Archivo por meses: marzo 2012

36 x 24

Hace ya casi cuatro años, cuando encontrábamos el rumbo vocacional que le íbamos a dar a nuestras vidas, decidimos hacer una revista digital con posición y producción propia. Sabíamos una parte de lo que esto implicaba y una parte de las alegrías que nos daría. Éramos también una parte de los que somos hoy.
Desde entonces fuimos armando lazos, conociendo gente y confirmando el camino que queríamos continuar. Parados en la comunicación popular, armando una agenda que nos perteneciera y en la que viéramos reflejadas nuestras inquietudes, denuncias y esperanzas. Este es nuestro cuarto 24 de marzo juntos y nunca dejamos de sentir la necesidad de dedicarle un espacio a la memoria. Lo que distingue a este de los demás es que, además de los renglones, le sumamos la radio. El comienzo de Vámonos de casa, nuestro programa radial nos lo permitió.
Recogimos variados testimonios que genera otro 24 de marzo de memoria. De la radio al digital. Por el Nunca Más de los 30000, por el Nunca Más de los desaparecidos en democracia.

Alejandro Apo, periodista deportivo: “la memoria del pueblo es sagrada. Eso no implica una actitud de revanchas personales pero sí de actitud frente a la vida y la historia. El olvido es lo peor y me parece que cuando uno recuerda a tantos compañeros que cayeron en una lucha que duele todavía porque después se supo todo lo que pasó. Uno siente que el 24 de marzo de 1976 se quebró una parte de la mejor historia de la argentina a partir de una represión salvaje y sanguinaria de la dictadura que se había apropiado del poder. Por suerte estamos en un momento en que esas personas están pagando con los juicios que corresponden. Lo que siento es que la militancia, la juventud, la definición desde la escena oficial hacia esta lucha de la memoria popular ha surtido efecto en todos y nos ha mejorado a todos como sociedad para oponernos a los represores y a las personas que no quieren una Argentina plural. Es un momento de recuerdo de tantos luchadores imprescindibles cuyas banderas siguen flameando en la militancia joven de todo el país.

Elvira Sánchez, hermana de Miguel, atleta desaparecido: “Hay que recordar y no olvidar, pero teniendo conocimiento de lo que pasó. Es muy importante por la libertad, por la vida, por lo que pasó, por Miguel y los 30 mil desaparecidos”

Victoria Donda, Diputada Nacional: “Es importante que el 24 de marzo vayamos a la plaza por la memoria de los 30 mil compañeros y compañeras que militaron por una patria por la que tenemos que seguir luchando. El pueblo sigue luchando. También hay que aplaudir a la justicia que por fin está haciendo lo que tiene que hacer, repudiar a aquellos que votaron la ley antiterrorista y a aquellos que todavía siguen negándole el ejercicio de los derechos humanos a nuestro pueblo”.

Carlos Belloso, actor: “Fui actor de TV por la identidad, que recordaba a la dictadura de parte de los ‘70s y ‘80s. Es muy importante recordar para que no se repita y esa consigna NUNCA MÁS esté cada vez más vigente”.

Juan Palomino, actor: “Esta fecha es muy importante porque determinó el destino de muchas personas que no están, que han sido expulsadas, asesinadas y torturadas en el país. Es importante que los jóvenes que no estuvieron en esa época de terror, sangría y genocidio estén conscientes de que la democracia es una herramienta importantísima para la construcción de nuestro país”.

Federico Delía, actor: Debemos tomar conciencia de lo que pasó, manifestémonos, salgamos a la calle este y todos los 24 de marzo. No nos olvidemos porque nunca tiene que volver a ocurrir. Para eso estamos nosotros, para decir ‘no nos olvidamos y acá estamos”.

Fernando Pacini, periodista deportivo: “el 24 de marzo es una fecha irreemplazable para la memoria. Afortunadamente las juventudes han repuesto la necesidad de recordarlo. Es una forma de respetar a todos aquellos que intentaron cambiar un país, darle una dirección nueva y no lo consiguieron por el crimen, la perversidad, el cinismo de los que detentaban el poder y de los que, desde el silencio, no los supieron respaldar. El deporte no ha permanecido ajeno a este recuerdo. Con el tiempo se ha hecho una sanísima costumbre ponerse de pie y dar un minuto de silencio, con todo lo que cabe en un minuto de silencio cada 24 de marzo”.

«Cuando nos volvemos show perdemos»

Nada del aspecto de Rodolfo Arruabarrena hace creer que sea uno más del establishment de técnicos. Mucho menos la forma en que encara la situación de su equipo: con Tigre peleando el descenso, el Vasco apunta a jugar bien y eso le da resultados. Contra el show, contra los bocones, contra las presiones, contra las tensiones: acá, la radiografía de un pensamiento.
Quizá es la costumbre. Uno marca y espera lo convencional, el tono limpio y sencillo. Bueno, en este caso se escucha una canción. Suena Cacho Castaña. “Cara de tramposo y ojos de atorrante”, repite el dueño de las noches porteñas.
De pronto, se corta la música. Mute para las cuerdas vocales al jerez del Cacho de Buenos Aires y la voz aflautada de Rodolfo Arruabarrena nace como un canto a la vida. Algo no cierra.
………………………….
Como buen Tigre, el equipo de Victoria pelea en todos lados. Paradójicamente, es puntero y vive en la zona roja de la tabla de promedios, está en descenso directo, a tres puntos de San Lorenzo, de la zona de promoción. ¿Situación riesgosa? Sí. ¿Imposible? No.
«Antes de empezar la temporada nos daban todos por muertos», empieza a hacer su descargo el DT del Matador. Y, continúa: «En junio estábamos a 17 puntos de San Lorenzo y hoy estamos a tres; a 38 de Banfield y hoy los tenemos a 16…Todo es posible».
Pero la cuestión va más allá de los puntos obtenidos. Es cierto que en el reino de los ciegos el tuerto es rey. Pero, en el contexto del fútbol argentino, válido es el reinado de Tigre. En medio de un entorno desfavorable para la práctica -o al menos el intento- del buen juego, el equipo que dirige Arruabarrena hace lo posible por hacerlo, más allá de las urgencias que presenta la tabla de promedios.
Evidentemente se puede pelear por no descender y jugar bien al fútbol, ¿no?
– Yo tengo un plantel de jugadores de buen pie y jugamos como jugamos porque es lo que podemos hacer. Es cierto, estamos apretados por el promedio. ¿Pero por eso no nos podemos permitir jugar bien al fútbol? Nuestra idea es tratar de jugar, de tener la pelota, de crear sociedades. Es fácil decirlo pero difícil de hacer. Y, sí, más vale que se puede pelear por no descender y jugar bien al fútbol. Nosotros no tenemos otra alternativa.
– Entonces, ¿Por qué se asocia la idea de que los equipos que buscan no perder la categoría no pueden proponer buen fútbol?
– Debe ser por el hecho de que las presiones que debe soportar un equipo que está en zona de descenso son muy fuertes. Pero depende siempre de los jugadores, de las personas. Si la cabeza del futbolista se banca la presión extra, no hay problemas.
– ¿Quién presiona?
– Todos. Jugadores, entrenadores, medios, dirigentes, hinchas, todos ayudan a que exista la idea tremendista de que todo es de vida o muerte y eso se traslada a la cancha. Acá el que se desespera y pierde la paciencia la paga caro.
– ¿Y tus dirigidos soportan la presión?
– No me gusta hacer evaluaciones parciales. Si digo que sí ahora y después caemos en una mala racha me van a caer a mí por lo que dije. Lo que puedo remarcar es que van cuatro fechas y, si bien es bueno arrancar bien, falta mucho. Los elogios son muy bonitos y hoy es todo bárbaro, el técnico, los jugadores, pero lo más lindo puede ser perjudicial si no sabés manejarlo.
Habla como el entrenador que es. A sus 37 años, después de haber vivido más de 15 años adentro de los límites del terreno de juego, Arruabarrena puede decirse técnico. Pero esa idea no siempre rondó en su cabeza.
– ¿Siempre supiste que ibas a dirigir?
– No, todo lo contrario. Hasta poco tiempo antes de dejar el fútbol desestimaba por completo la chance de hacerlo. Evaluaba seguir ligado al fútbol, de hecho pensé ser periodista deportivo.
– ¿Qué te detuvo?
– Las ganas de dirigir, me picó el bichito cuando estaba en Chile (NdeR: Jugó en la Universidad Católica en 2011). En un momento pensé que no tenía el carácter, la personalidad, pero hablé con técnicos y amigos como Juan Pizzi, Diego Cagna, el mismo Carlos Bianchi y me convencí de que podía. Me retiré y agarré Tigre.
– ¿Consumís prensa deportiva?
– Sí, poco. Leer no leo. Si bien los diarios andan por la concentración, mucha bola no le doy. Lo que sí, escucho y veo bastante. Pero solamente los que hablan de fútbol. No descarto trabajar en los medios más adelante, como analista, siempre en programas que hablen del juego.
– ¿Hay programas en los que no se hable de fútbol?
– Demasiados. Cuando el fútbol se convierte en show perdemos todos. Yo soy de los que piensan que tanto los futbolistas como los entrenadores necesitamos del periodismo tanto como ellos de nosotros. Pero a veces se cruzan ciertos límites.
– ¿Qué porcentaje de mentira-verdad hay en lo que se comunica?
– Hay casos y casos. Mucho de lo que se lee es mentira y ahí uno debe decidir si contesta o se queda en el molde. Es un trabajo diario que hay que hacer. Muchas veces hay que encapsularse y hacer oídos sordos.
– ¿Crees que esto sucede sólo en el fútbol?
– Prefiero no meterme en cosas que no se. Lo que sí, por las reacciones del hincha y porque uno está de este lado del mostrador, uno aprende el poder que tienen los que informan.
– Tuviste la posibilidad de concentrar con tipos como Márcico, Blas Giunta, Maradona, futbolistas de otra época… ¿Qué diferencia hay entre la generación de jugadores con los que compartiste plantel y la que te toca dirigir?
– Obviamente hay cambios, pero no creo que sea como muchos dicen que se mutó para peor. Son épocas distintas, la sociedad cambió. Antes uno no tenía celular ni otros medios de distracción y miraba mucho fútbol para conocer al rival. Hoy en día, los jugadores conocen a los rivales por verlos en la Play Station. Saben la altura, si es zurdo o diestro, etc… Que se yo, uno se debe adaptar a lo que hay, a lo que le toca. Yo creo que todos los cambios son para mejor.
– ¿Qué lugar ocupa el futbolista en el ambiente futbolístico?
– Es central. Es el eje del fútbol, desde él se manejan todos los negocios. Hay un montón de aspectos que se ven favorecidos según el rendimiento del jugador.
– ¿Y es tratado como tal?
– Depende del caso. Es el fútbol que nos toca vivir. Desde la lógica del mercado, el futbolista está en un lugar central y así se vive.
– ¿No crees que eso perjudica al torneo local?
– Sí, puede ser. Hoy prima el mercado, es el que rige la competición. Por eso faltan jugadores de 22 a 28 años, más o menos. Hay jugadores demasiado jóvenes, de 17 o 18, y otros de 30 para arriba. Falta una franja importante porque se va a jugar a Europa, ese es el principal problema del fútbol argentino. Los pibes juegan cuatro partidos bien y ya tienen una oferta de afuera. El club, el representante y el jugador se favorecen y se van. Después, muchos, vuelven a los seis meses porque no se pueden adaptar…
– ¿Qué te dicen tus amigos sobre la situación de España y Grecia, los dos países del exterior en los que jugaste?
– Y… que está todo mal. Yo zafé en ese aspecto. Parece que voy esquivando los quilombos. Me fui de Argentina en el 2000 y volví en el 2007, dentro de todo me salió bien. Uno dejó mucha gente querida allá y se pone mal por ellos.
– En algún momento dijiste que te aburrías y por eso te daban ganas de cambiar de club. ¿Qué es lo que hacía que te aburrieras?
– Qué sé yo, estar mucho tiempo en un mismo lado. Pero creo que es una cuestión de perder los incentivos lo que hace que uno se aburra. Lo peor que le puede pasar a uno es conformarse, estar cómodo. En el fútbol, como en la vida, el que se relaja pierde. Es simple, si te conformas te achanchas y perdés las metas y sin metas no rendís.
-Sin embargo, estuviste ocho años en Boca y siete en Villarreal…
– Sí, hice lo contrario a lo que dije. Es raro.
– Como te pasó con tu carrera de entrenador.
– Qué sé yo son cosas que dije en su momento. Uno sabe que como jugador de fútbol, y más que nada en Argentina, las opiniones son cambiantes.
…………………………………..
– ¿Qué música escuchás?
– De todo, ¿por qué?
– Por el tono de espera de tu celular.
– ¿Qué es eso?
– Cuando te llaman, hasta que atendés, suena un tema de Cacho Castaña…
– ¡No! Me quiero matar. ¿Cómo lo saco?
– Ni idea…

Los dos mil sesenta goles de Pagani

El hombre de las mil y una noches es una incógnita constante: ¿es es en la vida cotidiana como se muestra en la tele? Es difícil de responder, pero no imposible. Por eso, él mismo abre las puertas de su día a día, mezclando fútbol, ideología, pasión, enojos y ternuras. Todo dentro de sus miles de vidas. Por las dudas aclara: “Siempre fui igual”.

Foto: Nos Digital.

Hay dos Paganis. El periodista deportivo más antiguo del diario Clarín, mediador en los viejos conflictos entre César Luis Menotti y El Gráfico, y el paciente co-conductor radial que no se atolondra y se da el gusto de pasar tres tanguitos cada sábado. El showman calentón de la televisión, el seductor incontenible, y el abuelo que hace monigotadas cuando le piden que pose para una foto. El Pagani del imaginario colectivo, medio putañero, con ganas de levantar minas física y moralmente flexibles y el otro, el que está con la misma pareja hace siete años, después de invertir veinticinco en su conquista. De esto último, los muchachos deberían tomar nota.

Fuera de la recepción del diario Clarín, en Tacuarí 840, las veredas ya se secaron. El día anterior, la Ciudad había recibido el descargo de un diluvio que obligó a que la nota se pasara para el día siguiente. Para poder salir de TyC Sports, Pagani había esperado media hora dentro del canal a que las alcantarillas recuperaran su función de siempre y drenaron los arroyos urbanos que se arman cada vez que cae un chaparrón algo agresivo en Buenos Aires, y NosDigital apenas había podido poner un pie fuera de techo cubierto. Hoy, la cosa es diferente.

Horacio Pagani trabaja hace cuarenta y cuatro años en la sección Deportes de Clarín. Tiene más de sesenta viajes a Estados Unidos, un número similar de aterrizajes en Europa, más de diez en Oriente, alguno que otro en África y alrededor de siete decenas en Centro y Sudamérica. Todas excursiones para cubrir Copas del Mundo, peleas de boxeo, Juegos Olímpicos y vaya a saber uno qué otro torneo más. La cantidad de desplazamientos por el interior de Argentina no vale la pena contarlos, pero llegan a las tres cifras. “Hay tener suerte. Conozco colegas brillantes que trabajan en medios que no mandan enviados especiales. En este diario soy un mueble más”.

La televisión le llegó de grande. Forma parte de la mesa de caballeros que es Estudio Fútbol (TyC Sports, a las 13), en donde juega el rol del chicaneado a sueldo. Cada uno de los periodistas que integran el plantel conocen las palabras justas que harán que Pagani se salga de quicio: grita, se mueve como loco, se le desacomoda la cara. A veces hasta se para. Es la versión profesional del “Tano” Pasman, uno que consiguió, también, su mini cuota en la pantalla, al menos de Youtube.

– ¿Cuánto hay de show y cuánto de verdadero en Estudio Fútbol?
– Yo siempre fui igual, siempre discutí, lo que pasa es que en el diario nadie me veía. Un día me invitaron al programa, tuve un par de discusiones y me contrataron. Es cierto que un poco se exagera. Los otros muchachos, especialmente (Marcelo) “el gordo” Palacios sabe buscarme para hacerme engranar. Salvo la primera pelea con (Alejandro) Fabbri, que fue en serio, nunca pasó nada. Parece que a ellos les gusta eso porque es cuando mide más el programa, todo el mundo se ríe.

“La primera con Fabbri”, como la llama Pagani, fue un griterío que se armó en vivo en 2007 cuando Fabbri, que había trabajado en Clarín bajo la dirección de Pagani, lo acusó de no permitirle a los redactores hablar mal del equipo de Menotti o elogiar al Ferro de Griguol (porque le disputaba el campeonato a Boca). Pagani le respondió que eso no era cierto, que a nadie se le había modificado una nota jamás, y que su honor estaba siendo ofendido. Fabbri retrucó y lo llamó “payaso mediático” y, al tiempo, quedaron amigos nuevamente.
– Si le gusta un jugador, ¿cómo maneja el límite para no pasar a ser un adulador?
– ¿Cómo yo con Riquelme? – lo nombra por primera vez – No, no. Lo de Riquelme es absolutamente conceptual.
– ¿Qué quiere decir eso?
– Que me ofende que los periodistas no se den cuenta de la diferencia que hay entre Riquelme y el resto de los jugadores en la manera de entender el juego. Es sideral. Además, todos los jugadores y los entrenadores del fútbol lo reconocen. Los únicos que no, son algunos boludos periodistas. Lo defiendo porque es defender una manera, una teoría. Me asombra que no lo vean. Algunos por soberbia, por creer que son más importantes los periodistas que los jugadores, y otros porque no entienden. Me pone loco.
– ¿Para usted hay dos ideologías en el fútbol?
– No, hay una sola. La otra es la contraideología. Los que están del bando de enfrente no tienen ideología. Ellos lo único que hacen es criticar la nuestra. Si vos les preguntás: “¿Cómo querés que juegue tu equipo?”, ellos dicen: “Que gane”.

Pagani habla de un “ellos” separado de un “nosotros” que recuerda a manuales de antropología. “Se produce la falsa dicotomía entre jugar bien y ganar, como si fueran dos cosas distintas. Durante veinticinco años estuvimos metidos en una discusión en donde la otra parte tenía como bandera una obviedad. Ganar les gusta a todos, lo importante es que discutamos los métodos”.

El primer partido que Horacio Pagani vio en un estadio fue uno de Independiente. Lo llevó un vecino de su edificio, abogado y profesor. Sus ídolos de aquél tiempo eran Ernesto Grillo y Ángel Clemente Rojas, de Boca, más conocido como “Rojitas”. También, ya de más grande, Ricardo Enrique “el Bocha” Bochini.

Si bien la vocación de periodista no es algo que tuviera de pibe, a Pagani le gustaba mucho el deporte y leía El Gráfico con fruición. Estudiaba ciencias económicas y a los 17 años entró a trabajar en un banco, como para darles el gusto a sus padres. Cuando terminó el servicio militar, se decidió y se prometió cambiar de carrera. Un amigo le sugirió: “¿Por qué no estudiás periodismo deportivo?”. “Porque no existe”, le dijo Pagani. Cuando se enteró de que estaba equivocado y de que existía el Círculo de Periodistas Deportivos, comenzó todo.

“Entré como un hobby y, de paso, para conocer a gente del ambiente. Hasta que tuve de profesor a Osvaldo Ardizzone, un periodista fenomenal que trabajaba en El Gráfico. El viejo era medio vago como yo, corregía poco y nada, hasta que un día corrigió un reportaje imaginario que hice, una entrevista a la distancia, y al viejo le gustó y lo destacó. Y ahí hice el click. A partir de ahí tomé como si fuera una fiebre la profesión”.

***

“Horacio Pagani es uno de los personajes más divertidos que he conocido. E incluyo entre los conocidos a Charles Chaplin, Marcel Marceau y al Demonio de Tasmania”. Así dice la línea inicial del primer prólogo, escrito por Roberto “el Negro” Fontanarrosa, del libro “El verdadero fútbol que le gusta a la gente”, una recopilación de notas y reflexiones que Pagani publicó en 2008 (Urano), y que es en realidad una remake más completa de una edición anterior (Al arco, 2006). Allí se narran las relaciones que construyó en estos años con Maradona (a quien le hizo la primera nota), Carlos Salvador Bilardo, Daniel Passarella, y otros.
– ¿Cuándo empieza a sentir que tiene material para escribir un libro?
– Hará unos veinte años, o más tal vez, empecé a redactarlo. Tenía como una bajada de línea. Cuando llegué al primer capítulo, pensé: “Es imposible que alguien lea esto. Es una sanata infernal”. Entonces lo abandoné. Pasaron muchos años y un día apareció Marcos González Cezer, que tiene junto con (Julio) “el Chopo” Boccalatte una editorial en la que escriben solamente periodistas. Me empezó a presionar, me puso un revolver en la sien para que escriba. Era una tortura verdaderamente. Sin él nunca lo hubiera hecho. Venía, me grababa y después me lo hacía pasar y él lo corregía. Salió un libro decoroso finalmente.

Tiempo después, un ex compañero del banco, ahora convertido en gerente editorial con cabecera en Barcelona, le propuso escribir otro libro. “Yo no tenía ganas de escribir, así que le agregamos dos capítulos al anterior: uno referido al negro Fontanarrosa y otro sobre Riquelme, que insólitamente no estaba en el primer libro, cuando mi pan de cada día es Román”.

Horacio Pagani, Ricardo Darín y Hugo Arana tienen algo en común: los tres sacaron discos de no mucha repercusión que sorprendieron, para bien o para mal, a quienes descubrieron sus tapas en las bateas de las disquerías o en las profundidades de Internet. Rodeada de fileteados porteños, la cara del periodista deportivo aparece ilustrada con trazo manual y adornada con un sombrero varonil. “Lamentablemente no tiene mucha difusión. Son siete temas grabados por mí y algunos cantados por otra gente. Se llama ´Chamuyando tangos´”.

A Pagani le gusta el tango desde siempre. En su familia no preferían ese estilo de música, pero las visitas recurrentes al Ministerio de Obras Públicas, en Vicente López, donde Pagani tomaba sol, hicieron que desarrollara una relación especial con el género. “Por los parlantes pasaban tango y fue ahí donde aprendí el recitado de ´La Cumparsita´, que recitaba Julio Sosa. Si querés, te recito algo”, se atreve.
– Qué raro que no se le dio por cantar…
– Es que me di cuenta de que no tengo oído musical, que le erro a las notas. Al principio me parecía que cantaba bien, pero todos me decían: “Mirá que no es así”.
– ¿Baila?
– No, soy de madera, torpetón. Es muy difícil. Cuando tenía 18 años fui a un curso, con cortes y quebradas, con el ocho. Ahí bailaba fenómeno porque te manejaban ellos. Pero cuando quise emplearlo, me llevaba a la gente por delante.

Pagani habla de gente muerta bastante seguido: amigos de la infancia que ya no están, ex compañeros de trabajo, una hermana. Lo hace con cariño, algo de melancolía y bastante naturalidad. Varios han quedado en el camino y no se puede más que recordarlos con humor, sabiendo que algún día se pasará a engrosar sus filas. Hace los cuernitos cuando le hablan de infartos, duerme poco, veranea en La Lucila del Mar y conoce las rutinas del supermercado.
Práctico ante todo, lleva un papagayo debajo del asiento de su auto. La anécdota es más o menos así: concentración en la 9 de Julio. Pagani queda encerrado entre un centenar de autos. Imposible avanzar o retroceder. De repente, lo sorprenden unas ganas terribles de mear. Se ve ante un dilema. Sobre el asiento del acompañante reposan dos diarios: un Clarín y un Olé. Sacrifica el segundo.

Como contó el episodio en la radio, para uno de sus cumpleaños le regalaron un papagayo. Y, desde entonces, ahí va, ganándole por goleada en cantidad de usos al matafuego. “Te digo que ya lo usé tres o cuatro veces. Es lo mejor que hay”.
– ¿Juega al fútbol?
– Hice dos mil sesenta goles.
Un hombre vestido como para subirse a una moto en cualquier momento cruza apurado el vestíbulo del edificio de Clarín, le avisa a Pagani que ya sale para la cancha de Boca y se va.
“Chau, chau, querido”, responde, sin verificar que su contestación haya sido registrada. Y sigue: “Lo que pasa es que cuento todos los goles. Las chapitas, esas que metés en las cloacas, todo. Y calculo más o menos 2.060”.
– Terminemos con el misterio, ¿de qué cuadro es?
– No te puedo decir. No me parece bien que los periodistas lo digan. Algunos compañeros dicen que la modernidad es decir de qué cuadro son. Condicionás tu opinión de manera tal que los que no son de ese cuadro no te creen.
– Pero es de un cuadro…
– Sí, yo digo que no soy de nadie, pero sí que soy.

***

Es sábado 10 de marzo. La Ciudad está conmocionada por la fauna exótica que de pronto se apareció entre sus piernas. Un puma suelto en Zona Norte, alacranes en Recoleta y bandadas de palomas que aparecen misteriosamente muertas. Eso y Roger Waters, claro. “Si yo me enfrento con un puma, lo mato”, abre el debate Pagani en el programa de radio en el que participa los sábados (“Con todo respeto”, AM 790 de 11.30 a 13.30).

Pagani usa el teclado de su computadora de Radio Mitre solo con el dedo índice derecho. Dedo índice, mouse. Mouse, dedo índice. A veces toma notas en un papel. Más tarde confesará que no escribe nada, que hace dibujos geométricos y que los engancha. Ahora cobra más sentido el reproche que le hacían sus alumnos de DeporTEA: que corrija más, que se tome más tiempo.

En su sitio web oficial, hay una foto junto con dos de los fundadores de esa escuela: Carlos Ares y Juan José Panno. Se los ve en traje de baño, apoyados en un auto, en la playa. “Cada uno de nosotros tenía un Fiat 600, pero fuimos con dos. Cada 100 kilómetros, cambiaba el que manejaba solo. Y así fuimos hasta Bariloche. Estábamos extasiados con el lago y con toda la sanata. Los tres teníamos dificultades sentimentales, relaciones truncas, tres imbéciles. Escuchábamos Bach Electrónico colgados de los árboles”.

Antes de su pareja actual, Pagani estuvo casado y divorciado dos veces. De esas uniones salieron cuatro hijos: Gabriela, Federico, Luis (que, según Pagani, quiere ganar un par de mangos con él con un par de proyectos nuevos para Internet) y Nydia (que trabaja en la producción del programa de los sábados). En la misma emisora, los días de semana, Pagani es columnista del programa matutino de Samuel “Chiche” Gelblung.

Este verano fue convocado para realizar unos monólogos sobre dificultades maritales (“Dejame hablar, amor”, de Daniel Dátola) junto a Chichilo Viale y Pablo Cordonet. Iban por la sexta función en la costa cuando, lamentablemente, el padre de Chichilo enfermó (luego murió) y tuvieron que suspender todo. “Entre la cuarta o quinta función, le había tomado la mano. Tenía un ayuda-memoria en el atril. No soy actor, ni me quiero considerar, soy un tipo que dice monólogos Ni siquiera ensayamos los movimientos”.
– ¿Cómo es eso de la conspiración del Casino de Mar del Plata?
– Yo juego al número 14, 17 y 20. Bien centrales. ¡Y no salen nunca! Pareciera que hay un decreto que prohíbe que salgan. Cuando fui por tercera vez, los croupiers me avisaban cuando salían en las otras mesas. Pero creo que nunca salieron jugándolos yo.
– Y cambie de número…
– Pero son mis números. ¿A cuáles voy a jugar? Yo tenía un amigo, que se murió hace poquito, que era un loco del casino y le jugaba a esos mismos números. Lo heredé de ahí.
No es lo único que heredó. Cuando habla de su padre, pareciera que se describe a sí mismo: “El viejo era la estrella de los pibes cuando atendía la panadería por las tardes. Venían a provocarlo para buscar sus reacciones. Y él terminaba invariablemente tirándoles con panes, sobre todo el pan alemán, que estaba arriba del mostrador y era redondo y pesado. Todos lo querían en el barrio”.

Mientras la conductora de “Con todo respeto”, Mariel Di Lenarda, baila la danza del vientre en el estudio que da a la calle Masilla, el macho que sale con una ex playboy desvía la mirada, pone atención en el resultado Colón – Newell´s que anuncian los televisores planos, y apura al resto porque se quedan tiempo para pasar los tangos Pagani preparó para hoy: “Alma de loca”, “Pasional” y “La casita de mis viejos”.

Habitué del mítico restaurant futbolero La Raya, enemigo de los términos en inglés que se pueden traducir al castellano sin problemas y gesticulador nato, Horacio Pagani es el hombre de las mil actividades, de las mil y una noches (sale a comer afuera el 90 por ciento de ellas). Pero es también el paciente maestro que transmite su oficio con alegría y el tipo que te regala dos horas de conversación laxa. Sin gritos, sin enojos. Ya se sabe: del dicho al hecho, hay un largo trecho. Pero ¡qué divertido hubiera sido hacerlo encabronar!

¿Qué significa ser guevarista?

 Son tan amplios los sectores que flamean banderas del Che en las movilizaciones, son tantas las remeras que vemos por la calle o en los recitales, incluso son también decenas los trapos que se cuelgan en las canchas de fútbol. Pero, ¿alguna vez nos preguntamos qué significa ser guevarista? Entrevistamos a tres actores políticos diferentes que se identifican con el Che. Desde sus experiencias pasadas o vivencias actuales se animan a reflexionar.

Fotos: Nos Digital.

En primer lugar consultamos a Luis Mattini, ex miembro del PRT y uno de los fundadores del ERP. Según su visión, no cree que debería ser tan amplio y heterogéneo el arco ideológico capaz de levantar las banderas del Che: “La mayor parte del gran arco ideológico es, de una manera u otra, determinista. O sea, creen que la acción de los humanos está determinada sea por Dios, o sea por leyes históricas. El guevarismo es la feliz unión del marxismo con el existencialismo”. Mattini responde de manera muy puntual, para él el guevarismo es “un modo de ver y actuar en la vida”.

Raúl Schnabel también militó en el PRT y fue uno de los fundadores de Patria Libre, actualmente se inclina ampliamente por el modelo kirchnerista. Por su lado, sostiene que “el guevarismo es la representación más acabada de la izquierda revolucionaria en los ´60 y ´70, en ese contexto y circunstancias históricas era lucha armada. Contiene el paradigma del hombre nuevo, que es la transformación humana a nivel personal, un hombre socialista completamente comprometido con su pueblo. Además, expresa la convicción más clara sobre el carácter violento del capitalismo y su expresión expansionista, el imperialismo”.

Rocío Dubrovsky y Agustín Lecchi son dos jóvenes integrantes de la organización Norberto Blanco, parte dela Corriente Estudiantes Del Pueblo (C.E.D.P.). Ante el significado que tiene para ellos el guevarismo, dijeron: “Nos consideramos guevaristas porque, desde una perspectiva transformadora, tomamos no solo la figura del Che, sino sus concepciones políticas de un modo integral. Actualmente, el Che es reivindicado desde distintos sectores políticos, incluso desde la burguesía y el gobierno, sacándole conscientemente el contenido a su figura, despolitizándolo. Desde la C.E.D.P. entendemos que el Che Guevara fue no solo un Comandante consecuente de uno de los procesos de liberación más importantes para los oprimidos en todala Historia, la Revolución Cubana, sino un militante de carne y hueso que pensó y se propuso construir el socialismo en la práctica. Entre otras cosas, aspectos como el hombre nuevo, que nos impone una filosofía de vida en donde la transformación hay que construirla cotidianamente desde el colectivo, sin esperar que vivamos en el socialismo para cambiar nuestras prácticas; el trabajo voluntario y su antiburocratismo; el internacionalismo proletario y la discusión conla URSS y el PC, que mientras conciliaban con el campo capitalista querían hacernos creer que el socialismo es posible en un solo país. Todas esas concepciones políticas que el Che llevaba día a día adelante a través de sus prácticas militantes, nosotros las reivindicamos y son principios que nos guían”.

«Ya que, con la amenaza de guerra, los imperialistas ejercen su chantaje sobre la humanidad, no temer la guerra es la respuesta justa. Atacar dura e ininterrumpidamente en cada punto de confrontación, debe ser la táctica general de los pueblos. Pero, en los lugares en que esta mísera paz que sufrimos no ha sido rota, ¿cuál será nuestra tarea? Liberarnos a cualquier precio.», Ernesto Che Guevara.

Después de delinear el concepto de guevarismo hay tiempo para contextualizar. Hoy, las vías armadas hacía la revolución parecen haber quedado de lado definitivamente, entonces, ¿qué nuevas formas emergen en esta realidad actual para encausar las ideas guevaristas? Desde el Partido Comunista entienden que en este momento “la construcción de contrahegemonía es centralmente cultural y política, y no hay espacio para ninguna forma de lucha violenta en general, y armada en particular”. Aclaran que “no hay que olvidar que la lucha armada es la forma extrema de las vanguardias populares para defenderse de la violencia de clase, y aquí sólo se daría si la oligarquía nos intenta golpear, sería para defender la Patria, el Estado de Derecho y la Constitución”.

Por su parte, desde la organización estudiantil C.E.D.P. creen que “actualmente, con complejidades y distintas dinámicas, sigue habiendo una minoría de la sociedad que vive a costas del trabajo y la explotación de las mayorías, como cuando luchaba el Che. En ese sentido sigue habiendo tantos motivos como en aquel entonces para organizarse y salir a pelear. Si el guevarismo como tal fuese anacrónico, cualquier pensamiento o identidad construida en el siglo XX sería anacrónico. Entendemos que el guevarismo excede al propio Guevara, y que hay que retomar no solo a él, sino también a muchos que retomaron su legado y forman parte del guevarismo, como por ejemplo el PRT argentino o el MIR chileno. Las experiencias de estas organizaciones revitalizaron al guevarismo y mostraron que retomar su legado no es solamente reivindicar la lucha y el espíritu combativo del Che, sino que incluso es adaptarla a nuestro tiempo y espacio teniendo presentes sus principios políticos. Actualmente, nuestra tarea es hacer crecer la corriente guevarista, difundir sus concepciones políticas, y llevarlas adelante, teniendo en cuenta la coyuntura particular en la cual nos toca vivir”.

“Hoy la defensa del país sigue ocupando el primer lugar en nuestros desvelos. Pero no debemos olvidar que la consigna que guía a los Jóvenes Comunistas [«el estudio, el trabajo y el fusil»] está íntimamente unida entre sí, que no puede haber defensa del país solamente con el ejercicio de las armas, con estar prestos a la defensa. Que además debemos defender el país construyéndolo con nuestro trabajo y preparando los nuevos cuadros técnicos para acelerar mucho más su desarrollo en los años venideros (…). El estudio a todos los niveles es también hoy una tarea de la juventud; el estudio mezclado con el trabajo (…). La juventud tiene que crear. Una juventud que no crea es una anomalía realmente», Ernesto Che Guevara.

Para Raúl Schnabel, “el guevarismo dejó como legado en la juventud actual ese sentimiento concreto antimperialista. La voluntad y el deseo de transformar una nueva sociedad, más justa”. Lecchi y Dubrovsky, de la organización estudiantil, opinan que los jóvenes históricamente han tenido un espíritu rebelde, combativo y de lucha, y el Che Guevara es una referencia de ello, si bien no se puede generalizar al hablar de ‘la juventud’. “Nuestra intención es que ese espíritu de lucha no sea solo un rasgo de una época en la vida de cada uno de nosotros, sino que pueda atravesarnos como personas mas allá de que hoy seamos jóvenes; que pueda proyectarse en el tiempo. Buscamos que esa aproximación que muchos jóvenes sienten hacia la figura del Che, no se quede solo en eso, que no sea solo una adopción de la imagen del Che Guevara por la imagen misma, sino una reivindicación política de sus planteos y prácticas”.

Asesinos Federales

El gatillo fácil otra vez, como una enfermedad incurable de nuestra –aunque nos cueste asumirla como propia- Policía. Se repiten las excusas y los arreglos con el Poder Judicial. A los muertos, como no pueden declarar, les arman reacciones inventadas. El verano arrancó sangriento para la nueva plaza del barrio de Boedo. John Camafreitas fue asesinado por la Policía Federal.

Foto: Nos Digital.

La historia se da como tragedia y se repite, y se repite, y se repite, y se repite. La misma represión policial que fusiló a John Camafreitas el sábado 21 de enero en la Plaza Mariano Boedo, había golpeado, torturado y asesinado a su primo Marcelo Sepúlveda.

“Mi hermano había venido a Capital desde Moreno para ir a una fiesta con unos amigos. En la fiesta se pelean con otro grupo de chicos y apareció un patrullero por la avenida Independencia, por donde venía caminando tranquilo John. Por lo que me dice uno de sus amigos, el oficial les dio la voz de alto y el que manejaba el móvil se acercó para reducirlo. En ese momento se asustó y se fue, y luego se escuchó el tiro, que dice que se le escapó”, contó Ariel, el hermano, a las cámaras de televisión. “Son profesionales con muchos años de servicio y no saben cómo reducir a una persona. Es mentira que mi hermano forcejeó y les quiso sacar el arma, como dijeron”.

Delia Castro, madre de John: “Entre los grupos de chicos se empezaron a tirar botellas. La policía siguió a cada grupo. Martín Alexis Naredo, el cabo de la Comisaría 8va siguió a John, su primo Mauro y otro chico, que es el testigo. Les dio la voz de alto y, cómo John siguió caminando, el policía directamente le disparó a la nuca”. Las primeras versiones, no casualmente, hablaban de un disparo “en la cabeza”. Las imprecisiones tenían una intencionalidad. Supuestamente habían forcejeado, pero, “¿cómo le dieron en la nuca, entonces?”, inquiere Delia.

El padre agrega más: “Cuando a mi hijo lo llevaron al quirófano del hospital Ramos Mejía, lo desnudaron y colocaron las cosas que estaban secuestradas a un costado, en una bolsa. Luego apareció un policía que las agarró y dijo que las tenía que llevar a la comisaría”. Pero cuando al día fueron a buscarlas, en la seccional les dijeron que ahí no había nada. El juez a cargo de la causa, Pablo Ormaechea, ordenó que los peritajes los llevara a cabo la Gendarmería Nacional y, tres días después de la detención del cabo, dictó su excarcelación por “falta de mérito”.

El Ministerio de Seguridad creó una comisión para investigar este y todos los casos de abuso policíal, y echó de sus funciones a Naredo. «El Ministerio de Seguridad no admite exceso alguno en el uso de la fuerza pública. No habrá impunidad para ningún caso de gatillo fácil», propagaron por Twitter. A continuación, prohibió la defensa del acusado por parte de abogados de la Federal.

Familiares de John se reunieron con Nilda Garré, la titular de la cartera, pero Delia Castro, que decidió asesorarse con la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, no le encontraba sentido al encuentro: “¿Qué me puede decir la ministra?”.

 

Organizaciones sociales, políticas y culturales como el Centro Cultural El Surco, el Vientos del Pueblo, convocaron a actos para visibilizar el caso, exigir justicia y terminar con el gatillo fácil. Patricia Machado, comunera de Proyecto Sur, al programa radial En Ayunas, de Fm Boedo: “Hay una política de criminalización para la juventud porque están viendo potencialmente a un delincuente, por ser pobre. Laura Corvalán, del Frente para la Victoria, al mismo programa: “Fue claramente un caso de gatillo fácil. En este contexto político, donde estamos todos los días reclamando por memoria, justicia y verdad, esto ya no tiene lugar”.

 

Y se repite

El miércoles 7 de marzo, en México y Alberti, Balvanera, la Policía Federal reprimió a familiares de víctimas del gatillo fácil, y a vecinos del barrio que se solidarizaban con ellos. “Varios policías de la 8va atacaron a Sabrina Castro, prima de John Camafreitas y Marcelo Sepúlveda, mientras paseaba con sus hijos. Ante este ataque, parientes y vecinos concurrieron a auxiliarla y la Policía los reprimió”, dice el comunicado de CORREPI. “La Policía Federal busca, de esta manera, amedrentar a los familiares que luchan contra la política represiva estatal, que nos mata un pibe por día”, sigue el comunicado. Para la comisaría fue “una batalla campal” después de que el patrullero fuera al lugar. Detuvieron a cinco personas por “atentado y resistencia a la autoridad”. Los demás, “escaparon corriendo”. Tres policías federales terminaron heridos, uno de ellos sufrió una fractura en una pierna.

 

La farsa

La versión de Naredo dice que, en el forcejeo con John Camafreitas, se le cayó el arma, que se disparó y dio justo en la nuca de John. Quizás la policía necesite un cordón para sus armas, ya que esta excusa no es la primera vez que se escucha: El policía que asesinó a Ariel Rodríguez en San Telmo el 20 de julio del año pasado también argumentó que la caída de su pistola provocó el disparo mortal. Pero no fue él, tampoco, el original. En 2010, la puntería no le falló a la baldosa que gatilló la pistola de Sergio Colombil, que dio justo en la nuca de Diego Bonefoi en Bariloche.

O quizás será, parafraseando a Julio De Vido, que nadie habla de las balas que no dan en las nucas de nuestros pibes.

 

Nada se pierde, todo se transforma

Una herramienta clave en las nuevas condiciones de posibilidades de reciclado. En la web DondeReciclo.org podés encontrar dónde y cómo reciclar cada material en desuso. Mientras las toneladas de basura de la Ciudad de Buenos Aires siguen en aumento y repletan los rellenos sanitarios, vos podés dar una mano.

Foto: Nos Digital.

En 2010, la Ciudad de Buenos Aires llegó a su máxima histórica de cantidad de basura enterrada en el año: 2.110.122 toneladas. El récord admite varias interpretaciones, ninguna positiva.

Los especialistas aseguran que el sistema de recolección de basura va camino al colapso. Se estima que para este 2012 el único vertedero habilitado –que queda en la Provincia de Buenos Aires- llegue a su capacidad máxima. Las cifras y datos no completan lo que hace la emanación de gases de efecto invernadero, por ejemplo, u otras contaminaciones: la que respiran los vecinos aledaños a esos basurales, otro ejemplo. Tampoco, las cifras y datos, hablan de la lógica misma del tratamiento de los residuos: desechar, acumular, enterrar o quemar.

La idea de “residuo” o “basura” toma ineludiblemente la connotación capitalista que alienta el consumo desmedido, no razonable. Pocas veces estas preguntas acompañan las visitas al súper: ¿Verdaderamente necesitamos todo lo que compramos? ¿Es perdurable eso que adquirimos? ¿De qué manera fue producido?

El tacho de basura es un elemento tranquilizador en ese sentido: ahí va todo. Pero, ¿después? Tal cual el vigente sistema de recolección, los residuos de la vereda van a un gigantesco basural, luego se tapan o queman. En ese proceso se utilizan rellenos sanitarios, energía, se dañan tierras y, sobre todo, se emanan gases de efecto invernadero que, entre otras cosas, inciden en el cambio climático.

En mayo de 2007, el Gobierno de la Ciudad reglamentó la llamada “ley de Basura Cero”, orientada a la eliminación progresiva de los rellenos sanitarios. La propia cartilla de la ley, plantea la adopción de medidas “dirigidas a la reducción de la generación de residuos, la recuperación y el reciclado”. Tres años después, sus alcances no fueron sustantivos: el 2010 fue record en basura enterrada.

Otra de las medidas tuvo la intención de “formalizar” a los protagonistas ocultos del reciclado: los cartoneros. La actividad lleva ya largos años en la Ciudad y es la paradoja que mejor enseña sobre el sistema de tratamiento de los residuos. Ellos hacen el trabajo sucio, el que ahora piden los carteles publicitarios del Gobierno de la Ciudad: separar los residuos.

Desde estas inquietudes nació, un año después del record, 2011, la Asociación Civil Donde Reciclo, una propuesta cibernética que orienta sobre los puntos de reciclaje en la ciudad. Un grupo de amigos cansados de googlear para encontrar lugares de reciclaje. Estudiantes de economía, artes visuales, filosofía, cuenta Melina Scioli, una de las fundadoras del proyecto, todos con el denominador común de “querer generar un cambio”

La página web www.dondereciclo.org reúne así muchos de los puntos de la Ciudad en que se utiliza el sistema de reciclaje para el tratamiento de los residuos, separados por material o producto: aceites, ropa, vidrio, cartón y papel, aluminio, plástico, Tetra Brik, tapitas, electrónicos, bronce y otros. Además, contiene información general sobre los beneficios del reciclaje y la opción de poder cargar un propio punto de reciclado: “En la web se puede tanto buscar como cargar puntos en todo el país. Es un sistema tipo “wiki” en donde la página se arma entre todos. De esta manera, la cantidad de puntos de reciclaje va aumentando constantemente gracias a la participación de la gente”, cuenta Melina.

El reciclaje es desde hace años una manera de contrarrestar el consumo desmedido (reutilizar lo desechable) y, sobre todo, cuidar el medioambiente (no intervienen procesos tóxicos ni contaminantes). Sigue Melina sobre estos beneficios: “El objetivo del reciclaje es transformar los materiales de desecho para crear nuevos productos. Al reciclar, se reduce la necesidad de usar rellenos sanitarios, se ahorran recursos naturales y energía, se reduce la contaminación y la emanación de gases de efecto invernadero (reduciendo así el cambio climático), y además se crean trabajos y se ahorra dinero”.

No son utopías sino los resultados mismos que brotan de cada producto reciclado. ¿Por qué, entonces, no se practica masivamente o forma parte de una política estatal? Aunque fomentadas en los últimos años, las prácticas de reciclaje se abren paralelas a los basurales, aisladas y atadas a circunstancias que impiden regularidad en el tratamiento de la basura. En San Francisco, Estados Unidos, por ejemplo, el reciclaje es obligatorio: de no hacerlo, las multas trepan hasta los 500 dólares. “Es una ciudad en la que el tema del medio ambiente y el cambio climático está en boca de todos”, remata Meli.

La pregunta sigue: ¿Por qué, entonces, no se practica masivamente o forma parte de una política estatal? El tratamiento de los residuos cala más hondo: habría que cambiar las mañas del consumo y la relación con los productos. Siglos del sistema capitalista, gobiernos dominados por corporaciones, una economía nacional que se sostiene al compás del consumo no la hacen tarea sencilla. Melina: “El Reciclaje está en tercera instancia pero es importante porque genera nuevos ciclos económicos y evita el enterramiento de potenciales materias primas. Entendemos que antes de reciclar es importante lograr reducir nuestros residuos, aprendiendo a consumir mas responsablemente y revalorizar el re-uso”.

Obligado por las circunstancias, el Gobierno de la Ciudad lanzó una campaña de concientización sobre la separación de residuos en origen. Melina asegura que es vital para su posterior reciclaje o re-uso. “Hay una voluntad por parte de los organismos gubernamentales en dar solución y gestión a los residuos. Iniciaron contenerización diferenciada en algunos barrios y en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, pero sigue haciendo falta una mayor concientización de separación en origen”, dice sobre lo que falta.

Por lo demás, Donde reciclo se encarga de conectar los proyectos que puedan hacer a la práctica sostenible. Y como una militante, Melina alienta esas “pequeñas acciones” que ayuden al reciclado, lo mismo que sintetiza la página en su lema interpelador de conciencias: Tu aporte hace la diferencia.

 

El retorno del Rey

Segunda entrega de Revoluciones en la preindependencia americana. Tiene lugar en América Central, en un rincón de la península de Yucatán. El valor de la resistencia al poder colonial español desde la experiencia de un lider mesiánico.

Dibujo: Nos Digital.

Para fines de 1761, un extraño personaje comenzaría a dar que hablar en la península de Yucatán. Que podía volar y revivir a los muertos, que era el rey Moctezuma que volvía para reclamar sus tierras como profetizaban los textos sagrados, que era mayordomo de Jesús de Nazaret, como él mismo se presentaba. Todo esto y más se decía sobre Jacinto Canek, líder del levantamiento mesiánico que alborotaría la vida colonial en Centroamérica y pondría de rodillas a más de un español.

Jacinto Uc de los Santos, o Jacinto Canek para la posteridad, fue un peregrino, un transeúnte que vivía de mendigar ofreciendo a cambio su don de la adivinación, de la medicina y la magia. Una rara figura que deambuló por todo Centroamérica y el Caribe dándose a conocer como chamán o  como mismísimo servidor de Jesucristo. Pero su nombre no habría sobrevivido al paso de los años si el 19 de noviembre de 1761 no hubiese entrado a la ciudad de Cisteil en Yucatán –actual México- proclamando el fin del gobierno español y el inicio de su reinado, con tan solo 30 años y ninguna ligazón con las elites mayas.

Pero, por qué creerle, se preguntaban los mismos lugareños. Canek, se encargó de desvanecer las dudas, primero quemando los recibos del pago de tributo, luego proclamando que todos los bienes del gobierno colonial le pertenecían. Solo un rey se hubiese osado a confrontar y atacar así a los conquistadores. Su oratoria y sus conocimientos como chamán terminaron de quitar cualquier indecisión. La primer medida que tomó fue la de ordenar matar a todos los chanchos, ya que estos seres inmundos contenían las almas de los opresores y mediante este sacrificio les permitirían a los guerreros asesinar a sus contrincantes. Por último, sería proclamado Emperador en la iglesia local, colocándose en su cabeza la corona de la misímisima Virgen María. Se iniciaba así la lucha por el poder regional.

Las causas del levantamiento tienen que ser vistas tanto en clave económica, como político-cultural. Es verdad que los indígenas estaban sumidos en un régimen de explotación y opresión muy alto, acosados por pago de impuestos, trabajos rotativos e incluso pérdidas de tierras comunales en manos de las elites criollas, proceso revitalizado en la segunda mitad del siglo XVIII. A esto se le debe sumar la concepción maya del tiempo: no se trataba de una línea recta evolutiva, sino, al contrario, era cíclica, donde las eras y los hechos se repetían una y otra vez. De modo que la conquista española habría de acabar para volver, otra vez, a la dominación maya. Durante la rebelión no “estaban resistiendo a la autoridad; la estaban reclamando para sí mismos.” (pp. 7, cap. 1)

El primer intento de represión sería desastroso: un mísero contingente de veinte españoles armados intentaron entrar a Cisteil. Solo cuatro se salvaron. La victoria no haría más que reforzar la popularidad del nuevo monarca, generando pequeños alzamientos y acciones colectivas en todo el sur mexicano. El temor de las autoridades coloniales, las elites podían perderlo todo en manos de sus sirvientes naturales.

Mientras tanto, Canek organizaba su gobierno, nombrando capitanes, sacerdote, administradores. Nacía un poder paralelo. Y a montones, campesinos, artesanos y comerciantes indígenas llegaban a la zona para mostrarle sus respetos y su obediencia. Las filas del ejército se ensanchaban a cada minuto. ¡Había que defender los triunfos obtenidos!

Siete días habían pasado antes que llegué la batalla decisiva para ver cuál de los dos grupos sería el que monopolizaría el poder. Esta vez, las fuerzas dela Coronallegaron al campo con quinientos efectivos y dos cañones. Frente a ellos, los soldados del nuevo Rey Moctezuma, los esperaban con machetes, palos y hondas…

El olor a pólvora inundó el ambiente. Los soldados coloniales habían sido informados por un espía sobre el punto débil de la fortificación de Cisteil y éstos, la aprovecharon. El enfrentamiento había culminado. Los siguientes días fueron dedicados a la búsqueda de fugitivos, su enjuiciamiento y posterior encarcelación o ejecución. La suerte para Jacinto Uc de los Santos Canek no fue la mejor: atado de cada extremidad, sería atacado con azotes y cuchillas hasta su muerte. El cadáver, expuesto, pensando que tal vez así, los indígenas jamás volverían a reclamar el gobierno para sí mismos.

¿Qué pasó ayer?

A los trece años tocaron por primera vez en el auditorio del colegio, pero no pensaron que podían seguir manteniendo esa formación de base. Simón basta! sabe que el nombre de la banda se lo deben al perro de uno de sus integrantes, pero no entienden por qué crecieron tanto. Pasaron de un rock profundo a un pop rockero, hicieron un disco que les dio la chance de ganar el premio Vamos las Bandas y hoy siguen. Para el 30 de abril prometen un Marquee que explotará.

Foto: Nos Digital.


Elegimos la última mesa, maní y unas cervezas para conocernos. De a uno van llegando los integrantes de Simón, Basta! a un legendario bar tanguero en el barrio de San Cristóbal. Un lugar mítico para estos pibes. Les dio una ronda más de bebidas una noche de sábado que quería ser inacabable. Allá por el 2007 entre brindis eternos y un poco borrachos nacía la banda.
De madrugada, Fernando «Toti» Veigas, cantante y guitarrista y Santiago Corral, bajista, decidieron volver a tocar juntos y reasumir la unión musical que los hacia a los trece años atreverse al auditorio del colegio.
El perro de Santi ayudó con el nombre cuando mostrando orgulloso un pedazo de planta en la boca los hizo gritar “Simón, Basta!” ¡GUALÁ!
La formación pasó a ser estable cuando se sumaron Ignacio «Beto» Carranza y Marco Miscoria en guitarra y coros, Facundo Corral en piano y sintetizadores y Sebastián Pirani en la batería.
Más tarde llego Juan Manuel Fernandez, manager de la banda. Piden que lo nombremos y explican “Es muy importante. Es manager, motivador, psicólogo, psiquiatra. Es Guardiola junto con Bianchi. Nos enseño de todo, me enseñó hasta a jugar al buscaminas”, agrega Beto sonriendo.
En ese mismo año, grabaron su primer demo y vivieron sus primeros shows, experiencia que los ayudo a llegar mejor parados al primer disco de estudio en el 2010.
“Del 2007 al 2010 ¿Qué no pasó?, pasó de todo. Fue un vuelco total de la banda, tipo la película ¿Qué paso ayer? pero dentro de la música. Nos despertamos no entendíamos nada, habíamos perdido a Toti en la peatonal de Gesell”. Bromean y estallan las risas.
“Cambiamos muchas cosas a nivel musical. El estilo que sale en el Demo, si bien a lo que apuntamos siempre es a hacer más rock, el demo salio demasiado pop. Era muy diferente de cómo sonaba la banda en vivo y algo que queríamos lograr con el disco era que se asemeje más a como sonábamos. Quedo un demo prolijo y lindo pero no el estilo que queríamos hacer”
La historia fue otra con su primer disco, la formación cargaba más kilometraje y a la hora de entrar a grabar Pantera quien le pone su voz a “De La Gran Piñata”, les dio una mano con algunos temas. Una producción conjunta dio lugar a “Desperté”, estaban inmortalizándose.
“Elegimos el nombre Desperté primero porque lo tomamos como la idea de que Simón, Basta! despertó con ese primer disco, eso a nivel musical. Después a nivel conceptual, era un despertar de la monotonía, de la rutina, a todos nosotros nos pasaba estar aburridos con nuestros trabajos, estábamos cansados, entonces volcamos ahí nuestro placer. Despertamos”
El disco les abrió las puertas al concurso “Vamos las Bandas 2010”, en el cual ganaron con su tema “No quiero estar” que fue parte del CD que reunía a todos los finalistas.
“Fue decir, es por acá, vamos bien. Una inyección anímica enorme”
El impulso todavía les dura. Crecieron y sumaron mas publico, se fueron de gira a la costa y tocaron cerca de veinticinco fechas durante todo el 2011 donde ya no los veían solamente familiares y conocidos. Cada vez eran más los que coreaban sus temas.
Se volvieron más fuertes, además de ser una banda son cada vez más amigos. O son amigos, que se ensanchan el pecho como banda.
Estos pibes están llenos de locura espontánea, “Este 2012 cumplimos cinco años y vamos a hacer varias cosas. Queremos seguir creciendo, tocar mucho, que la gente nos siga conociendo. Que nos sorprenda el año. Tener la maquina del tiempo, ganar el loto, comprar una quinta”
Una vez más nos estamos divirtiendo cuando agregan “Esas cosas nos gustarían que pasen, cosas sencillas. Somos pibes simples, no nos gusta andar con vueltas”
Después de una serie de acústicos, el 30 de Abril cierran la primera etapa del año en Marquee. Llegan cambiados, se curtieron y maduraron.
“Tenia el concepto de alcanzar vivir de la música y un día cambio, es vivir para la música”
Viven para la música y juntos en el escenario cada uno de ellos se convierte en lo que realmente quiere ser.

Los diez años de la risa

Matemurga cumple una década. Su camino por las rutas de la historia del Teatro Comunitario es una huella difícil de gambetear. También es imposible escaparle a su peso dentro de las comunidades. Villa Crespo está de fiesta. Pasen otro mate.

Fotos: Nos Digital.


Se acerca al micrófono una mujer de blanco, vestida de época y con la cara empolvada. Se aligeran las conversaciones, hasta que comienzan a apagarse los últimos murmullos, como si una sola voz pudiera caber en ese instante. La que habla es Edith Scher, directora del grupo de teatro comunitario Matemurga, y el escenario en el que se para no es de alguna de las salas que abundan en esta ciudad, sino uno montado en una calle de Villa Crespo, por los propios vecinos. Ella y dos integrantes del grupo (los tres caracterizados para representar su obra “Zumba la Risa”), nos recuerdan por qué hoy estamos de fiesta: Matemurga cumple 10 años. Mejor dicho, empieza a cumplirlos, porque su origen se remonta al 18 de agosto de 2002. Pero como ya cuenta con más de 70 integrantes, y somos muchos otros los que los acompañamos, nuestras risas no entran en un solo día de fiesta.
Allá por el 2002, Edith estaba detrás de otro micrófono, el del programa radial “Mate Amargo” -allí ella era columnista-, desde el que lanzó una convocatoria abierta: “Un proyecto teatral de la comunidad para la comunidad, de vecinos para vecinos”. Y es esa la clave que define al movimiento, los integrantes son actores – vecinos, son amateurs y le hacen honor al término, aman lo que hacen. Ojo que, en este caso, vecino nada tiene que ver con cierto discurso de seguridad e individualismo, tal como expresa Edith, “el teatro comunitario, como todo arte que se precie de tal, resignifica palabras, signos, y da batalla en el campo del discurso. El ejemplo que surge más rápidamente para ilustrar esta afirmación, es el modo en que el teatro comunitario vive y da sentido a la palabra ‘vecino’. Cuando cualquier integrante de un grupo de teatro comunitario dice ‘vecinos’, alude –porque su cuerpo y su experiencia grupal lo atestiguan– a personas que construyen e imaginan, que habitan y resemantizan el espacio público, que saben que juntas se cuidan las unas a las otras”. Si algo más define al fenómeno, es el territorio, y el de Matemurga es Villa Crespo, en donde habitan y trabajan desde el 2006, incorporando el arte a la vida del barrio. La convocatoria, siempre abierta y sin restricciones de ningún tipo (más allá de las ganas de crear en forma colectiva), no para de dar resultados: ya son más de 80 las personas que se sumaron, para ejercer su derecho al arte.
Hoy, la calle también se alistó para el festejo, pero no se vistió de última moda ni la decoran las modernas luces led, porque ésta es una fiesta popular, con guirnaldas hechas a mano con mensajes de los vecinos (como “juntos somos más” y “armá amistad”) y una choripaneada que promete. Para donde mires, chicos y chicas jugando, corriendo, y matándose de risa…Pero, ¿cómo? ¿No era que ya no se puede jugar en la calle, y eran otras épocas, y bla bla bla? Nada de eso se ve hoy. Justo cuando muchos se aseguraban un asiento, empezaron los juegos en ronda, con una entrada en calor al ritmo de los versos “¿qué le pasa a mi cuerpo que está tan duro?”. Es que uno de los ejes que atraviesan la propuesta es desdisciplinar el cuerpo, desobedecer su uso cotidiano: “Esto abre la posibilidad de usar el cuerpo de una manera no domesticada. Y esta apertura a la comunidad, una comunidad que se transforma mientras crea, es un modo cultural de cambiar las reglas hegemónicas, reglas que, por cierto, son bastante opresivas”, nos dice Edith. “Zumba la Risa”, la segunda obra de Matemurga, trata justamente sobre estas poses que se imponen e incorporamos hasta dejar de reconocerlas como tales, y retrata una comunidad que perdió la risa genuina, rebelde, disparatada, que poco tiene que ver con la “belleza” y mucho más con la transformación.
Después de la ronda de juegos, llega el turno del tango a cargo del dúo “Pereyra – Mir” y consigue toda la atención de los presentes con “Siga el corso;, y cuando llegan a esa parte que dice “sacate el antifaz, te quiero conocer”, todos sabemos de qué están hablando. Tras el último tema, en respuesta a los aplausos pidiendo “otra”, y una nueva ronda de juegos, se larga la función. Y siga la fiesta, porque hoy todavía está por llegar el concurso de baile, que bajará el telón, sólo por esta noche. La celebración no para y Matemurga seguirá regalando: para este año prepara un libro y una película sobre su historia, además de su tercera obra. Gracias. Pero en esta ronda de mates, sí quiero más.

El paraíso del secretario de Medio Ambiente

En Berazategui los vecinos ponen el cuerpo y el alma con tal de que no se instale en plena ciudad una subestación eléctrica. El electromagnetismo que tiene capacidad de emitir, regaría de cáncer todo el barrio. La resistencia ya cumplió ocho años, junto con la negligencia política, la represión policial y el silencio de los medios masivos.

Fotos: Nos Digital.

Esto es raro, pero está ocurriendo. Sí. Créenos. Aunque la tele no lo diga, ni 6, 7, 8, ni Clarín. Esto es la vida real, nada de bipolarización redituable de fantasía. Es raro, bien raro. Existe una ciudad, nada lejos de Plaza de Mayo, que entre sus calles con poco disimulo se erigen vallas de unos tres metros de alto. Custodiadas por Policía Bonaerense solicitan documento para transitar por la vereda. Intimidan. No dejan dormir de noche. Y no permiten el libre tránsito que la Constitución sin matices garantiza.

Pasa en la linda Berazategui, la que quiere contar con una subestación eléctrica en su territorio. Hasta ahí todo bastante bien. La cuestión es dónde la están construyendo: a pocas cuadras del centro, rodeada por casas bajas de familias, algunos comercios y calles y avenidas bien transitadas todos los días. Provista por Edesur, la construcción de la subestación eléctrica Rigolleau está en su fase final.

Habiendo terrenos disponibles alejados de zonas urbanas, se lleva adelante en medio del barrio. Sí, con gente adentro. Se encuentran avanzados los estudios que aseguran los aumentos de las probabilidades de contraer distintos tipos de Cáncer para las personas con exposición a campos electromagnéticos de más de 0,4 micro-tesla (según la Organización mundial para la Salud) cómo los que producirá la Rigolleau de ponerse en marcha.

Berazategui es gobernada por la familia Mussi desde 1987, cuando asumió el doctor Juan José Mussi. Desde el año pasado, su hijo Juan Patricio encabeza la intendencia municipal, ya que su padre tuvo que dejar el cargo para convertirse en el -como si faltaran condimentos a esta historia- secretario de Medio Ambiente de la Nación. La actitud panqueque de la familia los hizo involucrarse con la causa: firmaron un acta de compromiso con los vecinos y utilizaron la lucha contra la subestación como bandera de campaña. ­¿La Presidenta?, derivó a los vecinos con Mussi hijo. Difícil.

Los vecinos están organizados hace ocho años, convencidos en la firme negativa a la puesta en funcionamiento de una máquina generadora de enfermedades mortales en la esquina de sus casas, o con suerte, a unas cuadras. Su resistencia desde el principio hasta hoy sigue siendo el único motivo para que la subestación no esté encendida. El apoyo político no pasa de algunas honestas voluntades que esperan por poder colaborar y muchos –pero muchos- llamados a hacer la vista gorda. Para los medios masivos es un tema tabú. Los propios vecinos lo explican en la voz de Carmen: “Los medios oficialistas no vienen, obviamente. Los no oficialistas de alcance nacional, tampoco, porque Edesur es un anunciante muy importante. Hablo con periodistas amigos que me cuentan que escriben sobre Berazategui, pero no se lo publican. La vez que cortamos la 9 de Julio vino TELEFE a hacernos una nota que solo pasaron en un minuto de aire. Alguna de las veces que nos pegaron, sí apareció algo muy pequeño. Es que la sangre vende. Al final, los únicos que están son medios alternativos”.

El 13 de febrero cerca de las tres de la mañana en las manzanas cercanas a las obras de la Rigoleau se cortó la luz y al rato llegaron varios micros de la Policía Bonaerense. Decenas de efectivos a media madrugada bajaron, marcharon, colocaron vallas y armaron su campamento en la entrada de la subestación, dando a entender que llegaban para quedarse (Ver video). Se apostaron en la misma esquina donde desde hace ocho años los vecinos se reúnen para ver cómo hacerse fuertes contra una empresa privada avasallante, políticos traicioneros, un sistema judicial corrompido y medios de comunicación comprados. Con maderas azules de unos tres metros, reforzadas con vallas metálicas, cortaron varias calles y cercaron varias manzanas, impidiendo el libre tránsito de los ciudadanos. “La valla ya es parte del paisaje –nos cuenta Yamila, vecina de la zona-, no es la primera vez que nos pasa. Ha pasado de tener dos semanas un cordón policial frente a mi hogar. No querer entrar ni salir de casa. Estamos mal acostumbrados a esto. Lo digo y todavía me suena ilógico. Edesur vino y puso una subestación eléctrica en la esquina de mi casa, son ellos lo que se tienen que ir, no yo”. Se apropiaron del espacio público sin orden judicial, regidos por la inconstitucionalidad. Los vecinos están solos, ocultos detrás de las vallas, los policías parecen haberles ganado la calle.

Isabel, una de las asambleístas de primera hora, está convencida que el operativo de desgaste sobre la organización vecinal no va a tener efecto, ”menos ahora que la obra está en el tramo final. El conflicto es poder instalar el problema fuera de la ciudad, a nivel nacional. En el 2005 mientras Néstor Kirchner decía que la defensa de los asambleístas de Gualeguaychú contra Botnia era una política de Estado, a nosotros nos reprimían”. Varias veces como refuerzo policial se hizo presente Gendarmería, por eso los vecinos ya saben que la cuestión también es a nivel del Ejecutivo nacional.

A los vecinos con ganas de resistir se les complican aún más las cosas. Ya los tienen identificados. No los dejan atravesar los cordones de vallas, les toman fotos y les pegan. Sí, así es. Como suena: les pegan cuando ponen el cuerpo –la única herramienta que les queda- para atravesarse en la continuación de la obra. La última vez fue el viernes 3 de marzo. Yamila se acostó frente a un camión que traía material, se metió dentro de los pozos que están en plena avenida para evitar que la obra continúe. La arrastraron, le pegaron y la corrieron. Lo cuenta ella: “El viernes, un grupo de vecinos decidimos meternos adentro de los pozos para que los obreros no puedan trabajar. El acuerdo fue que nosotros nos retirábamos y los obreros se iban a sus casas y así lo fue por algunas horas. Cerca de las dos de la tarde, vemos pasar a los trabajadores dirigiéndose a los pozos de nuevo. Algunos de los vecinos que siempre estamos atentos empezamos a comunicarnos. Nos enteramos que venía un camión de una cementera para tirar material. La idea fue no dejarlo pasar. En diferentes grupos cortamos todos los posibles accesos. Recién a las cinco apareció. A un par de cuadras se subieron dos policías al camión con la orden de ´ pasar o pasar ´. Cuando llegó al lugar, algunos vecinos se tiraron delante del vehículo. La Policía se ocupó de correrlos arrastrándolos y pegándoles. Apenas los levantaron, el camión avanzó y me tiré delante de él. Me agarraron y me pegaron por todos lados entre un montón hasta dejarme tirada en la vereda contra el piso, boca abajo. Se escuchaban gritos por todos lados, logré escaparme corriendo”.

Al otro día, el sábado 4 de marzo, nos acercamos a Berazategui acompañando la bronca de los vecinos en una marcha denunciando la violencia sufrida. En medio de historias como la de una mujer que con dos vallas la aislaron del resto del barrio; de carteles con consignas como «Prohibido el paso a la Policía” o “Desarrollo a cualquier costo es subdesarrollo”; los cantos de “No a la subestación porque te mata, llévensela a Mussi porque la banca”, marcharon por los alrededores de la Subestación. Al acercarse a las vallas se encontraron con los mismos efectivos que un día antes los habían reprimido. Caras de piedra. Sonrisas burlonas. Los policías parecían más preocupados por el asado que iban a comer a la noche. Pasaban caminando con los cajones de madera para hacer el fuego. Los vecinos atrapados entre las vallas denunciaron que a la noche los efectivos de la bonaerense hacen fiestas con música a todo volumen, que igualmente no impide escuchar a las mujeres que llevan a las carpas.

La gente está más fuerte que nunca, el convencimiento, las ganas de seguir viviendo y los atropellos soportados, los han unido más. Y cayendo la tarde, ya camino hacia la plaza donde estaba por arrancar el festival de murgas por el No a subestación, nos cruzamos con Sandra, otra vecina, que concluye categórica: “Aunque Berazategui sea el paraíso del Secretario de Medio Ambiente Juan José Mussi, si logramos sacar a la Policía, nosotros garantizamos que la subestación no se hace, no vamos a dejar que se haga”.