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«Perú no anda muy lejos de un golpe legal»

Paraguay es sólo una parte del ojo del huracán y nada en América está a salvo de repeticiones. Al menos, eso es lo que dice Hugo Blanco Galdós, guerrillero histórico y miembro de la Confederación Campesina del Perú. A los 78 años, un trotamundos que sobrevivió a más de un exilio, deja en claro que la mano va a estar dura y que en su país no se gobierna con la Constitución.

Su voz camina entre las ideas, da pasos a través de las palabras. Las oraciones se van pegando unas a las otras, habla del planeta, de su pasado de lucha, de su presente de resistencia, con una voz que recorre el aire como en un homenaje al cantar cansino pero feliz de Neil Armstrong en la más que conocida What a wonderful World. Se trata de Hugo Blanco Galdós, peruano, cusqueño, luego de que los exilios obligados lo convirtieran en trotamundos, hoy a sus 78 años se define él mismo como “luchador social, específicamente ecosocialista”. Ante todo, nos explica la importancia de tener presente su segundo apellido, Galdós: «Si en Google sólo pones Hugo Blanco te sale el músico venezolano compositor de Moliendo Café de quien soy admirador. Una vez en el Perú lo capturaron por llevar ese nombre».
Mientras transitamos una época en donde los daños sobre nuestro planeta son evidentes no solo mediante estudios científicos, sino visibles en los cambios climáticos permanentes, la conciencia ambientalista no está profundamente expandida en la conciencia social, y menos aún en los debates políticos, pero esto, claro, tiene sus razones: “Pues el capitalismo en su forma actual, por su insaciable avidez de ganancia, ataca inmisericordemente a la naturaleza, lo que está matando muchas especies, entre ellas matará a la especie humana. La única forma de evitarlo es que la sociedad en su conjunto arrebate el poder mundial, hoy en manos de las transnacionales, y lo sustituya por el gobierno de todos. Por eso luchan muchos pueblos, aunque no usen la denominación ecosocialista. Este término es necesario, pues la palabra socialismo ha sido desprestigiada por la corrupta y antiecológica burocracia soviética y por quienes la usan para administrar la economía neoliberal. Nunca como ahora el capitalismo ha atacado a la naturaleza. Si el mundo va a continuar dirigido por ese 1% al que se refiere Wall Street, la humanidad va a dejar de existir en 100 años”.
Habla claro con un discurso que sorprende, no por revelador en su contenido específico, sino más bien por hacernos pensar sobre los por qué de la repetida omisión. Qué hay detrás. Hugo es miembro de la Confederación Campesina del Perú (CCP), supo comandar la guerrilla indígena en los años 60 en el Cusco, presentándose como militante junto a quienes entendió que eran la vanguardia en la militancia social, el campesinado. “El principal ataque es el calentamiento global, que antes era legal, ahora las Naciones Unidas preparan reuniones de los calentadores globales, Copenhague, ahora Río, pero no acuerdan rebajar ningún grado el calentamiento. Hay arroyos que estas desapareciendo, los nevados se están derritiendo, en Perú lo hemos notado. Todas las tempestades y efectos destructivos causados por el calentamiento global son llamados por la prensa que está en manos de las transnacionales como desastres naturales, pero no tienen nada de naturales.

-Luego de repetidos exilios, obtuvo cargo de Diputado y de Senador en su país, ¿cómo fue llegar al gobierno?
-No, no llegué al gobierno, el gobierno es el Poder Ejecutivo. El sistema cuida de que la verdadera izquierda esté en minoría, nos permite hablar cuanto queramos, pero al momento de votar gana la representación de las transnacionales. Es poco lo que se puede hacer, la presencia de parlamentarios en las movilizaciones populares disminuye la represión. Cuando más golpes recibí de la Policía fue cuando era parlamentario. Fue la época en que menos pude servir al pueblo.

-Sabemos de las fuertes protestas contra el proyecto de minería Conga, ¿en qué situación se encuentra la actividad con relación al Gobierno Nacional peruano?
-Actualmente el Perú no anda muy lejos de un ´golpe de Estado legal´ como ocurrió en Paraguay, es el Ejército quien gobierna a través de Humala, quien pisotea inclusive la Constitución elaborada por el reo Fujimori. En su campaña electoral dijo que defendería el agua contra el oro y como presidente defiende el oro contra el agua. A la protesta pacífica del pueblo contesta con represión. Atropella la Ley apresando a un alcalde (intendente) elegido por el pueblo y enviándole preso fuera de su circunscripción, hizo lo mismo con compañeros de Cajamarca que protestaban contra el proyecto Conga. Desconoce un informe de su propio ministerio certificando que la minera Xstrata contamina. Decreta Estado de Emergencia que no es su atribución sino la del gabinete. Los últimos sucesos muestran que su método preferido es la creciente represión en defensa de las compañías transnacionales depredadoras”. La minería a cielo abierto es otro de los ataques a la humanidad.

-¿Qué facciones sociales se están enfrentando?
-El proyecto Conga, de realizarse, mataría la vida en cinco valles quitando el agua para el consumo humano y anulando la agricultura y la ganadería que desarrollan 12,000 personas. Ellas y ellos se oponen al proyecto. También les acompaña gente urbana que rechaza ese futuro de muerte. Por el otro lado, están a favor los servidores de la empresa, entre ellos el Poder Ejecutivo, la mayoría del Parlamento, los grandes medios de comunicación, la mayoría del Poder Judicial, el Ejército y la Policía. Al igual que en Argentina las empresas están orgullosas de usar “tecnología de punta”, que consiste en dinamitar una tonelada de roca o tierra para extraer un gramo de oro o menos, envenenando el agua.

Hugo sigue diciendo cosas que todos sabemos y de las que nadie se ocupa, como si por algo parecido a un orden de prioridades preestablecido, no se tratase de cuestiones urgentes, como sí lo son. Pero al escucharlo los prejuicios hacia la ecología o al ecosocialismo se desvanecen con ganas. El panorama distinto de argumentación que ofrece en la batalla contra el imperialismo se transluce en las palabras de un militante campesino internacionalista, y eso habrá que escuchar atentos y hacer eco. Fuerte, con fuerza: “Yo creo que los revolucionarios nunca debemos recurrir a la violencia por nuestra propia voluntad, si no somos forzados a responder una agresión antelada. La agresión a la naturaleza y la usurpación de tierras que continúa desarrollando el gran capital en el siglo XXI provoca movimientos de resistencia en los sectores campesinos, es por eso que estoy convencido que serán los que mayores perspectivas de lucha tendrán”.

Relatos del golpe paraguayo

Jueves 21 de junio de 2012,
Juicio político
 

Al llegar a Asunción, lo primero que me llamó la atención es que hubiese tanta policía militar desplegada en uno de los países más tranquilos de América Latina. Tranquilo, hasta el viernes pasado. Ese día en Curuguaty, al norte del país, hubo un violento enfrentamiento entre campesinos y policía, con el resultado de 17 muertos, 11 campesinos y 6 policías. En los días posteriores, la confusión de noticias ha sido enorme pero lo que está claro es que aquí nadie se cree la versión en la que unos sin tierra disparan a quemarropa sobre policías que iban a desalojarles. Los policías tenían certeros tiros en la cabeza con armas automáticas -ya quisieran esa puntería equipos de élite- y los cuerpos de los campesinos muestran signos, más que de un tiroteo, de haber sido directamente ajusticiados. Sin olvidar que aun hay cerca de cuarenta campesinos desaparecidos.

En el centro del problema, como siempre, la tierra. Y unos sucesos que, con la perspectiva de una semana, parecen la puesta en escena de una coreografía perversa. ¿Complot? Ni idea, pero resulta curioso que todo esto estalle cuando uno de los grandes latifundistas del país es informado de que no puede acceder a los títulos que le daban acceso a esas tierras. A partir de estos hechos, prensa y televisión se alinean con los partidos tradicionales -colorados y liberales- en una campaña de desgaste, culpando al presidente Lugo, no ya de todo lo sucedido, sino de instar a la violencia en el país. Y todo desemboca en la charada de hoy, un golpe de estado institucional para el que -anacronismos tiene la historia…- aquí existe una figura legal: el ‘juicio político’.

Durante toda la jornada de hoy no se ha hablado de otra cosa en las calles. Y a lo largo del día se ha ido sumando gente a la concentración en apoyo al presidente frente al edificio del Congreso. La manifestación se ha transformado en vigilia, porque de ahí no tenían intención de moverse en toda la noche, y desde los municipios que rodean Asunción se estaban formado columnas de campesinos que pretenden llegar mañana a la capital para brindar su apoyo al presidente Lugo a la hora en que se esté consumando su, ya dada por hecho, destitución. Lo que nadie sabe es qué pasará en una plaza que se espera abarrotada de gente cuando se comunique la resolución.

 

Esther Benavente

Española residente en Paraguay

 
 
 
 

San Lorenzo, 22 de junio de 2012.

Ratifico una vez más mi postura y mi voz no se va a apagar: NO RECONOZCO AL GOBIERNO DE FEDERICO FRANCO. Nos veremos en las urnas en el 2013, es la única arma que tengo. No crean, pues, que esta es una victoria, seguiremos luchando por la democracia. Confío en que la juventud y el pueblo paraguayo entenderá que esto fue un golpe a la soberanía de nuestra Nación y a nuestra Democracia. No se trata de defender a Fernado Lugo, no se trata de ser izquierdista. Dejemos de tragar todo lo que nos venden esas ratas de prensa como información. Seamos conscientes, informémonos de nuestros derechos y de nuestras obligaciones como ciudadanos paraguayos y exijamos su cumplimiento. Pero hagámoslo nosotros como pueblo, no 39 payasos de circo que se esconden detrás de las listas sábanas que por cierto hace aproximadamente poco más de 15 días evitaron que se desbloqueen. Cada quien tendrá la ideología política que le plazca, pero ninguna tiene derecho de ir contra la voluntad popular. Jamás se puede reconocer como legal un proceso que se dio como resultado de una manipulación política, utilizando el dolor de la gente, la muerte de compatriotas como armas para la realización de sus fines de lucro. Es una vergüenza y una indignación total.

Termino informándoles de algo que es obvio, pero al parecer hay gente que todavía se niega a creer. El congreso no tomó esta decisión para lograr un país mejor, no les movió ningún interés ajeno al lucro. Al congreso no le importa si en estos momentos tenés trabajo, tenés educación, o tenés seguridad, AL CONGRESO NO LE IMPORTAS UN CARAJO. Ahora nos estamos dividiendo en ideologías políticas, ahora estamos retrocediendo veinte años atrás. Esa era la idea, eso era lo que buscaban. Buscaron que vos y yo no trabajemos unidos por un país mejor, temblaron y se asustaron ante nuestro despertar. Pero que el cambio no se detenga, nuestro país no necesita tener colores “seccionaleros”. Que nuestro verdadero partido político sea en todo momento DEFENDERLA DEMOCRACIA.

Yéssica González Peralta

Estudiante universitaria de Paraguay

Si lo canta, sueñe

Olavarría, «capital de la región», tiene cerca de 100.000 habitantes y casi tantas voces cantoras. NosDigital se asomó a orillas del arroyo más famoso de la zona y se adentró en una población sacudida por el casting del reality «Soñando por cantar». Más allá de la megaproducción, es otra tarde más de pasto, mates, guitarras y canciones.

Fotos: NosDigital

Soñar: Representarse en la fantasía imágenes o sucesos mientras se duerme.  Discurrir fantásticamente y dar por cierto y seguro lo que no lo es.  Anhelar persistentemente algo.

Cantar: Producir con la voz sonidos melodiosos, formando palabras o sin formarlas.

Nada puede con ellos. El frío castiga sin reparos. A la vera del arroyo Tapalqué, en Olavarría, el centro de la Provincia de Buenos Aires, los grados no llegan a contarse en dos cifras. Es un seis por el que más de uno se pelearía delante de las cámaras. No lloran. No sufren. No recurren a las artimañas más bajas de todo ser humano para cambiarlo. Están. Sonríen. Se abrazan. Todavía pueden hacerlo con sinceridad.

La Casa del Bicentenario está rodeada. Más de 400 personas forman una hilera perfecta que recorre el perímetro del lugar. No hay necesidad de vallas, cintas protectoras o lo que fuera que se “necesite” para esas eventualidades en las que toda una ciudad quiere hacerse presente.  Biscochitos, mates y alguna que otra guitarra decoran el ambiente; son compañía infaltable para los momentos previos.

Y, de pronto, la sorpresa. ¡Cantan!

Esta cámara es la única que inmortaliza las figuras en ese viernes de junio. El sol cae, las figuras se alinean y no necesitan aparentar.

Un puñado de niños en punta de  blanco se deleitan con el bombo legüero y algunas coplas perdidas. Se confían cosas al oído con picardía. Otros sonríen sonrojados cuando a un compañero lo descubre mirando a cualquier lado.  Algunos  desafinan si es ‘nesario’. Un inmenso abanico  de posibilidades se abre en las narices de la maestra de turno. Ni se aviva. Calla a aquellos que no siguen el compás de los instrumentos, dispersa  a esos charlatanes que cuchichean a sus espaldas. En definitivas, no entiende nada.

Más acá, las edades se amigan en una letra y arman una pequeña ronda. El charango ata en la misma red a los cincuentones, los cuarentones y este grupo de pibes que apenas pisan los 15. “Y esos ojitos que me hacen delirar”, dice ese palabrerío monocorde en el que confluyen las voces de los allí presentes. Cantan por el Turco Chiodi, un olavarriense “famoso” de esos que escasean.

Los sueños los tienen atados a sus corazones. Pero si hay algo por lo que no se desvelan es por cantar. Sin querer, engañados, sus razones sucumben detrás del juego de palabras. Cómo van a soñar por cantar si a la vuelta de la esquina, lejos de los grandes escenarios,  las luminarias del Delta y el monito estimulado, ellos desparraman alegría con sus voces. Bien o regular, igual da. El miedo le deja lugar a las sonrisas y en esa tarima de pasto, son todos iguales.

Llega el momento del “casting”. Un “productor” y una “coach” se ven cara a cara con 30 personas cada 20 minutos. Pongamos pausa por un segundo. ¡Casting, productor, coach! A cuántos términos nos amigamos por compromiso en este – desigual – contrato social llamado televisión y, en especial, los ¡Realitys! que, sabemos, de real tienen solo la ilusión de serlo.

La audición.

En fila india, 30 personas ingresan al recinto. En semicírculo, se paran uno al lado del otro. Un pelotón de fusilamiento. ¿Exagerado? Quizás. Cada uno tiene la posibilidad de cantar 20 o 30 segundos. Entre cantante y cantante, un monosílabo: “sí” o “no”. Eso como garantía de seguir en la carrera por el “sueño”. Una vez pasado el tamiz, la mayoría se retira. La puerta se abre para los que se llevan un no como respuesta.  Los afortunados cantan la canción completa y quedarán a la espera de un llamado que confirme que van a cantar (o no) en Tigre.

Habrá que ceñirse al título del programa para entender la respuesta negativa. ¿Los que se llevan un no, no tienen posibilidad de soñar? Eso parece…

“No hubo suerte che”, intercede un paisano de ley: Boina, bombachas de campo y cuentaganados. “Tenía un cagazo bárbaro. Empecé, canté un segundo y ‘afuira’. Qué le vamo’ a se’, la próxima será”,  completa.

Distinta fue la suerte para Camila, estudiante de medicina de 18 años. “Bien, me fue muy bien”, empieza. “Lo primero que nos dijeron es que buscaban algo diferente y especial, que el que no quedara no significaba que no fuera bueno. Por suerte, quedé”, afirma convencida.

Son 20 segundos que pueden derivar en un contrato. Ah, ¿ni siquiera? Ni siquiera. “Soñando por Cantar”, comenzó en febrero de este año como una competencia federal (recorrió las 23 provincias del país) en la que el ganador obtendría el lugar para participar de “Cantando por un Sueño”, una de las secciones de “Showmach”, el programa de Marcelo Tinelli, que produce Ideas del Sur. Sin embargo, debido al “éxito”, el concurso devino en programa, que pasó de semanal a diario y que dejó de recorrer el país para emitirse únicamente desde Tigre. Las ¿malas? lenguas dicen que el ciclo que se emite por Canal 13 se extenderá hasta diciembre y que, por lo tanto, no será más que “cantando por cantar”. Y allí está lo bueno, en cantar sólo por cantar, por gusto.

Sin dar más vueltas

Cambiaron de nombre, de formación y de pasatiempos… hasta el soporte de la música cambió en la última década. Pero hay cosas que perduran. En cada compás de rock y en cada silencio de calma, Nadie Nos Corre exuda la misma pasión y cautiva con el mismo brillo. Después de las vueltas a las que el barrio de Floresta nos somete, nos encontramos con este trio que multiplica su arte en cada latido.
Para llegar hay que perderse. Me lo habían advertido cuando me pasaron la dirección, confié en mi guía y me decepcionó cuando me di cuenta que le faltan varias hojas. ¿Qué clase de guía no guía? Entenderán que llegué tarde al pasaje escondido por el barrio de Floresta. Esa fue la excusa, innecesaria. Los integrantes de Nadie Nos Corre nos esperaban, sin mirar el reloj, con una sonrisa, facturas y mate.
Mientras nos acomodamos, entendemos la historia de la banda desde dos costados, uno más novato, impulsivo, del Sega y el secundario, y otro más maduro, laburado, de ensayos y hasta discos. ¿Cómo presentarla entonces? Tal cual se mostraron, una banda nacida en aquel pasado del Cassette y la lapicera que rebobina, con Lado A y Lado B.
Lado A – ¿El Sega o los palitos?
La historia arranca hace tiempo, en el año 2001. Una historia que parece más lejana al recordar que tenían hasta otro nombre: en ese momento eran “Dueños de Nadie”. Los comienzos fueron casi un juego; Patricio Costa y Santiago Gabe, amigos desde la infancia, se juntaban a la tarde para darle duro al Sega (saquen solos las cuentas de la edad) y en una de esas batallas improvisaron la idea de formar una banda. Después de insistir casi hasta el hartazgo, cada uno consiguió el instrumento que quería, Pato la guitarra que se le sumaba a su voz y Santi la batería, aunque confiesa: “La armé toda, agarré los palitos, hice plam, plum, plum y me fui a jugar al sega otra vez”. Es entendible ahora que sabemos que ninguno de los dos sabía mucho de música, pero como buenos osados del rock no les interesó y arrancaron los ensayos.
Había que sumar integrantes. Pato nos cuenta, inocente: “Yo quería tocar, entonces le empecé a decir a todo el mundo. Tenía un vecino que tocaba la guitarra y, de repente, estaba adentro de la banda, no sé cómo”. El vecino, Emiliano, se sumó y al tiempo lo hacía también Damián en teclados. Con esa formación, algunos covers en carpeta y muy pocos ensayos se presentaron en las primeras fechas. Hasta que una noche, tiempo después, en Planta Alta, les preguntaron “¿Ustedes son Dueños de Nadie? Nosotros también”. Parece que el nombre era muy popular y ya estaba patentado. Ese show fue el último de esta etapa y el último con ese nombre. Un poco obligados, tenían que cambiar o cambiar.
Fotos: NosDigitalLado B – El placer de juntarse y hacer música.
“Empezamos a pensar nombres, no se nos ocurría nada y en un momento nos surge la fecha y no teníamos con qué nombre presentarnos. Estábamos en un ensayo hablando del tema y yo quería seguir tocando y dije bueno ya fue, total nadie nos corre”, relata Santi que remata con las opiniones del resto: “Entonces dicen, ‘sí, bueno, no sé, dejémoselo hasta que aparezca otro nombre’”. Desde ese ensayo, son “Nadie nos corre”, nunca un nombre tan ejemplar para estos pibes que no regatean en sonrisas, espontaneidad y relaje.
La formación cambió, se fueron Emiliano y Damián, pero a Pato y Santi se sumó el tercer integrante que terminaría de sellar la unión: Matías Morana en el bajo. Era una nueva etapa, no solo por el nombre, sino que la banda se plantaba diferente. Querían crecer, ensayar y apostar a su proyecto más que nunca. Tras varios debates, decidieron cerrar el número y ser tres: “No es que poner un cuarto integrante estaría mal, todo está bien, es cuestión de elecciones. Nosotros le encontramos el funcionamiento como trio”.
Para sumar a la difusión y que su voz se multiplique, en el año 2007 grabaron su primer corte que llevó el mismo nombre que la banda. Con seis temas bajo el brazo empezaron a rodar los escenarios para darse a conocer. “Uno va tocando y lo disfruta, cuando éramos re chicos a mi me encantaba, nos re divertíamos y éramos malísimos, pero las ganas nos motivaban a seguir”. Las mismas ganas les sirvieron de impulso para que en el 2011, después de diez años de camino recorrido, llegue su primer disco “Corazón de Altoparlante”. El nombre supo ser parte de una canción que fue recortada porque era demasiado larga: “A todos nos gustó el nombre porque refleja las canciones de la banda, los temas dicen lo que pensamos y lo que sentimos, es esa la esencia”.
A un año de la presentación del disco y a muchos más de sus comienzos, entendieron que su pasión está lejos de los videojuegos y en realidad se encarna en juntarse, tocar y hacer música. Frescos, divertidos, casi desfachatados el sábado 14 de Julio llegan al Cangrejos Estudio Bar en Ciudad de la Paz 123, Palermo. Despreocupados de etiquetas y vergüenzas, vuelven a prepararse para subir al escenario y ser siempre ellos mismos, un trío de eternos originales.