El mundo del fútbol, parece, no es sólo billetes, mujeres y fama. También es partiarias, obra social, educación y contención. Sergio Marchi, Secretario General de Futbolistas Argentinos Agremiados, se ocupa de eso, de la cara que casi nadie se detiene a ver del fútbol. «Más allá de tener un proyecto de fútbol, nosotros tenemos que tener un proyecto de vida. Nosotros tenemos esa filosofía», dice sobre el gremio que agrupa a 3000 afiliados directos, que no son sólo los cracks de nuestras canchas o los que triunfan en Europa.
El tipo te recibe con un apretón de manos. El tipo se sienta enfrente, quedando detrás de él las fotos de los más grandes: Maradona, Batistuta, Caniggia. El tipo se llama Sergio Marchi y es el Secretario General de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA). Cuando se le hace entrega del señalador distintivo con el cual Nos Digital agradece el encuentro con el entrevistado, camina hasta su escritorio y trae una pila de libros. Ahí empieza a desplegar su biblografía: muestra el libro Zonceras Argentinas, de Jauretche, una biografía del “Loco” Dorrego –así le dice Marchi- y, por último, pone el señalador en el libro más gordo y más grande, el Manual de Conducción de Juan Domingo Perón. “Si querés conducir y dirigir un gremio tenés que leer esto”, aclara con el libro en l amno. Durante la entrevista también dirá que “la única verdad es la realidad”. Sergio Marchi es un sindicalista, precisamente porque el futbolista es un trabajador como cualquier otro. O, al menos, parecido.
-¿Por qué está la imagen instalada del futbolista como millonario y famoso y no como trabajador?
-El futbolista es un trabajador. Está consagrado en las leyes hace mucho tiempo. Si es cierto que el trabajo tiene particularidades muy especiales, son personajes públicos, como un artista, que también es un trabajador. Todo el mundo asocia al fútbol con buenos pasares, pero sin embargo no es así. Obviamente hay jugadores de todas las categorías, algunos ganan muy buen dinero, otros no, de menor categoría, que no ganan tanto. En definitiva son todos trabajadores, los ampara los convenios y la ley de contrato de trabajo. Como cualquiera que lo haga en una metalúrgica o constructora.
-¿Cuál es el laburo del gremio en el día a día?
-En el día a día te encontrás de todo, desde el que viene a buscar una aspirina porque le duele la cabeza hasta el que viene por una beca de estudio. Nosotros tenemos un sistema educativo en el cual incentivamos al futbolista y a su familia a que estudien. Al deportista lo ayuda a entender mejor el entorno y el que no lo es, se prepara para otra actividad. Si vos no terminaste la escuela secundaria, el gremio se encarga de cubrir todos los gastos para que puedas hacerlo, cursando a distancia, con profesores a disposición y cuando estás preparado rendís el examen. Eso es para toda la familia del jugador. Para que puedan emprender el objetivo todos juntos. También el sistema comprende los estudios universitarios. Se hace un seguimiento del interesado, es decir, que esté yendo a cursar, que rinda los exámenes. Pagamos absolutamente todo. Tanto para jugadores de Primera División o de Inferiores. También hay talleres propios, que dictamos nosotros mismos, de computación y de idiomas. Entonces el día a día no es sólo lo que sale en los diarios, si Cristian Tula cobra o no cobra. Eso para nosotros es importante, pero es una de las tareas que hay que realizar. También está todo la parte médica, con la obra social. El último año hubo 120 partes. Te tenés que encargar de las lesiones, viajar para visitar los clubes, ver sus instalaciones. Es muy variada la tarea.
-¿Qué opinas del trato que le dan los medios a los conflictos de los futbolistas?
-Los casos mediaticamente no están bien tratados. Porque cuando un jugador reclama, siempre reclama lo que corresponde, es decir su salario. Después discutamos si es poco o mucho. Y parece que porque un tipo reclama, ese tipo es malo. Pero, no. Ese tipo es victima de un salario que no se ha cumplido. No se puede transformar en victimario por reclamar lo que corresponde. Existen todavía algunos sectores reaccionarios que ante reclamos justos reaccionan en forma desmedida y mala. Lo que se tiene que hacer es darle la razón al que no le pagaron. Pero algunos de los sectores de la sociedad no lo entienden. Hay que laburar para que los salarios se cumplan. Yo soy de los que piensan que hay que hacer lo que hay que hacer y no decir lo que se hace. Uno debe estar comprometido, tener vocación de servir al otro. Cuando elegís ser dirigente gremial hay que tener vocación de servicio. No un sirviente, laburar por, no para alguien. Sobre todo, tener un perfil muy humano. Acá hay un convenio colectivo que es muy bueno. Trabajamos duramente para conseguirlo. La cosa no termina ahí, porque cuando hablás que un trabajo tiene que ser digno, debe serlo en cantidad y en calidad. Puedo pagarte siempre pero darte un muy mal trato. Entonces, un trabajo digno es decente en todas las áreas: paga, buen trato, perfil humano. Todo lo que hagas tiene que tener un perfil humano. Tratamos de darle ese perfil social a las cosas. Obviamente hay un perfil pura y exclusivamente gremial. La pelea por dignificar, cobrar y hacer que la actividad cada vez sea mejor. Sin olvidarse del costado médico, educacional, es decir, la parte social, donde hacemos cosas que a nosotros nos vemos bien.
-¿Se atienden todos los conflictos de los afiliados por igual?
-Hay gente que es trascendente, pero todas las personas son importantes. Alguno será más trascendente que otro. Pero eso a nosotros no nos tiene que modificar nada. Más allá de tener un proyecto de fútbol, nosotros tenemos que tener un proyecto de vida. Nosotros tenemos esa filosofía, un trato personalizado. Cualquier chico toca el timbre y nosotros lo atendemos, tiene nuestro teléfono. Nos manejamos así, de manera artesanal. Y está bueno porque conoces a la gente.
-¿Cómo se organiza el gremio?
-Todo jugador que tiene un contrato es jugador profesional. Y ellos se tienen que afiliar voluntariamente. Nosotros tenemos una relación con los futbolistas muy particular. Yo voy a los clubes todas las mañanas a charlar con ellos. Ese trato es importante. Para mi es la única forma.
-¿El dirigente mira mal al futbolista que reclama?
-No, eso en el fútbol ha cambiado. Lo ha superado. En nuestra época, en los ´80, venía al gremio a participar y no es lo que era hoy, ahí estábamos corridos. Al que participaba, lo corrían. Hoy el jugador hace el reclamo y el club lo vuelve a contratar. En definitiva ellos saben que lo que se reclama es justo, no se reclaman cosas incorrectas. Hay algunos focos reaccionarios todavía, pero ha mejorado. Sería indecente castigar a alguien porque reclama lo que corresponde. No hay discusión. A algunos habrá que tirarles un poco más de la oreja. Y no importa si es una asociación civil, o una empresa, pasa por las gestiones. Por los hombres que la conducen, no por las denominaciones.
-¿Cómo es el grado de compromiso de los jugadores con el gremio y sus derechos?
-Es muy bueno. Tenemos 3000 afiliados directos, más sus familiares hacen 9000 de manera indirecta.
-¿La relación con los grupos empresarios cómo es?
-No hay relación.
-¿Pero cuándo los grupos son dueños del pase del jugador?
-No, eso no existe más porque la esclavitud se abolió hace 200 años, en la asamblea del 1813. Nadie es dueño de nadie. Aunque algunos lo quieren instaurar nuevamente. Eso se terminó, el futbolista es un trabajador, no es una mercancía. Nuestro convenio está homologado en el Ministerio de Trabajo, todos los derechos que ostentan estás empresas son de nulidad insalvable y absoluta. Nadie es dueño de nadie. En los tribunales la justicia le da la razón al futbolista. Está vinculado al club mediante un contrato de trabajo y cuando se termina puede hacer lo que quiere, no hay nada que lo impida. Por eso me fastidia cuando dicen que un grupo compro el 30% del pase de algún jugador. Qué habrá comprado, el ojo, la oreja derecha, el brazo… Lamentablemente esto funciona así, pero cuando el contrato se termina el jugador queda libre y se terminó. Cuando el contrato se termina, se termina. Todo contrato se puede romper, pero que el que rompe, paga. El futbolista puede elegir dónde jugar siempre. Sólo hay transferencia si el futbolista presta conformidad. También existen las paritarias, donde el futbolista discute salario, condiciones, se discute todo antes de firmar el contrato. Son tan duras como en cualquier otro gremio. Son difíciles.
-¿Cuál es la relación del gremio con las Inferiores?
-Tenemos una relación vocacional. Damos charlas. Sobre los efectos nocivos de la droga, la educación sexual, nutricional. Incentivamos la educación. Se les entregan folletos indicativos, con números de teléfono por si tienen dudas o dificultades. Vamos a las pensiones, a las provincias. Hay muchos clubes que tienen asistentes sociales, en eso los clubes han mejorado. Y es bueno, porque nosotros tenemos contacto con esos profesionales y es más fácil. Porque si vos te contectás sólo con lo contractual y salarial se vuelve muy frío, tenés que darle un perfil humano y social.
-¿Cómo se mantiene la igualdad entre jugadores de diferentes categorías ante las presiones del medio?
-Haciéndolo: hay que darles el mismo tratamiento. La misma respuesta, el mismo compromiso, el mismo tiempo. Esa es la base de la relación que hemos construido con todos los jugadores. Le entregas la misma dedicación al pibe que entra que al que está en la selección. Jugarán en diferentes categorías, pero todos son iguales. Lo hacemos así y la consideramos una muy buena forma. Y las presiones las tenés que manejar. Cuando tenés un jugador importante hay mil llamados, paginas de diarios, pero cuando debés habilitar al chico que juega en Villa San Carlos, no sale en ninguna parte, solamente vos sabés lo que hiciste, no trasciende. Pero hay que dar siempre el mismo tratamiento. Además tenés que saber que cuando alguien viene a tocar la puerta difícilmente venga a traer una solución, casi siempre es un problema. Entonces tenés que poner todo para resolver eso. En esta sociedad sólo se valora el resultado, pero también hay que valorar el esfuerzo. El resultado es circunstancial. A veces bien, a veces mal, pero lo importante es irte tranquilo con que pusiste todo. Con mi equipo de laburo decimos eso, poner todo, irnos tranquilos a casa sabiendo que se puede mejorar. Quedan cosas pendientes, pero poner el mayor esfuerzo te da tranquilidad.
-¿Cómo hizo el fútbol para desprenderse del concepto social de que el que reclama a través de un gremio va en contra de los empleadores?
-Porque reclamamos lo que corresponde siempre. El dirigente lo sabe. Lo pudimos demostrar a lo largo de la historia: Agremiados reclama lo que corresponde. Eso genera solvencia, entonces el dirigente sabe que no pedimos cualquier cosa, pedimos cosas lógicas. El convenio lo conseguimos así. Fuimos con cosas coherentes, lógicas y legítimas. Del otro lado el resultado es que lo entiendan, quizás no lo compartan, pero lo entienden. De todos modos, acá hay discusiones constantemente, esto no es Disneylandia. Pero, uno esta tranquilo con que dice la verdad. El que dice la verdad la repite mil veces y la dice siempre igual, el que miente la dice mil veces distinta. Lo mejor es defender el derecho convencido de que te corresponde. Del otro lado, aunque te la pelee, sabe que tenés razón y te la pelea porque el empleador trata de darte lo menos posible y el jugador pelea por sus derechos, eso existe en el futbol. Lo que yo veo es una maduración a la hora de entender las cosas. Antes había represalias contra los jugadores que reclamaban, ahora no. Reclama y el domingo siguiente está de titular. En su momento no tuvimos ningún tipo de derechos. En la década del ´50 era poco más que un esclavo el jugador. Tuvimos varios conflictos nosotros igual, como en el 2001 cuando estuvimos casi 45 días parados.
-¿Dónde encontrás el principio del cambio?
-En la lucha diaria. Tenés que luchar todos los días. Cuando estás al frente tenés que conducir y gestionar. Conducción es la lucha diaria, ir todos los días, revisar los contratos, las condiciones. Gestionar es construir algo todos los días, el pañal para el pibe del jugador, el estudio médico para el lesionado, el parto para la señora del futbolista.
-¿Más allá de tu función en el gremio, se detienen a pensar en cómo está el fútbol dentro de la cancha?
-El fútbol ha cambiado. Antes era un juego de 90 metros, ahora de 40, donde hay que conjugar precisión y velocidad en menor espacio. Eso es muy difícil. El fútbol argentino es uno de los más difíciles de jugar. Acá hay muy buenos equipos, yo no coincido con que se está jugando mal. Si pones a equipos de Italia jugando acá es más de lo mismo. Si ves Catania contra el Bari no es nada del otro mundo. Acá ves buenos partidos, hay grandes equipos. No hay que generalizar. Obvio que se puede mejorar. Además tenemos al mejor de todos: Messi.
¿Por qué todos tenemos en la cabeza una imagen de futbolista salidor, irresponsable, poco comprometido y vos, en esta charla, planteas una visión distinta?
-Habrá que preguntarles a los que reflejan esa imagen. El futbolista es muy solidario, como seguramente lo es mucha otra gente. Pero los futbolistas siempre están en eventos, apoyando movidas solidarias. Uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, sin propaganda, sin demagogia. Por convencimiento. No tenés que publicarlo. Yo se de muchos chicos que hacen cosas, después cuando apagues el grabador te voy a contar. Porque no es lo importante que se sepa, lo importante es que se haga. Apagá eso que te cuento.
El grabador se apaga y empiezan los nombres y las historias, pero lo más importante ya quedó: las ideas, los trabajadores y sus derechos.
Archivo por meses: agosto 2011
Un Doctor polifuncional e imparable
Juan Manuel Herbella, exfutbolista, doctor, estudiante de un posgrado en deportología, entrenador recibido, estudiante de periodismo deportivo, escritor de dos libros, no para. Ya retirado de las canchas, aprovecha su tiempo al máximo y ahora lanzó un nuevo sitio web: www.doctorherbella.com.ar. «Es un lugar desde donde puedo ejercer de periodista. Soy hiperactivo. Necesito trazarme nuevas metas, intentar, estudiar», explica.
El Doctor se pasa los nudillos por su barba prolija y hace que el alrededor se detenga, estratégicamente, a pensar los viajes que andan danzando por su cabeza. Pone la mirada firme, las cejas curvas, se sigue acomodando los pelos de la cara y abre la cancha a las dudas: cuando un tipo hace tantas cosas, cuando un tipo ya hizo tantas cosas, cuando un tipo piensa tantas cosas, cuando un tipo maneja una cantidad de sueños que casi nadie sueña, cuando el tipo se detiene a pensar cuál va a ser su próxima jugada: ¿en qué piensa?
Sí: ¿en qué piensa Juan Manuel Herbella, exfutbolista, doctor, estudiante de un posgrado en deportología, entrenador recibido, estudiante de periodismo deportivo, escritor del libro Futboloscopías y El último pase –que saldrá para septiembre-, padre de dos hijos, compañero, amigo, cuando se detiene a pensar en un nuevo destino?
Piensa en www.doctorherbella.com.ar…
– ¿En qué?
– Es un medio, una página de Internet, donde yo subo las cosas que escribo y otras cosas. Es un lugar desde donde puedo ejercer de periodista, que es algo que me gusta realmente. Ahí vuelco todas mis ganas de escribir, más allá de que yo ya había empezado a hacerlo en algunos otros medios (NdelR: en la agencia de noticias Telam o en el portal de noticias deportivas 11wsports.com).
– ¿Cómo surge esta idea?
– Así como en otro momento apareció la idea de hacer el libro Futboloscopías, en el que un profesor de DeporTea me sugirió que escribiera fecha a fecha los partidos en los que yo jugaba mientras Quilmes ascendía en el año 2010, esta vez, ya terminando la carrera, se me ocurrió que había que empezar un proyecto así, armarse un lugar desde donde poder contar cosas y expresar el periodismo como a mí me gusta.
– Pero, realmente, ¿cómo podés hacer tantas cosas?
– Yo soy hiperactivo, no puedo parar un segundo de hacer cosas. Necesito trazarme nuevas metas, intentar y estudiar. Hace un tiempo empecé a estudiar periodismo deportivo en DeporTea y eso me permitió aprender muchas cosas que hoy me hacen realmente feliz. Es una cuestión de prepararse, de no perderse de nada. En un momento, mientras yo jugaba en Godoy Cruz, en Mendoza, tenía un poco de tiempo libre a la tarde y, entonces, fui y me contraté un profesor particular que me enseñara latín. La cosa es que un amigo del secundario sabía cosas sobre ese idioma y a mí me parecía terrible estar perdiéndome de algo de lo que otro había tenido la chance de saber. Entonces fui y aprendí. Cosas básicas, no mucho, pero me saqué las ganas de saber algo que yo no sabía. Es una cuestión de intentar y creo que eso es algo que hay que ir poniéndolo en cada una de las cosas que uno hace en la vida.
– El retiro, en el fútbol, no debe ser una cuestión muy simple. Muchas veces pareciera ser algo muy doloroso. Pero, curiosamente, vos lo resolviste con mucha inventiva: el día que te retiraste, escribiste la crónica de tu retiro, ¿cómo fue esa experiencia?
– Volví a mi casa y tuve una cena con algunos amigos y con algunos familiares. No era una situación simple, es algo que suele generar una cantidad de miedos y de nervios. Era un sábado y yo había arreglado que iba a escribir este último partido mío. Así que me acosté como a las cuatro de la mañana y a las ocho ya estaba despierto escribiendo. Soy una persona muy ordenada: así que me senté a esa hora y me levanté cuatro horas después con todo el texto terminado. Realmente, fue un alivio. Pude expresar muchas cosas que tenía en la cabeza. Fue pasar rápidamente de ser jugador a ser periodista, teniendo todo eso muy mezclado.
– ¿Y cómo llevás tu vida después del retiro?
– La vida de los futbolistas no es fácil. Arranca desde muy temprano y te tenés que romper el culo sin parar. Yo, además, hice una carrera universitaria como fue medicina porque mis papás me motivaban mucho a estudiar. Empecé a ir a la universidad por si acaso se frustraba la posibilidad de ser un profesional. Pensaba que siendo médico, en tal caso, iba a poder llegar a conectarme con el fútbol de alguna forma. Yo sabía profundamente que quería estar ahí. Finalmente se dio la posibilidad de cumplir los objetivos que yo tenía, pero fue cansador. Ahora me siento cansado, quiero hacer más cosas que yo disfruto. Por eso escribo, por eso ahora va a salir un nuevo libro, por eso este nuevo medio, porque es algo que yo disfruto muchísimo. A la vez, estoy haciendo un posgrado en deportología, en una de esas el próximo paso tenga que ver con hacer medicina en los planteles. Ser técnico es algo que no me interesa mucho, aunque ya hice el curso.
– Dentro de poco va a salir un nuevo libro, El último pase, que vas a publicar editado –como fue con la otra obra- por Al Arco, ¿de qué trata este nuevo proyecto?
– Es un libro distinto al otro. Tiene mucha más pasión puesta y la verdad es que a mí me gusta más que el anterior. Al ser más libre, me permite analizar otras cosas, contar distintas historias, abrir el abanico de otra forma. Yo creo que va a salir algo bueno. Algo que vamos a poder disfrutar mucho.
Herbella parece imparable. Se rasca la barba y sigue pensando y sacando más y más proyectos. Su cabeza genera miles de intrigas y uno nunca sabe para dónde va a ir. Es un distinto y eso está mucho más que claro. Pero su distinción es algo que resulta indescifrable y que agarra velocidades impresionantes:doctorherbella.com va funcionando de manera impresionante y mientras se le pone punto final a esta nota él está poniendo un twitter de una nueva historia que acaba de subir.
¡Qué jugador!
Liberté, Égalité, Fraternité, Terrorismo
El Terrorismo de Estado francés exportado como valiosa mercancía protectora del Capital. De Indochina a la Argentina, pasando por Argelia, los métodos desarticulantes de las «guerras de guerrillas» se aplicaron conformando una represión sagaz y sangrienta desde adentro mismo de los Estados Nacionales.
La tortura, las desapariciones, el Ejército atacando a sus propios ciudadanos, fueron parte de la triste figurita repetida durante la más oscura época de la historia de Argentina. Generalmente se la asocia a Estados Unidos y su aterradora “Escuela de las Américas” donde los militares argentinos aprendieron el uso del terror como herramienta de silenciamiento. Sin embargo, fue Francia, históricamente ligada a la lucha por la libertad y los derechos humanos, quien inició por primera vez lo que se llamaría la “Guerra contrainsurgente” en sus colonias, Indochina y Argelia. Este conocimiento atroz sería exportado a territorio argentino, mucho antes de que los propios norteamericanos siquiera pensaran en estas tácticas.
Francia, antes que nadie, viviría en carne propia la guerra de guerrillas. Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, Indochina estaba determinada a romper las cadenas que la ataban a la metrópoli europea, enfrentamiento que sin lugar a dudas sería desigual: un ejército del primer mundo, capacitado y bien alimentado no tendría ningún tipo de problemas frente a otro de carácter campesino, asestado por el hambre y la miseria que el propio régimen colonial había impuesto contra la población. Por eso la guerra de guerrillas: escondidos en sus propias tierras, con apoyo local e invisibles para cualquier ejército regular. Indochina rápidamente encontró una y otra victoria, inesperada frente a un mundo que veía por primera vez la debacle de Occidente frente a una mísera y atrasada nación. Los conocimientos bélicos tradicionales nada podían hacer frente a este nuevo enemigo. Y cuando los francos salieron derrotados en mayo de 1954, habían aprendido la lección, y no tardarían en demostrarlo.
Ese mismo año se formaría el Frente de Liberación Nacional en Argelia, grupo que lograría la hegemonía en la lucha anticolonial al cabo de dos años, luego de incorporar a la gran mayoría de organizaciones políticas y militares. Desde un principio utilizaron, como era de esperar de una organización tercermundista enfrentando a una potencia, la guerrilla armada: ataques a comisarías, puestos militares, sabotajes y demás actividades conocidas. Su invisibilidad era total, sus líderes escondidos en los barrios argelinos eran inubicables ya que la población consideraba al FLN como propio.
Sin embargo, Francia no se quedaría inmóvil frente a la situación, la posibilidad de perder colonias tenía que ser combatida…y a cualquier precio.
En 1957, luego de 3 años de fracasos, el gobierno francés le entregó el poder del monopolio de la fuerza (y de velar por los derechos civiles) a las propias fuerzas armadas. Marie Monique Robin, autora del libro y documental Los escuadrones de la muerte: la escuela francesa, señaló en referencia a este hecho, “se entregan todos los poderes al General Massu (comandante de la División Aerotransportada 10). Es interesante comparar con Argentina: se entrega el poder de policía al ejército, con todos los poderes civiles, los paracaidistas pueden hacer lo que les da la gana. Les da la posibilidad de detener, hacer redadas, entrar a las casas de noche, el enemigo puede ser cualquiera, la idea es sacar información, inteligencia, que te lleva a la cúpula de los terroristas del FLN. En este modelo, la información y la inteligencia es el arma principal de la guerra. Los militares están encargados de esta misión, la tortura es el arma principal de esta guerra moderna que se va a llamar la guerra antisubversiva”.[1]
El Comandante de Inteligencia durante la guerra argelina, Paul Assauresses aceptó, a principios de milenio, el uso de la tortura en el norte africano: “La tortura nunca me hizo feliz, pero me he comprometido a mi llegada a Argel. En ese momento, que ya se había difundido”[2]. Luego, confirmaría la desaparición de 3 mil personas en la llamada “Batalla de Argel”, donde en un intento desesperado por desbaratar al FLN, 24 mil ciudadanos argelinos árabes fueron detenidos arbitrariamente, confinados a reservas y una novena parte ejecutada sin juicio ni motivo aparente. El germen del terrorismo de estado estaba naciendo.
La táctica francesa era muy simple, como fuese descrita por el abogado francés Pierre Stibbe, «En los casos políticos, y particularmente en los casos coloniales, el empleo de esos procedimientos, que tiende a convertirse en sistemático, sigue siendo ignorado por una gran parte de la opinión pública (…) A partir de 1947, casi no hay ningún gran juicio político colonial, en Madagascar, en Argelia, en Túnez o en Marruecos, en el que los acusados no hayan confesado ante la policía, para retractarse luego, invocando las más horribles torturas»[3]
Terrorismo francés en Argentina
A partir de 1957 comenzaron los intercambios militares entre Argentina y Francia en materia de preparación teórica e ideológica contra posibles fuerzas guerrilleras. En un principio, el ideal no sería el de “guerra interna”, que posteriormente sí tendría lugar en las concepciones de las Fuerzas Armadas, sino una preparación contra una supuesta tercera guerra mundial entre un bloque del este versus el occidente. Así, durante casi tres décadas, con un solo parate durante la presidencia de Cámpora en el `73, oficiales franceses daban cátedra sobre sus conocimientos adquiridos en las guerras coloniales: la tortura, la desaparición, el rol del ejército. Todo, introducido como conocimiento en generaciones de cadetes.
Marie Monique comenta que fue “López Aufranc quien organiza el primer curso interamericano de guerra revolucionaria. Vino el cardenal Caggiano, vicario castrense, con un movimiento nacido en Francia que era la llamada Ciudad Católica, movimiento integrista de Francia que se exporto aquí: abrieron una antena en Bs. As., tenían un diario que se llamaba El verbo que estuvo justificando la tortura en la guerra de Argelia. Se explicaba a los oficiales que tenían que torturar, que venía de la inquisición, que (los guerrilleros) estaban poseídos por el diablo y había que salvar sus almas; se podía matar a la persona porque así se lo salvaba. Este diario fue distribuido en la guerra de Argelia, era un apoyo de la iglesia para poder torturar. El verbo de los años 50 fue traído a Argentina, fue publicado acá en el 75, era el mismo texto de Argelia y cambiaban la palabra FLN por subversión.”[4]
Eso no es todo, miembros de la Organización de la Armada Secreta (OAS), grupo terrorista fascista de colonos francés en Argelia, una vez lograda la victoria del FLN, vinieron para el país. Así, se puede ver militares de la OAS entre los guardaespaldas de Perón, otros actuando durante la Masacre de Ezeiza y luego incorporados en la Triple A.
Así, Francia mostraba su doble cara: su eterno lema de “Igualdad, Libertad y Fraternidad”, se convertiría en un grito sordo, oscurecida su historia por las torturas, el dolor y la opresión que generaría, primero durante la ocupación colonial, luego en su intento desesperado por evitar la independencia de éstas y por último; exportando ese cruel conocimiento que la experiencia le había dado. El saber que un puño en alto, que una voz contraria, se podría acallar con la más baja violencia estatal.
[1]Robin, Marie Monique, Cómo la “Batalla de Argel” enseño a torturar a los militares argentinos, http://www.mdzol.com/mdz/nota/271904-como-la-batalla-de-argel-enseno-a-torturar-a-los-militares-argentinos/, Fecha de consulta: 15/8/2011
[2] La torture pendant la guerre d’Algérie / 1954 – 1962 40 ans après, l’exigence de vérité, http://www.aidh.org/faits_documents/algerie/verite.html, Fecha de consulta: 15/8/2011
[3] Ruscio, Alain, Crueles interrogatorios en todas las colonias, Le Monde, 24/6/2001, en http://www.insumisos.com/diplo/NODE/2666.HTM, Fecha de Consulta: 15/8/2011
[4] Ídem 1.
“Llevamos mucho tiempo sin democracia en Merlo”
Veinte años. En Merlo, Raúl Othacehé está atornillado al sillón de la intendencia desde 1991. No pocas son las fuerzas que tratan de remover al prehistórico barón del conurbano, pero él, viejo pero no oxidado, baraja todos los métodos extorsivos y represivos que posee. Y reparte. El sabbatelismo, el duhaldismo, el trotskismo, los lilitos, todos: la actividad política opositora está prohibida en el distrito a fuerza de patotas, persecuciones físicas y jurídicas, zonas liberadas, cadenazos, corridas. Durante las elecciones inventa candidatos con nombres similares a sus competidores, una «María Sabbatella» un «Narvaez» y, de robo de boletas, se da por descontado y probado. Todo vale, todo suma; ¿lo mejor? Funciona. En las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias del pasado domingo quedó primero.
Un juez amigo apodado Triple A –en principio por sus iniciales-, dos alias “vasco” y “barón”, denuncias: amenazar de muerte, amenazar con implantar pruebas falsas, con mandar a la cárcel a opositores, de golpearlos y organizar campañas de desprestigio, de proscripciones, de persecuciones, de fraudes. Una frase: “Para gobernar Merlo hay que ser duro”.
Raúl Othacehé, uno de los “Barones del Conurbano”, es intendente desde 1991 con solo una interrupción, cuando pidió licencia para ser ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires de Carlos Ruckauf. Difícilmente se lo pueda separar ideológicamente del duhaldismo pero hoy sus afiches manchan a Cristina Fernández de Kirchner, quién terminó sacando 20 puntos porcentuales más que “el Vasco”. Daniel Scioli, quien obtuvo 10 puntos porcentuales más que el intendente, prometió a los merlenses la cobertura cloacal total; como con nuestra Presidenta, compartieron boleta en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, y
compartirán nuevamente en octubre. Las listas de adhesión, como la de Martín Sabbatella, de Nuevo Encuentro, parecieran ponerlo, de a poco y como a todos los demás barones, en jaqu
e. Pero todo es poco ante las clásicas herramientas que posee “el Barón” desde hace 20 años para mantener el poder y ampliarlo.
“Enfrentamos electoralmente a uno de los hombres más peligrosos y mafiosos de nuestro país. Se mantuvo desde la dictadura militar (cuando ingresó a la municipalidad) y como intendente apeló a prácticas como persecuciones, secuestros, escraches y causas judiciales armadas contra opositores”, disparan desde el –hoy distante- espacio duhaldista Grande Merlo, cuyo candidato a intendente es Gustavo Menéndezi.
El domingo 14 de agosto salió primero como precandidato a intendente de Merlo. Para hacerlo, tuvo que hacer algunas tramoyas.
Los vecinos y las vecinas que fueron a votar encontraron en los cuartos oscuros dos boletas de Sabbatella: una de Martín, el de Nuevo Encuentro, precandidato a gobernador de la Provincia; la otra de María, que creó el partido Nuevos Aires para Merlo especialmente para confundir a los votantes. La mujer en cuestión declaró a Perfil: “Sí, soy candidata, pero no puedo hablar. Tengo que ver cómo se maneja esto, tengo que preguntar qué decir y si puedo hablar”. Según nos cuenta Patricia Álvez, candidata a intendenta por Nuevo Encuentro, durante la elección presionaban a los fiscales y autoridades de mesa para que la boleta de María estuviera al lado de la de Martín, además de pedir que los fiscales generales que no fueran de Merlo no participaran aunque la ley habla del distrito, que es el provincial. Rosana Mattarollo, conocida abogada de Merlo y candidata por una línea de MILES, perdió 10 fiscales de esta forma y asegura que Menéndez perdió 250. Además, recuerda que Sebastián Codini, de histórica familia política en Merlo la agredió físicamente porque no quería que entrara. “También formaron una barrera de tres personas para que no pasara nadie que no quisieran tener en la escuela”, añade. “Tienen toda una estructura armada en cada escuela, entran al cuarto oscuro cuando no deben entrar”
Nada original. En las elecciones legislativas de 2009, el rival era Francisco De Narváez; el cómplice, Fernando Narváez, que encabezó la lista de un nuevo partido político llamado Acción Solidaria Independiente Bonaerense.

Protesta de vecinos luego de la golpiza sufrida por un militante duhaldista. Foto de Federico GeMignani.
Una vecina del partido le escribe después de las PASO a la candidata Patricia Álvez: “¡¡¡Qué verguenza!!! Acabo de venir de votar en Merlo y faltan tus boletas. La encargada de avisar que faltan boletas a los fiscales se hace la bolu….y llega hasta los fiscales simula que les avisa y ¡¡no les dice nada!! Yo fui decidida a avisar si faltaban boletas pero hay gente que por no perder más tiempo ya que hay que hacer filas largas no avisa. Solo hay de Othacehe. Cuando avisé que faltaban boletas los fiscales de mesa me querían comer cruda, y le dijeron a mi mamá que estaba atrás mío si quería votar igual cuando se supone que hasta que no repongan no puede pasar nadie. ¡El que les aviso a los fiscales de Nuevo Encuentro que faltaban boleta fue mi marido sino ni se enteraban! Es una vergüenza”. Otro votante le denunció: “Los fiscales del oficialismo tenían orden de robar boletas del EDE (NdR: Pardido Encuentro por la Democracia y Equidad, integrante del bloque Nuevo Encuentro) y de Gustavo Menéndez. Si algunos no lo hicieron fue por algún resabio de vergüenza…”
Patoteo
El último 9 de agosto, un grupo armado y encapuchado descendió de cuatro autos y agredió, según Gustavo Menéndez, candidato duhaldista a la intendencia, a militantes de su partido que volanteaban en una esquina: “repartían volantes en auto cuando fueron interceptados; los chocaron y arrastraron el auto hacia terraplén de las vías”. También denuncian que la zona estaba liberada. Uno de los perseguidos no puedo escapar y fue golpeado con palos y cadenas hasta que le abrieron la cabeza. El twitter de Grande Merlo agrega: “Hogo Gabriel Rodriguez podría tener coágulo cerebral luego del ataque de la patota de Merlo”, y “El oficialismo dice que fue un incidente de tránsito mientras los testigos vieron el ataque, observen !!”. Lo último que se sabe es que perdió un ojo.
Militantes de Othacehé demienten por las redes sociales: “el gran mentiroso de Gustavo Menéndez trae mercenarios de Burzaco y otros partidos bonaerenses a intentar ganar la calle. El sábado generaron disturbios y agredieron a empleados municipales, dos días después tienen un enfrentamiento con militantes de Union Popular, pero partidarios del Tucán Lorenzo y los muy caraduras culpan al Gobierno municipal, la campaña sucia que propone Menéndez es totalmente repudiable”.
El 18 de marzo de este año, alrededor de las 18, todavía de día, Patricia Álvez estaba volanteando en la zona de la estación de San Antonio de Padua cuando vio que había “situaciones extrañas, aunque comunes en Merlo”, como gente mirándolos y hablando por teléfono. Al rato, un grupo de personas se bajó de un auto Gol negro, sin patente, y de un Peugeot 306 rojo, patente ACN 349, y les empezó a gritar «¡Zurdos, váyanse a Morón!». Ellos se fueron, pero, más adelante, por la calle Noguera los volvieron a encontrar y los golpearon. Uno de los militantes de Nuevo Encuentro, Alejandro Mileti, debió ser hospitalizado con traumatismos y pérdida del conocimiento. «Cada vez que salimos a la calle en Merlo a conversar con los vecinos y a traerles nuestras propuestas, aparecen los mismos grupos de provocadores al servicio del intendente”, dijo el diputado nacional de Nuevo Encuentro Martín Sabbatella. “Empezaron a llegar en auto y motos y nos increparon. Nosotros nos manejamos con cuidado porque es una conducta habitual en Merlo, un distrito donde se atemoriza a la gente y donde no existe una real participación política”, agregaron voceros de Sabbatella a Política Online.
En julio se repitió la operación. Alberto, otro vecino, cuenta lo que pasó: “Autos y motos se paraban para insultar y maldecir a Sabbatella durante una caminata de campaña. Mujeres que iban a su alrededor le pegaban con unos diarios del municipio enrollados, la gente que lo custodiaba pidió calma, pero como no respondieron a los agravios, esa gente mandada repetía lo mismo sin una contundencia de contenido: ‘andate a Morón’, ‘corrupto’, ‘mafioso’, ‘ladrón’. Tres autos, un Escort gris polarizado con cuatro matones adentro, una Eco Sport negra y polarizada hostigaron con gestos y ademanes, además varias motos y mujeres o punteras con palabras de agravio sin sentido. La gente de Sabbatella se retiró en un clima tenso. Yo soy de la zona, siempre hay dos o tres patrulleros de gendarmería, y uno o dos patrulleros de la Policía, increíblemente en esa hora no apareció ninguno, liberaron la zona, parece tierra de nadie”.
El 21 de junio de 2009 le tocó a la Coalición Cívica. Su candidata a consejera escolar, Mónica Barría, denunció haber sido golpeada por matones para que no participara de las próximas elecciones como fiscal. Ese 28 de junio también se denunciaron robo de boletas y presiones para que no se contabilizaran las que estaban adulteradas.
Los alumnos y padres del Ciclo Básico Común del partido tomaron en el 2008 el edificio del Centro Universitario de Merlo para evitar su cierre y la apertura de la Universidad Nacional del Oeste que, decían, serviría para “manejar una caja que representa un tercio del presupuesto de su municipio, nombrar a 3.000 profesionales amigos, a 500 de sus punteros y, encima, ganar puntos por su preocupación por la educación de los pibes”, según el entonces Secretario General de la Universidad de Buenos Aires Carlos Mas Vélez. También los estudiantes denunciaron haber sido entonces intimidados por patotas acompañadas por patrulleros sin patentes y policías sin identificación.
El periodista y diputado Miguel Bonasso dio su versión de lo que pasó la noche del 22 de febrero del 2002 después de que los vecinos salieran a gritar el entonces clásico “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”: “Vecinos de Merlo salieron a la Avenida del Libertador, para protestar por el servicio de agua contaminada que les brindaba el municipio [..]. Mientras coreaban consignas y golpeaban las cacerolas, los más avisados descubrieron que estaba ocurriendo algo raro: no se veían policías por ningún lado. Pronto comprendieron el porqué de la zona liberada: a dos cuadras de la plaza principal, “buchones” infiltrados en las columnas se abrieron a toda velocidad y unos 150 matones que aguardaban esa señal se abalanzaron sobre los vecinos para golpearlos con singular bestialidad. […] los pesados venían en un camión y dos micros. Uno de ellos perteneciente a la oficialista Unidad Básica Número 2. Mientras muchos vecinos –entre ellos no pocos comerciantes– auxiliaban a los manifestantes y llevaban más de veinte heridos al hospital de General Rodríguez, llegó la policía y, amablemente, les pidió a los patoteros que se calmaran. Los ‘muchachos’ se relajaron y se alejaron dando vivas ‘al Vasco Othacehé’ y cantando la marcha peronista”.
Persecución judicial

Hugo Gabriel Rodríguez, ayudado por los vecinos después de que lo golpearan. Foto de Federico GeMignani.
El medio local y oficialista MerloGBA (http://www.merlogba.com/) denunció en noviembre de 2009 a Horacio Cepeda, concejal electo ese mismo año, de cobrar tres sueldos: uno nacional, otro provincial y uno más preceptor. Alberto, que contaba el apriete durante la caminata de Sabbatella en julio, explica cómo funciona para él este portal: “Publica cosas increíbles. Son todas mentiras. Solo hacen humo para robar, con 2000 ñoquis, con 45.000 planes que paga el país entero, con punteros coimeros, matones a sueldo para amedrentar incluso a los peronistas que no se alinean para volver a ganar”.
Cepeda, de quien sus compañeros dicen que fue maestro toda su vida, que alquila, tiene dos hijos, y se mueve con una moto vieja por todo Merlo. Cecilia Argüello, de Libres del Sur, donde milita Cepeda, nos asegura que las acusaciones son falsas, que los tres sueldos no fueron simultáneos, tal como demostraron ante la justicia. El Partido Justicialista de Merlo armó una comisión en el Concejo Deliberante, donde es mayoría, para destituirlo. Aficharon todo el municipio y dispusieron los medios oficialistas, Canal 4 y Televisora Privada del Oeste para convencer a los vecinos de que es un corrupto. Sin embargo, la justicia dictaminó que la destitución quedaba nula porque no lo podían juzgar sus pares y Cepeda volvió al cargo. Argüello sostiene que los testigos que presentó el PJ eran comprados.
“Como no les salió bien esa, armaron otra”, explica Argüello. Juntaron testimonios de gente que había sido de Barrios de Pie, la pata territorial de Libres del Sur, que lo denunciaban de extorsionarlos antes de darles planes sociales de la Nación. El fiscal Marcelo Tavolaro, “cómplice político de Othacehé”, solo tomó los testimonios y formó la causa que quedó a cargo del Juzgado Número 6 de Garantía. Tavolaro solicitó que lo detuvieran por violento, pero la jueza Lucía Casabayo se declaró incompetente porque los recursos de los planes en cuestión eran nacionales y su juzgado no. Nadie quiso agarrar la causa “porque no es cierta y no se quieren quemar por un tema de favores”. Finalmente, la causa volvió a Casabayo, que firmó la orden de detención el 17 de junio, después de que el juzgado superior de garantía, de Aldo Acosta Algañaraz –apodado Triple A-, quien compartió estudio con Othacehé. A partir de entonces, Cepeda está preso en comisarías, yendo de una a otra, y declarando sin que su defensa se pueda enterar. Argüello agrega que se le sacaron los fueros sin haber sido destituido. Los abogados defensores no podían ver la causa porque el juez la estaba estudiando, supuestamente. Como en cada comisaría por donde pasaba, lo acompañaban sus compañeros para asegurarse de que no le pasara nada y avisar con carteles que él estaba ahí, la jueza le dio arresto domiciliario sin sentido, ya que no es mayor de 70 años, no está embarazado y no tiene ninguna enfermedad grave. “Horacio no tiene ni la pulsera. Solo lo tienen así para que no pueda ir a ningún lugar público a hacer política y denunciarlos”, agrega Argüello. Actualmente, asegura, está siendo vigilado por cámaras. “No por casualidad lo detuvieron una semana antes del cierre de listas, él puede unir a los concejales opositores y tiene reconocimiento en la sociedad”, concluye su compañera, y sentencia: “Llevamos mucho tiempo sin democracia en Merlo”.
Casualmente, también, el sucesor de Cepeda en el Concejo está ahora bajo el ala de Othacehé.
Fernando Aguirre fue expulsado del bloque justicialista en el año 1992 del Concejo por negarse a obedecer y votar la privatización del sistema de recolección de basura. En el ’93, según denuncia, se lo destituyó como concejal por acusaciones “totalmente falsas”.
La abogada Rosana Mattarollo además de defender a Cepeda actualmente, defendió en 2004 a remiseros y fleteros que eran extorsionados antes de obtener la habilitación. Si se negaban, se les secuestraban los vehículos, que, en ocasiones, aparecieron desmantelados por completo y hasta se les cobraba el estacionamiento y multas para recuperar las carcasas. Desde entonces sufre amenazas de muerte sobre ella y sus hijos. Denuncia, por otro lado, continuos volanteos que tienen como fin echarla de Merlo. Tienen mucha información de número de causas y de sus defendidos, lo que le hace suponer de la connivencia entre el poder político de Merlo y el poder judicial de Morón. Después de atender el teléfono preguntando, con miedo, quién es, nos cuenta que hace año y medio la persiguieron con tres autos mientras caminaba con su hijo menor, 17 veces intentaron entrar a su casa o a su estudio en un año. “Las denuncias terminan siempre en los mismos juzgados adictos que, casualmente, siempre están de turno y hasta reciben testigos comprados después del horario judicial. Todos sabemos que eso no pasa con nadie más”.
Tampoco las querellas son cosa nueva. Después de la quema de vagones en la Estación Merlo, en 2008, militantes del Partido Obrero fueron atacados por otra patota. Cristian estuvo tres días hospitalizado en observación. Para colmo, Othacehé y Aníbal Fernández denunciaron a José María Escobar, dirigente del PO por los incendios de los trenes. Marcelo Ramal, Jorge Altamira y Néstor Pitrola salieron al cruce considerando al municipio un “régimen de terror” desde hace 20 años.
El intendente respondió denunciándolos por calumnias e injurias, juicio que el PO ganó porque, como dice el fallo, “en un estado de derecho, las críticas al desenvolvimiento de quienes ostentan cargos públicos, deben permanecer exentas de acciones intimidantes que restrinjan su funcionalidad. Y precisamente quienes desarrollan sus actividades en la función pública a través de cargos electivos (son los que), deben velar por estas libertades, teniendo la obligación de rendir cuentas públicas de sus actos y de proteger hasta las voces no deseadas”.
i http://www.latecla.info/2/nota_1.php?noticia_id=44863&title=)
El fango
Por Daniela Ledesma *
En el fango hay que criarse solo y a los golpes.
Se escucha rock hasta la lágrima,
para decaer con más decoro.
En el fango se piensa desde el absurdo;
se mastica chamuyo para no salir herido.
En el fango se construyen relatos que solo la razón entiende.
Se rompe la ilusión, porque se agota el juego de pensar en futuro.
En el fango se crece,
tomando el barro, las ganas y el impulso.
Se escucha alrededor,
solo si tiembla con la fuerza suficiente como para despertar algunas mentes.
En el fango se escribe,
porque sino se escribe se muere.
Mata la mediocridad,
pero más el silencio.
En el fango se pelea todos los días.
Se lucha para no terminar hundido.
Se pide auxilio con la forma de actuar.
Al fango van visitas, también clientes permanentes
en busca de intensidad y angustia.
En el fango se resbala
hasta ir de jeta al piso,
sin reproches.
En el fango todo es más oscuro,
incluso el día.
En el fango triunfan las sonrisas cínicas
y se tapan los raptos de locura y llanto.
Al fango te llevan sin permiso
y te retienen hasta el alma.
En el fango los idiotas obedecen
a las palabras dulces y a los gestos impunes.
En el fango.
En el fango.
En el fango se vive, pero no se muere.
No sin dar batalla.
* Daniela tiene un cuerpo pequeño, pero una mirada bien grande. Mira lo que pocos miran y lo hace desde unos ojos que no son cualquier cosa. Es periodista, se egresó en TEA y escribe cuando la vida le da tiempo para regalar textos bonitos. Milita en el Frente Cultural Raymundo Gleyzer, haciendo base en el Centro Cultural El Surco y en el Centro Cultural La Brecha. Discute fervorosamente las injusticias de este mundo y lo hace con el corazón. Con ese mismo con el que escribió este bonito texto que prestó para NosDigital.
Que corra la voz
No es cualquier cosa. Los estudiantes chilenos caminan las calles exigiendo un cambio en la educación de su país. Los excluyen, pero ellos no lo aceptan. Los reprimen, pero siguen intentando. Apuntan a su presidente como uno de los principales responsables. Se acuestan en procesos latinoamericanos para construir su reclamo. Apuestan como nunca a las ideas. Sí: algo está cambiando.
– ¿Pero usted quién se cree que es para criticar el sistema que elige o no un país?
– No es así: si un país socialista quiere construir el capitalismo debe respetársele su derecho del mismo modo que si un país capitalista quiere construir el socialismo debe dejársele hacerlo.
– Obviamente.
– Claro, por eso no hay que amenazarlo, bloquearlo ni invadirlo.
La década del noventa latía en todos lados y en todos los tonos: la Unión Soviética iba abriéndose paso hacia la desaparición, Latinoamérica ya estaba cercada por las resacas del Plan Cóndor, el neoliberalismo encabezaba las páginas de las políticas del continente, las sociedades americanas ya no eran gobernadas por Dictaduras Militares, los desaparecidos seguían desaparecidos y los Bush adornaban la colorida vida de Estados Unidos. Entre tanta escarcha, Fidel Castro llegaba el 14 de marzo de 1990 a Brasilia, con 74 años en la espalda y con Cuba en el momento más complicado desde el comienzo de la Revolución, por la caída mundial de los países comunistas. Los grandes analistas políticos y económicos aseguraban que a las tierras de José Martí les quedaba poco tiempo en el camino hacia el socialismo. El contexto, claro, no lo ayudaba, pero nada de eso terminaba siendo determinante para que el hombre del traje verde oliva siguiera caminando el mundo defendiendo las ideas de la isla. Lo que él había denominado como la Batalla de las Ideas lo disponía a utilizar uno de los mayores recursos que tenía: la palabra. Por eso –aquella vez- antes de conocer al presidente Fernando Collor de Mello y de sentarse a dialogar con un dirigentes del PT (Partido de los Trabajadores) que el mundo conocería posteriormente como Lula, dio una conferencia de prensa en la que una periodista rubiecita comenzó a invadirlo con preguntas. Fidel respondió una por una hasta que llegó al diálogo que abre este texto. Después de esas palabras, la reportera ruborizó sus mejillas y se regaló, repleta de vergüenzas, al silencio.
Fidel era claro: hablaba de destinos y de elecciones, incluso cuando la década no acompañaba ideológicamente ni a los procesos cubanos ni la idea de las personas que se oponían a las crueldades del capitalismo.
Hablaba del destino -entre otros- de la educación.
De la misma por la que, en definitiva, gritaban los miles y miles de estudiantes chilenos que caminaron las calles de Santiago y de muchas otras partes de Chile que, con banderas coloridas y con la valentía justa como para soportar los golpes de la policía chilena, pedían un cambio. Reclamaban que la Universidad se volviera verdaderamente pública, gratuita y abierta. Exigían que al terminar la carrera, el Estado no los obligara a pagar durante los próximos quince años de vida la educación. Pedían que más y más pibes pudieran acariciar la igualdad en el paso por las aulas y por los conocimientos. Gritaban, con fuerza, por un cambio. Por otro destino.
No es un grito que sea casualidad. El reclamo, como siempre, engloba más cosas, advierte ideas y propone responsables que exceden al orden cotidiano de la gestión. Apuntan, directamente, a Sebastián Piñera, presidente de Chile, uno de los hombres más acomodados del establishment empresarial de su país, representante de la derecha neoliberal, personaje que aparece siempre con las sombras del pinochetismo en su espalda. Señalan a sus ideas poco inclusivas como una de las principales responsables de la exclusión educativa, dejando de lado que el mandatario chileno es quien decidió que a los estudiantes se los reprimiera. Cuestionan el destino que él elije para su territorio.
No, claro, no es un grito que sea casualidad y, por eso, entre las enormes filas de estudiantes –cada vez mayores- que aparecen manifestándose por las calles cercanas al Palacio de la Moneda pidiendo una vida más inclusiva hay banderas de apoyo a la salud del presidente venezolano Hugo Chávez, hay carteles que aplauden la vida política del mandatario ecuatoriano Rafael Correa, hay remeras que le regalan elogios al líder boliviano Evo Morales y sí, obviamente, hay banderas con la cara del Che y de Fidel Castro. Y no son cualquiera los países que se señalan.
“Queremos otro destino”, dice un cartelito que lleva una piba de 21 años. Es un cuadradito de cartón, pintado con los colores de la bandera chilena, que señala algo de todo eso que sucede entre tanta manifestación y entre tanta crítica despiadada, que protagonizan los medios de comunicación chilenos que piden basta de vagancia, que lideran algunos conductores de televisión que tratan de burlarse de los estudiantes que caminan las calles de Santiago repletos de ideas. Las dirigencias del país trasandino evitan hablar con los alumnos. Invocan un diálogo ficticio en el que se disponen a la negociación de la dignidad de aquellos que se sientan a reclamar.
Pero no: ellos no paran.
Mientras tanto, Fidel Castro cumple 86 años y mira el mundo desde esa isla que diariamente elige su destino. Lo sabe y siempre lo dice: nada de esto es casualidad y algo en Latinoamérica debe andar cambiando.
El destino no es claro. Pero es distinto. Y, al menos, muchos se sientan a discutirlo cada vez más. “Por eso no hay que amenazarlo, bloquearlo ni invadirlo”.
Por eso, lo aplaudimos.
El Bien y el Mal: ayer y hoy en el discurso de la Argentina
Por Redacción de Historia de Nos
Terminadas las elecciones en Capital Federal y las Primarias, las diferentes fuerzas empiezan a apostar el todo por el todo por lograr el triunfo en octubre. Más allá de los resultados a día de hoy, hay un elemento que no se ha dejado de utilizar como discurso unificador de tendencias y como teoría para la acción. Ésta es la de presentar a la actualidad como el choque de dos tendencias: el Kirchnerismo frente a la Oposición, y/o viceversa. Todo es visto desde esta óptica: la victoria de una fuerza ajena al Frente para la Victoria es presentada por Clarín como una derrota de la maléfica “tiranía K”, Scioli en su campaña habla de votar al futuro (FpV) y no al pasado (a la Oposición en su conjunto). TN vitoreó el uso de la violencia para el desalojo de los precarios asentamientos en el Parque Indoamericano el año pasado, en pleno territorio del PRO; a la vez que hoy se horroriza por el uso de los mismos métodos en Jujuy, aliada del gobierno nacional. Y los ejemplos siguen…
Pero el uso del binomio “buenos versus malos” por parte de los grupos de poder data desde antes de la existencia de la Argentina. Los españoles veían su conquista como la lucha de la civilización cristiana frente al paganismo amoral americano, más tarde, la Revolución de Mayo se presentó como defensora del liberalismo hispanoamericano frente al feudalismo español. A esto le siguió federales-unitarios, civilización-barbarie, radicales-conservadores, Braden- Perón, patriotas-subversivos, y más, y más, y varios más.
Pero, ¿es la historia, y por ende la actualidad, tan simple que su análisis es reducible a dos tendencias, una “buena” y otra “mala”? Creemos que no. Lo que tanto se repite es una construcción –simplificada y simplificadora- de la realidad, herramienta usada masivamente por grupos que detentan poder político y económico, que intenta cerrar el camino a que las personas vean un abanico más grande de ideas, y con eso repensarse nuevas modalidades o necesidades de cambios más profundos en la realidad que los atraviesa.
Pensar en la Argentina de ayer y hoy como la tensión entre solo dos modelos, es olvidar otros movimientos, que por olvidados o ignorados, no por eso dejan de ser menos importantes y de tener influencia cotidiana en la vida de un sinnúmero de sujetos. ¿Acaso en octubre se verán solo la guerra entre los “K” versus “la Opo”, “el futuro versus el pasado? Tampoco esto resiste a ningún archivo ni análisis: ¿Menem, aliado kirchnerista, es parte del futuro? ¿La Oposición es aquella que antes era aliada, hoy enemiga y mañana quien sabe si no de vuelta amiga?
Una última duda, ¿a qué modelo pertenecen las fábricas recuperadas, los vecinos autoconvocados que luchan contra la minería, las tomas de los secundarios, el acampe de los Qom, la Correpi…¿Son K o de la Oposición?
Carta de una estudiante chilena
Evelyn Vicioso Moyano, especial para NosDigital
Yo tengo muchas ganas de escribir, porque creo que lo que vivo a diario (con deudas universitarias gigantes) representa a muchos de los que apoyan el movimiento.
Te cuento que mi papá es guardia de seguridad y mi mamá dueña de casa. Ellos terminaron la enseñanza media (secundaria) en una escuela nocturna. Vivimos en un barrio pobre, que nació producto de una política de vivienda llamada erradicación, donde se llevaban los campamentos ubicados en terrenos céntricos de Santiago hacia la periferia. Eso explica la segregación espacial que hoy día tienen las ciudades chilenas y que, en mi opinión, es una de las razones por la que la clase alta y los extranjeros no conocen los problemas de la mayoría de los chilenos.
La Florida, la comuna donde vivo hoy, es la comuna con más población de Chile, con el mall que genera más ganancias del país que está orientado a segmentos medios y medios bajos (una contradicción en sí misma). Sus ganancias están fundadas en la lógica del crédito, que endeuda a miles de familias que quieren sentirse parte del mercado neoliberal que hoy nos gobierna.
Te entrego estos datos para que vayas entendiendo por qué el conflicto es tan multidimensional. No es sólo educación gratis, sino que el país creció económicamente en un modelo que controla y empobrece en todas las variables que puedas imaginar: educación, vivienda, salud, pensiones, transporte. Y en un país que aumentó su riqueza tna rápido, muchos miles se quedaron tras este crecimiento.
De mi, te cuento que estudié en un colegio católico particular subvencionado, que por tradición es mejor que un colegio público en la comuna, pero inferior en calidad que los colegios particulares. En el primer intento no quedé en la universidad que quería y decidí esperar un año. Eso me privó de postular a becas el año siguiente. Ingresé a Sociología en la universidad de Concepción -universidad del consejo de rectores-, mis padres financiaron los gastos de vivienda y el arancel lo cubrió el Fondo Solidario, un crédito que entrega el Estado con interés del 2% anual. Pero esa opción casi no existe hoy. Mis padres no pudieron seguir pagando y volví a Santiago a realizar mi práctica profesional y terminar mi tesis, donde encontré que el mercado laboral era durísimo por el alto porcentaje de profesionales que hay en Chile. Hoy en día, muchos de mis compañeros con más de treinta años y con varios años de experiencia se encuentran en esa situación.
Como en primera instancia la Universidad no dio ni la tranquilidad ni la movilidad social esperada por mi familia, ingresé a un postgrado en la Universidad Católica de Chile (la más importante del Consejo de Rectores, no es publica, pero se reconoce como estatal por el estándar de calidad). Estudié Desarrollo Urbano y aquí me cambió mi percepción de la realidad de Chile. Tenía compañeros de colegios de excelencia privados, que conocían el mundo, hablaban idiomas y no debían un sólo peso. El arancel por tres semestre de postgrado tiene un valor de más de 11.000 más interés (una tasa del 3,72%)
Los otros, los de clase media y clases empobrecidas, casi no existían en esa universidad. Ni los profesores, ni los alumnos tenían una relación cercana con el modelo de endeudamiento que yo y muchos teníamos. Como dato a la causa, la UC es la única de las estatales que aún tiene clases y muchos de sus ex alumnos hoy son parte del Gobierno de Sebastián Piñera. Es una de las universidades de élite, donde estudian los ricos y que es de un sobresaliente nivel académico, pero, en mi opinión, de un pobre nivel de diversidad social.
Acá viví los momentos más duros de mi enseñanza. La diferencia entre un colegio que cobra la año 4082 dolares y otro es abismal. Yo aprendí y no puedo quejarme, pero no tenía clases de idiomas competitivo, ni arte, ni deporte, ni cultura, ni biología, ni filosofía. Puedo seguir quejándome, pero quiero que entiendas la diferencia cultural que existe en el país, donde simplemente la segregación social hace que se vivan realidades paralelas y, contradictoriamente, diferentes.
Por eso el discursos del éxito de Chile es tan fuerte en el extranjero. Son los grupos de élite -que acumulan las riquezas y los beneficios del capital- los que están agradecidos del modelo neoliberal. Esto es, en mi opinión, comprensible, ya que no observan las desigualdades que ocurren, ni siquieras las ven cercanas.
Como ejemplo cuento que el sueldo promedio de un profesional de clase media es entre 1.000 a 3.000 dólares mensuales, y en mi caso pago mensualmente casi el 25% de mi sueldo para cubrir mi postgrado por 8 años (el crédito estatal ni lo he mirado). Imagina cuánto debe tener un profesional con hijos para matricularlo en un colegio de mediana calidad.
Sé que seguramente quieres información del movimiento, pero te conté esto porque quiero escribir de las causas del malestar ciudadano en Chile, el movimiento estudiantil cuenta con una aprobación ciudadana superior al 75% de la población. En Chile , el 10% de la población más rica posee el 80% de las riquezas. El resto de divide por una clase media y baja que en un 40% sube el nivel de educación de los padres y que sus tasas de endeudamientos les achican el presupuesto mes a mes. El gobierno y la oposición tienen una aprobación ciudadana del 25% promedio. La desvinculación entre ciudadanía y élite es evidente y se debe a la división del modelo educacional chileno donde los que tiene dinero estudian con los que tiene dinero.
Un país con un sistema politico de empates (sistema binominal que elige dos diputados y dos senadores de las fuerzas más importantes y no da espacio a la minoría), una juventud que no cree en el sistema político, miles de familias arriesgando todo por el futuro de sus hijos y miles de profesionales y estudiantes endeudados por más de veinte años es la génesis del descontento hoy, pero se funda en una profunda crisis social debido a las desigualdades provocadas por el modelo de crecimiento chileno. Eso explica el movimiento estuduantil y la impactante ola de saqueos durante el terremoto, que dejó a miles de familias de clase media en la banca rota.
Yo hoy tengo un trabajo estable, después de dos títulos universitarios, de una deuda cercana a los 25.000 dolares, viviendo con mis padres y dejando a las universidades mensualmente el 25% de mi sueldo.
Un saludo muy grande. Hoy necesitamos la riqueza cultural de los pueblos latinoamericanos.
Saludos desde Chile.
El Cordobazo: ayer y hoy en la prensa
Una visión comparativa del tratamiento de variados medios gráficos argentinos sobre los sucesos de Córdoba de mayo del `69. Las opiniones, valoraciones y comentarios de la época, frente a los «homenajes» que los mismos medios lanzan pasado el tiempo.
Cordobazo
En la mañana del jueves 29 de mayo de 1969, numerosas columnas de trabajadores marcharon desde las principales fábricas de Córdoba. Comenzaba una movilización en reproche a las políticas represivas y al ajuste económico que por entonces proponía la dictadura de la “Revolución Argentina”, liderada por Juan Carlos Onganía. Acompañados por cientos de estudiantes universitarios, ganaron el centro de la ciudad, donde se sumaba mucha gente independiente. Se trataría de una de las más relevantes manifestaciones de acción de masas en Argentina.
El clima de los últimos años había estado signado por un fuerte anticomunismo y un shock autoritario de bases occidentales y cristianas. Con un parlamento disuelto y partidos políticos proscriptos, la censura se naturalizaba en la sociedad argentina. La educación también fue eje de estas maniobras: hubo una gran intervención a las universidades nacionales y fueron prohibidas todas las agrupaciones políticas estudiantiles. En cuanto a las medidas económicas, se sucedían despidos masivos en los cargos públicos, congelamiento de salarios y un proyecto industrial basado en los capitales extranjeros.
En esta ola de descontento, que protagonizaban en su mayoría los trabajadores, Córdoba se convertía en uno de los principales focos de disgusto, un polo de efervescencia tanto industrial como universitaria, marcado por una importante militancia y un sindicalismo activo. Obreros y estudiantes, juntos, clamaban en las calles por reivindicaciones inmediatas. El enemigo era un fuerte aparato represor estatal.
Mientras tanto, en las redacciones de algunos diarios porteños como Clarín, Crónica y La Razón, una visión tendenciosa instalaba entre sus lectores la idea de un “plan subversivo” al que sólo podrían derribar los “guardianes del orden”, es decir, el Ejército.
Camino a la “normalización”
Ya desde los días previos al estallido que significó la movilización del 29 mayo de 1969, desde ciertos medios gráficos se venía instaurando el concepto de “anormalidad”. Una anormalidad entendida como la alteración del orden público y fomentada desde el alarmismo ante cada huelga llevada adelante por la Confederación General del Trabajo, desde los pronunciamientos estudiantiles, o mismo por los posibles agravios que podría sufrir la Casa de Gobierno en mano de manifestantes. Términos como “la situación actual” y “estos últimos sucesos” definían a los revuelos y manifestaciones como una cuestión nacional, que debía detenerse.
Claro que el camino por el cual estos diarios pretendían que se disiparan los conflictos quedó evidenciado para el viernes 30 de mayo y todos los demás días después del Cordobazo. Desde Clarín hubo una marcada justificación en cuanto al accionar policial y la posterior represión de las fuerzas armadas: “Ya son pocos los focos subversivos que quedan en la ciudad. Córdoba tiende a encauzarse hacia la normalidad, por el trabajo de los guardianes del orden. En algunos barrios aún persistían revoltosos y fuertes patrullas fueron enviadas” (Sábado 31/05/69).
Por su parte, La Razón, con tirada durante la tarde, tuvo una doble tapa en la que de un lado tituló “Los sucesos de Córdoba” (jueves 29/05/69), minimizando los hechos, y en la misma página hacía alusión al festejo por el día del Ejército con citas de Lanusse vanagloriando ese aniversario militar. La Razón también expresó claramente su línea: “El Ejército restableció el orden en Córdoba tras una jornada de angustia. Entretanto, las autoridades provinciales seguían los sucesos desde la Casa de Gobierno, rodeada de efectivos ante la posibilidad de ataques” (viernes 30/05/69). Ambos describieron la agresividad de los manifestantes, y alternaron las notas con sucesivas entrevistas a Guillermo Borda, por entonces ministro del Interior, de marcada tendencia castrense y anticomunista. Nada se dice de las razones de la rebelión popular, sólo se habla de «barricadas violentas y vehículos quemados”.
Crónica no fue un caso aparte. También abundaban las entrevistas a Borda, quien definía como “actos de extremistas” los episodios, a la vez que advertía a la sociedad por un “peligroso ambiente subversivo y anárquico” (Sábado 31/05/69). De esta manera, con estos testimonios que representaban solamente una facción, los diarios instalaban en muchos de sus lectores una mirada parcial y superficial de la problemática que se vivía.
A treinta años
Es curioso analizar la postura que tomó Grupo Clarín décadas después del mismo suceso. Al cumplirse treinta años del Cordobazo, su revista dominical, Viva, lanzó durante 1999 un especial en memoria de “aquellos días del trabajador”. En esta ocasión se habló de “un 29 de mayo de 1969 donde una ciudad estuvo en manos de obreros y estudiantes por veinte horas, en un pleno paro activo”, y además se aclaró que “la represión del Tercer cuerpo del Ejército dejó veinte manifestantes muertos y cientos de detenidos”.
Donde antes se entrecruzaban entrevistas a allegados al gobierno de facto, o mismo a sus propios integrantes, ahora aparecían testimonios a dirigentes de aquel levantamiento popular. El por entonces sobreviviente Elpidio Torres respondió que no tenían armas, “solo gomeras, tuercas, y algunas bombas molotov”. O mismo, incluían pequeñas reseñas sobre el ascenso sindical de Agustín Tosco, hombre insoslayable dentro de estos eventos.
Todo suceso revolucionario -o con potencial de serlo- es silenciado o distorsionado por las clases dominantes en el momento y desde el lugar en que se desarrolla. Pero cuando se trata de algo ocurrido ya lejos en el tiempo, se convierte en un hecho pintoresco que no genera peligro: la historia parece haberlo alejado y quitado peligrosidad. Por eso los mismos diarios que acallaron ciertas voces en su momento, se dan el lujo de rendir una suerte de falso homenaje tantos años después.
Quebracho también puede hablar
Violencia. Vidrios, muebles, paredes rotas. Pintadas. Bombas de pintura. Ésta es la construcción mediática del Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho, la organización que figura en el imaginario del televidente como un grupo de choque. Y nada más. Solo eso. En una entrevista exclusiva con Nos, su dirigente principal, Fernando Esteche, deja en claro que, de todas formas, “los medios no aseguran las conductas sociales” y explica que “como en el caso Fuentealba, cuando hablan de violencia hablan de un vidrio roto, entonces queda soterrado la naturaleza real: el fusilamiento de un docente en una protesta social”.
Estigmatizados –dice- desde los noventa, enjuiciado y encarcelado varias veces, Fernando carga encima calificaciones desde –la más blanda- “violentos” hasta “antisemita” y “terrorista”. Esteche, luego de participar de la marcha en repudio de la represión en Jujuy, nos explica su punto de vista sobre el conflicto en la provincia norteña, la justificación según Quebracho del escrache al puerto que recibió a los barcos de doble bandera (noruega-inglesa), la entrega del premio Rodolfo Walsh al presidente venezolano Hugo Chávez y su escisión entre antisemitismo y antisionismo.
-¿Qué consignas se llevaron en la marcha que acabás de venir?
-Fue convocada por el espacio Memoria Verdad y Justicia, la Corriente Clasista y Combativa y la Central Trabajadores de la Argentina que nucleó también un conjunto bien importante de organizaciones populares; por suerte da cuenta de cuánto le duelen todavía a este pueblo los muertos. Fue una demostración muy fuerte sobre cuál es el límite que las organizaciones populares estamos planteando respecto de los tironeos que se pueden hacer en el marco de la lucha por la construcción de derechos. Repudiamos las muertes y nos solidarizamos con las víctimas. Lo que se está planteando, exponiendo y desnudando tiene que ver con el monopolio Ledesma y Pedro Blaquier que son los dueños de todas las tierras de Libertador General San Martín. Así que se plantea la expropiación de las tierras para resolver el problema de la vivienda.
-¿En esto último se alinearían con el planteo del oficialismo jujeño?
-No lo plantearía en esos términos porque quedar en algo de acuerdo con semejante asesino no es muy simpático. Estamos de acuerdo con que se le expropien las tierras a la familia Blaquier y se las den a los habitantes de Libertador General San Martín para que puedan construir sus viviendas. Ledesma es una empresa que tiene un pedazo del noroeste argentino interesante. Ni siquiera es un problema de sectores desocupados, incluso hay sectores docentes y médicos que están hoy tomando tierras. Lo que está en discusión es la naturaleza y la legitimidad de semejante propiedad. El Apagón de Ledesma año a año es una manifestación que concentra todos los compañeros de todos lados. Nosotros vamos siempre.
El Apagón de Ledesma al que Fernando hace referencia fue la noche del 27 de julio de 1976, en la cual se programó un corte de luz total de todo el departamento de Ledesma en la provincia de Jujuy para que las fuerzas de seguridad integradas por policía, ejército y gendarmería saquearan viviendas y secuestraran a las personas de las localidades de Libertador General San Martín y Calilegua. Este enorme operativo fue posible gracias al aporte de camiones de la empresa Ledesma, en donde se trasportaban a las personas a centros clandestinos. Esa noche fueron secuestradas 400 personas, incluyendo al intendente Luís Arédez que continua desaparecido.
“Yo creo que fue, junto a Mercedes Benz, uno de los dos casos más emblemáticos de manos enchastradas de sangre respecto de la represión directa de los trabajadores y el pueblo”, dice Fernando. Y se zanja el tema. Le pregunto por el conflicto reciente con los barcos ingleses, noruegos o de doble bandera a los que su organización fue a escrachar el 20 de mayo pasado. Del gobierno nacional –a pesar de quién denunció los barcos fue el intendente oficialista Mario Secco- salió a desmentir la procedencia inglesa de los barcos.
-¿Cuál es la versión de Quebracho sobre el escrache?
-Nosotros decimos cuestiones objetivas, las semanas pasadas hubo una manifestación de compatriotas en Río Grande en Tierra del Fuego, encabezada por los partidos políticos tanto del oficialismo como de la oposición, en repudio a estos buques, señalándolos como buques ingleses. El que convocó a esto fue el intendente Mario Secco, que es un tipo muy orgánico respecto a la construcción del oficialismo. Nosotros hemos enviado las posibilidades, a través de nuestra página y Twitter, para que se puedan cotejar los datos de los barcos, que son públicos, y se vea que son de doble bandera. Además se puede ver el contrato que hace el Ministerio de Producción de la Argentina para que se abastezcan estos barcos. El gobierno de Brasil y el gobierno de Uruguay no los quisieron abastecer en solidaridad con el reclamo argentino en Malvinas y el gobierno argentino le hace un contrato de abasto. Y con el ministro Héctor Timerman tuvimos un cruce porque nos mentía en la cara diciendo que eran barcos noruegos. Ahí coincidieron los medios y el gobierno en la construcción de una mentira y estará en la medida del patriotismo de cada uno querer saber cómo sucedió. Lo de Quebracho fue el eje con más notoriedad. Hay un padrón internacional de navegación que tiene registro en Panamá que los tiene registrados como barcos ingleses y noruegos, doble empadronamiento. El gobierno nacional dice que son noruegos a pesar de que el contrato de abasto que tiene con los barcos dice que son británicos. Está en la medida del patriotismo de cada uno: si a nadie le importa que lleguen barcos con bandera inglesa, después de la sangre de los compañeros caídos en Malvinas, y que vengan nada menos que a explorar la plataforma continental para llevarse el petróleo, tendrá que ver con gente que no le importa y funcionarios que reproducen ese mecanismo que hace saqueo minero y lo subsidia. Si nadie toma dimensión es un problema de cada uno de cómo enfrenta la historia. Nosotros podemos comprender que el neoliberalismo nos robó el pasado, vendió las empresas nacionales, las rifó por dos monedas. Y estamos diciendo que un modelo como este –lo de los barcos ingleses incluido- es robarnos el futuro. Es un problema de compromiso con las generaciones futuras. Nosotros a eso reaccionamos. Si no aparecen cuatro muertes no se sabe del problema de vivienda en Jujuy; si no aparece Norma Pláa, no se sabe del problema de los jubilados, si no aparece el pueblo de Cutra-Có no se sabía el problema de las privatizaciones.
-¿Cuál es el significado o la justificación de la violencia?
-Cuando hablan de violencia hablan de un vidrio roto. Es como cuando mataron a Carlos Fuentealba y nos acusaron a nosotros de ser violentos porque la reacción que encontraron los compañeros para repudiar la muerte fue romperle las vidrieras y algunos muebles a un local de Sobich. Entonces eso queda como el hecho de violencia y queda soterrada la naturaleza real: el fusilamiento a mansalva de un docente en el marco de una protesta social. Los medios construyen realidad y la política es espacio público, y el espacio público, lejos de ser la plaza de la antigua Grecia, hoy también son los medios de comunicación. Nosotros somos un producto de eso. Desde nuestro nacimiento como organización sufrimos una estigmatización por parte del menemismo. La primera vez que fui a prisión fue por una causa que me armaron Carlos Corach y Carlos Menem con su amigo el juez Carlos Liporaci, después todos confesos delincuentes. Tenía que ver con desnaturalizar verdaderos conflictos sociales. Seriamos muy arrogantes si pretendiéramos responder cómo ve la gente a Quebracho. De la misma manera sería muy arrogante pretender que Argentina -en un nivel de cultura y de compromiso políticos como hace muchos años no tenía- está al nivel de los medios de comunicación más estupidizados como Marcelo Tinelli y los programas de la tarde. Entonces, si uno creyera que los medios determinan las conductas sociales deberíamos tener entonces una sociedad tinnellizada, y no va por ahí la cosa, es más compleja. Con Quebracho hay sectores que prefieren tener lecturas de primera vista y como lo disruptivo es lo que aparece –la violencia, el vidrio roto- lo asocian, y eso es solo un pedazo muy chiquito del repertorio de construcción política. Los compañeros que vienen con nosotros son de los sectores más vulnerables de la sociedad: muchos recuperados de la falopa, otros inmersos, muchos en dinámica delincuencial, muchos atravesados por la violencia doméstica o del Estado, muchos bajo una situación que definimos como de “proscripción social y política”, de inexistencia por parte del Estado, cuya única noción que tienen del Estado es el policía que no los deja juntarse en la esquina a tomar cerveza o fumarse un porro. Hay comedores populares, hay emprendimientos productivos, grupos de madres que resuelven las cuestiones con los chiquitos, otros que ayudan con los problemas de la falopa.
-El 29 de marzo el presidente de Venezuela Hugo Chávez recibió en la Universidad Nacional de La Plata el premio Rodolfo Walsh. En ese acto compartiste el palco junto a figuras y dirigentes importantes del kirchnerismo ¿cómo explicas esa conjunción?
-El escenario con Hugo Chávez tuvo que ver con que fuimos protagonistas fundamentales en la entrega de ese premio. El año anterior con Evo Morales y el año que viene con Rafael Correa. En agosto viene Lula. Somos parte de la vida académica de la Universidad Nacional de La Plata. Lo que tenía interesante el palco era que las que estaban ahí eran organizaciones populares que tienen un proyecto común con el nuestro pero con una visión de la realidad que no compartimos, algunos creen que enrolados en el kirchnerismo pertenecen a una construcción de carácter chavista, lo cual es un gran sinsentido pero que no quita que compartamos otras cosas. Los que combatimos el neoliberalismo somos los mismos que estábamos en ese palco.
-¿Cuál son las diferencias sustanciales entre el gobierno argentino y el venezolano?
-Carlos Escudé dice una cosa que es muy concreta: la gran política exterior del kirchnerismo está enrolada con el Departamento de Estado norteamericano, aunque después hay grandes muecas que lo joden pero que no alteran la naturaleza de la política exterior. Hay dos grandes ejes que no concuerdan con las corrientes latinoamericanas. Una es el caso Irán: la punta de lanza de la estigmatización y, el otro, el canciller que tenemos. Héctor Timerman es un hombre del sionismo internacional. Tienen una política que saludamos: la del Unasur, una Organización de Estados Americanos sin Estados Unidos; Mar del Plata y la sepultura del ALCA. En ese sentido compartimos. A diferencia de Chile que es un país que está absolutamente jugado, o Colombia; nuestro país es un país en tensión.
-Mencionaste a Timerman relacionado al sionismo internacional, por comentarios como estos o por protestas contra el genocidio palestino que ejecuta Israel a usted se la calificó como antisemita.
-Por definición no podemos ser racistas ni antisemitas. Las Naciones Unidas dicen que el sionismo es racista, no nosotros. Estos tipos que nos dicen antisemitas a nosotros se lo dicen también a Pedro Brieger que es de la comunidad, a los compañeros de la AMIA que plantean otro esquema de resolución, les dicen “judío-fóbicos”, como a todo judío que critica al Estado de Israel. Todo eso tiene validez a partir de la creación de un discurso, y es por tipos como Sergio Szpolski o Diego Gvirtz que se supone que combaten la corporación pero son otra y afín al gobierno, pero alineados con el sionismo.