¿A dónde vamos a ir? ¿Qué vamos a hacer de nuestras vidas en el país? Lo único seguro es que si nos dejan sin trabajo se les vendrá un problema muy grande”, asegura Abdoulay.
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El último bosque del sur

Hay un bosque nativo, acá nomás entre Avellaneda y Quilmes, donde la firma del grupo Techint Nuevo Milenio S.A. busca llevar a cabo el proyecto inmobiliario «Nueva Costa del Plata», una especie de Puerto Madero bonaerense. El bosque es el último pulmón verde que queda en estos municipios. Aunque Techint tenga el dinero y el aval de las autoridades provinciales, se les está haciendo difícil avanzar: tiene a un montón de vecinos y organizaciones bien plantados, defendiendo lo que es suyo.
bosquenativoDesde Villa Domínico (partido de Avellaneda) hasta Bernal (partido de Quilmes) está lo que fue por treinta años el vertedero de basura más grande de Latinoamérica. Ese basural colapsó en 1998 y fue causante de varias muertes de niños en las torres de Wilde (partido de Avellaneda). Eso fue la gota que rebalsó el vaso para que un grupo de madres empezaran a luchar para que se cierre, y lo lograron. El bosque nativo (pegado al CEAMSE) fue declarado reserva ecológica por el Honorable Concejo Deliberante de Quilmes en el 2002 como zona de recuperación ecológica por la contaminación del basural. Con sus 262 hectáreas serviría como filtro natural para amortiguar la contaminación que dejó la basura. Por su parte, en el 2008, el Concejo Deliberante de Avellaneda (que nunca declaró el bosque como reserva en su área de influencia), rezonificó el área de la costa y la declara zona urbanizable, dándole así lugar al proyecto Nueva Costa del Plata en Avellaneda. En ese momento, y gracias a estar siempre pendientes de lo que pasara en la zona por lo que había generado el CEAMSE, vecinos de Quilmes, foros y organizaciones ambientales de la zona fundaron la Asamblea No a la Entrega de Costa, para frenar el avance de los emprendimientos inmobiliarios sobre el bosque nativo. Gracias a la resistencia de los vecinos, el bosque no se tocó hasta el 2012, cuando empezaron los desmontes.
La Organización Mundial para la Salud fija como óptimo 15 m2 de espacios verdes por habitante y como mínimo 10 m2. En la actualidad en la localidad de Avellaneda estos espacios verdes se reducen a 0,40 m2 por habitante y en la localidad de Quilmes a 0,50 m2, un 97,4%. Un 96% menos de los espacios verdes necesarios para una adecuada calidad de vida.
Leandro, abogado patrocinante de la Asamblea No a La Entrega de la Costa Avellaneda-Quilmes.
– En diciembre del 2012 nos llega a nosotros la causa, cuando un grupo de vecinos nos convocó para estudiar juridicamente el tema de la viabilidad del proyecto Nueva Costa del Plata que ya habia comenzado con desmontes en toda esta zona.
– En enero del 2013 iniciamos una demanda para detener las obras, porque considerábamos que todo el proyecto estaba enmarcado en una lectura completamente ilegitima del marco regulatorio aplicable. No se cumplían con ninguna de las condiciones previstas, ni en la Constitución ni en la legislación vigente, para avanzar con un proyecto de estas características sobre un bosque nativo. Uno puede decir que Nueva Costa del Plata es un proyecto cuidado desde una u otra perspectiva, pero no para ser construido sobre ese terreno.
–  La Cámara Federal de La Plata hizo lugar a la demanda, suspendió por 30 días las obras hasta que se hagan los estudios de campo necesarios. Antes del vencimiento de esos 30 días el juez de primera instancia dice que la provincia todavía no relevó sus bosques nativos (como determina la Ley Nacional de Bosques) y que por la tanto no puede tocar nada que tenga condiciones ambientales equiparables a las de un bosque. Eso fue nuevamente llevado a la Cámara, esta vez por la empresa, y confirmaron otra vez que la medida cautelar se debía mantener vigente hasta que termine el juicio. Esa sentencia fue dictada en diciembre del 2013.
– Nos amparamos en varias normas,  muy especialmente en la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos de Bosques Nativos, la ley 26331. Esa ley tiene varias previsiones que fueron infringidas por al Municipalidad de Avellaneda y por la empresa, que intentaron sortear todo este régimen, dijeron ‘bueno esto que ahora es un baldío va a pasar a ser una urbanización sustentable’ cuando en realidad no se trata de cualquier terreno al que le están dando funciones, no hay una cancha de futbol ahí, hay un bosque nativo. El artículo 7 de la ley 26331 prohíbe cualquier desarrollo sobre un bosque de estas características hasta tanto la provincia no delimite y determine cuáles son sus bosques. Aquí es donde nace el nuevo problema.
Hecha la ley, hecha la trampa
El pasado viernes 14 de febrero la Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS) convocó a una pseudo audiencia donde presentan el mapa de ordenamiento de bosques nativos que exige la ley. Ese ordenamiento es un mapa que sirve de semáforo: con rojo están pintadas las zonas de máxima preservación, en amarillo las de mediana importancia y en verde las zonas donde se puede avanzar con construcciones. El bosque nativo de la costa Avellaneda – Quilmes iba de verde.
Lo que se realizó aquel viernes 14 de febrero no cumple con ninguno de los requisitos con los que se debe llevar a cabo las audiencias públicas. Una de las cosas principales por la que la audiencia fue declarada nula por la Defensoría del Pueblo y otras organizaciones fue porque no se garantizó el acceso a la información; fue una mera exposición de la OPDS. Por ahora la causa está abierta, la justicia dio pautas claras sobre la necesidad de detener las obras hasta tanto no esté realizado de manera legítima el ordenamiento. Esta lucha a favor de este recurso natural se va a mantener y con muy buenos argumentos.
Nieves – Integrante del Foro en Defensa del Río de la Plata, la Salúd y el Medio Ambiente.
bn3– Los bosques nativos que se quieran destruir están sobre el valle de inundación del Río de La Plata. Los vecinos que vayan a vivir ahí como se eleva el suelo no se van a inundar, pero sí va a traer como consecuencia la inundación de los vecinos que queden en zonas bajas. El proyecto Nueva Costa del Plata dice que va a tener el 70 por ciento de espacios públicos, pero el problema es que se va a rellenar un área y a destruir un bosque.
– Todas las áreas que se colorearon con el nuevo ordenamiento que se dispuso el pasado viernes 14 de febrero son áreas que estaban conservadas por la ley nacional de bosques. Son bosques nativos y reservas igual, pero al poner un área verde se permite el desmonte. Es una trampa.
– El OPDS sólo sigue el criterio comercial, empresarial, no del valor real que tienen los bosques. Nosotros vemos que están sometidos a una presión política.
Leopoldo – Integrante de la Asamblea No a la Entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda.
bosque nativo– Yo soy vecino de Bernal (Municipio de Quilmes) y conozco muy bien el bosque ribereño. Es un paisaje rural a muy pocos kilómetros del casco urbano, es un cambio rotundo de paisaje que hace del lugar algo muy especial.
– La consigna desde la Asamblea siempre fue ‘conocer para defender’, una de las primeras cuestiones fue hacer caminatas para que la gente venga a conocer el ambiente. En esas caminatas empezaron a aparecer biólogos, observadores de aves, un montón de gente con conocimientos que empezaron a inflar la carpeta de conocimientos sobre la importancia del lugar.
– La sensación que nos dejó la jornada del viernes 14 de febrero es de completo desamparo frente a las autoridades. El OPDS que debe velar por el cuidado del ambiente y la salud de sus habitantes es el que hace los negociados. Es esperable también, no nos sorprendió, esperábamos que operaran de esa forma, con un disfraz de proteccionistas cuando en realidad intentan darle vía libre  a los emprendimientos inmobiliarios en la zona del bosque ribereño.
– La lucha está ganada en la medida que va ganando más participación y que la gente empieza a tomar conciencia de la importancia que tienen las zonas bajas, el humedal costero, en términos de regulación hídrica. Hay cosas como la medida cautelar que nos dan un respiro, un reconocimiento de nuestros argumentos en un estamento más grande, pero la pulseada no termina ni creemos que haya que cantar victoria. La pregunta está en si tomamos conciencia o no como sociedad del desastre que estamos generando con este modelo extractivista.
Micaela – Integrante de la Asamblea No a la Entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda.
bosque nativo– Yo de chica conocía el lugar y sabía que tenía valor, que no era un lugar lleno de ratas y basura, si no que era un lugar interesante de conservación. Un día encontré una pintada en la calle contra el emprendimiento inmobiliario y buscando por google me contacté con la asamblea. Hace tres años me sumé, por ese tiempo se formó el grupo más estable.
– Analizamos bien el panorama, en qué había avanzado Techint, conocimos la Ley de Bosques y fuimos trazando ejes de acción para empezar las actividades. Contactamos abogados, utilizamos las redes sociales para la difusión y el periodismo alternativo nos ayudó también a que se conociera el tema.
– Cuando salió la cautelar nos pusimos muy contentos, fue un golpe para Techint porque denunciamos que habían empezado con desmontes y habían violado la Ley de Bosques. Ellos tenían un permiso de la Municipalidad de Avellaneda, pero no era legítimo porque no pueden desobedecer un Ley Nacional.
– Está proyectado por el Municipio que un lugar se descuide, se llene de basura por el mismo municipio, y después decir que viene un emprendimiento privado para dar solución a los problemas de la ribera. El lugar se descuidó apropósito para luego decir que la solución no es que el Estado se haga cargo si no que venga una empresa a ofrecer cosas que a la mayoría de las personas no las beneficia.
– Está siempre el tema cuando volanteamos sobre qué es y qué no es progreso, lo que nosotros decimos es que el progreso no es seguir avanzando con la frontera urbana o agropecuaria sobre áreas silvestres, más en la ciudad. El progreso tiene que ser pensado en función a la vida, hay que redefinir muchas cuestiones. Y el momento es ahora.

El semiótico que ríe

José Luis Fernández es jefe de cátedra de Semiótica en la Facultad de Sociales de la UBA y tras estudiar diez años las redes sociales se volvió uno de los tipos que más sabe del tema en el país. Entre sus carcajadas suelta conceptos que rompen con lo que creemos que sabemos. Como este: “No está cambiando el mundo, está cambiando la mediatización”.
José Luis Fernández es semiótico y es el presidente de la Asociación Argentina de Semiótica (AAS). Y tiene risa de loco. Se ríe a carcajadas. Se ríe de las cosas que él dice, como si mantuviera diálogos consigo. Como si fuera capaz de sorprenderse con las cosas que dice y cómo las dice. Se apasiona como si la papa de la realidad se estuviera resolviendo justo en ese momento, mientras él habla y analiza la vida social. Da la sensación de que algo ahí está en juego a cada palabra. Ese vértigo hace reír. Y aunque todo lo que dice es complejo y desordenado, algo queda entre la risa y el laberinto semiótico de la realidad más concreta.
Pero más allá de que en las primeras líneas se hable de pasión y de emocionantes risotadas, hay que decir que Fernández evita la cuestión sentimental: “Yo creo que cuando uno toma palabra pública no debe tomar términos de su grupo de referencia barrial o biográfica, sino de su referencia profesional. Palabra pública, palabra técnica. Si me preguntás qué pienso de algo te digo lo que me indica mi saber técnico, no mi corazón”.
fernandezSegún la palabra técnica del académico, después de haber intentado explicarle a miles de amigos a qué se dedica, la semiótica es “la disciplina que estudia los intercambios de mensajes y le presta especial atención a los mensajes”. O: “Dicho de otra modo: estudia la dimensión significante de todos los fenómenos sociales”. Un ejemplo: “Una montaña para una sociedad es una fuente divina de vida, y para nuestra sociedad, más técnica, es una cumbre geológica con ciertas características. No hay una montaña pura. Por lo que las cosas son de acuerdo al punto de vista que los grupos sociales le otorgan respecto al sentido”.
El departamento de Fernández está en lo alto de un edificio del barrio de Belgrano. La luz entra por el balcón y alumbra todo el living. Entre sillones y mesas ratonas continúa una precisa disertación sobre la polisemia de los mensajes y de las cosas. De repente, Fernández mira el LCD que tiene a unos pocos metros de distancia. El televisor está apagado, pero enciende la conversación de las nuevas tecnologías: “Estamos en el momento de los Smart Tv. Es un momento de transformación de la interface entre los sectores y los medios. Por primera vez lo que tenemos en el teléfono te aparece en la pantalla”. Se tienta: “Cuando haya otro saqueo tengo que conseguirme uno”. Y se ríe.
Entre mate y mate, el hombre hace análisis larguísimos sobre cada tema que acontece. Seguirlo no es fácil: es un árbol de mil ramas. Pero tiene una habilidad especial: siempre vuelve al tema del principio. La cuestión del diálogo está en poder seguirlo hasta el momento justo en el que uno está por perderse. Luego, hay que esperar, pacientes, a que vuelva. Y así seguir, agarrando todo lo que se pueda. Con que sea algo, es mucho.
Algunos elementos del análisis de los saqueos de diciembre pasado todavía reflotan en el aire. Las expresiones clasistas y racistas de ciertos sectores no llamaron su atención: “La afectividad del discurso incide sobre la afectividad, que de las múltiples series que constituyen le vida humana y social es la menos manejable socialmente. Aparece en los momentos críticos. En Argentina debe haber un 20% de población xenófoba, derechista como en las mejores épocas, que piensa que el problema es Perón, los bolivianos, los chinos, los judíos. A cada reunión que vas, si lográs salir del esquema de que somos todos democráticos, progresistas, bien porteños, aflora una posición actitudinal, no ideológica. Es una actitud militante no política. Entonces, en un momento de crisis, como el de los saqueos, estalla la afectividad y son los que toman el palacio de invierno o los que se ponen a fabricar Auschwitz a las corridas. El ser humano político está convencido de que la cosa es unilineal”.
Tranquilamente, mientras lo escuchás, puede hablar de corrido una hora sin que metas bocado. Aun así es un tipo que interpela todo el tiempo. Con palabras y con el cuerpo. Las expresiones de su cara son alucinantes. Todas evocan una actitud de sorpresa que sugestionan sin remedio. Una cara de “¿Me entendés lo que está pasando?”
Entonces, después de casi media hora hablando de la afectividad y afines – y no tan afines también-, resuelve una conclusión que resulta tremenda y se entienden, como propone su cara, algunas de las cosas que pasan: “Yo viví la política y sé que no es unilineal. Vos sabés que en las organizaciones guerrilleras se pensaba que los tipos que no buchoneaban tenían más consciencia. Cuanto más consciente, más resistías. Como eso no funcionó inventaron las pastillas de cianuro. La tortura te vence. Y no tiene que ver con la consciencia. Hay gente que es más resistente, gente que menos. Gente que es más fría al dolor y otra que no. Eso es el mundo de la afectividad para mí”.
Aunque su estudio de cabecera haya sido sobre la radio, y sea eminencia en el tema, Fernández hace más de diez años que estudia las redes sociales. Y, en el país, es uno de los tipos que más sabe. Y lo sabe. “Estamos en una nueva etapa- dice-. No está cambiando el mundo, está cambiando la mediatización. Los teóricos de la mediatización estamos otra vez atrás de los fenómenos sociales. Los que acostumbran estar a la vanguardia de los fenómenos o tiran espejitos de colores se equivocan. Tienden a perder el carro porque empiezan a ser realidad otra vez los medios, y les cuesta seguirlo. Ahora tenemos resultados empíricos de investigaciones; ahora conocemos la complejidad de los fenómenos; ahora estamos estudiando cómo se van desarrollando los hechos, describimos y tratamos de explicar, que eran las tareas originales de los estudios sociales. Es genial estar por delante pero la ciencia no te habilita porque primero tenés que describir. Yo para no tentarme recuerdo algo que se tiende a olvidar: todos los que ya se equivocaron por querer ser adelantados”. Y Fernández se vuelve reír enumerando algunos personajes que ante el devenir quedaron en off-side.
Pasadas las etapas de la novedad de las redes y de la esperanza que se creen nuevas formas a partir de las comunicaciones multipunto (networking), dejando atrás la comunicación masiva de un punto a muchos (broadcasting), a Fernández le parece que “Facebook, cuando incorpore los medios en vivo, estará cerca de ser la interfaz tipo del futuro ”, pero que, en la actualidad, la cosa pasa por Twitter, que es una caja de resonancia, “una especie de competencia de conventilleros con respecto a los medios tradicionales”. Sin embargo, “ocho de cada diez de los que tienen más contactos están en medios tradicionales, por lo que sabemos que es muy difícil que se desplace completamente al broadcasting, aunque ya no va a haber broadcasting sin networking”.
fernandezFernández dice algo que, en la denominada era de las redes sociales y la interacción, sorprende escuchar: “La gente está ahí, en las redes, como está en la vereda: pensando cómo pasa la sociedad. Hay un porcentaje amplísimo de gente que está en Facebook y en Twitter que sabe que es gratis publicar, pero que no lo hace. Publicar en el sentido de compartir, como un aporte de algo a alguien. La gente está ahí mirando cómo pasa la vida: vas al baño, te tomás un café, te reís de que los muchachos están nerviosos. A la gran parte no les interesa ser emisor. Muchos encuentran límites en las propuestas actuales: aparecen y desaparecen éxitos. Es decir, toda la complejidad de la vida social. Se creyó que ‘los nuevos medios cambian todo’ y ahora vamos aprendiendo qué cambia y qué no.”
La nueva etapa de las redes sociales que describe el catedrático de la Universidad de Buenos Aires radica en que los inversionistas que compraron Facebook y Twitter tienen como objetivo primero recuperar la plata: “Todo en Facebook se está haciendo una porquería ¿Qué pasó?  Los tipos se devinieron en accionistas. Alguien se hizo rico con algo que facturó. Se lo compraron. Como comprador sabés lo que hay que facturar para recuperar la inversión a fin de año, para recuperar los palos que pusiste. Bueno, Facebook no está pensando en Facebook, está pensando en donde ponerte publicidad sin que te vayas, para pagar lo que invirtió el grupo económico. Va a hacer plata. Si no les sirve, lo van a quebrar”.
A medida que los panoramas se van ampliando y Fernández hace entender que la realidad es un tremendo quilombo incierto, se vuelve divertido jugar al Mito o Realidad. Después de algunos tópicos triviales, sale uno interesante:
-En este nueva etapa, ¿es mito que la gente prefiere la imagen a lo escrito?
-Es un mito absoluto. El 80% de las cosas que se hacen en las redes es escritura. Solo que en teoría y, según el mundo reflexivo, interesa el material visual. Todos saben que una imagen vale mil palabras. Pero nadie registra el hecho de que hay palabras, como las conceptuales, que no hay no mil, sino ninguna cantidad de imágenes que la representen. Yo soy un tipo, entre otros múltiples defectos que tengo, y que me hacen operador social, que vive solo y que tiene una señora que lo ayuda. Cuando me enojo por algún tema de teoría o de política actual me enojo porque sé que no se tiene en cuenta esto: el sms es la herramienta telefónica de los sectores bajos. La señora que trabaja en mi casa hace diez años dejó el alfabetismo funcional para escribir mensajes de texto. ¡Cómo se recuperó la escritura en algunos sectores gracias al sms! ¿Por qué ese fenómeno no es revolucionario y si un pelotudo de clase media saca una foto y la sube al aire la cosa cambia? Los medios de sonido sin imagen están plenamente vivos. La radio, por ejemplo, como medio informativo de acompañamiento de la vida social,  del que necesita saber que está pasando, no tiene rivales todavía.
-¿Y cómo se explica esa tendencia de consumo de nuevas tecnologías en sectores de bajos recursos?
-Cuanto más pobre es un sector la comunicación es un insumo más importante para tener éxito en la vida. Un señor millonario sale de su casa y está cortada Avenida Cabildo o la autopista. ¿Qué hace? Se vuelve, deja el auto ahí, se va a la casa, cuando se arregla la situación social vuelve a salir. Cuando yo vivo de mi comercio, del presentismo, de la puntualidad, tengo que llegar como sea. Tengo que estar mejor informado. Dejando de lado sectores técnicos, las novedades tecnológicas crecen de abajo para arriba. Así se expanden.
Fernández  tuvo un fracaso comunicacional rotundo en 2013: no pudo convencer a la gente que cuando está en Facebook o en Twitter está trabajando. “Me dicen ´éste estudia Facebook: es un pelotudo’.”Se indigna. Gesticula y exagera cada una de las sílabas. Y se pone a conversar con él: “¿Sabés lo que pasa? La gente gusta de las grandes ideas, especialmente los intelectuales, que tienen tiempo extra. Le gustan ideas tipo, que muestran que todo es unidireccional o que todo es multidireccional. Eso es porque son metafísicos, porque Platón domina. Eso es así. Inmodificable”. Su tono se vuelve fatal. “Es así”, repite. Y vuelve con más catarsis académica: “A mí me lee gente y saca conclusiones contrarias a lo que yo digo. ¡En mi propia cara! –se vuelve loco- Te citan en un libro y te ponen al revés.  Te citan mal porque son ideas que están en contra de Platón sostenidas en la empiria, en la observación. No conquistás,  no rompés verosímiles. El día que lo rompas, tiene que ser alla argentina, te tiene que investigar alguien de afuera, recibir un premio o morir de una manera trágica. Y a partir de ahí te convertís en el portador de la verdad. Tenés un busto, estatua, todo. No tenés límite cuando rompés un verosímil. A partir de eso el que dice otra cosa, aunque también esté demostrada, es puto, rati, de derecha, botón.”
Fernández, en efecto, después de un par de horas de protagonizar cataratas de sentidos e información sobre los temas más diversos, resulta inverosímil. Lo bueno es que, sin dudas, se lo toma con humor.
fernandez

Juez y parte

A Gonzalo Pecha lo atropelló una camioneta de la Municipalidad, pero la causa no encuentra evidencias. ¿Quién se hace cargo?

El reloj de las cámaras de seguridad del sanatorio Modelo Burzaco y de la calle Alsina y Espora marcaba las 19.30 del miércoles 16 de octubre de 2013. Gonzalo Pecha volvía a la casa en bicicleta con su camisa a cuadros y su pantalón de jean. Pasó a una cuadra de donde Jorge, su papá, estaba esperando el bondi. No lo supo. A la medianoche Gonzalo todavía no había llegado. Jorge llamó al celular. Lo atendió un policía que había llevado a Gonzalo al hospital. Había visto a un pibe tirado con una camisa a cuadros, pero supuso que no sería justo su hijo. Había visto, también, pasar a una camioneta muy rápido y a contramano. No sabe si fue esa misma camioneta u otra que fuera de apoyo al lugar del accidente.
Julio César Funes lo había atropellado con la patrulla 3 de la Municipalidad de Almirante Brown, una Hilux sin vidrios polarizados de patente JLM 022. El acompañante, policía, oficial de tránsito, es Montenegro. Funes declaró que Gonzalo le embistió la rueda delantera del lado del conductor. La camioneta supuestamente quedó golpeada. La bicicleta no tiene ni un raspón. Gonzalo cayó en el medio de la calle Espora. Funes dice que fue a parar arriba de la vereda por el volantazo para esquivar la embestida de la bicicleta.
Gonzalo quedó con muerte cerebral instantánea por un golpe en la nuca. Sangraron los oídos, la nariz. Los pulmones estaban perforados por las costillas rotas.
 Versiones
Dicen que Funes era policía retirado. Dicen que lo sacaron del cargo. También dicen que solamente estaba manejando la camioneta Hilux. Más precisiones no hay. Hay versiones encontradas porque las cámaras no muestran el accidente, pero muestran que la calle estaba llena de testigos que no hablan, que el fiscal Gustavo Giorgi, de la Unidad 24, no encuentra.
Como los del colectivo que pasó en el momento del accidente.
Como la señora del quiosco que primero dijo que vio el accidente y después, cuando volvieron, se retractó.
Como los de la parrilla, idéntica situación.
Como la chica de la casa textil que no sale como testigo porque la amenazaron con quedarse sin  trabajo.
Como Esteban, que vio la sirena apagada en el momento del choque, pero todavía, tres meses y medio después, no declaró.
El acta, en el momento, lo labró Montenegro, testigo visual. Pasó por alto que era juez y parte.
Yo no fui
“Solo después de que el lunes pasado cortamos Alsina y Espora se comunicaron conmigo desde la Secretaría de Seguridad», recuerda María Laura Miño, la mamá.
Dicen que la camioneta está parada, pero la familia la vio circulando varias veces. Lo que cambió es que ahora tiene los vidrios polarizados. La vieron donde los bomberos, donde la municipalidad, y en la misma esquina de la casa de Gonzalo. La 12, la 13, la 4, en cambio, no tienen los vidrios polarizados.
Las filmaciones del sanatorio y en la calle Alsina que prometió conseguir el fiscal Giorgi no muestran el momento del choque. Se ven solo sirenas prendidas, quietas, y un montón de camionetas policiales después de la embestida. Una de las cámaras gira minutos después, minutos que no aparecen en el video, justo del accidente.
El intendente dijo ponerse a disposición. Los padres, que pararían con las marchas a menos que aparezcan más irregularidades. Esperan que se haga justicia con una carátula no excarcelable, porque tantas faltas les dejan la certeza de que no fue un accidente, sino una imprudencia.
 

No suelten los tambores

Agarrate Catalina ya es sinónimo de murga, a uno y a otro lado del charco. Constituida como cooperativa, la Catalina le hace cosquillas a América toda. Su director, Yamandú Cardozo reflexiona sobre la popularidad colectiva y no duda: “El murguista es el más aplaudido de la noche y se toma el mismo bondi que los aplaudidores”.

“Hoy escucharemos una historia especial, de la gente más corriente y normal. Una historia extraordinaria, sin las grandes luminarias. Un guión extraordinario, para actores secundarios. Gente común. Gente común”.

*

-Cuando la gente ve un murguista y lo reconoce por la calle, muchas veces dice algo así: «Mirá, uno de tal murga». Si lo individualiza, dice: «Mirá, Pablo de tal murga», el nombre de la murga pasa a ser tu apellido, tu colectivo te define. A mí me encanta ser Yamandú Eldelacatalina.

Yamandú “Eldelacatalina” Cardozo es director responsable de la murga por la cual muchos cerraron los ojos, saltaron con la imaginación el charco y sintieron, desde la amplitud de los sentidos que no conocen las distancias, el carnaval uruguayo.  Yamandú tiene puesta la camiseta de Agarrate Catalina, que desde el año 2001 recorre escenarios y funde fronteras con sus espectáculos, hasta convertirse en la murga más reconocida de la fiesta popular más importante del país vecino.

Cuatro años después de sus inicios ya se hacía del primer lugar en el Concurso Oficial uruguayo, para repetir varias veces el logro durante su carrera. Un verano más tarde era nombrada Embajadora Cultural de Montevideo por la Intendencia Municipal, los aplausos se amplificaban.

¿Qué les pasa con la “popularidad”?

-No lo pensamos mucho, realmente. Bah, si «popularidad» se refiere a «notoriedad» o «fama», no mucho. Por lo menos no en los caminos hacia, en las estrategias para…

Sí, quizás, en la rareza encantadora de la «fama» del murguista, cuya característica principal es eludir el comportamiento habitual del «famoso». El murguista es, en la inmensa mayoría de los casos y desde hace ciento y pico de años, murguista y albañil, o empleado público, o desempleado, o punga, o profesor de filosofía, o testigo falso, o enfermero, o Ministro de Economía. Es el más aplaudido de la noche y se toma el mismo bondi que los aplaudidores. Es el mozo del boliche al que van los que aplauden, es su vecino. Es popular y sin embargo, cercanísimo. E inocultablemente igual, porque es el público, pero a veces canta. En ese fenómeno sí pensamos, sobre todo desde el lado de la alegría que genera que eso sea así.

Es una popularidad principalmente grupal, no individual

-Ojo que hay, sin embargo, murguistas más reconocidos que otros, pero no dejan, creo yo, de ser en tanto existe ese ser colectivo, ese monstruo de casi veinte cabezas que los sostiene y los hace ser. Yo siento que eso mantiene vivo el aviso de que puede ser cualquiera. Y eso, también es maravilloso de la «fama» de los murguistas. Siempre son tan cercanos (queridos o no) y tan parecidos al que le canta al lado, el murguistas puede ser tu vecino, tu empleada, tu jefe o vos.

Agarrate Catalina se nutre del eco de voces anónimas y en su sonido representa el infinito de posibilidades: todos pueden ser murguistas. Lleva transitados numerosos países, entre ellos: Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, México, Panamá, Cuba, España y Francia. El sentido de grupo se escapa entre las sílabas y vuelve el escenario horizontal. La disposición sirvió no sólo para encarar al público, sino para pensarse como unidad y decidir constituirse legalmente como cooperativa.

-La legalización de nuestra cooperativa dio un marco a nuestro funcionamiento anterior.

Un marco que resalta y acentúa. Somos más colectivos. Dio lugar a nuevos debates sobre temas habituales, habilitó otros planos de discusión. Además, nos ayudó a soldar más aún el discurso y el evento artístico y el andar grupal y humano.

Yamandú habla siempre en plural, quizás por eso cree que es imposible definir en colectivo si los murguistas son primero actores o cantantes: “Somos cantores que actúan, a veces, y otras veces actores que cantan”.

La murga forma parte de la identidad de Uruguay ¿Eso les genera cierta responsabilidad?

-No particularmente. A mí, como letrista de murga, como murguista, la responsabilidad me llega igual que si me parara arriba de un banquito en una plaza, sólo, a gritar envuelto en algún otro intento artístico cualquiera mis desvelos, mis terrores o ilusiones. La responsabilidad del que habla y se sabe escuchado, atendido y querido. Esa.

¿Por qué crees que se elige como identidad nacional una manifestación que tiene a la lucha y la protesta como eje discursivo?

-Hay muchos uruguayos que, si pudieran elegir la identidad nacional, a la murga la dejan olímpicamente afuera. Yo creo que somos un poco así. Protestones, luchadores. Y discutidores y zorros y colectivos y de humor salado y risa entre dientes. Entonces así caminamos, bailamos, jugamos al fútbol y cantamos. La murga existe, en parte porque somos así. Hay murga porque hay esos rasgos identitarios.

Parece lejana la posibilidad de que muchos puedan no elegirlos, Agarrate Catalina lleva editados seis discos, cinco de ellos son discos de oro y platino.

Las presentaciones funcionan también en Argentina, por ejemplo, ¿creen que lo que cantan atraviesa todo Latinoamérica?   

-Por necesidad honesta, la Catalina ha sido siempre algo más atemporal y universal que otras de sus primas hermanas. Eso nos hace más comprendidos en algún punto. También es cierto que hemos afilado nuestra capacidad de ampliar destinatarios por el simple hecho de haber andado, por haber salido y por haber tenido que hacernos entender de prepo. Si sumamos eso a la intención de inclusión de esta barra, a que Latinoamérica sangra mucho de lo que sangra por las mismas heridas y se ríe mucho de lo que se ríe a causa de las mismas cosquillas, tenemos alguna chance de ser bien comprendidos y recibidos en cualquiera de nuestros países.

Las chances en Argentina se convirtieron en éxito, una vez más, durante este verano. El escenario se agrandó en todas las direcciones imaginadas. Agarrate Catalina y Tabaré Cardozo, quien fue junto a su hermano Yamandú fundador allá por el 2001, se presentaron en Ciudad Cultural Konex dos noches de entradas agotadas anunciadas varios días antes.

Desde un tablado uruguayo o en un teatro de Buenos Aires el encuentro transita un mismo recorrido que no conoce de diferencias sustanciales. Yamandú sostiene: “Habrá diferencias de centímetros, de cantidades, de mínimos códigos de protocolo, pero la potencia y frecuencia del encuentro es la misma”. La presentación nos hace navegar por diferentes imágenes que a veces duelen y otras acarician sin importar cuál sea la silla en la que estemos sentados.

¿Cuál es el puente para unir en una misma presentación humor, política y protesta?

-Básicamente, la murga.

*

“Te tocó nacer en un rincón del fin del mundo, en el medio de este banquete de serpientes y chacales. Te tocó crecer en este tiempo, que no es más que un inmenso montón de soledades.
Niño hijo de niños recién grandes, que el mundo va envejeciendo a los golpes. Niño del fin del mundo, candilcito en la tormenta, puerta clandestina en la muralla, te traigo todos los abrazos que precises, mis últimas y pobres barricadas, el mundo entero por cambiar y el corazón en esta retirada”.

¿En qué pensás cuando digo «trabajo»?

La mayor parte de nuestras vidas la pasamos trabajando. ¿Qué dice nuestro trabajo de nosotros? ¿Entre el empleo, el trabajo y la vocación debe haber linealidad o contradicciones? El Grupo de Antropología del Trabajo de la UBA analiza la realidad de los trabajadores en el capitalismo marca siglo XXI.

En un edificio de cinco pisos trabaja Hernán Palermo. Él es, entre otras cosas, antropólogo. No labura en el cuarto ni en el quinto: pasa sus días en el medio, en un entrepiso que se hace pasillo y que entre ventanas y sillones va abriendo puertas, escritorios, computadoras y un sinfín de papeles. Al rato llega Cynthia Rivero, ¿y ella quién es? ¡Otra antropóloga! Se conocen de la facultad y con otros colegas forman el Grupo Antropología del Trabajo de la Universad de Buenos Aires. “La idea es pensar y problematizar, como colectivo, desde la antropología, las cuestiones vinculadas al trabajo y a los trabajadores”, cuentan.

Hernán trabaja en el Conicet, en el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales. Cynthia, en cambio, en Canal Encuentro, en el área de los contenidos. Los dos son antropólogos, pero, en sus empleos, hacen cosas muy distintas. Entonces, ¿qué son?, ¿quiénes son? Cynthia sale al auxilio de la crisis de existencia: “Hay que pensar la ambivalencia entre el ser y el hacer. El problema es que las dimensiones de la vocación, la profesión y el trabajo, y el empleo, suelen reducirse a una sola dimensión”.

¿Y por qué se genera esa idea?

Cynthia Rivero (CR): Porque alguien nos cagó. Alguien nos hizo pensar que desde chiquitos elegimos una vocación, luego hacemos una carrera que nos hace profesionales y después, obviamente, tu trabajo debe estar de acuerdo a esa profesión. No hay complejidad en ese vínculo entre la carrera que hiciste y el trabajo que tenés. Y, además, ese trabajo tiene que ser un empleo remunerado, formal, que tenga un horario que te permita formar una familia y seguir con tu vida: jubilarte y morirte. Toda esa cosa bien lineal nos hace perder la complejidad. No necesariamente esas dimensiones deben subsumirse en una sola ¿Por qué tenés que ser lo que trabajás? No necesariamente tiene que ser así: puedo tener vocación de cantar y no ser cantante. Pueden abrirse esas dimensiones de la vida y uno también puede enriquecerse.

Hernán Palermo (HP): El problema concreto es la linealidad del concepto de identidad. Suele ser tan monótono y encorsetado que reduce la autoadscripción de una persona. Una persona no es solamente un trabajador: es un montón de cosas. El concepto de identidad descomplejiza la dinámica de la subjetividad del ser humano. Si sos trabajador, ¿cuál es tu identidad? ¿Sos obrero? No, sos un montón de cosas.

¿Por qué suele existir una identificación tan fuerte entre lo que somos y de lo que trabajamos?

HP: En primer lugar hay una cuestión material. El trabajo es lo que más tiempo ocupa en nuestras vidas. Es indefectible que uno genere, construya y configure ciertos valores en torno a esas prácticas que desarrolla. Uno suele decir que la identidad la genera el trabajo, pero, en realidad, una persona es un mosaico de piezas. Una importante es el trabajo, por esto que decimos. Otras pueden ser sus vínculos familiares: si es padre, madre, hijo, hija, abuelo. Si tiene un hobby o no lo tiene. Es un mosaico que configura la totalidad de los valores.

CR: Que el espacio de trabajo, o la empresa, logre que vos identifiques tu subjetividad con ese espacio tiene la cuestión positiva ligada a la vieja idea de que el trabajo dignifica. Pero, como el trabajo dignifica, también aliena.

HP: Un trabajador se identifica con una empresa y no con sus compañeros. Genera lazos con la empresa. Se crea el imaginario de que la empresa en parte es de él, que él toma decisiones en la empresa. Todas las técnicas de managment, de tormenta de ideas, que dice que todos pueden pensar en ideas para poder hacer mejor la empresa que es de todos nosotros. Y uno  sabe que las decisiones verdaderas de una empresa ni siquiera se toman en este continente. Se toman en Luxemburgo, Francia, España, Alemania. Hay un montón de políticas que hacen que los trabajadores generen identificación con la empresa y piensen que son parte. Esta política de “democratización” del espacio laboral donde parece que somos todos iguales, el trabajador, el empresario. No hay diferencias de clases, parece.

¿Qué diferencia conceptual hay entre empleo y trabajo?

antropologos ubaHP: Empleo se define como la relación de dependencia que se tiene en un trabajo, con un salario. Y el trabajo, en términos ontológicos, es la capacidad única e infinita que tiene el ser humano de transformar el mundo social y la naturaleza. El empleo es una categoría histórica, es tal cual hoy se concibe el trabajo: el empleo asalariado.

CR: Cuando hablamos de trabajo nos remontamos a una línea histórica que va hasta donde te quieras ir. Cuando hablás de empleo tenés que hablar de S XX.

HP: La concepción del empleo hegemoniza la concepción del trabajo. Se piensa al trabajo en términos de empleo. Se reduce. Cuando es al revés, el empleo es una faceta histórica dentro de lo que es el trabajo. Y al ser hegemónico invisibiliza un montón de otras formas.

¿Hay un desfasaje entre las distintas formas de trabajo existente y los imaginarios del trabajo? ¿Las prácticas del trabajo cada vez son más variadas, pero nosotros seguimos pensando al trabajo de una manera tradicional?

HP: La cuestión es qué se entiende por trabajo. Una vez en una clase todos iban diciendo de qué trabajaban. Y una chica, levanta la mano y dice: “No, yo no trabajo. Trabaja mi marido. Yo solamente cuido a los tres chicos y limpio la casa”. ¡Flor de trabajo estar en tu casa y cuidar tres pibes! Pero nosotros seguimos entendiendo el trabajo como aquello remunerado, lo asalariado, lo que da dinero. El trabajo de la mujer dentro del hogar no es reconocido, es invisibilizado. Es como no trabajar.

CR: Ese desfasaje entre imaginario y condiciones concretas tiene que ver con que todos los derechos labores y sociales están asociados a ese trabajo formal. Hay algo material real y concreto. Querés sacar crédito hipotecario, mostrame que tenés antigüedad. Querés alquilar, mostrame recibo de sueldo. Si querés jubilarte, así sean 1500 pesos, tenés que hacer tantos aportes durante 30 años. Si vos querés ingresar a la sociedad formal, mínimamente, necesitás tener un trabajo en ciertas condiciones, más cerca de un empleado de 10 a 18 que de un tipo que está con un contrato de tres meses. Cuando te ponen como ejemplo clásico la gente que labura en Googlee ¡Son 5! Después hay todo un cúmulo de gente que no es así. Todos los planes que el Estado empieza a instrumentar, planes sociales, se dan por el retroceso en las condiciones formales de trabajo. Si vos tenés un trabajo formal, real, concreto, con derechos mínimos, no necesitás  cobrar ciertos planes sociales. Y lo digo apoyando a pleno la Asignación Universal por Hijo, por ejemplo. Pero se ha retrocedido tanto sobre los derechos que tenían los trabajadores asociados a este trabajo formal que aparecieron estas nuevas formas: contratos a plazo fijo, monotributista, locación de servicio. Toda la flexibilización laboral generó un desfasaje en el imaginario de lo que puedo hacer y a lo que puedo acceder con las condiciones concretas y reales del trabajo.

HP: El último período histórico, el capital ha encontrado nuevas formas de contratación y uso del trabajo. A veces se piensa que trabajando desde su casa, con contratos más flexibles, uno tiene menor grado de explotación, más decisión y libertad. No es así. Cuando se agota el proceso del fordismo y taylorismo por su carácter repetitivo, que embrutecía, monótono, el capital reconoce esas reivindicaciones y logra reconstruirlas y reestructura las lógicas de trabajo y las herramientas de disciplinamiento. Ahora no es monótono, ahora es polivalente. Osea una tarea que antes hacían diez trabajadores, ahora la hace uno. Embrutecer no te vas a embrutecer, pero vas a hacer la tarea de diez tipos. Querés trabajar en tu casa, está bien, pero vas a tener toda la tecnología disponible para que el control también sea posible en tu casa, para que tu casa sea zona de control. Vos pensás que estás en tu casa, en pijama, en pantuflas, que la pasás bárbaro, pero realmente es una situación laboral precaria. Estás controlado en tu propia casa.

La sociedad moderna propone estas nuevas formas. Pero, ¿cuáles surgen desde la necesidad y cuáles desde un sentido crítico?

antropologosHP: Se parten aguas ahí. Sobre todo en término de lo que son las cooperativas, las fábricas recuperadas. En un primer momento, a finales de los 90, en los 2000, hay una serie de escritos que dicen que estas formas de trabajo por fuera del trabajo formal son un germen contestatario, crítico, a las formas tradicionales de trabajo. Muchos han ido más lejos y han visto en las fábricas recuperadas el origen de la transformación del capitalismo, como el puntapié, la punta de lanza. Otras teorías, un poco más críticas, más que hablar de formas críticas al capitalismo dicen formas precarias en los límites que deja el sistema capitalista. En la devastación neobliberal a los sectores populares no les quedó otra que organizarse en cooperativas o tomar fábricas vaciadas, o formar movimientos sociales y generar trabajos en torno a esos espacios. Yo creo que más que formas críticas de la organización del trabajo son formas de subsistencia dentro de los límites que el capitalismo permite.

CR: Sí, después, dentro de eso, puede haber ejemplos concretos y propuestas que se hayan radicalizado en términos políticos de cómo producir, de cómo vender, de cómo dividir el trabajo.

HP: Estas formas del trabajo, la economía social, el truque, etc. ¿Le cambió la vida a tantas personas? Sí, claro, y a esas personas que se estaban cayendo del sistema les permitió sobrevivir. Ese es un análisis. Ahora, pensar que estas formas atentan contra el capitalismo, no, es otra cosa.

CR: La figura de la cooperativa por sí misma no implica horizontalidad, ni siquiera implica un colectivo. Hay que analizar caso por caso. A veces se habla del cooperativismo con cierto romanticismo.

¿Cómo juegan en las personas los sentimientos de sacrificio y de gusto respecto a su trabajo?

HP: Marx lo explica fácilmente: el capitalismo genera una transformación del trabajo. En vez de ser el proceso de realización del ser humano, en el capitalismo el ser humano se desrealiza. Por las relaciones de explotación, alienación, enajenación, se invierte, porque lo que produce no le pertenece. El trabajo es, entonces, un espacio de sacrificio donde voy y agacho la cabeza, y trato después de realizarme en espacios y en prácticas fuera de lo laboral. Me realizo por fuera del trabajo, cuando salgo y cumplo el empleo de ocho horas y me voy a mi casa a dedicarme al ocio, al hobby.

CR: Hay personas que dicen que no les interesa el trabajo en el que están, les interesa estar ahí cinco horas, ganar plata y después su vida está por otra parte. Bueno, es una disociación mental. No es real. Lo real es que gran parte de tu vida lo pasás trabajando, te guste o no. Después está el modelo más americano, de las películas. Aparece toda esa incompatibilidad entre ser exitoso profesionalmente en tu trabajo y tener una familia. Bueno… no es así. Se dedica más tiempo a un trabajo que te hace socialmente prestigioso que a la familia. Hoy la familia no es un lugar de prestigio. El prestigio sin dinero, no es prestigio. Es la idea de comprar el éxito del modelo americano.

Cynthia y Hernán toman agua fría. Sobre sus cabezas hay una serie de fotos hechas cuadros que le dan sentido a tres paredes del cuarto: una mujer levanta papas en campos bolivianos, dos hombres con las manos engrasadas dejan sus músculos en unas inmensas máquinas, un camionero saca el brazo por la ventana en el medio de la eterna ruta. En la cuarta pared hay un pizarrón y, aunque sea imaginario, ahí también se dibujan algunos conceptos y brota el trabajo en su enésima forma… ¿Cuántas más habrá?

Cynthia, entonces, dice: “La idea es desnaturalizar la disciplina del trabajo ¿Alguna vez fue distinto? Repensar todo lo que se construyó socialmente sobre el deber ser, sobre el mandato, para que las personas vayan a la fábrica y nada más. Pero, hay que pensar: ¿esto siempre fue así? ¿Puede ser de otra manera?”.

¿Sos lo que trabajás?

¿Quién trabaja?
¿Para qué?
¿Cuál es la categoría que te vuelve trabajador?
 
¿Si se gana plata a partir de hacer algo?
¿O sea que si es usurero es trabajador?
¿Si hace plata con su plata es trabajador?
¿Si vive del alquiler de sus departamentos?
¿Si gana con inversiones?
¿Si gana plata prestándole plata a un banco en un plazo fijo?
¿Si se queja del dolar y después compra en el blue para ganarle a la tómbola?
¿Si no se queja, pero lo hace igual?
¿Si es ilegal?
¿Si tiene un trabajo en buenas condiciones y gasta la plata en cuestiones ilegales?
¿Si gana bien y gasta la plata en prostitución?
¿Y si se prostituye?
¿Y si se prostituye y gana mucha plata?
¿Y si quiere trabajar de algo que no le rinde al mercado?
¿Y si quiere hacer cine y nadie quiere pagar por el cine?
¿Y si quiere hacer música y nadie quiere pagar por la música?
¿Y si trabaja 18 horas por día por dos mangos?
¿Y si trabaja 18 horas por día por muchos mangos?
¿Y si tiene un jefe que lo maltrata?
¿Y si es un jefe que maltrata?
¿Y si tiene un jefe que maltrata y, a la vez, es un jefe que maltrata?
¿Y si trabaja y no llega a fin de mes?
¿Y si caga a los compañeros?
¿Y si lo cagan los compañeros?
¿Y si por trabajar no ve a sus hijos?
¿Y si el trabajo desemboca en un malhumor constante?
 
¿Si no decide nada en su trabajo?
¿Si nadie le pregunta qué piensa?
 
¿Qué pasa si no es feliz haciendo eso?
¿Qué pasa si ya ni sabe si es feliz?
 
Parece claro, pero no lo es: ¿qué es un trabajador?

Trabajar sin patrón

¿Alguna vez te imaginaste cómo sería trabajar sin patrón? ¿Te imaginás a vos y a tus compañeros haciendo el trabajo de tu jefe? Para algunos no es sólo una idea, es su realidad. Hace tiempo que la autogestión es su forma de trabajo. Ellos son sus jefes y para ellos es su ganancia. Desde experiencias distintas, algunas con más años y traspiés, otras más inmaculadas, estos trabajadores nos cuentan qué se siente trabajar autogestivamente.
Mozo del restorán Don Battaglia
– “Es una satisfacción, venir acá y decir ‘tenemos que sacar el trabajo bien´ nos satisface. Todavía nos seguimos alimentando gracias a esto y es un orgullo seguir trabajando más allá de una vez cuando éramos 33 y nos preguntamos: ‘¿podemos hacer esto?´.  Es satisfactorio venir a trabajar con aquellos compañeros con quienes estuvimos en la lona. Hoy los clientes confían en nosotros, en los trabajadores: porque sí, se puede. Los trabajadores llevan igual o mejor las cosas que un empresario. Porque los trabajadores no somos empresarios: pensamos en el cliente, en que tiene que volver, y a un empresario eso no le importa. Para nosotros cada cliente que viene es súper importante y no queremos que se vaya; estamos de su lado, que venga, que pase un momento agradable, que se sienta como un rey. Pensamos como trabajadores que podemos llevar una empresa adelante, igual o mejor que un empresario”.
Operario del IMPA
– “En una cooperativa en realidad tendría que existir el compañerismo, por empezar. Acá hubo un tiempo donde no hubo compañerismo, entonces cada uno hacia lo que le parecía. A mí me dejaron solo en una asamblea donde pedí la renuncia de la comisión directiva, me mandaron al frente y nadie me apoyó. Entonces yo ya no participé más en los problemas de la cooperativa, venia trabajaba y me iba. Y así fue siempre, hasta ahora. Yo siempre trate de apoyar a mis compañeros en lo que sea, era capataz general, tenía un cargo. Aún así yo apoyaba a mis compañeros, la parte jerárquica tendría que estar del lado de la administración. Yo era directivo, pero si veía que las cosas no iban entonces apoyaba a mis compañeros. La cooperativa más que nada es tener confianza en quien uno pone para que dirija la plata y todo eso. Si entramos a desconfiar no queda ni el loro. Es como una familia, cuando las cosas empiezan a andar mal, cuando falta algo, ahí empiezan los problemas”.
Trabajador de la Cooperativa 28 de Mayo (Ex gráfica Lanci)
– “Trabajar sin patrón  es lo más lindo que le puede pasar al obrero. Trabajar sin que te controlen es lo más lindo que te puede pasar. Querés tomar un mate, tomás un mate; te querés apurar para terminar e irte más rápido, te apurás. Mañana arreglás para llegar más tarde porque no hay laburo a la mañana, vas más tarde. La autogestión es lo más lindo que le puede pasar al trabajador. Aparte, treinta años en el oficio, ¿qué le iban a decir acá al que estaba hace treinta años? Antes que le dijeran ya sabía lo que tenía que hacer. ¿Sabés qué es estar treinta años en una empresa? Caminás solo. Eso es lo que no se dio cuenta el dueño, que la fábrica podía funcionar sin él”.

Un elefante en movimiento

Elefante en la Habitación es un colectivo de músicos que trabaja para construir la escena que quiere habitar. Con énfasis en el contenido y en la canción, apuestan a la autogestión para trabajar y vivir del arte.
–         Está instalada una idea en los músicos de armar su propia quintita. Pero hay algo muy diferente, de lo que nos dimos cuenta rápidamente: cuando crece la escena crecemos todos, es por eso por lo que tenemos que trabajar. Entonces, quebremos la lógica de que hay que pegarla y empecemos a construir. Y juntos es mucho más fácil, más placentero, más rápido. Y aprendés mucho más.
En Buenos Aires, es común que se hable de movidas y a todos por momentos nos invade la sensación de no poder seguirle el ritmo a las distintas propuestas. Pero entre la frase hecha “acá tenés para todos los gustos” y una real circulación y conexión entre artistas, contenidos y públicos, hay un abismo que se nos aparece infranqueable. Sin embargo, en distintos puntos surgen intentos emergentes por desafiar el aislamiento cosmopolita y los mapas con caminos prefabricados que recorremos en automático y resultan predecibles hasta el cansancio. Con la intuición de una idea de cruce y de encuentro, se fue entretejiendo una red como de hilos invisibles, que conectó deseos y problemáticas comunes y denunció al Elefante en la Habitación (EH!). Así se llama el colectivo de músicos autogestivos que trabaja para construir la escena musical que quiere habitar. Casi como si el elefante del Principito se abriera paso desde el estómago de la serpiente boa – léase en este caso la lógica del éxito y el mainstream – y se mostrara en todo su potencial, listo para una estampida.
Nahuel Carfi, uno de los músicos que vio al Elefante dar sus primeros pasos, recuerda el germen del inicio:
–         Antes de que existiera este colectivo, había varios de nosotros que ya estábamos intentando unificar distintos puntos de la escena musical. Por ejemplo, María Pien y Lautaro Feldman trabajaron en El Círculo de la Canción, se juntaban los domingos, eran encuentros geniales, que servían de punto de confluencia para muchos que estaban en la misma. Yo trabajaba con Nahuel Briones en el Ciclo 20 canciones, que era muy parecido a lo que hacían ellos. Es decir, sin conocernos, varios de nosotros estábamos intentando unir la escena y encontrarnos. En 2011, ya estaba la idea de cruzarnos.
Al año siguiente, comenzaron las reuniones y el elefante se puso en movimiento. Pronto descubrieron historias, necesidades y deseos afines signados por la experiencia común de ser músicos y dedicarle su vida a ello. Porque entre el sueño del pibe de sacar un disco y recorrer escenarios y el día a día de trabajar en la música, hay unos cuantos mitos deshechos. Damián Drolas de Globos – una de las bandas que integra el colectivo – lo sintetiza así: “Es todo a pulmón, porque uno quiere ser músico, pero se encuentra con que si no gestionás una fecha, no tocás. Y es lo mínimo indispensable. Es algo con lo que te chocás desde el principio. Ni siquiera es algo de nuestra época, es algo que le pasó a todo el mundo, salvo a las figuritas que agarran para inventar un producto, pero ya es otra cosa”.
De los debates en torno a esta problemática, surgió la noción de “músico-gestor” para referirse a la multifuncionalidad de tareas y conocimientos necesaria para la subsistencia del artista de estos días. Lautaro Feldman sienta posición:
–         Hay que hacerse cargo de la situación en la que uno está y en todo caso intentar modificarla… Esperar a que vengan a hacer algo por vos es medio ingenuo o, por lo menos, muy jugado. A todos se nos cayó el velo sobre muchas cosas. Tenemos reuniones semanales y hablamos de todo, y de pronto cosas que antes nos parecían oscuras o no entendíamos, ahora las vemos mucho más a nuestro alcance. En ese sentido, la capacidad de poder, de poder hacer, a mí me da gusto. De todas maneras, mi ideal sería dedicarme a ser músico. Siempre hablamos que hacemos esto con gusto, pero en definitiva la idea es que no somos una productora, todo lo que hacemos es un vehículo para el arte. En vez de pensar en pegarla, pensamos en generar un contexto y a partir de ahí estar cómodos con lo que construimos, lo que nos gusta y rodeado de la gente que queremos.
El rol de músico-gestor ya está asumido por los participantes del colectivo, que aplican su creatividad para mucho más que la composición e interpretación de canciones: «Nos ocupamos de muchos aspectos que giran en torno a la música, para que se difunda, para que se haga, para que se grabe. Ya lo asumimos como parte de nuestra identidad, de lo que nos tocó. De todas formas, si bien es cierto que este tipo de laburo tiene que ver con nuestra época, la cuestión del movimiento colectivo es más vieja que no sé qué. Lo nuestro es una reconstrucción a nuestra manera de una experiencia que ya se hizo un millón de veces; es la forma que encontramos de subsistir y de crecer, pero siempre existió», agrega Nahuel.
Frente a la mesa que sostiene el grabador, van pasando distintas caras y suenan voces diversas. Los y las integrantes de Elefante en la Habitación tejen un puente entre el fin de la frase de uno y el comienzo de la de otro y mantienen la charla en movimiento. La cita fue en el club de arte Vuela el Pez, donde los elefantes juegan de locales. Durante el 2013, organizaron dos temporadas del ciclo Domingo Animal, en las que compartieron sus noches con el arte en vivo de Anuario de Ilustradores, otro colectivo independiente que nuclea 100 ilustradores. Pero ahora ya estamos en el 2014 y la música no se toma vacaciones. Un sábado de enero nos encontramos en el mismo lugar, en la antesala de la oferta refrescante del verano: Licuado de Elefante – cruces y versiones de bandas de EH! Esta noche quedará demostrada que la voluntad de encuentro sigue intacta y que, entre canción y canción, circula respeto y admiración entre los y las artistas de las distintas bandas. María Pien cuenta que para ella se trata de romper con una mezquindad que existe entre los artistas contemporáneos, que muestran un cierto recelo a la hora de reconocer el trabajo ajeno y compartir el propio. Entre posibles hipótesis que circulan, varios coinciden en que está instalada la idea de que se compite por el público, uno de los grandes desafíos de los artistas independientes. Lautaro aclara:
–         La realidad es que cuando la gente escucha música, no escucha una sola banda, entonces no es que competís por el mismo público, porque la gente tiene muchos discos para escuchar, y de hecho cuantos más tenga es mejor, porque más se va a identificar con una escena.
Elefante en la Habitación se nutre justamente de esa riqueza y esa diversidad, y desde allí construye su identidad colectiva. Para Nahuel: “También los músicos nos tenemos que sacar el prejuicio de que nos tenemos que juntar solo con los que hacen lo mismo que nosotros. Es cualquiera eso. ¿Por qué no armar un colectivo con bandas que todas giran en torno a la canción contemporánea relacionada a la ciudad en que vivimos, pero todas desde su punto de vista, siendo quiénes son? ¿Por qué no unirnos? La nuestra es una identidad heterogénea”.
El trabajo colectivo y la economía colaborativa en el mundo de la música son contagiosos. Cada vez son más las bandas que se acercan a EH! y, en el camino, se multiplican los proyectos. Este año arrancaron con un gran anuncio: En marzo se viene el Festival Elefante en la Habitación! Y como son tantas las músicas, no les alcanzó una sola noche. Arranca el sábado 20 a las 22hs. en Espacio Cultural Dínamo (Sarmiento 3096) y sigue el domingo 30 a partir de las 16:30hs. en el Konex (Sarmiento 3151), para cerrar la temporada de verano del Parador Konex y los festivales de música emergente de los domingos de marzo. Prontos a lanzar su nuevo sitio web, mantienen su Facebook actualizado con información y videos de las bandas integrantes. Reconocen que la tecnología es una aliada crucial para crear de forma independiente. Sin embargo, Nahuel matiza:
–         Las redes sociales, internet en sí mismo, son todas herramientas… Pienso que hay herramientas increíbles ahora para hacer arte, para que lo difundamos, para que nos conectemos de esta manera, pero hay que seguir apostando al contenido artístico y eso es algo que también defendemos desde Elefante. Somos un colectivo que todo el tiempo está creciendo y siempre buscando cosas en la escena que nos gusten, que tengan un recorrido, que estén trabajando sobre la belleza, sobre el arte, que tengan algo para mostrar, y eso es clave. Justo el otro día leí la carta que Scorsese le escribió a su hija, que fue muy difundida. Y le dice justamente: ahora todo el mundo puede filmar una película, pero no te olvides de la belleza, del contenido. Seguí buscando la belleza. Todos estamos en ese camino también, de seguir buscando contenido, que haya arte, no somos una productora, nos preocupamos por todo el paquete.
Elefante en la Habitación se presenta como “un sello discográfico, un colectivo de artistas músicos-gestores, una plataforma para crecer y crear una escena cultural con voz propia”. En el intercambio de experiencias con otros colectivos artísticos y en las luchas compartidas con los espacios de creación y expresión cultural, estos trabajadores de la música reactualizan estrategias clásicas e inventan nuevas formas de defender lo innegociable: “La idea es vivir de la música, trabajamos para existan las condiciones de posibilidad de vivir tocando”.
Ya te avisamos, reservate el último fin de semana de marzo, porque Elefante se viene con todo:
Sábado 29 de Marzo a partir de las 22:00hs en Espacio Cultural Dinamo (Sarmiento 3096) tocan:
– Vúmetro (EH!)
– El Equilibrio Cósmico (El Abrazo Ultravietnamita)
– Luzparís (Desde El Mar, Mar del Plata)
Domingo 30 de Marzo a partir de las 16:30hs en el KONEX (Sarmiento 3151) tocan:
– Globos (EH!)
– Lautaro Feldman (EH!)
– Proyecto Gómez
– Ciruelo (EH!)
– ChauCoco! (EH!)
– Los Espíritus
Fb: /elefanteenlahabitacion
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