Archivo por meses: julio 2011

Desamor de copas

El juego de la Selección no apareció, nuestro país más que futbol dio un gran contexto en cada cancha para esta Copa América que acaba de terminar. Uruguay campeón. Paraguay, empate y empate. Brasil y Argentina, eliminadas con gusto a temprano. Fotorreportaje de la Copa América Argentina 2011.

Un especialista en darle identidad a un momento cualquiera

Por Héctor Cardozo *
Al Negro Fontanarrosa lo conocí casi de costado. En aquellos primeros años de periodismo radial en los que «incursionaba»: solíamos coincidir en la oficina de un publicista amigo, el recordado (para los rosarinos, claro) Josesito Rejovisky. Nosotros (un grupo de audaces) le ibamos a manguear a José que nos pusiera un par de avisos en los programas que teníamos porque él manejaba una buena carpeta publicitaria. Y el Negro le hacía algunos trabajos gráficos importantes. Estoy citando tiempos prehistóricos, allá por fines de los años 60 y comienzo de los 70. La única charla en común, no fueron más de cinco o seis porque los encuentros fueron esporádicos, caían en el lugar común de Central, que por aquellas épocas jugaba por los porotos grandes; subcampeón en el 70 contra Boca y campeón en el 71 ante San Lorenzo.
Unos años más tarde nos frecuentamos más, pero sin llegar a formalizar una amistad; el llevaba sus incomparables dibujos a la corresponsalía de Clarín en la vieja peatonal Córdoba de Rosario (ahí se decía que pertenecía a la Ocal, afirmación que siempre negó con toda razón) y yo andaba usando el teléfono para mandar noticias del día. Nunca fuimos más allá de un hola! o,  viste que como anduvo Kempes? No pasó de ahí el trato, breve, por otra parte, porque ninguno abusábamos de la parla.
El Negro ya era una persona destacada de su ámbito, muy reconocido por su ingenio y ya trascendía la frontera local y vía Clarín y Hortensia avanzaba en el reconocimiento universal que tuvo merecidamente con los años. Pero, además, parábamos en lugares distintos; el, en el legendario El Cairo y yo en el desaparecido Palace o en mi barrio de Pichincha.
Los lazos más entrañables se dieron muchos calendarios despues en la época de los mundiales de los 90. Las eliminatorias nos unía junto al «cascarrabia» de Pagani después de cada partido en el Monumental ahí en Edelweis de la calle Libertad hasta la madrugada. Los viajes por Estados Unidos y Francia fueron estrechando la relación, aunque sin llegar a una amista profunda. Sin dudas fue la persona – porque el Negro excede la caratula de personaje- más famosa a la que tuve acceso y a quien vi mantener obstinadamente un bajo perfil realmente admirable: cientos de notas para los medios más desconocidos a los que respondió con su inalterable sinceridad. Esa bonhomía imperturbale junto a sus sutilezas orales lo guió en cada uno de sus actos.
El Negro no fue un bromista a tiempo completo, al contrario. Lo que lo destacó fue su fina ironía para darle identidad a un instante cualquiera, que mereciera cierta relevancia, claro. Me queda como inalterable e indelebe anécdota un episodio en el centro de Saint Etiene; a media mañana buscabamos un zapatero, tarea difícil en un lugar desconocido. Nunca pudimos dar con un local ni aproximado, pero sus ojos inquietos le sirvieron para describir en un dibujo con su gracia inigualable la silencionsa y forzada marcha de los escoceses un día después de su eliminación del Mundial. Al otro día admirando su viñetas comprobé in situ su enorme poder de síntesis y su increible talento para en un par de trazos y mínimas frases revivir o darle vida, que es mejor, a un hecho que para cualquier mortal no hubiese signicado más que una semblanza de la tristeza.
Salud, Negro. Y espero que desde la tercera bandeja hagas más fuerza, que vaya si la necesitamos!, a ver si Central en el 2012 vuelve a ser lo que fue!
* Héctor Cardozo, el Negro para muchos, es un periodista nacido en Rosario, fanático de Central, que trabajó bastantes años en el diario Clarín. Dejó una marca periodística a través de su enorme capacidad para analizar el fútbol.

Vienen por el arte, vienen por todo

El conflicto en la Escuela de Música Popular de Avellaneda continúa con tanta potencia como el primer día. Con problemas edilicios, con promesas incumplidas, con techos que se caen, con pisos que se derrumban, con conexiones eléctricas peligrosas. Sin respuestas. Con un festival de por medio, los estudiantes no abandonan la lucha.
La Plaza Alsina está rodeada. La hermosa y renovada fachada de la Casa de la Cultura a un lado, los artesanos de la feria, sobre la calle Gral. Lavalle, el Paseo Cultural Carlos Núñez, sobre la calle Adolfo Alsina y por la Avenida Bartolomé Mitre, las banderas y carteles: “Basta de saquear nuestra educación”; “estudiantes terciarios contra el recorte presupuestario y el vaciamiento de la educación pública y gratuita”; “En defensa de los institutos de arte”; “No se cubren cargos de profesores y directivos. No se pagan a tiempo los sueldos docentes y se reducen bonificaciones, no se respeta el ‘estatuto del docente’, no se cubren cargos de administrativos y auxiliares”; “La casa de Cultura es solo ‘fachada’ que ya se empieza a caer. Adentro de la casa de Cultura las chapas de los techos y las canaletas están rotas. Las aulas llueven. No hay mantenimiento”; “docentes y alumnos en lucha”. Pero no están solas, fotógrafos, clowns, músicos, dibujantes, pintores, muralistas, ceramistas, actores y espantapájaros las siguen a paso firme. Son los alumnos y docentes de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, el Instituto de Teatro de Avellaneda, el Instituto Municipal de Arte Fotográfico y Técnicas Audiovisuales y el Instituto Municipal de Artes Plásticas  por la Avenida Belgrano. Avanzan sin tregua hacia el centro de la Plaza, hacia el monumento a Nicolás Avellaneda.

Vienen por el arte, vienen por todo. Vienen a contraponer las eternas postales del desamparo estatal y sus blues, sus tangos, sus chacareras, sus cuadros, sus sonrisas, su expresión, la alegría ajena. Pero vienen con política, con poesía. “El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”, recuerdan a Brecht.
¡Y vienen unidos! “Estamos acá reunidos por la lucha por las instituciones públicas”, empiezan… porque las categorías no los separaron, los unieron. En IMAP, que funciona en esa Casa de la Cultura que está tan linda por fuera, se usan ácidos para el gravado, pero se lo hace en salas comunes. Se usan pasillos para caminar, pero están llenos del agua que corre desde las únicas dos bachas rotas que hay para que trescientos alumnos limpien sus herramientas. En EMPA, las aulas no son acustizadas ni están ventiladas, se escucha a los de la sala de al lado, hay clases con 90 músicos en un aula de cinco por cinco. En IMDAFTA entraba luz a los cuartos oscuros.
¿O no fueron solo las etiquetas? ¡No! También tienen problemas exactamente iguales: techos que se caen, pisos que se caen, sistemas eléctricos quemados o precarios, mampostería rota, cargos docentes y directivos vacantes porque los concursos o no se respetan o el intendente Jorge Ferraresi los elimina por decreto, títulos no legalizados, cooperativas que cubren lo que debería hacer el estado, como proponen la Municipalidad y el Rectorado del IMDAFTA: estudiantes recaudando dinero para arreglar las aulas trabajando ellos mismos.

Por eso coparon la Plaza el 8 de julio bajo la consigna “Educación pública, gratuita y de calidad”, y entre banda y banda leyeron comunicados a los peatones-espectadores: “No es nuestra función como estudiantes sustentar económicamente a la institución. La educación pública debería ser financiada por la gran cantidad de impuestos que pagamos sin falta todos los días. Sin embargo, todo ese dinero que recauda el Estado no se ve reflejado en nuestras escuelas. Después de largos años dejando petitorio tras petitorio en los escritorios municipales, no hemos recibido respuesta a nuestras necesidades. Aun hoy seguimos enviando petitorios a las autoridades del municipio y del IMDAFTA. Creemos que las instancias se acabaron. La experiencia nos demuestra que solo hemos conseguido beneficios concretos para nuestra escuela cuando salimos a la calle a pelear por lo que creemos justo”.
Nancy Posso, docente de IMAP, agrega algunos datos interesantes: “El intendente sacó un decreto para que los docentes no concursemos y pueda elegir a dedo. Ferraresi nos dijo en mayo: ‘En 30 días nos juntamos a festejar’. Además, le dio un espacio a Augusto Pugliese, coordinador de arte de la municipalidad y amigote suyo para hacer esculturas en el Paseo Cultural Carlos Núñez por las que se paga hasta 20 lucas, cuando los docentes los hubiéramos hecho solamente por placer y honor, en un espacio que nos identifica”.
Cuando llega el frío, ése que también entra en la EMPA y la rota instalación eléctrica no rechaza, las banderas se guardan con una mínima esperanza de no volver a salir. El arte y sus creadores se refugian en la Casa de la Cultura para hacer una asamblea y definir cómo seguir creando en conjunto.

Once contra once

Por la redacción de Deportes
El Tipo se sube al taxi con todo el mal humor encima por un despertador que no sonó, lo que no sólo le hará llegar tarde al trabajo; también tendrá que gastar unos pesos de más para pagar el tacho. Arriba del auto, con sus ojos calvados en los del tachero a través del espejito retrovisor, escucha por la radio a un señor que denuncia unas cuantas cosas relacionadas al fútbol, con el micrófono que tiene delante de sus narices como única autoridad y prueba. Dice y afirma y repite tres sentencias que suenan de lo más lógicas para cualquiera que sepa, más o menos, que este mundo está repleto de injusticias y afanos. Explica, como explicando una verdad de lo más absoluta, tres cosas: que River no puede descender porque es casi medio país y el Fútbol Para Todos no le puede entregar todo lo que significa River a TyC Sports, empresa del Grupo Clarín y dueña de los derechos de la B Nacional; que es imposible que Gimnasia de La Plata pierda la categoría porque la Presidenta de la Nación, la supuesta dueña de los destinos de cada una de las cosas que pasan en este país, es tripera, y su madre, Orfelia, no sólo es tripera fanática: también es socia y tiene alguna injerencia en la realidad institucional del club; que es prácticamente un absurdo pensar que Quilmes pueda bajar a la B porque su vicepresidente es Aníbal Fernández, el Jefe de Gabinete nacional, el hombre que fue clave para que el estado desembolsara 600 millones de pesos anuales para tener los derechos de televisación del fútbol argentino.
El Tipo, entonces, se baja del taxi mucho más aliviado de lo que se subió: ahora, en el trabajo, podrá distraer su llegada tarde con todas las verdades sobre el fútbol que acaba de escuchar por la radio. Así, con esas tres predicciones llenas de certezas, se ganará el respeto de sus compañeros, se armará el debate y no se comerá ninguna cagada a pedos por la tardanza.
El final de la temporada arrojó lo imposible: descendieron River, Gimnasia y Quilmes. Y no sólo eso: a River, en la B Nacional, se lo transmitirá por TV abierta y Aníbal Fernández desde diciembre próximo ya no será vicepresidente cervecero: será el presidente.
Sin importarle todas esas verdades que se arruinaron por los destinos indescifrables de la pelota, sin afectarle los días sin dormir por la congoja de haber arriesgado toda su audacia ante sus pares de trabajo en esos tres pronósticos, el Tipo creyó que la Copa América podía ser una buena excusa para volver a mostrar su capacidad para leer con anterioridad las contraseñas del fútbol. Y con la misma lógica que había escuchado de aquel señor que denunciaba con el micrófono como única autoridad y prueba, miró a sus compañeros una mañana de julio, redobló la apuesta y aseguró:
-En un año electoral, y más en condición de local, Argentina ya ganó la Copa América.
Explicó, con claridad, que no sería la primera vez que los dueños de la política se apoyen en el deporte para generar consenso en la sociedad. Habló de lo nefasto del Mundial 78, de lo asqueroso de Hitler en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Agregó, además, que el fútbol es un negocio y que se necesita al local en la final para tener los estadios llenos. Y que esa final tenía que ser ante Brasil, que es el otro que convoca y que mueve a las marcas.
Otra vez pifió el pronóstico. Argentina y Brasil, se sabe, quedaron afuera en cuartos de final.
Sin interesarle haber quedado como un verdadero boludo ante sus compañeros de trabajo, haber hipotecado toda su agudeza en tratar de descifrar lo impensado del fútbol, esta vez al Tipo no le costó más que dos minutos quedarse dormido después de haberse acostado en la cama. No es que el Tipo piense que el fútbol, como cualquier ámbito de la vida en el que se mueve tanta plata y tanta pasión, no está manchado por todas las mierdas que pueda tener esta sociedad. Pero esa noche se durmió sonriendo: a veces, parece, los destinos de la pelota se eligen dentro de una cancha, once contra once, sin importar lo que pueda generar afuera.

«Cualquier Estado tiene un rol de control»

En medio de los debates sobre el rol de los barrios, la gente y su autonomía, entrevistamos a Raúl Zibechi, periodista uruguayo de calificada palabra. «El Puntero» en el 13, los piqueteros en Argentina y el Estado como organismo de control.

Los pobres no deciden: necesitan de un delegado, un supervisor que los arrastre. O así lo entiende el Estado (con cualquiera de sus representaciones o representantes) que se encarga siempre de “combatir la pobreza” pero nunca la riqueza. Así lo entienden también los punteros de la desinformación que arrean las clases medias, los formadores de la opinión deformada. El Grupo Clarín nuevamente toca a las clases populares pero, como siempre, es una ficción. Este año, Canal 13, tentáculo del monopolio mediático, sacó una nueva serie, “El Puntero”, que trata justamente de estos individuos que son la portada de algo más grande: el manejo de la pobreza por las clases dominantes. Con este disparador, llamamos a Raúl Zibechi, escritor tan uruguayo como latinoamericano, autor de libros como Territorios en Resistencia y Política & Miseria.

-¿Qué mensaje ofrece la serie de Canal 13 a su público, mayoritariamente de clase media, sobre los manejos de punteros en la política barrial?

-Los de abajo no son sujetos. Este es un punto compartido entre el Grupo Clarín y el gobierno nacional. Pero más allá de eso, es una suerte de «sentido común» de los de arriba que sólo pueden ser sujetos los que forman parte del sistema. O sea los integrados, los que hablan, visten y se comportan de modo similar a los de arriba.
Lo peor, es que son ellos los que dicen quienes tienen legitimidad para ser representantes y quienes no la tienen. Por eso aparece la figura del puntero, como intermediario, porque el pobre no puede actuar en política como tal sin alguien que le diga o le indique lo que debe hacer. Las derechas pueden hablar de punteros, y los progresistas suelen hacerlo a través de las políticas sociales que de alguna manera reproducen ese lugar de inferioridad del pobre. Y en ese sentido es que ambas lógicas comparten la misma mirada sobre los de abajo.

-En Territorios en resistencia está presente que “El control de los pobres urbanos es el objetivo más importante que se han trazado tanto los gobiernos como los organismos financieros globales y las fuerzas armadas de los países más importantes”. Así que las cuestiones que desde allí se irradien, como planes sociales, tendrán la limitación insalvable de ser una de las nuevas formas de dominación estatal ¿Qué puede esperarse del Estado, por fuera de ser una herramienta de control y dominación?

-En teoría, podría esperarse algo diferente. Durante el período de sustitución de importaciones, cuando funcionaba un cierto Estado benefactor, las cosas eran diferentes y además de control había integración. Quiero decir que cualquier Estado tiene que jugar un rol de control, si no sería destruido o desbordado por la población. Pero en cierto momentos jugó además otro papel, digamos positivo porque auspiciaba la organización de los de abajo en un sentido de reclamar derechos. Ahora no. El modo de producción extractivo ha modificado a fondo las cosas al punto que las personas son ahora superfluas en la producción porque la acumulación de capital se ha trasladado con fuerza al ámbito financiero, lo que llamamos acumulación por desposesión. Me parece que no depende ya de tal o cual gobierno, porque el modelo los atraviesa a todos. Lo que sí cambia es la vocación represiva, pero no la sustancia del modelo. Y el modelo le reserva al Estado un papel de dominación muy clara y, en paralelo, de compensar los efectos sociales del extractivismo.

– ¿Qué opina sobre el desarrollo y actualidad del movimiento piquetero argentino?

– Como todo movimiento ha vivido un período de auge, de estabilización y luego de declive. Veo que la mayor parte del movimiento se ha disgregado o ha sido neutralizado o si se prefiere cooptado por el Estado. No lo digo en un sentido crítico, aunque no estoy de acuerdo con ese camino, es evidente que los gobiernos han ofrecido políticas que los movimientos difícilmente puedan rechazar. Creo que las derivas más interesantes hoy se encuentran en los bachilleratos populares, que son un desarrollo en el que algunos grupos del movimiento piquetero han encontrado modos de darle continuidad a su trabajo en un momento en el cual ya no tiene ningún sentido seguir haciendo lo mismo que hicieron entre 1997 y 2002.

– Los gobiernos progresistas en América Latina ¿son una realidad o son una pantalla?

-Son una realidad que ha venido para quedarse un buen tiempo. Creo que debemos entender que hay un cambio de fondo en el modo como funciona el sistema, y que se cambio ha hecho que las viejas políticas y las derechas tradicionales ya no sea funcionales a los nuevos tiempos. Hasta en Colombia hubo cambios, como lo demuestra el hecho de que el vicepresidente de Santos es un ex dirigente de la Unión Patriótica. Me niego a verlos como pantalla porque además en sus políticas hay una buena parte de lo que trajeron los movimientos. O sea, lo que llamamos progresismo son construcciones conjuntas entre partidos, estados y movimientos.

-¿Cómo es que Brasil es una potencia continental y a su vez- en Política y Miseria–  lo denominas el país más desigual?

-No veo contradicción. Estados Unidos es un país muy desigual y ha sido la potencia mundial durante un siglo. Los elementos a tener en cuenta son otros, su potencial como país continental, la existencia de una elite dirigente con un proyecto hegemónico, la debilidad de los conflictos o la ausencia de los mismos, que facilitan la hegemonía de la nueva elite en la cual el PT tiene un papel significativo así como una parte de los sindicatos.

Colonias en julio de 2011

La Internacional

En este año de elecciones al por mayor, será positivo repensar y conocer aquellos casos ajenos de garantías y derechos políticos, aún hoy dominados por potencias coloniales. Para los que la ONU posee un comité especial, con resultados poco tangibles. Los casos de Tokelau, Nueva Caledonia y Malvinas.

Dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sigue existiendo un comité, que luego de la profusión de los movimientos independentistas africanos de la década del 60 y 70 del siglo pasado, uno creería haber desaparecido; este es el Comité Especial para la Descolonización.  Creado en 1961 con objetivo de monitorear todos aquellos territorios gobernados por una fuerza extranjera y proponer las vías para su plena autodeterminación.

En la primera década del siglo XXI aún la lista de países colonizados se mantiene llena, donde 16 naciones siguen atadas, principalmente, a uno u a otro poder de los viejos imperios colonialistas: Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. El caso más resonante a nivel mundial es el de Sahara Occidental; ubicado al noroeste de África, que desde hace ya casi cuatro décadas está luchando día a día por liberarse del tremendo ahogo que le impone su colonizador vecino, Marruecos (para leer más sobre este tema: links de las notas). Entonces, aquellas naciones que están bajo la lupa del Comité son: Anguila, Bermudas, Gibraltar, Guam, Islas Caimán, Islas Malvinas, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes Británicas, Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Montserrat,  Samoa Americana, Santa Helena, Tokelau y Nueva Caledonia. Será de estos dos últimos en los que se enfocará este artículo, para finalmente hacer una comparación con el caso que aún se mantiene candente en el presente argentino: la situación de las Islas Malvinas y cuán legítima es la presencia inglesa en ellas.

Nueva Caledonia es una isla ubicada aproximadamente a dos mil kilómetros de Australia, con una superficie comparada al territorio de Israel y con una población de poco más de doscientos cincuenta mil habitantes, es la fuente de un cuarto de las reservas mundiales de níquel. Esta fue anexada por los franceses en 1853, convertida en una prisión flotante y su población originaria, los kanakas, subsumidos a una condición de ciudadanos de segunda categoría.

El contacto con los europeos fue devastador en todo sentido: primero, el número de kanakas disminuyó de 60 mil a 27 mil en medio siglo de dominación, debido tanto a las epidemias, como a los trabajos forzados y a las represiones. Del mismo modo, los colonialistas se hicieron de las tierras locales y las redistribuyeron entre colonos que venían de la metrópolis y, en especial, de una elite urbana de terratenientes ausentes que acumularon decenas de miles de hectáreas a un precio mínimo. Claro, todo esto, en perjuicio de los lugareños, que no solo veían caer su número, sino también su medio de subsistencia, la tierra.

Para 1900, 241 mil hectáreas fueron apropiadas de manera privada por los colonos, 53 mil fueron a parar a manos de un centenar de hacendados. Todo esto repartido entre los 9 mil franceses asentados –sin contar los 3 mil presos, que eran mano de obra para los ranchos-. Sin embargo, para los 27 mil aborígenes, solo les correspondieron 127 mil hectáreas. Resumiendo, la tierra constituyó el marco principal para la acumulación de riqueza, y incentivación de la desigualdad que se empezaba a engendrar por este territorio.

Con el correr de las décadas, las diferencias entre colonos y lugareños se fue extremando, originando así la conformación del Frente Independentista a principios de 1970, cuyo objetivo era el reconocimiento de la cultura Kanaka, vinculado a la redistribución del suelo de forma más equilibrada, dado que con el paso de los años, los franceses habían acumulado más de 300mil hectáreas, mientras que los locales solo 40 mil más que a principios de siglo.

Sería en la década del 80 donde las tensiones llegarían a su climax. Con la conformación del Frente de Liberación Nacional Kanaka y Socialista (FLNKS) la opción armada sería tomada en consideración, dándose en 1984 los enfrentamientos más violentas entre los grupos pro y anti independencia, obligando a Francia a acudir con sus fuerzas armadas, declarando el estado de sitio. Sin embargo, pese a que la permanencia del poder extranjero calmó las aguas, las acciones del FNLK siguieron dándose a conocer y la capital, Noumea, vivía continuamente convulsionada. La consigna de la autodeterminación era clara y total. Frente a esto, se firmaron los Acuerdos de Motignon, que confiaba para 1998 hacer un plebiscito para que se votase por la independencia o no, a la vez que otorgaba mayor autonomía a la isla de la potencia Europea.

Al llegar la fecha designada, se firmó un nuevo acuerdo, el Acuerdo de Noumea, el cual dejó esta decisión entre 2014 y 2019, y establecía la nacionalidad de Nueva Caledonia.

Tokelau es un minúsculo país compuesto por tres islas en el pacífico, cuya población, distribuida en las solamente tres aldeas, apenas supera las 1400 personas.

El contacto con los europeos fue terrible desde un principio. “Descubierto” por marinos anglosajones en 1850, una década más tarde la pequeña comunidad polinesia que vivía a lo largo del territorio sería víctima del secuestro y muerte provocado por un barco negrero peruano, que esclavizó a todos los hombres jóvenes y adultos en condición de trabajar.

Para 1889 los ingleses lo convertirían en parte de su imperio y para 1925 pasaría a manos de Nueva Zelanda, que mantiene su dominio hasta hoy en día.

A mitad del nuevo milenio, Tokelau y Nueva Zelanda comenzaron a negociar la posibilidad de que el primero logre su autodeterminación, convirtiéndose en Estado asociado del segundo. Para esto se dieron ya dos plebiscitos, formulados por la ONU, en el cual los habitantes tuvieron la opción, tanto en el 2006 como en el 2007, de elegir si mantenerse colonia o lograr la independencia. Los resultados de las elecciones, cuyos sufragantes no sumaron 800, dieron como resultado el “no” a la independencia por poco más del 60% en ambas oportunidades.

Pese a esto, las conversaciones continúan para llegar a una situación que contente a todos los habitantes de Tokelau.

Similitudes y diferencias. ¿Malvinas Argentinas o Falklands?

En los dos casos vistos se pueden observar procesos diferentes: en uno, la mayoría de la población desea la independencia del territorio, en el otro, en cambio, casi 3/4 prefieren seguir siendo colonia.

En relación con las islas Malvinas, éstas pertenecen territorialmente a la Argentina, pero desde 1833 que no tienen población nacional, ya que las pocas decenas de personas que la habitaban fueron devueltas a Buenos Aires una vez ocupados los territorios por Gran Bretaña. Así, desde hace más de un siglo y medio, población con ligazones inglesas ha vivido generación tras generación en esos suelos.

Entonces, cómo solucionar este conflicto que tuvo una guerra de por medio es la pregunta. ¿Respetar la decisión de los malvinenses que se sienten más cercanos a los británicos que a los argentinos, o en su defecto, defender los derechos de la Argentina sobre sus recursos naturales, que en el caso de las islas, son ricas para la pesca y aún más, se estima que contienen petróleo y gas natural? ¿Cuánto debe pesar la afinidad de una nación con la metrópoli colonialista por sobre el derecho de un país a controlar su territorio?

Ironía en el papel impreso

La historia de los diarios argentinos a través de ciertos hechos claves: La Revolución del Frente Sandinista en Nicaragua en 1979 analizada por Clarín y La Nación, con lógicas hipertendenciosas. Lo que dijeron, lo que obviaron, y los por qué.

 

 El 19 de julio de 1979 el Frente Sandinista de Liberación Nacional hacía su entrada triunfal sobre Managua, capital de Nicaragua, destruyendo de una vez por toda la dinastía de la familia Somoza, que durante 42 años monopolizó de manera dictatorial las riendas políticas del gobierno, sumiendo en un manto de represión y pobreza al territorio país centroamericano.

Para ese entonces, en Argentina se sucedían muchos hechos. Aún la cruenta dictadura del Proceso de Reorganización Nacional estaba en plena vigencia, se preparaban los festejos a un año de la victoria del Seleccionado de Fútbol en el Mundial del ´78, a la vez que faltaba poco tiempo para la llegada del Comité Interamericano de Derechos Humanos de la OEA, quien reconocería por primera vez en público la violación sistemática de derechos humanos en nuestro país.

Los dos periódicos de mayor importancia pública, Clarín y La Nación, no fueron ajenos a  los hechos en tierras centroamericanas. Este artículo analizará de qué manera abordaron ambos diarios estos sucesos, su apoyo o rechazo al nuevo gobierno revolucionario, sus pretensiones y miedos acerca del proceso; todo en el marco del grave estado de represión en el que vivía la sociedad argentina.

De la crítica al somosismo al miedo de la influencia cubana

Anastasio Somoza Debayle, había sucedido a su hermano en la presidencia en 1967. Sin embargo, desde mitad de la década del ´70 y principalmente desde 1978, veía su poderío ser discutido, tanto política como militarmente, por el Frente Sandinista. El apoyo de su histórico aliado Estados Unidos, caía con el paso de las horas, en especial desde la asunción del presidente Carter, quien insistió –en cierta forma- con el fin de los gobiernos dictatoriales difundidos en tierras americanas. Además, los hechos de corrupción ligados a la vulgar riqueza de la familia Somoza –valuada en 500 millones de dólares, con otros 500 aún en duda-, fueron el combo suficiente para la retirada del apoyo de Occidente, más teniendo en cuenta el temor de que el Frente, cuya victoria era anunciada, se alinease con el llamado “Este Comunista” en plena Guerra Fría.

Con este marco, tanto Clarín como La Nación, se mantuvieron en concordancia con estos pensamientos: rechazo a la dictadura nicaragüense y temor a los “elementos marxistas” de la Junta Revolucionaria.

El 30 de junio de 1979, Clarín entrevistaba a Somoza. Para a la guerrilla del FSLN, lo hacía denominándola de “agresión comunista internacional”, a la vez argumentaba que Estados Unidos se había prestado “tontamente al juego de la presión del terrorismo internacional”. Cuando se le preguntó por qué no era ayudado por su ex aliado, el dictador argumentó que “Hay un sector muy grande del gobierno de Estados Unidos que me está ayudando. Pero no es suficiente para desbaratar esta conjura internacional. Solo el sector que responde a Carter  está empecinado en que me vaya porque muchos de sus miembros son izquierdistas”. La Nación, el 15 de julio publicaba lo transcurrido en la conferencia de prensa de Somoza, ya exiliado en Miami, en el que resaltaba la conspiración “comunista” que estaba tras su salida: “Nicaragua es un punto estratégico de la región pretendido por el comunismo internacional, y una vez tomado se constituirá en base de expansión hasta el norte (México) y hacia el sur (Sudamérica)”. Tres días más tarde, nuevamente citando las palabras del General depuesto, que repetía el mismo concepto, se defendía explicando que él no fue “depuesto por el pueblo nicaragüense, sino por una conjura marxista internacional”.

La tesis de una izquierda global manipulando los lazos en Centroamérica, se multiplicaba en cada artículo: “Ayer un grupo de congresistas amigos de Somoza interpelaron al presidente Carter con motivo de los que calificaron como un renacimiento de la subversión castrista en América Latina” (Clarín, 5/7/1979), peligro de “efecto dominó, en caso de que el gobierno izquierdista reemplace los 43 años de dinastía somosista” (Clarín, 2/7/1979).

Por último, tanto Clarín como La Nación, defendían la postura norteamericana de limitar la cantidad de miembros de izquierda en la Junta de Reconstrucción Nacional impulsada desde Costa Rica por el FSLN. Estados Unidos, intentó –infructuosamente- hacer que la composición de la Junta estuviese dada por una mayoría de “moderados”, más afines al capitalismo occidental. Sin embargo, el sandinismo se mantuvo independiente de las presiones a este respecto.

Así, los matutinos, cuando el 20 de Julio el FSLN asumió el poder gubernamental, diferenciaban a cada uno de sus miembros en “marxistas” y “no marxistas”, “izquierdistas no marxistas”, “dudoso marxista”, “progresista”, etc. Pero como vimos anteriormente, siempre en tensión ante la posibilidad de que Nicaragua llevase a cabo una revolución socialista.

Ideología e información. Los grandes medios y el pensamiento represivo argentino

Nicaragua y Argentina estaban viviendo una dictadura en el gobierno nacional. Ambas dos estaban fuertemente comprometidas con Estados Unidos en su tarea represiva para acabar con las posibilidades de revoluciones socialistas a lo largo de América Latina. El gobierno del Proceso de Reorganización Nacional mantenía su discurso de lucha contra la ideología “atea y comunista”, base para el despliegue del terror hacia la sociedad. Nicaragua, como se mostró en palabras del propio presidente Somoza, lo  mismo. Pero, entonces, ¿Por qué no hubo un franco apoyo hacia el régimen por parte de los dos periódicos masivos argentinos?

Consideramos que como el somosismo ya había perdido todo apoyo público, tanto de Europa como Estados Unidos, estos diarios siguieron la misma línea. Pero su apoyo no era hacia el Frente Sandinista, el cual siempre de reojo era observado por su ligazón a Cuba y movimientos de liberación nacional, sino hacia los sectores democráticos aliados a Occidente. Por eso, no es raro que mientras en una editorial se elogiase a la dictadura argentina, unas páginas siguientes, se criticase a Somoza y sus aliados por anti-democráticos y la necesidad de la imposición de una república en territorio Centroamericano, aún así alejada del marxismo comunista.

 

Paradigma Guardiola: el club contracultural

En el último mes se escuchó por todos lados aquello de “jugar como el Barcelona”. Pero, ¿qué es jugar como el Barcelona? Matías Manna, analista puntilloso del Barça, creador del blog Paradigmaguardiola, explica de qué se trata el modelo catalán, que no es sólo pasarle la pelota a un compañero. “Yo creo que es una manera de sentir el juego, está relacionado con la idea de la vida. Muestran otra cultura de club: es contracultural en todos los sentidos”, cuenta Matías.
Si se imagina un equipo por encima de todos que juegue bien y que deleite a todo espectador que ve un partido, seguramente se estará pensando en el Barcelona español. Si se tienen que elegir unas Divisiones Inferiores consagradas que hayan dado origen, por ejemplo, al mejor jugador del mundo, se estará mencionando al equipo blaugrana. Si hay futbolistas que juegan igual sin importarle el lugar y la cancha, se piensa en el Barcelona Futbol Club. Pero, ¿qué es jugar como el Barcelona? ¿Cuál es la esencia de ese club? ¿Qué papel juega Guardiola en todo esto? Matias Manna, conocedor del club culé como pocos, creador del sitio web paradigmaguardiola.blogspot.com, lo responde desde el modelo de pensamiento y convicciones futbolísticas que defiende: el de Josep Guardiola, el de un club contracultural.
Nació casi como un juego. Como una forma de compartir, de expresar que ese modelo de juego que tanto le gustaba se estaba extinguiendo. Era 2001, Guardiola había pasado de jugar casi toda su carrera en el Barcelona a sumar una nueva experiencia en el Brescia italiano. Ya como jugador marcaba diferencias en el modo de pensar, en el modo de tratar con la prensa, en el modo de pedir en su primera conferencia de prensa los videos de los rivales a los que iba a enfrentar. Y eso a Matías Manna le llamaba la atención. Le llamaba la atención esa lucidez diferente del actual director técnico.
Hoy, a sus 27 años, está a punto de recibirse de entrenador en ADFA y es licenciado en comunicaciones con un posgrado en comunicación digital interacitva. Pero todo lo vuelca al fútbol. Todo análisis, toda interpretación la vuelca en meticulosos y rigurosos estudios sobre el juego, sobre el juego del Barcelona. También es asistente de cuerpos técnicos que lo llaman a su Rosario natal para pedirle consejos y que estudie a ciertos rivales. A la hora de elegir a donde colabora, también es meticuloso. “Trabajaría plenamente con alguno que enmarque la idea de juego del Barcelona o la idea de juego que defiendo. Si trabajo con algún cuerpo técnico estable tiene que tener eso”, afirma Matías. Su blog también es visitado por muchos técnicos que usan sus videos.
-¿De dónde surgió tu inquietud y ganas de armar una página sobre el pensamiento de Guardiola?
-En la década del 90 empezaron a trasmitir los partidos de la liga española por televisión en Argentina y pude ver al famoso “Dream Team” del Barcelona de esa época, el que dirigía Cruyff. Con eso empiezo a ver el fútbol de una forma distinta. Y el volante central de ese equipo era Josep Guardiola. A mí me llamaba la atención él desde un primer momento por su forma de ser. Lo trataba de imitar hasta cuando jugaba al fútbol porque era muy flaco, no corría más que los otros, no pegaba fuerte, no cabeceaba, hacía lo que hacía él. Siempre trataba de intuir la jugada, de llegar primero. Como no tenía el resto de las características quería imitarlo a él. Ya con la llegada de Internet, en 1998, 1999, empiezo a seguir más al Barcelona y me di cuenta de que Guardiola defiende una idea de juego que tiene que ver con la escuela holandesa, porque declaraba siempre a favor de ese modelo de juego, de ese conjunto de convicciones en las que yo también creo. Ahí me encariño más con esa figura y después en el 2001 deja el Barcelona y va al Brescia. Empiezo a hacer páginas web y hago Paradigmaguardiola con una idea fuerte: mostrar que ese pensamiento de juego se estaba muriendo. Estaba muriendo porque el Barcelona en un momento dudó de este estilo de juego y no había casi nadie que defendiera ese estilo de juego de la escuela holandesa y el que conocemos ahora. Decidí hacer el blog para defender esa idea.
-¿Esta idea de la escuela holandesa va más allá del fútbol? ¿Es una ideología?
-Sí, yo creo que es una manera de sentir el juego. Eso está relacionado con la idea de vida. Lo que piensa uno con respecto a una disciplina no se tiene que descontextualizar de lo que uno siente en la vida misma. Va de la mano. Hay un libro de David Winner “Brillant Orange” (Brillante Naranja) que habla de cómo surgió el fútbol total en Holanda, que tiene que ver y lo asemeja con la arquitectura de Amsterdam, dentro de la cultura de Holanda y dice eso.
-¿Por qué pensás que hay tan pocos equipos que defienden eso? ¿Por qué no se alienta a que existan más equipos que vayan por ese lado?
-Un poco de casualidad hay en todo. El Barcelona dio pasos hacia eso. En la década del 70 fue Rinus Michels que venía del Ajax, fue un paso grande. Luego a fines de 1980 apareció Cruyff y los primeros años no le fue bien en los resultados, pero después el Barcelona ganó su primera Champions League con él. Ganó y maravillaba con el juego, la gente se identificaba. Ese resultado ayudó mucho. Sin ese título, sin las tres ligas consecutivas, a lo mejor no estábamos hablando de esto hoy en día.
-¿Sin esos títulos quizás hubiesen vuelto para atrás en la idea?
-Sí, lo que pasa es que el Barcelona era igual que los otros clubes, no era distinto. Por ejemplo iba Menotti y jugaba a la Argentina, iba un inglés y jugaba a la Inglesa. Dependía siempre del técnico de turno que estaba al mando, como todos los clubes. Primero tienen esa idea de juego, después empieza a ganar y después se preocupa por crear una escuela de fútbol. Crea la Masia, esas Divisiones Inferiores increíbles, implanta el modelo de juego de todas las divisiones juveniles.
-¿Qué otros equipos tuvieron esta idea?
-La génesis del fútbol total se hizo en el Ajax de Michels de los 70. Ese equipo es la génesis y el lugar del desarrollo. Muchos equipos tratan de imitar al Barcelona y a ese sistema. Villarreal en algunas cosas, Borussia Dortmund en otros. La escuela holandesa es la fundamental, la selección holandesa en su momento también mostraba una idea de juego que tiene que ver con eso. Barcelona lo hace tan grande que muchos lo quieren imitar.
-Batista en un principio quiso armar un equipo argentino de cierta manera y lo empezaron a comparar con el Barcelona porque trató de poner un sistema de juego que para los números era parecido. ¿Es un error pensar al Barcelona solo como un sistema y no ver el proceso más grande que genera?
-No lo veo como error. Batista quería ganar. No encontraba mejor manera que tratar de copiar al Barcelona. En todas las disciplinas uno copia a los mejores y trata de imitarlos. En todas las áreas de la vida uno lo intenta realizar. La misma educación de querer estudiar y aprender de los mejores. Copiar las mejores cosas. Batista intentaba eso. El mayor problema de Argentina tenía que ver con que no es problema de nombres, sino de movimientos. El esquema o el sistema de posición que el Barcelona lleva como bandera, necesita que los jugadores sean muy colectivos. Que a lo mejor tengan que acostumbrarse a no tocar la pelota por mucho tiempo pero para beneficiar a otros. Y ese es el punto flojo del fútbol argentino que siempre nos destacamos por individualidades y después el juego colectivo es el punto flaco. Este sistema requiere que los jugadores sean, ante todo, colectivos. Pedro en la final de la Champions League del 2011 contra el Manchester hizo un gol, pero no tocó la pelota muchas veces. Él estaba muy abierto en el extremo y con sus movimientos hacía que dos rivales ingleses lo sigan constantemente en la marca. Era haciendo ese movimiento, hacía que Messi o Iniesta o Villa estén libres. Ese es un movimiento que requiere no tener un ego grande porque uno hace ese movimiento sabiendo que no va a tocar la pelota pero sí beneficiar a un compañero. Creo en eso. Argentina o el que quiera imitar al Barcelona el principal problema que tiene es que no tiene los movimientos que tiene el equipo español.
-¿Enmarcan  mucho las diferencias de egos entre Barcelona y Real Madrid, entre Mourinho y Pep Guardiola?
-Hablar de Mourinho y Guardiola es complicado. Entrenan muy parecido, pero lo que aplican en la cancha es diferente. Mourinho plantó una idea en el Real Madrid a la espera, al contraataque. Él se adapta mucho a la cultura del club. Eso también es un debate muy grande. Por ejemplo si Bielsa se debería haber adaptado a la cultura de Chile tendría que haber esperado, jugar con cinco defensores y no ir al ataque. El no se adaptó, llevó su idea a Chile y lo clasificó después de mucho tiempo al mundial y siendo uno de los mejores. Mourinho lo que dice es que se tiene que adaptar a la cultura del club. La del Inter o Real Madrid muestra que son equipos de contraataque. Sobre todo contra equipos grandes.  Eso también es un buen debate. Si Guardiola se va a otro club o a otro equipo él va a hacer semejante a la idea de Bielsa, defender su idea en el lugar en el que esté.
-¿Qué te genera  a vos hablar y ver al Barcelona?
-Por un lado hablo siempre digo que es un club modelo. Es un club contracultural en todos los sentidos. Tiene un caudal económico muy grande. Juveniles que los tratan de formar como personas antes que futbolistas. Muestran otra cultura de club. Otra forma de entender la vida a través de los clubes. Es un club contracultural también en el juego. Hasta la llegada de Pep, en Paradigmaguardiola jugaba a escribirle cartas a él, diciendo que era urgente que tome algún equipo diciendo que el fútbol se estaba convirtiendo en un juego físico. En un doble pívot. En un 4-4-2 defensivo. En la espera continúa. Nadie tomaba la iniciativa en el juego. Eso lo escribía en 2005. Cuando asume, ese equipo que me maravilló a mí en los 90, es como que algo de eso está ahí. Es un Dream Team mejorado. Guardiola aprende constantemente. Esa sensación de tener ideas, convicciones futbolísticas de este estilo de juego que a mí me gusta elevado a la máxima potencia con los mejores jugadores del mundo y hace que el equipo sea ganador y pueda mostrar eso que es lo que nos pasa a todos cada vez que juega el Barcelona: ponernos muy contentos por lo que expresa dentro de la cancha.

¿Juventud, divino tesoro?

Espantados por el mal fútbol que vemos todos los domingos y ahora también por el mal nivel de la Selección, fuimos a buscar las raíces del problema: las Inferiores. ¿Quiénes son los entrenadores que se encargan de formar a los que deberían ser los futuros cracks? ¿Por qué se los elige, qué se busca? Dirigentes y formadores, con visiones de lo más distintas, son los que contestan esas preguntas. A sólo unos días de que arranque otro Mundial Sub 20 sólo coinciden en una respuesta,  quizá la más preocupante: las camadas de jugadores ya no son las mismas que hace unos años.
Lejos parecen haber quedado aquellas épocas donde en los mundiales Sub-20 se competía por el segundo puesto porque el primero era  argentino. De principio a fin, empezando por Japón 79 y siguiendo por la insuperable racha: Qatar 95, Malasia 97, Argentina 2001, Holanda 2005, Canadá 2007. Argentina supo acumular más mundiales juveniles que ninguno y el mito fue acrecentándose. No sólo por los trofeos, sino por esa preciosa idea que supieron llevar Pekerman y Tocalli: tocar la pelota. La fama estaba hecha y, al parecer, nos echamos a dormir. Clasificamos a los Juegos Olímpicos 2008 raspando, luego en el posterior sudamericano priorizamos el Mundial y nos quedamos sin la chance de defender la dorada en Río 2012. Sumado al reciente fracaso de la Sub-17 y de cara al mundial Sub 20 que empieza a fin de este mes, el debate se establece: ¿por qué ya no marcamos la diferencia? ¿Por qué se abandonó la idea de juego? ¿Por qué se fueron los entrenadores que habían marcado un rumbo brillante? Estas preguntas abren juego a algunas más: ¿Qué nos pasa ahora? ¿Quiénes están al frente de los pibes? ¿Dónde está la causa del retroceso? Para poder entender un poco más la triste involución, Nos Digital consultó a los protagonistas para darles la chance de defender su trabajo, de explicarnos por qué ya no somos lo que éramos. Técnicos y coordinadores de Inferiores, también dirigentes, explican cómo, quiénes y por qué se eligen  los técnicos de las Inferiores: ¿Quiénes son? ¿Están capacitados? ¿Es lo mismo estar al frente de una Primera que al frente de adolescentes? ¿Alcanza con ser ex futbolista? Posicionados en la figura del entrenador, tratamos de entender que le pasa al fútbol juvenil argentino, la piedra fundamental del juego chato y gris que arrojan los más grandes.
Nicolás Russo, presidente del Lanús, cuenta cómo se eligen los técnicos en una institución que hace rato marca la diferencia: “Nosotros como club trabajamos de una manera muy particular, no puedo opinar de los demás. Apostamos en gran parte a ex jugadores o a ex colaboradores que han trabajado en la Primera del club. Tenés que tener capacidad, honestidad, compromiso. Nos manejamos con gente de Lanús, aunque no sólo por eso están trabajando sino por sus capacidades. Nos va muy bien. No conozco lo que pasa en otros clubes, sus criterios. Sólo hablo de los nuestros.” Esta reivindicación de lo propio y la no opinión de lo ajeno es una constante de los protagonistas, como lo indica Ariel Wiktor, DT de la 4ta división de Independiente: “No alcanza con ser ex jugador del club. No te capacita. Lo más importante es el trato hacia al chico. Estás dirigiendo chicos, no jugadores profesionales. La verdad, no puedo hablar de otros clubes, pero en Independiente los entrenadores se eligen por los coordinadores sabiendo que esas personas sepan tratar a chicos. Los han puesto teniendo en cuenta esa característica. Quizá tengamos una generación de jugadores de menos calidad. Pero en Inferiores y en el fútbol argentino se está trabajando muy bien. Si no estamos bien en juveniles es porque no tenemos la misma calidad de jugadores que antes, pero los técnicos que están ahora, en los casos que conozco, son personas capacitadas. Estamos en un muy buen camino”. En la misma línea, Enrique Borrelli, coordinador de las Divisiones Inferiores del Rojo, dice: “Yo soy formador de entrenadores. Un entrenador por más que sea ex futbolista debe prepararse. En el club no permitimos gente que no sea profesional. Sin título aquí no se trabaja. Buscamos un perfil de un conocedor del tema, con capacidad y con perfil docente”. Borrelli va un poco más allá y da la cara por el resto del fútbol argentino: “Considero que en Divisiones Inferiores se trabaja muy bien en muchos clubes. Hay muy buenos entrenadores.  Lo que no puedo hacer es opinar de la elección de coordinadores de otras instituciones. Pero lo cierto es que hoy trabajamos con mucho más conocimientos y profesionales que en la era Pekerman. Lo digo porque trabaje en aquella etapa y en esta. Lo que pasa es que las camadas de futbolista no son las mismas”.
Según los protagonistas las causas del mal juego no están allí, en las Inferiores, o en la figura del entrenador. Sino en que la calidad técnica de los futbolistas ya no es la misma. Wiktor lo asocia a un problema “cultural”, es decir, que “tiene que ver con que no se le da tanta importancia al fútbol en Argentina”.  Borrelli añande otra cuestión: “No veo dónde está la crisis del fútbol argentino. No se juega de la mejor manera, pero tiene que ver con la presión que genera la primera categoría sobre el entrenador. Nada más que eso. En Inferiores se juega bien, hay excelentes futbolistas.” Mientras que Nicolás Russo opina que el problema está en que “se van jugadores de jerarquía muy rápido, a veces sin debutar. Los jugadores que hacen la diferencia duran poco.” Las causas, entonces, parecen no estar en las Inferiores, parecen ser periféricas al gran pilar del fútbol argentino. Las partes, es decir, los clubes, funcionan bien. Según sus propios artífices los clubes son un relojito. Pero el conjunto se evidencia solo. Domingo a domingo la crisis salta sola, sin ayuda de nadie: se juega mal. Muy mal. Cuesta entender cómo un problema estructural no tiene raíz en su estructura, tan simple como eso. Si la primera es consecuencia de las Inferiores, las Inferiores no están de la mejor manera. ¿Entonces?
Buscamos otras voces, otras campanas que puedan hablar de lo que no se puede hablar. Que se atrevan a decir que sí, que hay fallas, problemas, déficits futbolísticos en las Inferiores. El preparador físico de la reserva de Boca y profesor del Instituto Superior del Deporte Carlos Borzi nos cuenta cómo se deberían elegir a los técnicos en Inferiores: “un DT ideal para una juvenil debería ser apasionado por conocer y descubrir formas de entrenar a un futbolista; disfrutar al  enseñar, a  desarrollar los elementos de la técnica y las conductas tácticas tanto individuales como grupales; ser un estudioso de la teoría del aprendizaje de la técnica y de la táctica; conocer las posibilidades y necesidades biológicas, motoras, psicológicas, intelectuales y morales del individuo según la edad; manejar métodos y ejercicios que exijan al deportista en forma progresiva y eficiente hasta lograr los objetivos planteados en técnica, táctica y capacidad competitiva; preocuparse por la evolución general del futbolista y  no solo en el resultado del partido; tener experiencias en la práctica deportiva sobre todo en fútbol. En un concurso para su selección estos puntos deberían ser tenidos en  cuenta para ser incorporado al cargo de director técnico de categorías infantiles y juveniles. Es difícil encontrar a directores técnicos que reúnan estas condiciones, por lo general pesa mucho el haber sido jugador de Primera o simplemente haber jugado varios años”. La realidad es otra: “Generalmente se proponen los DT para el fútbol formativo por un dirigente, allegado, u otro integrante de un cuerpo técnico que trabaja o ha trabajado en la institución. Las recomendaciones suelen basarse en que fue jugador profesional; tiene experiencia en entrenar equipos amateur;  ha ganado torneos en otra institución; es buena persona, tiene experiencia, no tiene trabajo y cobraría poco; es ex jugador del club y quiere o necesita trabajar; fue un ídolo del fútbol; tuvo una reconocida labor en otro club; fue jugador, es profesor en educación física y quiere trabajar con chicos; es familiar de un dirigente o de un allegado al club”. Incluso la Selección trabaja así. Lo dijo Carlos Salvador Bilardo, el coordinador de selecciones nacionales: “acá sólo van a trabajar los que hayan jugado con la camiseta argentina”. Ese es el mérito que deben tener los entrenadores que están a cargo de lo que deberían ser los futuros cracks. Borzi, además, explica: “Antes, los pibes venían con muchas horas de potrero, tenían su desarrollo técnico propio. Ahora los chicos no juegan más en la calle, entonces se evidencia la metodología del entrenador, se torna imprescindible. Para mejorar su técnica hay que trabajarla muchas horas. Allí  no se está trabajando analíticamente sobre la técnica. Todas las horas de potrero deberían utlizarse en el club para desarrollar la técnica y el juego”.
La disonancia, en este caso, genera esperanza. Algún problema en Inferiores hay. Suena más lógico. Algunas partes del adentro lo reconocen. Otras, sólo se atreven opinar sobre lo que queda en las cuatro paredes de su club que, según cuentan ellos mismos, funciona muy bien. Hay una realidad ineludible, la que las cámaras crueles y los ojos que duelen filman, todos esos pelotazos sin sentido. Borzi lo resume en una pregunta lógica, básica: “¿Cómo vas a tener un fútbol tan feo si todo está tan bien?”. Los entrenadores, una vez más, están en el centro de la escena. Algunos serán víctimas, otros serán cómplices y, también, como siempre queda un puñado que todavía resiste.

¿Seguridad para quién?

 

El Acuerdo sobre Seguridad Democrática viene a hacerle frente pensando a la represión y estigmatización diaria, de los que solo algunos casos se hacen públicos: Luciano Arruga, los docentes de Santa Cruz, Rubén Carballo en el recital de Viejas Locas, los Qom. Aquí, las propuestas.

 

La idea es que existen hoy dos modelos o paradigmas en materia de “seguridad”: A)  punitivo   B)  democrático

Quienes integran el Acuerdo sobre Seguridad Democrática (ASD) también hablan de:    a) viejo    b) nuevo

Y aquí sus valoraciones. Uno es el mismo de siempre, el de ahora, aquél germen que dejó la dictadura y se consolidó en los ´90 gracias a la delegación de las políticas de seguridad a manos de las instituciones policiales: detenciones arbitrarias, torturas y muerte. Otro, el de las políticas “democráticas”, la respuesta necesaria. También es una búsqueda: no sabemos bien cuáles son ni hasta dónde podrán llegar. Y una esperanza: esperemos que lleguen lejos.

El ASD es hijo de un contexto histórico que, entre otras cosas, va en sintonía con la creación reciente del Ministerio de Seguridad. Es un grupo multisectorial, es decir, que integra profesores, intelectuales, políticos y militantes que desde hace años vienen empapados en causas sociales y por los derechos humanos. Nunca han podido formar parte del trazado de las agendas políticas, ni ahora. Se dicen “asesores” del Ministerio (la propia Nilda Garré expuso en su inauguración) y se ofrecen para lo que mejor saben: pensar. Muchos de ellos, inclusive, integran el Comité Provincial para la Memoria, el cual acaba de sacar su Informe anual 2011 que registra las estadísticas y análisis recogidos durante 2010 sobre las políticas penitenciarias, de seguridad y niñez. En él configuran un diagnóstico desgarrador de este paradigma punitivo: de 2009 a 2010, aumentaron los casos de secuestros, represión, torturas y muertes en las cárceles bonaerenses. También ganó la impunidad judicial. Algo había que hacer.

 

El paradigma punitivo

Según ellos mismos lo describen, el modelo punitivo podría quedar resuelto en estos pocos puntos (los ejemplos son agregados):

  • Expansión de la seguridad como política principal del Estado, postulando que los efectos de los conflictos sociales que la desigualdad y la pobreza generan se solucionan por vía del sistema penal. Ejemplo: construcción del otro delincuente como aquél no incluido, desarrollando un enfoque clasista y discriminador.
  • Pierde de vista la multicausalidad del delito y la necesidad de que el Estado actúe en común para reducir la violencia y el delito. Ejemplo: llaman a endurecer las leyes y a dar más poder a la policía.
  • Utilización de la policía bonaerense como control social sobre los segmentos más empobrecidos y jóvenes de la sociedad. Ejemplo: reclutamiento por parte de policías de pibes para robar.
  • Delegación de las políticas públicas de seguridad en la policía. Ejemplo: unificación de la carteras de Justicia y Seguridad, delegando el control de esta última en manos policiales.
  • El autogobierno policial desarrolla una corporación desprofesionalizada, con presión administrativa arbitraria desde la cúpula. Ejemplo: depuración del personal jerárquico de la fuerza policial; despojo de poder a las estructuras civiles del ministerio.
  • Se han incrementado las represiones policiales frente a manifestaciones pacíficas de vecinos (…) No reprimir la protesta social es una clave del Estado democrático, no constituye de por sí una política de seguridad. Ejemplo: reiteradas veces se ha reprimido salvajemente a los vecinos de Vicente López que se manifestaban contra construcciones que entienden son un daño al ecosistema.

La seguridad pública se construye así sobre una matriz autoritaria, militarizada y discriminatoria. Y extiende un concepto de seguridad que no representa a todos los ciudadanos. El aval social y judicial que hacen a este modelo impune se pueden sintetizar de dos modos: la seguridad trabaja sobre el miedo al “otro”, que es joven, empobrecido, morocho, argentino o inmigrante. Y la justicia actúa irregularmente tanto omitiendo elementos clave, alterando la escena del crimen o desatendiendo medidas urgentes. Es increíble pero no existen protocolos de actuación e investigación ante los casos de muertes o ejecuciones policiales. Por ejemplo, no se investigan las omisiones funcionales o el incumplimiento de los deberes de funcionario público. Inclusive muchas veces la investigación penal llega a estar a manos de la misma fuerza policial.

La noción que sobrevuela al análisis es que las políticas no son “erradas” en sí mismas, es decir, que quienes las proyectan son “incapaces”, sino que lo hacen de acuerdo a discursos y lógicas discriminatorias y clasistas. ¿Qué rol juegan, por ejemplo, los medios al moldear esas subjetividades? ¿Qué nos dicen cuando rotulan “zona peligrosa” al conurbano bonaerense? El modelo punitivo trabaja también sobre la objetivización de esas nociones imparciales y que son propias de las clases medias y altas: mano dura, más poder a la policía, militarización de la pobreza, etc. Sus resultados son comprobadamente fracasados.

 

El paradigma democrático

El Acuerdo de Seguridad Democrática nació a fines de 2009 como anticuerpo del discurso de la mano dura y el actuar policial. Muchos de sus integrantes forman parte del conocido Comité Provincial para la Memoria, y de una de sus patas, el Comité Contra la Tortura, que año tras año publica un minucioso análisis sobre las políticas penitenciarias, de seguridad y niñez implementadas en el conurbano bonaerense. A fuerza de datos, estadísticas y casos concretos, el trabajo sobre la provincia les permitió entender que, a la par de esos “discursos fascistas”, se daba la construcción de un “otro” morocho, empobrecido, adolescente, quizá inmigrante: ése era el delincuente. El quehacer judicial confirmó la impunidad con que se movían los policías a la hora de aunar teorías y prácticas: las detenciones arbitrarias, o las inauguradas como “merodeo”, “actitud sospechosa”, “nerviosismo”, daban amplio margen de interpretación. La criminalización de ciertos grupos se develaba en amenazas, secuestros, torturas y hasta muertes. Unos pocos casos conocidos, como el de Luciano Nahuel Arruga, encarnan lo que es en verdad una práctica sistemática e interior a la lógica de esa “seguridad”. La pregunta: ¿seguridad para quiénes?

Lo “punitivo”, en este caso, se da por el endurecimiento de las penas y castigos y el esfuerzo por diseñar figuras penales de amplia interpretación y que, en definitiva, dejen a manos de las instituciones policiales la gestación de las políticas de seguridad. Entonces: la discusión del Acuerdo plantea un cambio de eje: no solamente hay que trabajar sobre las policías, las penas y los castigos, sino sobre la multicausalidad que antecede al delito: el acceso a la salud, a la educación, a un trabajo digno, a la vida.

 

El Acuerdo de Seguridad Democrática casi que inaugura la invención de un término: seguridad democrática. Aunque en su definición se amontonan subjetividades, la segunda palabra redefine a la primera. En oposición a lo “punitivo”, las políticas así entendidas tendrían en cuenta la prevención y multicausalidad del delito. En el comunicado que los inauguraba en aquél 2009, dijeron: “El ASD surgió como una alianza multisectorial destinada a diseñar e implementar políticas que brinden soluciones eficaces frente al problema de la inseguridad, desde una perspectiva respetuosa de los derechos y las libertades de los ciudadanos”. El Estado es entonces quién debe intervenir con “políticas sociales fuertes” para enmendar esos derechos esenciales y negados; por otro lado, se plantea intervenir la institución policial a partir de su control civil y una reestructuración.

Ahora, el desafío es que no queden en propuestas. Cierto es que el Ministerio de Seguridad ha prestado un oído a las voces del Acuerdo de Seguridad Democrática. De hecho, en su presentación de este 2011 expuso la propia Nilda Garré junto a Horacio Verbitsky, una especie de “padrino” del Acuerdo. En esta línea, hasta ahora, el 4 de abril de 2011, la ministra presentó el Plan de Participación Comunitaria en Seguridad, un dispositivo que permitirá diseñar, implementar y controlar políticas públicas en materia de seguridad con la intervención de los ciudadanos. Según sus palabras, “se propone algo sencillo, efectivo y de fondo: escuchar a la gente, conformar espacios orgánicos para que la comunidad participe activamente en la elaboración y control de las políticas públicas en Seguridad”. Y no mucho más. La represión a los docentes santacruceños o el trato al pueblo qom de Formosa escinden estas teorías de la práctica efectiva del gobierno. Los muertos y torturados y hacinados en las cárceles no pueden esperar. Los jóvenes marginados y perseguidos tampoco. Las buenas intenciones, cuanto antes, deben vestirse de realidad.