Ismael Bordagaray, intendente K de Famatina, contra la megaminería a cielo abierto. “Las encuestas serias indican que entre el 70 y el 80 % de la población de la región la rechaza”. www.lavaca.org (con servidor caído, pero con amigos de pie)
Ismael Bordagaray es kirchnerista, peronista y acompaña todo el movimiento social de resistencia riojana a la minería a cielo abierto. Eligió: “Siempre hemos sido compañeros de las medidas que toma el pueblo. No puede haber obediencia debida en democracia” dice a lavaca. Compara la actualidad que ponen de relieve estas asambleas con el movimiento que se hizo visible en el sepelio de Néstor Kirchner. Su posición ante Cristina, Beder Herrera, las represalias del gobernador, los medios monopólicos. Ideas sobre el rol actual de la política, el espionaje sobre los vecinos, y los reclamos de autodeterminación: las herramientas para una mejor democracia y las opciones a la megaminería.
Definiciones de Bordagaray a lavaca:
· “El corte es una medida que acompañamos desde el comienzo. Decidimos mantener lo que anunciamos en campaña. Estamos al lado de los vecinos, y no como cabecillas, como nos han querido sindicar: siempre hemos sido compañeros de las medidas que ha tomado el pueblo”.
· “La realidad es que las encuestas serias indican que entre el 70 y el 80 % de la población de la región rechaza la megaminería”.
· “Muchos políticos han usado la cuestión del Famatina. Pero la gente es la misma: los que cambiaron el discurso son los políticos”.
· “Como represalia, hace dos meses que la municipalidad no recibe de la provincia un peso de los que corresponden para gastos de funcionamiento”.
· “Eso es la política: acompañar a la gente en los reclamos, no solamente aparecer cuando las cosas andan bien”.
· “Un partido político no me transforma en un soldado que tiene que decir a todo que sí: me transforma en un militante que debe cuestionar las cosas que no estén bien hechas y aportar el capital intelectual para que el proyecto se fortalezca”.
· “Hemos trabajado siempre del lado del proyecto y la defendemos a la Presidenta. Pero lo que nosotros creemos es que la Presidenta no tiene real conocimiento de lo que está pasando en nuestra zona. Y estamos esperando que alguien del gobierno nacional por lo menos nos deje dar nuestra versión de los hechos”.
· Sobre los movimientos asamblearios: “Para mí es parte de lo que se vio cuando fue lo de Néstor (se refiere al fallecimiento de Néstor Kirchner) cuando se habló de ese empuje en la juventud de involucrarse en la política. Las asambleas son otra cara de la misma moneda: es la gente que está queriendo entrar en la discusión. No es el ‘que se vayan todos’. Es el ‘déjennos entrar en el debate’”.
· “Muchos de los políticos viejos se creen que porque sacan el 50, 60 o 70% de los votos, la gente les firma un cheque en blanco para que manejen los destinos de la provincia. Y no es así, creo que hay que escuchar lo que la gente dice y la política reclama eso, algo nuevo, y la discusión permanente de los temas importantes para el destino de los pueblos”.
· “A veces veo cosas de medios ligados al oficialismo haciendo un abordaje en sus programas que me molesta. Ellos tienen un enfrentamiento abierto con el Grupo Clarín. Y de alguna forma nos ligan a nosotros: ligan una protesta que es muy pura, muy social y muy nuestra al grupo Clarín. Lo cual me parece un desacierto total”.
· “Hoy el pueblo dice no. Y ahí está la discusión”.
· “Esto es liberalismo puro, es la expresión más pura del liberalismo de los 90 lo que pasa con el tema minero”.
· “En el caso nuestro estamos diciendo no a la mega minería porque no queremos que nos contaminen el agua y nos hagan un agujero, acá a 12 km en línea recta de nuestro pueblo, que va a generar impacto, contaminación y un uso irracional del agua”.
· “La política perdió el nexo con el pueblo. Capaz que en estos procesos asamblearios de los que hablamos se están forjando los líderes del futuro ante lo cerradas y arcaicas que están las estructuras partidarias. Y es interesante que aparezca una nueva manera de pensar la política, y surge de otros puntos que ya no son las grandes ciudades. Quizás está madurando la democracia, que tiene casi 30 años”.
· “Si la minería fuera la única solución, tendríamos una provincia sólo para 20 años”.
Retrato de un intendente
El 15 de febrero cumplió 36 años. Ismael Bordagaray había sido elegido intendente de Famatina en 2007, tras haber participado en el movimiento social y asambleario contrario a la instalación de Barrick Gold. En medio de su mandato, los vecinos lograron alejar además a la sucesora de Barrick, la china Shandong Gold. A fines de 2011 Bordagaray resultó reelecto, trabajando a su vez para las reelecciones de Cristina Fernández de Kirchner y del gobernador riojano, Luis Beder Herrera.
Luego llegó el momento de descubrir el espionaje policial-minero sobre los vecinos de Famatina y Chilecito, la avanzada provincial para permitir la instalación de Osisko Mining Corporation, y la inmediata respuesta social: un nuevo corte en Alto Carrizal, que impide el acceso a las zonas del cordón del Famatina que deberían ser –literalmente- explotadas. Caso infrecuente, Bordagaray dice ahora lo mismo que decía en la campaña, y cosas muy diferentes a la que emiten los políticos tradicionales.
“El corte es una medida que acompañamos desde el comienzo. Decidimos mantener lo que anunciamos en campaña. Estamos al lado de los vecinos, y no como cabecillas, como nos han querido sindicar: siempre hemos sido compañeros de las medidas que ha tomado el pueblo. Y ahora nos dimos cuenta de que es una medida bastante aceptada. Lamentablemente no se ha logrado el objetivo principal: que se caiga el convenio con Osisko, o instalar una instancia de diálogo con el gobierno provincial”.
Panorama desde el corte
El objetivo que plantean los vecinos es que se caiga el convenio. Osisko anunció que se iría si no cuenta con la licencia social.
-Pero la realidad es que el convenio no está caído ni mucho menos, y el gobierno de Beder es el que está comprometido a lograr esa licencia social. Por eso montó una supuesta estrategia mediática, que copa a los medios oficiales, sumado a falsas encuestas, mensajitos de texto, campañas en los diarios, páginas de Internet oficiales. Todo tratando de presentar la minería como la única alternativa para la provincia y tratando de descalificar todas estas protestas. La realidad es que las encuestas serias indican que entre el 70 y el 80 % de la población de la región rechaza la megaminería.
Datos sobre la amnesia
Bordagaray se recibió en Trabajo Social y como docente en Famatina compartió todo el nacimiento del movimiento asambleario, en 2006. “Desde esa época hemos planteado el compromiso de preservar el medioambiente y estar en contra de la megaminería. Gracias a Dios lo hemos podido sostener”. En La Rioja muchos políticos plantearon cosas similares, pero parecería que la llegada al cargo genera amnesia.
-Estos días he repasado discursos del día que se sancionó la ley que prohibía la minería a cielo abierto y la utilización de cianuro, en 2007: no habló sólo el actual gobernador (debe recordarse que el rechazo a la minería fue la palanca que le permitió a Beder expulsar a su antecesor, el ex menemista, ex duhaldista y luego kirchnerista Ángel Mazza, ex secretario de Minería de Carlos Menem). El actual intendente de Aimogasta había hecho un discurso encendido a favor de no tocar el Famatina y en contra de la actividad minera, y ahora dice todo lo contrario. Muchos políticos han usado la cuestión del Famatina. Pero la gente es la misma: los que cambiaron el discurso son los políticos. ¿Qué consecuencias prácticas trajo esta posición ? Como represalia, hace dos meses que la municipalidad no recibe de la provincia un peso de los que corresponden para gastos de funcionamiento. Tendríamos que recibir 140 mil pesos más algunos otros ingresos que redondean los 200 mil pesos. Eso resiente por ejemplo la recolección de residuos, que estamos reorganizando. No voy a poder seguir pagando algunos planes de quienes trabajaban en limpieza. Por otro lado, empezaron a atacarme en los medios. Pero bueno, si yo no represento al pueblo que me votó no tendría razón de ser en la política y en mi cargo. Mi corazón y formación me indican que eso es lo que tengo que hacer. Eso es la política: acompañar a la gente en los reclamos, no solamente aparecer cuando las cosas andan bien. Y al gobierno provincial hay que decirle: esto está mal hecho.
Obediencia debida
Bordagaray aclara: “Soy de origen peronista, justicialista, de más joven fui de la juventud peronista. En la Universidad de Córdoba donde estudié Trabajo Social, en los 90 éramos tres. No era muy frecuente encontrar peronistas. Me siento kirchnerista y acompaño todo este proyecto. Pero pienso que en la política no existe la obediencia debida. No se puede decir que sí a todo el discurso oficial. Tengo la obligación y el deber de salir a decir las cosas que no están bien hechas. Un partido político no me transforma en un soldado que tiene que decir a todo que sí: me transforma en un militante que debe cuestionar las cosas que no estén bien hechas y aportar el capital intelectual para que el proyecto se fortalezca. No lo han entendido así, me tildan de traidor porque hay un pueblo que se ha levantado en contra de la mega minería. Yo creo que el tiempo está demostrando que lo que estamos haciendo está bien, estando al lado del pueblo, y que el gobierno provincial va a tener que rever su estrategia, porque tanto a nivel comunicacional como a nivel social está perdiendo muchísimo terreno y eso puede traer otro tipo de complicaciones. ¿Cuáles? -Esto se está transformando en un conflicto social. En principio era un conflicto ambiental, de recursos, ahora ya es un conflicto social que está empezando a teñirse de ciertos problemas institucionales. Que al intendente de la capital riojana y nosotros en Famatina tengamos congelados los gastos de funcionamiento… eso es un conflicto institucional. Ya hay un problema de recursos a municipios que se los castiga por pensar distinto. Y eso la gente lo ve mal. Este lunes en Chilecito no pudieron hacer el desfile de todos los años porque no quieren que la gente se manifieste.
El desacierto oficialista
¿Cómo percibe la posición del gobierno nacional en este tema? -A veces veo cosas de medios ligados al oficialismo haciendo un abordaje en sus programas que me molesta. Ellos tienen un enfrentamiento abierto con el Grupo Clarín. Y de alguna forma nos ligan a nosotros, ligan una protesta que es muy pura, muy social y muy nuestra al grupo Clarín. Lo cual me parece un desacierto total. Más allá que lo hayan cubierto, bien o mal no me importa, nosotros hemos recurrido al único medio que se acercó a hablar con nosotros. Pero los medios oficialistas hacen el tratamiento como que estos fueran grupos opositores al gobierno nacional. No lo somos. Para nada en mi caso. Hemos trabajado siempre del lado del proyecto y la defendemos a la Presidenta. Pero lo que nosotros creemos es que la Presidenta no tiene real conocimiento de lo que está pasando en nuestra zona. Y estamos esperando que alguien del gobierno nacional por lo menos nos deje dar nuestra versión de los hechos. Necesitamos acercarnos. Recién el día sábado yo pude charlar con una senadora nacional y le solicité que vea la posibilidad de hablar con el ministro del Interior, o alguien del ministerio, alguien a quien pueda acercarle mi postura y también lo que vemos sobre la cuestión institucional que está afectando a la provincia. La política suele tener algo de binario, reducir todo a dos opciones…
-Tal cual. Y veo además que mediáticamente se quedan en la discusión económica del tema. Lo veía programas oficialistas como Duro de domar, y todos los elementos que aportaban a la discusión eran económicos. Pero hay otros ejes también que son importantes de discutir, que tienen que ver con el tipo de desarrollo que le queremos dar a nuestro país, la manera que queremos vivir, el tema de los recursos naturales… Celebro muchísimo lo que pasó en ciertos departamentos en Mendoza, por ejemplo, que sancionaron un área libre de minería para defender sus reservas hídricas. También es importante analizar quién se lleva todo este dinero que sale de la minería, que es un recurso no renovable, pero no hay que centrar únicamente el eje de la discusión ahí.
La nueva política
Movimientos asamblearios como el de Famatina, Chilecito, La Rioja, ¿implican un nuevo modo de ciudadanía, de intervención en lo político?
-Para mí es parte de lo que se vio cuando fue lo de Néstor (se refiere al fallecimiento de Néstor Kirchner) que se habló de ese golpe y ese empuje en la juventud de involucrarse en la política. Las asambleas son otra cara de la misma moneda: es la gente que está queriendo entrar en la discusión.
No es el “Que se vayan todos”. Es el “déjennos entrar en el debate”. En el caso mío, que yo estoy acompañando el movimiento, a mí no me plantean que yo me vaya, todo lo contrario, me exigen que siga firme y al lado de ellos, y que ellos me van a bancar. Entonces creo que están pensando una nueva forma de hacer política. ¿Qué pensamiento es? Una política en base al consenso. Porque muchos de los políticos viejos se creen que porque sacan el 50, 60 o 70% de los votos, la gente les firma un cheque en blanco para que manejen los destinos de la provincia. Y no es así, creo que hay que escuchar lo que la gente dice y la política reclama eso, algo nuevo, y la discusión permanente de los temas importantes para el destino de los pueblos.
¿En algún momento las presiones le hicieron pensar en dejar el cargo?
-Lo que me he dado cuenta es de que los que están a favor de la minería piensan que uno es el que motoriza todo esto. Tengo entendido que a mí me cortan los gastos de funcionamiento pensando que estoy bancando el corte, lo cual es una verdadera locura. Lo único que he dado en el corte es ir a sacar la basura y voy a hablar con la gente alguna vez. Pero pensé: si yo soy el escollo para que las cosas en el pueblo funcionen, me voy a tener que ir. Pero eso no me va a quitar de la lucha. Yo ya lo dije, el único que me va a sacar de mi cargo es el pueblo, no un grupo de obsecuentes que no responden a la voluntad popular y ni siquiera son de acá. El que tiene la facultad de sacarme es mi pueblo.
Las leyes son menemistas
Las leyes vigentes son de tiempos menemistas…
-Todas, todas. En algunos casos se fortalecieron con decretos presidenciales, pero son las leyes de los 90, todas. Y todos los que hablan de los impuestos que dejan y demás, es falso. Todo lo recuperan, todo lo que invierten lo recuperan. Tienen todas las garantías y facilidades. Esto es liberalismo puro, es la expresión más pura del liberalismo de los 90 lo que pasa con el tema minero. No se ha podido revisar nada en materia legal. Es una discusión que se tiene que dar la gente del Congreso y de las provincias. La participación y los controles. Nosotros no hablamos del tema económico, pero no porque seamos ignorantes, nuestra discusión pasa por el cuidado del agua, que es el recurso más escaso que tenemos en la zona, nosotros defendemos el agua de Famatina. No queremos una megaminería, ni el uso del cianuro, por supuesto. Y también creo como autoridad y político que hay que debatir esa legislación de los 90.
¿Realmente cree que la Presidenta no está interiorizada sobre lo de Famatina?
-Yo lo que creo que la cuestión Famatina despertó un montón de cuestiones que no imaginábamos. Se reactivó el conflicto en Andalgalá, en Tinogasta, hay conflicto en Tucumán, en Santiago del Estero, en el mismo Jujuy los amigos aborígenes han hecho presentaciones a la Corte Suprema. Es como un efecto dominó, el tema Famatina activó un montón de respuestas. Pero hay que analizar cada situación particular, no todo es lo mismo, y creo que debería haber alguien desde el Ministerio del Interior que pueda tomar contacto con los lugares de conflicto y pueda hacer un análisis cierto. Primero hay que escuchar al pueblo para no cometer errores. No pasaría eso si el gobernador, en vez de hacer lo que hizo, hubiera primero cumplido con su promesa de 2007 de hacer un plebiscito en la zona. Así que esto comienza como una mentira, como una traición al pueblo. ¿Cómo vamos a creer que lo que antes era malo ahora es bueno? Hoy están en un 8 a 2, 8 en contra y 2 a favor, por eso no se animan ahora a hacer un plebiscito. Pero es como que los políticos vamos a contramano de lo que la gente quiere.
¿Está usted a favor de la prohibición de la minería o de la megaminería? ¿Cuál es la diferencia?
Acá la gente se opone, y esto tiene que quedar claro al gobierno nacional y a los medios, es a la megaminería a cielo abierto y a la utilización de cianuro y el uso indiscriminado y sin control del agua. El gobierno tiene que hacer un mea culpa y decir la verdad: los gobiernos provinciales no tienen la capacidad de controlar este tipo de emprendimientos. Estas empresas que vienen, sacan y después se van, ¿a quién vamos a ir a reclamarle? No nos oponemos a todo tipo de minería. Yo escucho unos compañeros que dicen «nosotros apoyamos la minería porque en el departamento genera empleo”. Claro, hablan de una cantera de granizo, una cantera de laja. Tampoco me opongo a eso o a una cementera, no nos oponemos, pero sí nos oponemos a que nos hagan un cráter acá a 12 km en línea recta cerca de los periglacieres que nos dan el agua, que nos hagan un cráter de 500 metros de profundidad. Sí nos oponemos a eso. Entonces: hay maneras y maneras de pensar la minería. Hay que pensarlo de manera responsable. En la misma Unión Europea hay debates acerca de la utilización o no de cianuro, tenemos que ir hacia ahí. Aparte esos discursos de «no se usa cianuro» y resulta que hay todo tipo de registros, hasta yo los tengo, que demuestran el uso del cianuro. Entonces, tengamos cuidado con lo que decimos. No defendamos lo indefendible. No hay que ser extremista y decir «no, no, no por el no», sentémonos a ver por qué no y por qué sí. En el caso nuestro estamos diciendo no a la mega minería porque no queremos que nos contaminen el agua y nos hagan un agujero acá a 12 km en línea recta de nuestro pueblo. Que va a generar impacto, contaminación y un uso irracional del agua.
Y que la comunidad no quiere ahí todo eso…
-No quiere. Yo prefiero aparecer como un ignorante y decir que no, y no terminar reconociéndolo dentro de unos años. Pasar a la historia como el estúpido que no se animó a decir que no. Los minerales no se degradan, ahí están. Hoy el pueblo dice no. Y ahí está la discusión.
¿Qué sensación le dejó confirmar el espionaje a la comunidad de Famatina?
-Me parece triste, me indignó porque me hizo acordar a épocas muy tristes del país, y nos tildaban como cabecillas, a otros ponían precio. No habla mal de nosotros, hablan de lo que son ellos.
¿Hubo reacción de la clase política?
Prácticamente no. La política perdió el nexo con el pueblo. Capaz que en estos procesos asamblearios de los que hablamos se están forjando los líderes del futuro ante lo cerradas y arcaicas que están las estructuras partidarias. Y es interesante que aparezca una nueva manera de pensar la política, y surge de otros puntos que ya no son las grandes ciudades. Quizás está madurando la democracia, que tiene casi 30 años. Con gente que participa, se involucra porque se da cuenta de que la política la atraviesa transversalmente en todo lo que involucra su vida.
¿Cómo actúan los medios provinciales?
A favor de las mineras, por el factor económico, la pauta publicitaria. Una radio local recibe 3.000 pesos por mes y es una fortuna. Salió a la luz un caso de una radio en Chilecito a la que la minera le pone 300.000 pesos anuales. Van a terminar yendo a trabajar ellos a la minería. Otra gente es muy digna y no cede a las presiones.
Osisko planteó que se iba, al no contar con licencia social…
-Osisko ya tendría que haberse ido si es por eso. Hay un 80% por lo menos que repudia el tema minero en la región. Más muestras de que la gente no quiere esta megaminería, no hay. ¿Qué están esperando?, ¿Que se genere violencia para tomar nota de lo que está pasando?
Otra paradoja es que mucha gente que está contra las mineras votó a Beder. ..
Es que se rechaza a la minería, como él mismo lo hacía hace unos años. Los que lo votaron fue por temas como viviendas o electrificación rural, o garantizar que cada chico en edad escolar tenga computadora. Esos temas se ven como positivos. Pero nadie lo votó por la cuestión minera, de la que nunca habló en campaña. También es cierto que hay mucho plan social, que da lugar al clientelismo y a tener, entre comillas, agarrada a la gente que depende de eso. Pero se podrían hacer obras hídricas que hace 60 años no se hacen, mejorar todos los niveles de producción, y en Famatina hasta tenemos la experiencia de una nueva fábrica de calzado que da trabajo a 100 personas. Si la minería fuera la única solución, tendríamos una provincia sólo para 20 años. Alumbrera ya está terminando la extracción, está en la última etapa, y después ¿qué van a hacer? ¿Engrosar los cordones urbanos con desocupados y quedarnos con todo el daño ambiental? Prefiero que hoy busquemos alternativas, y no quedarnos esperando ese final.
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Archivo por meses: febrero 2012
Higuera
Por Walter Vodopiviz
Ella tiene la cabeza sobre su almohada. Me mira fijo. A un metro de distancia, hago lo mismo desde mi cama. Rompo el silencio, no solo de la habitación, sino del pueblo y le pregunto: ¿te das cuenta de que estás “durmiendo” en la Historia? Esa habitación no es una más. A veinte metros, en diagonal a donde estábamos, hace cuarenta y cinco años un hombre partía hacia la eternidad.
Actualmente en La Higuera viven cuarenta y cuatro personas, me cuenta Lola, vecina, y quien se encarga este mes de abrir el Museo Comunal “La Higuera”, que no es otro lugar que aquella “escuelita” donde estuvo apresado, y luego fue asesinado por Mario Terán, Ernesto Che Guevara entre el 8 y 9 de octubre de 1967.
Lola tiene dos hijos y vive en su casa de adobe a metros del busto del Che. Ella es responsable, durante enero, de cobrar 20 bolivianos (alrededor de $13 pesos argentinos) por cada cama que tienen las dos habitaciones de la nueva “escuelita”. Allí, además de este pequeño hostel, se trasladó el aula donde estudian el primario los niños del pueblo. También viven y tienen su consultorio los médicos cubanos. Y no puede faltar el memorial al Che. Lola también tiene la llave del museo donde se cobra 10 Bolivianos la visita.
La Higuera es una cuadra con varias casas. Sobran alojamientos, aunque en Vallegrande se desangren por decir que no hay nada, para no perder turistas. En el pueblo, llamativamente, hay cuatro franceses. Los podemos dividir entre los buenos y los malos. Christian y Nanou son de Montpellier y llegaron hace 3 años después de mucho recorrer Latinoamérica. Compraron un terreno y empezaron a hacer su nido en el mundo, a pesar de sus más de 50 años. Del otro lado, está La Casa del Telegrafista, nombrada en El Diario del Che en Bolivia. Ahí vive el francés no querido del pueblo, junto a su novia 30 años menor que él. Dicen que ya no habla con nadie, que viene comprando varios terrenos, que arma un negocio en torno al Che vendiendo, por ejemplo, su desayuno “Del Guerrillero”, que consta de té de coca o café y pan tostado…
Pero volvamos a los hijos de Lola. Adolescentes ellos, dicen que conocen la zona como nadie. Por eso no es de extrañar que sean los encargados de llevar a los turistas a la Quebrada del Churo, como la llaman los lugareños, o Yuro . Se necesita de una hora y media para llegar al lugar donde capturaron al Che, metiéndote en plena selva boliviana. En la Quebrada, se construyó una pequeña plaza en honor al Che. Es una estrella hecha de piedra, entre medio de un árbol de higos y la piedra donde estaba refugiado el Che al momento de ser capturado.
Ir y volver te puede llevar entre tres y cuatro horas. Sin mochilas. Sin peso. Bien alimentados. Bien dormidos. Con agua. En la altura. Y sin ser buscados por la CIA o los Rangers.
Dormir en La Higuera es una experiencia inolvidable. La figura del Che y sus compañeros de guerrilla se agiganta. Se repite a lo largo del camino una sola pregunta: ¿cómo hacían?
Democracia antes que independencia
Primera entrega de Revoluciones en la preindependencia americana. América del Sur, Alto Perú, actual Bolivia: cómo desde el pequeño poblado de Caquiaviri, los oprimidos por la colonia se hicieron con el poder para instaurar un nuevo orden centrado en una democracia directa cuarenta y ocho años antes de la declaración de la Independencia boliviana.
Las independencias de las colonias americanas a lo largo del siglo XIX no fue sino la conclusión de un proceso mucho más amplio de rechazo, crítica y violencia colectiva contra el poder colonial, motivadas tanto por las propias elites criollas como por las comunidades indígenas desde los inicios mismos del siglo anterior. Las insurrecciones de Tupak Amaru y Tupak Katari fueron las más amplias y aquellas que generaron un mayor desafío al Imperio español. Así recorreremos de Sur a Norte a lo largo de los siguientes tres números, revelando el accionar de los proyectos anticoloniales en la previa de las independencias, que pese a haber sido derrotados, alimentaron el fuego emancipador que habría de arrasar all dominio europeo sobre el continente americano.
Quien visite La Paz y por cuestiones del destino se le dé por preguntar por Caquiaviri, le indicarán un pequeño municipio de la provincia de Pecajes, con solo doce mil habitantes y un típico paisaje andino: aire seco, algo de vegetación y cultivos de altura. Sin embargo, tres siglos atrás esta comunidad se conformó como el centro de una insurrección con varios meses de duración, que iba a generar uno de los proyectos anticoloniales de mayor complejidad y alcance. Allí se sucedieron desafíos como nunca antes habían transcurrido en la región.
El domingo 2 de noviembre de 1771 criollos, españoles y miembros de la elite indígena salieron armados y con sus caballos de Caquiaviri hacia el pequeño pueblo de Jesús de Machaca listos para encabezar la represión sobre los campesinos del día anterior. Levantándose contra los gobernadores, exigían el fin del maltrato y la explotación que sufrían cotidianamente: altos impuestos, prestaciones de trabajo ilegales, violencia física y demás. Al llegar la noche, los jinetes se enteraron que los insurrectos los esperaban prestos para entrar en combate y defender lo suyo, por lo que aplazaron sus planes y dieron media vuelta para retornar a sus hogares, que lejos de lo que suponían, no iban a ser un lugar seguro.
Entretanto, ¿qué sucedía en Caquiaviri? Los nativos se habían reunido para discutir la situación, entendiendo que los habían puesto en una situación incómoda: si no hacían nada, sus pares de Jesús de Machaca iban a ser vencidos, pero apoyarlos significaba tomar las armas y aceptar el enfrentamiento con los funcionarios. Así, la multitud decidió por primera vez, no solo levantarse contra el poder colonial local sino también llevar a cabo una tarea nunca antes realizada desde la llegada de los europeos: gobernar.
Era el momento de tomar la iniciativa. Sin armas más que herramientas de labranza y hondas, se apostaron en las puertas de la ciudad, aguardando la llegada de los incrédulos jinetes. Sus familias ya estaban siendo notificadas de los cambios que empezarían a darse por esas tierras. Y regresó el contingente, sin encontrar el descanso más que en cuando fueron puesto bajo las rejas. El mismo destino le correspondió a cada funcionario, al cacique y a todo aquel que trabajase para amparar el poder español. Ni los ruegos del cura local por retomar la calma sirvieron. La decisión era firme, y ni aquél Dios cristiano ni sus representantes en la Tierra pudieron impedirlo.
Si uno buscase los líderes del movimiento, tendría que señalar a cada uno de los pobladores. Tal como escribiese el historiador subalterno Sinclair Thompson, “los asesinatos, la violencia y las amenazas de castigo extremo no fueron repentinos y espontáneos impulsos de una masa alzada (…). Por el contrario, durante los días de la toma de poder por parte de los indios, los distintos caminos de acción tomados por los comuneros fueron escogidos tras asambleas comunales y deliberaciones colectivas. En este sentido, podemos considerar los asesinatos, la violencia y las amenazas como parte de una orientación o proyecto político radical que conscientemente se imaginaba la eliminación o aniquilación de los rasgos más significativos de la dominación colonial”[1].
Entonces, ya se nos hacen visibles los caminos escogidos para recorrer la eliminación del modelo colonial y con el objetivo de crear un nuevo orden: el encarcelamiento de las elites y los gobernantes tanto hispánicos como indígenas marcaban su oposición a la estructura política de dominación, sustituyéndola por una democracia directa. Luego, aislando e ignorando al párroco local, quitaron las bases de la dominación ideológica.
En sus proclamas afirmaban que caídos sus gobernantes “ahora eran todos vasallos del rey”[2]. Esto implicaba su respuesta a un tercer problema: la posición de los individuos ante la ley. La sociedad colonial americana estaba dividida en dos repúblicas, una de Indios y otra de españoles, cada cual con sus deberes y derechos. Los primeros considerados como inferiores y sujetos al poder de los segundos. Frente a esto los pobladores declararon que desde ese momento todos se considerarían iguales entre sí y la forma de materializar este cambio fue sin dudas fascinante por su creatividad: todos los españoles y criollos fueron liberados de la cárcel y obligados a vestirse con las ropas tradicionales indígenas. Luego debieron jurar “mancomunidad” frente a todos los habitantes aceptando la igualdad y el gobierno comunal. Entonces una vez que culminado este ritual, las elites fueron reincorporadas a Caquiaviri, pero ya ahora como iguales. El proyecto social ya estaba gestado.
El final de esta empresa fue menos épica que lo que intentaron construir. Al poco tiempo las autoridades españolas, con la espada bajo el brazo desactivaron la movilización, retornando el orden en aquel perdido paraje andino. Pero sin contar con este triste desenlace, lo sucedido en Caquiaviri demuestra cómo cuestiones que fueron planteadas y solucionadas durante el período post-independencias, también estaban en las mentes de los propios campesinos y en el alma de cada insurrección y toma del poder varias décadas antes. Cuestiones como el poder eclesiástico, la igualdad ante la ley y la forma de gobierno fueron resueltas de modo muy complejo y satisfactorio por la comunidad de Caquiaviri, quien, en su leve lapso de vida independiente aportó su piedra fundacional en la construcción de un nuevo orden social posible.
Resistencia anónima
Una historia mínima como tantas sin reconocimiento que, durmiendo en la memoria de sus protagonistas, esperaron el momento para ser contadas. Jorge Abraham conservó durante décadas documentos del Ministerio de Economía que la dictadura quiso quemar, pero jamás pudo encontrar. Protagonista, relator y custodio de un pedazo de la Historia nacional.
Hoy lo cuenta, relajado. Mezcla sorbos de café con palabras y se ríe de los rótulos. Dice que a él le queda mejor lo de anónimo que lo de héroe. Y mientras habla, mira para arriba, intenta acordarse de algunos detalles, gesticula. Se sitúa en la historia, logra también que el otro haga el viaje, recrea la atmósfera de aquellos días. “Era el 23 de octubre de 1977”, dice Jorge Abraham. “Yo trabajaba acá, en el Ministerio de Economía”.
“Había entrado hacía 8 años, durante la presidencia de Onganía. Me desempeñaba en el Instituto de Planificación Económica, que se ocupaba, justamente, de planificar los recursos de las provincias. Hacíamos estudios, y a partir de ello decidíamos si invertir en una ciudad, en otra, o en algún pueblo. Eso hacíamos hasta el 23 de octubre. Ese día nos llegó el rumor: la oficina se disolvía y un enviado del Gobierno iba a venir para quemar todos los papeles. Iba a venir y decir: ‘¿Saben qué, muchachos? Lo que ustedes hicieron, todos esos datos que ustedes recolectaron, todo eso no sirve para nada’. Iba a decir…iba a quemar todo…”.
El Gobierno era la dictadura. Eran Videla, Massera y Martínez de Hoz. Y era también Manuel Solanet, secretario de Hacienda. Él manejó las finanzas durante la guerra de Malvinas. Él decía que la Nación no tenía por qué ocuparse de cosas menores, que las provincias tienen sus recursos y que pueden cuidarse solas. Ese 23 de octubre, él había tomado la decisión, pero en un pequeño despacho un hombre se había enterado. Eran las 11 de la mañana. “Venían a quemar los papeles”.
“Entonces, pensé: ‘no puede morir así, entre las llamas, el trabajo de tantos años”. Ahí estaban los resultados del Plan Trienal de Cámpora, los números de la tercera presidencia de Perón, todo lo que se había hecho en los ‘70. Había mucha historia. Pero quedaban sólo tres horas. Entonces, empecé a buscar lo más importante, y lo metí todo en un armario chiquito. Había tres en la habitación: dos eran grandes; en el otro empecé a poner todo lo que iba rescatando”.
“Y, de repente, tocaron la puerta. Le dije a un compañero: ‘andá, distraelo’. Y empecé a pegar papeles en blanco sobre las puertas del armario, que eran de vidrio. Era un mamarracho, pero no se veía nada de lo que había adentro”.
“Entonces el tipo entró. Yo lo conocía, lo había visto un par de veces. Sacó los papeles de los armarios grandes, y los puso en una especie de carretilla. La Nación no se ocupa de las provincias. Y miró el armario chiquito, y me miró a mí. ‘Es personal’, le dije. Y una duda, un instante, un ‘me descubrió’. Pero el tipo siguió de largo. Y ahí, escondidos, siguieron los papeles”.
“Hasta 1984, cada vez que me cambiaron de oficina, me llevé esos papeles conmigo. Eran mi secreto. Y ese año, ya en democracia, los pude llevar a la Biblioteca del Ministerio. Ahí están hasta hoy, y hasta hoy cualquiera los puede consultar”.
Es lunes. Es 2012. Son las 8 de la mañana y Jorge está en su oficina. Trabaja en el Ministerio desde hace 42 años. Lo conoce de memoria. “Estoy en la Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo. En 2003, el Gobierno volvió a ocuparse de las economías regionales y en ello trabajo ahora”, dice. De un cajón saca dos pocillos, también una cafetera. El hombre que salvó de la Inquisición ocho años de economía argentina agarra un sobre de azúcar y pregunta: “¿Qué tal si mientras lo tomamos, voy recordando la historia?”.
Que la fiesta te acompañe
No es la fuerza de Star Wars. Es el calor de las calles argentinas que se visten de carnaval. Corsos aquí y allá. En pequeños pueblos. En el centro de la Capital Federal. En todos lados un único mensaje: que sea murga, que sea de todos, que sea con mensaje. Ya escuchaste, salí a la calle.
Febrero es época de carnavales por excelencia. Días de color, baile, máscaras, disfraces y mucha música. Descubrir sus orígenes es una tarea de lo más difícil, si bien se supone que data de antes del nacimiento de Cristo, donde se hallan huellas de la celebración en Egipto, Roma y Grecia. El festejo llegó a nuestra tierra de la mano de los conquistadores y rápidamente se mezclo con las culturas aborígenes que habitaban a lo largo y ancho Argentina.
Los primeros años, el carnaval se caracterizaba por máscaras que ocultaban las clases sociales y juegos de agua que varias veces le valieron numerosas prohibiciones, pero el transcurso del tiempo fue modificando algunos usos y costumbres.
En la actualidad se nos presentan distintas alternativas a la hora de festejar. NosDigital vivió una noche de fiesta con algunas de ellas, una murga, una comparsa y un grupo de pibes que cantan y te tocan el alma.
Aquí, historias de sueños, festejos y un sin fin de alegrías.
Comparsa Ara Berá
Nos acomodamos cerca de una de las esquinas, sentados en el cordón de la plaza principal. Toda fiesta popular se vive en la calle, en el centro del pueblo donde la vida social tiene su máxima expresión, General Guido no es la excepción.
Estamos a 249 kilómetros de Capital Federal, en un pueblo de un poco más de mil habitantes, que hoy, luego de recibir gran cantidad de visitantes, está repleto de expectativa. Luego de ver desfilar a Ara Berá, entendemos por qué todos los reunidos sonríen. Tanta pluma, brillo y baile contagian.
Un día después, visitamos a algunos integrantes de este proyecto, quienes comparten con nosotros la historia de su comparsa.
Llegamos a la casa de Walter Arias, director de la orquesta, sin entender cómo se propone hacer un asado en medio de su parrilla convertida en taller. Tenemos que correr las telas y lentejuelas, mientras todos entran, toman agujas, cosen y se van.
Una eterna procesión de gente joven que pretende ayudar.
“El compromiso es grandioso. Los chicos vienen y pasan horas, noches enteras, se bordan trajes, se hacen la ropa. El compromiso es muy grande, hay muchísima responsabilidad”, comentan sonriendo.
“Ara Berá empezó en el año 2000, pero en realidad las comparsas de acá en Guido se empiezan a hacer en el año ’98”, nos cuenta Walter. Luego de doce años de experiencia, analizar el crecimiento llena los ojos de nostalgia de Claudio Alexander, integrante de la comparsa: “Cada vez con más fuerza salgo a bailar, primero representando a Ara Berá, por todo el trabajo que se hace y también por representar a mi pueblo. Es un gran orgullo que un pueblo tan chico, con mil moneditas cortitas de habitantes tenga semejante repercusión regional”.
El crecimiento no sólo se vive a la hora de bailar. Para un mejor funcionamiento se ha conformado una comisión. Concedida como Asociación civil sin fines de lucro, la comparsa se financia mediante bingos, rifas, colaboraciones particulares, subsidios del municipio y parte de las ganancias que dejan los carnavales, regulados por una Comisión de Corsos, la cual se constituye por las dos comparsas de General. Guido y la Secretaria de Cultura.
Carlos Heredia es el encargado de abrir la comparsa junto a un gran estandarte y un poco más de 300 integrantes que vienen detrás, anunciando el comienzo de la fiesta. “Abrir es un orgullo, es hermoso. El primer día cuando se abre es emocionante, se caen algunas lágrimas pero es lindo. Algún día voy a tener que dar un paso al costado, pero mientras tanto seguiré disfrutando”, nos dice después de recordar que ya hace diez años que es primera figura.
Hace varios años que Ara Berá no deja de crecer y sorprender, la calidad y compromiso garantizan un gran show escoltado por una carroza, orquesta en vivo, más de siete escuadras y una pareja de pasistas que se mueven al ritmo de una batucada de primer nivel.
Entendemos por qué se nos mueven las caderas mientras desfilan cuando declaran: “Bailamos porque nos gusta y nos sale como nos sale, porque hacemos lo que hacemos, de corazón”.
Murga Zarabanda Arrabalera
En una plazoleta de Parque Patricios la murga se prepara para la noche que llega y los invita a bailar. Lejos de los cuarenta integrantes que empezaron, hoy son setenta los que se visten de blanco, negro, violeta y celeste. “Decidimos respetar el blanco y el negro por la elegancia que dan”, nos cuentan y entendemos que no hablamos con improvisados.
Zarabanda Arrabalera nace en mayo del 2008 por una necesidad murguera, luego de la separación de Fileteando Ilusiones, agrupación del mismo barrio. Ser producto de una necesidad agota la posibilidad de entender la murga como una obligación.
“No se puede tomar como una responsabilidad, venís y tenés un horario de ensayo, pero es algo que te gusta y lo elegiste, no es algo que te imponen” y agregan “es una forma de vivir. Es vivir todo el año de carnaval”
Parte del crecimiento se debe a su organización. Si bien toda decisión se toma de manera democrática, cuentan con una estructura que permite mantener un orden. Divididos en sectores, cada uno de ellos tiene un encargado. Una técnica que ayuda a la hora de salir a las calles y ser muy aplaudidos.
La murga actúa en los corsos que están dentro del circuito oficial que organiza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y en otros que están fuera de él. Aunque en general solo sean pagas las presentaciones del circuito oficial, quieren llevar la fiesta popular a todo lugar que los convoque.
Este compromiso se ve reflejado también en su participación como miembro de la Agrupación MURGAS, conformada dentro del circuito de Capital Federal. No obstante reconocen que falta mucho trabajo por hacer.
“Es un grupo de presión, sirve para conseguir reivindicaciones. Pero también tenés otras organizaciones de murgas: las independientes o las de provincia que se organizan por sector. Digamos no es más ni menos que las otras formas de organización. Sumar suma, el ideal no lo es porque al manejarse en un circuito exclusivamente porteño sectoriza”.
Al momento de evaluar el crecimiento de la agrupación, todos están convencidos de los avances que van desde el plano humano hasta el artístico. “Zarabanda se reconoce y es particular por un estilo que roza el tango con la murga. A nosotros no nos aplauden porque copamos toda una cuadra, ni porque los bombos se tocan fuerte, ni por tener los mejores trajes, sino por el mensaje, el contenido de lo que decimos, la letra habla de una identidad con el barrio, del don divino de ser murguero y ser argentino”
Hace tiempo dejaron de ser una murga y se convirtieron asimismo en una gran familia que ofrece un show con coreografías, arreglo de voces, gran trabajo de trajes y mucha presencia. Un grupo humano que no para de crecer y fijarse nuevos objetivos para seguir marcando la diferencia.
¡Qué lo parió!
Lo habría dicho el gran Roberto Fontanarrosa si los hubiera visto, incluso aunque no supiera el nombre. La Perra que los Parió nació en el quilombo de 2001 y hoy mira el mundo desde otra perspectiva. No creen en la magia, sino en el laburo constante. Y así, con el sudor del trabajo encima, se preparan para copar El Teatro el 5 de mayo. La vida de esta banda.
Si había un lugar para encontrarnos con Nahuel Cruz Amarilla, más conocido como El Viejo, sin lugar a dudas era su querido barrio de Boca. Mientras algunos rubios de ojos claros improvisan unos pasos de tango y un cuasi Maradona sonríe ante las cámaras, preferimos sentarnos unos metros más allá de la feria, de espaldas al río, mirando las casas con paredes y techos de colores.
El Viejo es la voz de la Perra Que Los Pario, desde hace doce años. Mínimamente polémico, el nombre de la banda se debe a haber nacido en medio de la crisis que anticipaba el “que se vayan todos” del 2001.
“Me pareció que era un nombre fuerte, era bastante contestatario, un nombre que no te ibas a olvidar más. Era medio violento, pegaba con la época de descontento que se estaba viviendo en ese momento”, nos cuenta, mientras recuerda haber tenido que pasar por una censura impuesta por el registro de marcas y patentes: “Opinaban que era un nombre que atentaba contra la moral y las buenas costumbres”.
Censura predeciblemente transitoria: hacía falta mucho más para callarlos.
La historia empieza en el 2000, pero en ese entonces los músicos que estaban no eran estables y fue recién en el 2004 cuando logran conformarse como banda. Fue Goy, ex Karamelo Santo, quien escuchó el demo, les propuso producirlo y la rueda comenzó a girar. “Se puso al hombro la producción del primer disco y ahí las cosas empezaron a cambiar”, cuenta el cantante.
Desde entonces, La Perra Que Los Pario son El viejo en voz y guitarra, Mati en bajo y coros, Juanchi en guitarra, “El vos” en percusión y Maxi en la batería.

Seis años después, la difusión tiene a su alcance otras posibilidades, y desde la banda son concientes de los beneficios de las redes sociales y su masividad: “Hoy hay maneras alternativas, están más desarrolladas. En esa época no estaba Facebook que hoy es una herramienta fundamental, mucho menos el Twitter, ni Youtube. Ahora si querés pasarle una canción a alguien, le pasas el link de descarga de los discos y listo”
Tanto trabajo dio sus frutos y las diferencias se empezaron a notar a partir del tercer disco. Nahuel, no duda a la hora de reconocer el crecimiento musical y artístico que les toca vivir. “De la producción a partir del tercer disco se empezó a encargar Juanchi, el guitarrista de la banda. Maduramos un montón en cuanto a lo musical, a las letras. A partir de ese disco algo cambió, mucha gente nos descubrió. Pasamos de tocar en un lugar de 300 personas, a tocar en La Trastienda y después en Colegiales”, relata orgulloso.
Sin frenos, la banda sigue madurando y cada vez más gente nueva se acerca a sus shows. Firmes sostienen que su actualidad es el resultado de la constancia: “Creo que la clave o, por lo menos lo que nos funciona a nosotros, es estar todo el tiempo en actividad. Todo el tiempo tratando de hacer algo nuevo. Está en no esperar que algo pase por arte de magia, sino que estar constantemente laburando”

Dentro de su inquebrantable búsqueda, el próximo proyecto es empezar a preparar material para un nuevo disco y llegar a lo grande el 5 de mayo al Teatro Flores.
Fiesta y calidad garantizada, estamos todos invitados.
La triple P
Mientras las revistas paparazzineras (sí, inventamos neologismos) nos muestran las vacaciones de los famosos (aunque no de la fama, que bien sabemos no se toma vacaciones) en la triple P (Punta del Este, Pinamar y la Puta que te parió), en NOS ARTE nos quedamos en la Ciudad para pensar cómo encarar el nuevo año y por qué maldita razón el cine al aire libre en el Rosedal no sigue en febrero. El mito interno que dice que “todo aquel que entra a la revista, corta con el novio/a”, se cumplió no una, sino dos veces más y, para sumar otra mala noticia, perdimos un redactor (que en los últimos tiempos ganó un considerable peso) en el camino.
Otras cosas en las que ocupamos nuestro tiempo en estos meses de inactividad: seguir las discusiones sangrientas en Facebook entre kirchneristas y antikirchneristas, ir al cine a ver la nueva de Leonardo Di Caprio, rezar todas las noches por la reactivación de Cuevana y para que el presidente del FBI pise caca todos los días, empezando por hoy. También nos quejamos porque nos entró espuma en los ojos durante los corsos. Hicimos la cola para la tarjeta SUBE, perdimos ojotas un miércoles, en la laguna espontánea que se armó en Juan B. Justo y Santa Fe, escuchamos historias asquerosas que involucraban leche verde y nos afligimos por el fallecimiento de algunos músicos.
No te tenemos miedo, 2012. Apenas empezaste, trajiste buenos augurios, ¿o alguien se atreve a negar que la reedición de las Cartas de Cortázar es un notición? ¡Caigan las bolas de fuego, las olas gigantes y los soretes de punta! En NosDigital recibiremos el fin del mundo con una nota y publicaremos su cobertura al día siguiente. O, a decir verdad, en quince días. ¡Buen año para tutti!