El 17 de diciembre, 17 años después, un sospechoso taxista dijo saber dónde estaba el cuerpo de Miguel Bru; en un cañal de Berisso, días después, se encontraron tres piezas óseas y una suela de zapatos, que están siendo cotejadas por el Equipo Pericial de los Tribunales de La Plata. Hablamos con Rosa Schonfeld, su madre, que nos cuenta sus dudas, pálpitos y esperanzas.
¿Y vos que pálpito tenés, Rosa?
Yo creo que sí, que son restos de Miguel. ¡Si parecía una tumba el lugar donde estaban!
Las versiones más novelescas hablan de un hombre, taxista, que aseguró que un pasajero le reveló dónde estaban los restos de Miguel Bru, ahora, 17 años y decenas de rastrillajes después.
Otras más entendibles sugieren que este hombre rompió un eslabón en la cadena del encubrimiento, que no es taxista, o al menos que no fue un pasajero quien le confió los detalles.
Lo cierto es que se habló de una parcela bien concreta de un predio en Berisso donde, desde el lunes 20, se sucedieron rastrillajes y pericias varias: primero se encontró una especie de tumba, con cerámicas debajo de la tierra y palos atravesados; luego el fiscal ordenó separar a la Bonaerense de las excavaciones, por lo que todo se demoró; recién el miércoles 23 se hallaron los primeros restos óseos.
Yo creo que sí, que son restos de Miguel…
Las tradiciones marcan que no hay como el pálpito de una madre. Pero la Justicia no conoce de brujerías y ya mandó a cotejar los restos para determinar primero, si son humanos, y luego si coinciden con los ADN de Rosa y Néstor Bru.
Los optimistas se animan a adelantar que sí, que por las formas y consistencias los restos parecerían humanos.
Pero las pruebas de ADN recién se conocerán recién 45 días.
Mientras tanto…
Yo creo que sí, que son restos de Miguel…
Miguel estudiaba periodismo en la Universidad de La Plata hasta aquel 1993 en que fue desaparecido. Vivía en una casa tomada junto a varios amigos, donde había sido ya víctima de violentos allanamientos sin sentido: una vez, los mismos policías de la Comisaría novena irrumpieron rompiendo instrumentos a punta de pistola, acusando una denuncia por “ruidos molestos”. Miguel denunció al personal policial por irregularidades
La historia de la desaparición del joven periodista se remonta a la casa tomada donde vivía con amigos, donde fue víctima de allanamientos policiales sin sentido, violentos, a punta de pistola, con detenciones. Miguel denunció entonces al personal policial por irregularidades, y todo empeoró. Comenzó a ser perseguido por civiles y autos que le aseguraban la muerte si no retiraba la denuncia…
El 17 de agosto de 1993 Miguel salió de La Plata para cuidar una estancia a 50 kilómetros de la ciudad, y nunca más volvió.
Apareció en cambio su bicicleta, intacta, y parte de su ropa a orillas del Río de La Plata, cerca de la estancia. Las sospechas sobre la policía se volvieron cuasi certezas cuando las comisarías de la zona se negaron primero, a tomarle la denuncia a Rosa, y luego, a buscarlo a Miguel.
El entonces juez a cargo de la causa era Amílcar Vara, sostuvo por años la carátula de “averiguación de paradero” y no dejó a la familia Bru intervenir como “particular damnificado” por una frase escalofriante: si no hay cuerpo, no hay delito. En el tiempo en que estuvo a cargo de la investigación, que no fue, ni un cuerpo sugiere interpelar a la policía.
Fue finalmente destituido y enjuiciado políticamente al comprobársele irregularidades en 26 causas distintas en las que estaba involucrado el personal policial.
El caso dio entonces un vuelco abrupto. Se tomaron declaraciones de testigos de la comisaría 9ena de La Plata, quienes aseguraron haber visto entrar a Miguel ese 17 en que desapareció, y ver cómo era torturado con la tortura conocida como “submarino seco”: bolsa de nylon en la cabeza, golpes en el estómago.
Los libros de acta de la comisaría registran la entrada de Miguel Bru, aunque luego ingenuamente borrada y tapada.
Estas pruebas y muchas más condenaron a prisión perpetua a Justo José López y Walter Abrigo, en 2003, acusados de tortura seguida de muerte, privación ilegal de la libertad y falta a los deberes de funcionario público. también el comisario Juan Domingo Ojeda y el oficial Ramón Cerecetto fueron condenados a dos años de prisión, pero recuperaron su libertad apenas a los ocho meses.
Hasta aquí, la historia que fue.
La familia Bru, a través de su asociación (www.ambru.org.ar/) pidió desde entonces el procesamiento de todos los policías de la comisaría 9ena, del juez Vara, y por la aparición del cuerpo.
¿Qué significa la aparición del cuerpo 17 años después, condena mediante?
La primer pregunta y el reclamo más fuerte de toda nuestra lucha fue siempre saber dónde esta Miguel. Cuando terminó el juicio nuestro defensor me llama y me dice: “Rosa, podemos ofrecer una reducción de pena si ellos colaboran para encontrar a Miguel”. No hay ningún tipo de problema, ofrézcala; no me interesan más o menos años, yo quiero saber dónde está Miguel. Si bien hubo un juicio, nosotros necesitamos saber dónde está Miguel. Recién ahí va a haber justicia.
Se trata entonces de sanar la gran paradoja del caso Bru: sin cuerpo, dieron cuenta del delito gracias a testimonios, peritos, declaraciones. Lograban cerrar la herida que inauguró la dictadura y que Rosa escuchó en boca del juez Vara.
Pero la posible aparición de los restos de Miguel sugieren también investigar quién fue el informante anónimo, de identidad reservada, que como dijeron muchos medios “se presentó ante el fiscal y le dijo sé donde está el cuerpo de Miguel Bru”. Rosa se ríe ante tales versiones.
“No es tan anónimo. El fiscal venía manejando la fuente desde hace un tiempo. En estos casos, no se entiende lo de la identidad reservada. ¿Cómo sabe este tipo la parcela exacta dónde está Miguel? No estoy sugiriendo nada, pero viendo el lugar me parece que esta persona es más que un simple taxista como dice el fiscal…”.
Rosa respira.
Me avisa que va a decir una locura.
Que la entienda.
“Si fuera uno de los cómplices o asesinos de Miguel igual se lo agradecería, así terminamos de una vez por esto”.
Es una locura.
La entiendo.
Sólo le importa Miguel.
Archivo por meses: enero 2011
Conquistas y desafíos del cine latinoamericano
Las leyes de cine en la región proclaman como objetivo promover el cine como forma cultural en pos de generar una identidad. Pero se enfrentan al monstruo Hollywood que obnubila y destruye. ¿Cómo reemplazarlo en las pantallas grandes y chicas? ¿Cómo aprovechar el cine digital? ¿Cómo financiar más producciones?
El cine latinoamericano promueve y modifica constantemente sus leyes. El último 16 de diciembre fue Perú el país que sancionó una, aunque discutida. Argentina y México van a la vanguardia, pero también Venezuela propuso medidas importantes en los últimos años. Como resultado, este año, La Teta asustada, peruana, El secreto de sus ojos, Sin Retorno, Carancho y Rompecabezas, argentinas, Biútiful y Chicogrande, mexicanas, Postmortem y La Nana, chilenas, recibieron premios internacionales. Pero quedan todavía pasos por dar para que la cantidad sea más representativa en festivales.
Desde 2003, ya, Armando Robles Godoy, peruano-estadounidense, aseguraba que su película Imposible Amor se estrenaría tarde porque había “una dimensión cinematográfica en Perú y estaban sometidos al monopolio. Argentina o Brasil tienen una ley de protección del cine nacional contra ese monopolio de facto”.
Fernando Epstein, productor de Gigante, decía, en referencia a su país de origen, Uruguay: “Lo que necesitamos para que la industria del cine sea prolífera es una Ley de Cine que sirva para financiar las películas”, y destacaba la de Argentina: “Su ley establece que todas las entradas de cine que se venden pagan un impuesto que va al Instituto de Cine y con eso se financian más de 40 películas al año. Eso implica aplicar la idea de que el cine no es solamente una actividad comercial, sino más bien cultural porque se produce más y eso genera diversidad e identidad cultural propia, gusto o costumbre de ver cine local, y también muchas fuentes de trabajo”.
Liliana Mazure, la presidenta del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales, presentó un proyecto en 2008 para considerar la actividad cinematográfica no más como un servicio, sino como una industria para que las productoras puedan acceder a programas de fomento y a exportar sus productos en igualdad de condiciones con otras industrias, pero reconoce que “hay una cantidad excesiva de sectores dependiendo de los subsidios del Estado”. A su vez, reconocía por aquel año, que para que el cine funcione como industria, había que resolver el tema de la comercialización y la exhibición. La nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual solucionó el tema.
“Los licenciatarios de servicios de televisión abierta deberán exhibir en estreno televisivo en sus respectivas áreas de cobertura, y por año calendario, ocho (8) películas de largometraje nacionales, pudiendo optar por incluir en la misma cantidad hasta tres (3) telefilmes nacionales, en ambos casos producidos mayoritariamente por productoras independientes nacionales, cuyos derechos de antena hubieran sido adquiridos con anterioridad a la iniciación del rodaje. Todos los licenciatarios de servicios de televisión por suscripción del país y los licenciatarios de servicios de televisión abierta cuya área de cobertura total comprenda menos del veinte por ciento (20%) de la población del país, podrán optar por cumplir la cuota de pantalla adquiriendo, con anterioridad al rodaje, derechos de antena de películas nacionales y telefilmes producidos por productoras independientes nacionales, por el valor del cero coma cincuenta por ciento (0,50%) de la facturación bruta anual del año anterior82. Las señales que no fueren consideradas nacionales, autorizadas a ser retransmitidas por los servicios de televisión por suscripción, que difundieren programas de ficción en un total superior al cincuenta por ciento (50%) de su programación diaria, deberán destinar el valor del cero coma cincuenta por ciento (0,50%) de la facturación bruta anual del año anterior a la adquisición, con anterioridad a la iniciación del rodaje, de derechos de antena de películas nacionales”.
“Para nosotros, esa ley es un tema de supervivencia”, rogaba Mazure.
En Perú, el último 16 de diciembre se aprobó la Ley Procine que elimina el impuesto municipal de las entradas de cine y establece que los exhibidores y distribuidores aporten el 3,33% de la taquilla de los lunes a un fondo ProCine. Christian Wiener, presidente de la Unión de Cineastas Peruanos, explicó que el cine nacional está sumiso hacia las grandes transnacionales de Hollywood, lo que hace que las películas peruanas se reproduzcan en los peores horarios. Por lo tanto, le enviaron una carta al presidente Alan García para que revise el proyecto antes de promulgarla.
Por otra parte, denuncia concentración de las técnicas y de la información, lo que tiene como consecuencia que los ganadores de los concursos sean siempre los mismos.
Lo que hace, puntualmente, la Ley de Cine peruana es crear el Fondo Procine para reemplazar los aportes del Estado. De esa manera, la promoción del cine peruano se privatizó y ya depende solamente de los aportes de distribuidores y exhibidores.
En Colombia, la ley reconoce como su objetivo “facilitar la producción de películas y contribuir a convertirla gradualmente en una industria sostenible”, a través de dos mecanismos de fomento: el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, que recibe los dineros recaudados a través de una cuota parafiscal que pagan los exhibidores, distribuidores y productores como resultado de la exhibición de obras cinematográficas en el territorio nacional, monto que vuelve al mismo sector cinematográfico; y el otorgamiento de estímulos tributarios para inversiones y donaciones a proyectos cinematográficos: Se trata de una deducción a los impuestos de donantes e inversionistas en proyectos cinematográficos colombianos, contribuyentes del impuesto a la renta.
En Venezuela, la última modificación de la Ley de Cine en Venezuela propone el acceso a películas de todo el mundo, no solo locales, para sacarle el monopolio estadounidense. El objetivo es diversificar el cine que ve el pueblo venezolano. El Ministro del Poder Popular para la Cultura, Farruco Sesto, espera que la normativa logra garantizar que la películas nacionales tengan el espacio que merece en las distintas salas. “Después, el público tendrá la palabra, si al pueblo no le gusta, tendrá más o menos taquilla, pero que el espacio esté garantizado suficientemente”. Además, la Ley de Cine bolivariana contempla, a la vanguardia latinoamericana, la copia de películas extranjeras en el país, para estimular la labor de los laboratorios.
El objetivo de la actual Ley de Cine mexicana dice ser la promoción de la producción, distribución, comercialización y exhibición de películas, así como su rescate y preservación, procurando siempre el estudio y atención de los asuntos relativos a la integración, fomento y desarrollo de la industria cinematográfica nacional.
Su artículo 3 sí reconoce, a diferencia de la Ley argentina, a la actividad cinematográfica como una industria, y, como agrega el 14, “de interés social”.
El artículo 19 dispone que los exhibidores reserven el diez por ciento del tiempo total de exhibición, para la proyección de películas nacionales en sus respectivas salas cinematográficas, salvo lo dispuesto en los tratados internacionales en los cuales México no haya hecho reservas de tiempo de pantalla. Además, “toda película nacional se estrenará en salas por un período no inferior a una semana, dentro de los seis meses siguientes a la fecha en que sea inscrita en el Registro Público correspondiente”.
En Cuba, el paradigma es otro. Su cine, como toda su actividad cultural, debe ser Revolucionario. Omar González, presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, sostiene que el arte debe ser inclusivo y responsable. Busca un cine que tome distancia de lo mercantil analgésico para el espectador. “El nuestro es un cine que parte de la honestidad intelectual y de un compromiso con la realidad”, declaró a El Jirillo.
Su Ley de Cine promulgada en “el año de la Liberación” (1959) establece simplemente que, para facilitar la distribución y explotación de los films cubanos en el mercado interno, existe un sistema de cuotas justo y proporcional que garantice a la producción nacional.
Los países latinoamericanos se van mostrando entre ellos cuál sí puede ser el camino para generar una ley de cine que genere interés social, que sea una industria, que se independice de los estereotipos hollywoodenses y trace su propio camino, que se vuelva exportable, que tenga promoción interna en cines y televisión y que sea pasible de ir amoldándose a las nuevas tecnologías.
El kuelgue paradise
El Kuelgue lleva más de seis largos años tocando pero recién acaba de editar su disco debut, “Beatriz”, y apenas días más tarde lanzó su primer videoclip. Los chicos se toman la música con calma, juran que no sueñan con llenar estadios y cuentan como es no hacer rock en Argentina.
¿Cómo fue que decidieron hacer un video en medio de la presentación del disco?
Julián: En verdad, como estamos hace seis años, lo raro es que el disco haya llegado tan tarde.
Santiago: Es que no hay ninguna empresa ayudándonos o marcando los tiempos. Tanto el disco como el video son producciones independientes, entonces si hay tiempo y ganas lo hacemos.
Julián: Además se nos facilita por los amigos que tenemos. Gracias a ellos tenemos acceso a dos o tres cámaras, a islas de edición…. y tenemos la suerte de que son muy talentosos.
¿Cómo fue la experiencia de grabar su primer videoclip?
Santiago: Teníamos ganas, no sabíamos de qué tema iba a ser, ni cuál de las ideas que estaban dando vueltas iba a resultar. Juan fue el que le puso pilas a fondo. Mientras, presentábamos el disco en Niceto. Estábamos con muchas cosas y sin embargo intentamos hacerlo todo junto, algo que yo pensaba que no iba a funcionar…y que funcionó muy bien (risas)
¿La producción es independiente?
Julián: Sí, todo. Era un remolino de gente trabajando. Hablamos con Motion Ideas, una productora formada por un grupo de amigos, que hacen videoclips. Hay un circuito de gente que trabaja en publicidad, en vestuario, en diferentes cosas, y cada uno aportó. Es horrible el término, pero somos como una gran familia.
Puede ser un buen título…
No nos gusta pero somos una gran familia…como una gran y horrible familia.
¿Por qué tardó tanto el primer disco?
Julián: Creo que está bueno que haya sido así. No sé si me gustaría que lo que hacíamos seis años atrás estuviera grabado. Y también porque es un poco el camino inverso a la idea de la banda de rock. Grabar un disco, ir a tocar en vivo, que tus treinta amigos prendan una bengala, soñar con tener chicas y querer tocar en el Quilmes Rock. Lo nuestro es todo al revés. Quisimos dejar de lado la ambición ansiosa, y seguir como empezamos nosotros, tocando para divertirnos. Pasarla bien entre amigos, tomando cerveza y zapando, y que quedara algo.
Juan: No es que uno dijo: “Bueno, yo soy tecladista, vos hacés esto, él lo otro”. Se fue dando todo espontáneamente. Hoy sí, ya estamos en otra etapa en la que quizás hay que tomar decisiones más comerciales. Pero estamos tranquilos igual con la idea de no perder nuestras ganas. Se le puede decir que no a muchas cosas, hay que pensar un poco ese rumbo.
¿Tienen alguna postura en cuanto a la descarga directa?
Julián: El disco creo que ya está en Taringa. Hay muchos taringueros en la horrible familia, pero eso está bueno también. Y además hay todo un circuito que permite que en Japón estén consumiendo música de Argentina. Se meten en iTunes y bajan los temas… cosas que pasan.
Santiago: Somos hijos del MP3 y bienvenido. También nos pasó que tuvimos el master del disco mucho tiempo antes de que nos dieran todas las cajas, la imprenta, toda esa cosa. Y un poco por la ansiedad, antes de que estuviera en Taringa se puso online. Que se venda un poco antes y después ya fue, muchachos, súbanlo a todos lados, regálenlo, cópienlo. Es valioso ver cómo a mucha gente, teniendo la opción de tenerlo gratis le parezca justo comprarlo.
¿Ahora el plan es seguir tocando?
Julián: Hicimos la presentación oficial del disco en Niceto, y el sábado pasado terminamos en Castorera. Posiblemente en enero toquemos en Niceto nuevamente.
Santiago: Pero creo que hay más ganas de intentar salir por ahí a dar vueltas, fuera de capital, durante el verano. Y en marzo capaz hacer algo acá grande con algunos invitados.
¿Cómo componen las letras?
Julián: Van saliendo, nos ponemos a hacer música e improvisamos. Antes grabábamos todo, después lo escuchábamos y pasábamos en limpio lo poco lúcido que había. Por ahí habían pistas que duraban una hora y media.
Juan: Igual cambió un poco el sistema. Porque los temas son más complejos que antes y porque en una cadencia de tres mil acordes es difícil improvisar tanto. Pero igual no hay ninguna letra ensayada que alguno haya venido a decir: “Escribí esto pensando en Fito Páez, ¿a vos qué te parece?”. Sale un poco en conjunto con la música.
Ignacio: Durante los seis años la forma de componer cambió en cuanto al método, pero todo tiene parte de la misma esencia.
¿Cómo definirían el género musical que hacen?
Juan: Es raro, no sabemos bien qué es. Sí sabemos que no hacemos un solo género. Nos surge así. Ahora va un poco por ahí, lo ecléctico, el zapping, Internet, es probable que vaya para ese lado.
Juan: Aunque hagamos una parte de rock y toquemos con distorsión, personalmente, no me interesa sentirme rock. Es una herramienta entre otras muchas. Tocar en el Quilmes Rock no es una fantasía nuestra para nada. Antes de ser parte de esa lista chorizo de mil bandas, prefiero tocar en Niceto o hacer una Trastienda, algo más nuestro.
¿Cómo es el clima en los recitales con una mixtura tan grande de géneros?
Julián: Intentamos buscar una curva, donde termine bien enfiestado y arranque con temas que son más para prestarles atención.
Esperaron mucho tiempo para grabar el primer disco, ¿cuánto creen que va a pasar para el segundo?
Juan: Yo personalmente tengo muchas ganas. Estoy muy excitado con la idea de entrar a grabar el segundo disco. La pasé muy bien en el estudio. Además este disco tiene cosas muy viejas nuestras, que si bien las seguimos tocando no nos representan tanto.
Julián: Ya hay muchos temas para el segundo. De hecho jodíamos con que el primero iba a salir después del segundo (risas).
Juan: Haber pasado por la experiencia del primer disco nos hace estar más motivados y agilizados en la dinámica de grabar. Al principio quizás creíamos que en un mes lo teníamos pero nos llevó un año. Fue un proceso larguísimo: de escuchar, editar, mezclar y grabar todo. Pero ahora con la experiencia tal vez el segundo disco se nos haga más rápido. Al menos es la idea
¿Por qué el nombre?
Julián: Es porque eso era el cuelgue musical, nos juntábamos los viernes a colgar tocando. Decíamos: “¿Colgamos hoy?”…
Todos los demás: ¡Noooooo! ¡Nunca! ¡Jamás dijimos eso!
Julián: Bueno, no. Pero era el cuelgue musical.
El kuelgue son:
Julian Kartun (voz)
Santiago Martínez (voz, teclado, melódica)
Nicolás Morone (guitarra, charango)
Juan Martin Mojoli (bajo, coros)
Ignacio Martínez (batería, flauta, coros)
Pablo Vidal (saxo tenor y alto)
Tomás Baillie (percusión)
Cine en Nuestra Plaza
Miles de personas se acercaron el sábado 18 a Plaza de Mayo para compartir la proyección al aire libre del telefilm Belgrano. Ni la lluvia pronosticada ni el frío comprobado fueron suficientes para ahuyentar a un público que quiso estar y quiere saber.
“Si yo te digo ‘Voy a la plaza’, vos ya sabés dónde estoy”, asume Alicia. A su lado Antonia asiente y le da la razón. Las dos, de 64 años, se acercaron a esa plaza para ver la película Belgrano, telefilm dirigido por Sebastián Pivotto, coproducido por La TV Pública, Canal Encuentro y la Unidad Bicentenario y auspiciado por el INCAA. Es el primer evento de este tipo que se hace ahí. ‘La Plaza’ es, claro, Plaza de Mayo. La de las Madres, la de la Revolución de Mayo, la bombardeada, la de tantos reclamos, muertes, festejos y cuánto más.
Todo el día la lluvia estuvo por caerse. Sin embargo, una hora antes de la hora estipulada y con las nubes todavía cubriendo el cielo, las butacas de las primeras filas ya estaban ocupadas. Con reposeras, banquitos -a 25 pesos, la mitad de lo que sale en un negocio, dice el vendedor ambulante-, mantas o directamente sobre el pasto, el público se fue acomodando frente a la pantalla principal. Por detrás, la Pirámide. Por delante, medio círculo de pañuelos se abre esperando por la historia de un revolucionario que, obra y gracia de distintos actores, quedó relegado a “Creador de la Bandera”. Ahí nomás está también el Belgrano de bronce, sobre su caballo de bronce, esperándose.
“Tengo 56 años y me siento como a los 17, con tanta gente acá. El pueblo estuvo mucho tiempo guardado y estar en este lugar me emociona”, dice Oscar. “No somos tan politizados, pero sí somos éticos”, agrega Luján, su esposa.
También existen los casos de una llegada de casual, como un grupo de cuatro chicos de La Pampa que esperan por el recital de Ciro y Los Persas en el Luna Park y están haciendo la previa. Una previa extraña, pero previa al fin.
En la pantalla, mientras tanto, se mezclan fragmentos de programas del Canal Encuentro, algunos videos musicales –Juan Carlos Baglietto, Kevin Johansen y Paz Martínez, como para ejemplificar un listado heterogéneo. También discursos o entrevistas de distintos presidentes latinoamericanos, Evo Morales y Hugo Chávez son de los más aplaudidos, junto con el ex presidente Néstor Kirchner, cuyo multitudinario funeral fue aquí, en La Plaza. “Hay un resurgir del latinoamericanismo socavado durante los noventa”, reflexiona Adrián. Las Whipalas que flamean respaldan sus palabras. “Las políticas neoliberales del menemismo acabaron con eso, con la cultura, y hoy hay un vuelco del pueblo a las calles que demuestra que el espíritu es otro”, sentencia.
Ángela y Carlos llegaron a La Plaza junto con sus dos nietos, Dante y Sofía. Él tiene siete años y le pidió a Papá Noel que le trajera de regalo “La historieta de Rosas”. Le gusta la Historia, e intenta aprenderla tanto en la escuela como de forma autodidacta. No es el único de su generación, Quimei tiene ocho, e hizo venir a sus padres y hermanas desde González Catán para ver “Belgrano”. Iban a ir a Rosario, donde la película se presentó con una proyección en el Monumento a la Bandera, pero la escapada de fin de semana no prosperó y vinieron a La Plaza.
Sentados en el pasto dos pibes estampan un “stencil” en un cartón: “Crispasión” es el término que se burla de la ortografía y de una de las palabras más de moda entre el colectivo conocido como “la oposición”. El que guste puede acercar su remera lisa y llevársela con uno de los leitmotiv “Nac & Pop”. Uno milita en La Cámpora, el otro se presenta como autoconvocado. La Plaza guardó y guarda para los dos muchos momentos de la historia reciente.
Lo mismo siente Gabriela, quien junto con su marido y su hija Lucía, de dos años, busca un buen lugar para ver la película. “Estuvimos en el funeral, en el festival por los Derechos Humanos, en la marcha por el aniversario de la Noche de los Lápices. Venimos el 24 de marzo todos los años. Sentimos que La Plaza, al ser nuestra y de todos, es algo que nos une, que nos aúna y nos obliga, de algún modo, a abrazarnos con los que estamos y los que ya no están. Este lugar nos vuelve parte de la Historia, acá están el pasado, el presente y el futuro”.
Alicia está convencida de que algo está pasando, y vuelve a jugar con las palabras para dar otra definición, distinta pero complementaria a la que transformó un sustantivo en nombre propio. “Este espacio es un símbolo de lo que ocurre en el país, es de reunión, de festejo, de defensa, de lucha y de construcción. Las historias de los pueblos están siempre íntimamente relacionadas con una plaza, esta es Nuestra Plaza”.
Las ideas mientras se corre
El verano llega, las temporadas van terminando, algunos con la copa bajo el brazo se jactan de sus engañosos laureles, otros cabizbajos sienten el rigor del amplio, generalizado e injusto término “fracaso”. Todos y cada uno de ellos terminaron, las evaluaciones serán desde disímiles parámetros. Pero hay una cosa, hay algo que los une a todos: el volver a empezar. Las cartas vuelven al mazo, se mezclan, se incorporan algunas, se van otras, y todo vuelve. Se reparte nuevamente. La primera mano es, evidentemente, la pretemporada. Entonces la polémica retorna ¿Cómo son? ¿Para que sirven? ¿Son necesarias? ¿Hasta que punto? ¿Con pelota o sin pelota? En esta primera mano ya se notan los estilos, las diferencias, los indicios de los valores que luego en la cancha se hacen explícitos. De un lado y del otro, las miradas caen sobre un ítem tan ineludible como cuestionable: la preparación física. Algunas preguntas más: ¿Qué importancia tienen el juego mismo? ¿Qué rol cumple en función de la técnica o la táctica? ¿Es fundamental? ¿La figura del preparador físico donde adquiere relevancia y donde deja de tenerla? Para esto NOS habló con un verdadero profesional que encara su labor desde una mirada diferente al resto. Él es Fernando Signorini, preparador físico de la selección en Sudáfrica 2010.
Antes que nada, Fernando planta bandera y dice: “Yo soy de pensar como Cappa, Mourinho, Menotti, Guardiola. Basar el fútbol en la preparación física es un reduccionismo y un insulto a la inteligencia. Los libros escritos hace mucho tiempo están escritos y enfocados para otros objetivos. La formación física de un futbolista es mucho más compleja desde lo cognitivo, desde su capacidad para absorber la mayor cantidad de conocimientos conceptuales y jugarlos en determinadas circunstancias. Si fuera un entrenamiento en donde se entrena a atletas o velocistas donde su único problema es llegar primero que el otro, entonces el músculo pasa a posicionarse por sobre todos los demás objetos. Creo que muchos de los conceptos de la preparación física fueron sacados del atletismo y traspasados al fútbol lo que me parece una intoxicación conceptual. Como no había nada para el futbol se recogió el guante del atletismo. Se implantaron estos métodos que tienen muy poco que ver con el conocimiento y la sensibilidad. Realmente, me hacen acordar a los ejercicios que hacían en la Colimba, donde un tipo de 1,60 por tener un silbato hacía correr a tipos de dos metros, basando todo en la autoridad y en que “si yo lo digo, ustedes lo cumplen”, quitando la posibilidad de discernir y cuestionar para enriquecer lo que en definida es un trabajo grupal. Hay que reordenar el conocimiento porque es un factor determinante para optar por el método que se vaya a aplicar.”
Las miradas y los posicionamientos empiezan a diferenciarse. Las ideas son las mismas, el terreno de discusión es otro: las pretemporadas. Signorini explica su función: “La pretemporada sirve únicamente para preparar al equipo para entrenar todos los días. Es un concepto que se dio hace mucho tiempo, de tomar al campeonato como una guerra dividido en tantas batallas como partidos se jueguen. Se prepara al equipo para el primer combate y ponerlo en las mejores condiciones posibles para llegar a al último. Por eso me parece estúpido que cuando un equipo pierde los primeros partidos de la temporada diga que fue porque el equipo todavía “está duro” ¿Cómo es eso? ¿Y cuando ganás estás blando? Además si perdés los cuatros primeros partidos te echan, entonces van a tener que cambiar. Lo otro tampoco tiene garantías pero si contempla edades tempranas en las épocas de aprendizaje. Es como dice Cruyff en su libro “¿Por qué me gusta el futbol?” El tiempo que antes se usaba en desarrollar la técnica y el conocimiento ahora se utiliza para ir al gimnasio y levantar pesas. Tampoco soy un exegeta de él pero, simplemente creo que en general los mejores alumnos son productos de los mejores maestros.” En esta última frase el mejor argumento de quien expone su pensamiento es ni más ni menos que el Fútbol Club Barcelona.
Temporada a temporada vemos una progresiva mitificación de las estructuras establecidas en el fútbol como lo son las pretemporadas. No es extraño escuchar en un jugador “Lo que pasa es que me sume tarde al grupo. Me hace falta una buena pretemporada”. Estas frases que al hincha le hacen ruido, que molestan y que, inevitablemente, se establecen como excusas validas, Fernando las remueve: “Lo más importante es que el jugador esté sano. Es más importante su salud física que su preparación. Después aunque un jugador no sepa jugar, por más pretemporada que haga no lo va a cambiar. Son excusas para explicar lo inexplicable. Si no sabes jugar, no sabes y listo. Entrenar del modo tradicional, como el atleta, es mucho más fácil que discernir e integrar. Poder lograr con el conocimiento desentrañar los misterios del juego, el jugador, de esa manera, crece como futbolista, porque con la simple preparación física los defectos se mantienen a través de los años. Falta espíritu crítico.” Esa falta de crítica de la que habla es acaso el mejor terreno para que los mitos y los preceptos se establezcan. Un ejemplo claro de esta mitificación que genera debate entre los preparadores físicos es la utilización de las cargas. El especialista opina: “Siempre que los jugadores estén normalmente desarrollados no es necesario. Poner cargas cada vez más pesadas logra arriesgar la salud física únicamente. Durante millones de años el ser humano se desarrolló físicamente sin cargas y empezar a jugar a esta altura con cosas tan importantes como las lesiones es incoherente. Se están generando lesiones espantosas, hay que tener cuidado. Son lesiones que si te pasan en la pretemporada te marcan el resto del año. Yo creo que es mucho más importante el conocimiento del jugador que su fuerza. En todo caso la fuerza que más debería obtener el jugador en su carrera es la fuerza del conocimiento. Por ejemplo cuando los guerreros cubanos los hicieron pedazos a los norteamericanos para vencer el régimen de Batista. La fuerza que los impulsaba era muchísimo más poderosa, la fuerza de las convicciones apoyada en la fuerza del conocimiento” A los conocimientos e ideales demostrados la pelota parece quedar chica.
Por último Fernando no solo critica, sino que propone y se la juega: “Hay que integrar. La disociación de la técnica, lo táctico y lo físico no se quien la impuso. Si vos lees el libro de Mourinho, y lo nombro a él porque tuvo muchos éxitos y para que después no se diga “Si, pero ¿con ese método quien ganó?”. Podría nombrar a Guardiola o a Cappa, pero dirían que es una excepción, lo cual es una farsa porque lo que está basado en el ensayo y en el conocimiento nunca es una casualidad. Mourinho también dice que el no logra disociar la preparación física, de la técnica, de la psicológica. Dice que el no tendría trabajo para darle a un preparador físico convencional. Acá usamos métodos que ya no tienen nada que ver, como cuando en las Malvinas se tiraban bombas que los europeos ya habían descartado. Algún día cuando se invente otra cosa y esto quede en desuso porque, evidentemente, el deporte va cambiando, entonces nosotros recién nos anudaremos a revisar conceptos y a darnos cuenta que nos estábamos equivocando. Por eso nunca hay que olvidarse de cual es la idea y de cual es el objetivo, ni siquiera en la pretemporada. En ninguna circunstancia de la vida. Es por eso que desde el primer día hay que empezar a desarrollar la idea específica que vos tenés. Adoptar una idea y desarrollarla. Hay que trabajar lo futbolístico desde el primer día. Por eso Menotti acierta cuando dice: “Cuando más trabaja el preparador físico es porque menos capacitado está el técnico.” Yo concuerdo completamente”.
“A la Iglesia le costó comprender a las experiencias subalternas”
El insorteable rol de la religión en cualquier sociedad, en el caso de nuestro país se refiere en gran medida a la influencia de la Iglesia. Las formas de involucrarse política y socialmente en una realidad donde busca defender sus propios intereses.
Capital Federal hierve, un mediodía insoportable, pero sin embargo, presta está la Doctora Laura Santillán –docente de antropología en la UBA, investigadora de esta universidad como también del CONICET- sentada en un bar a metros de la estación de subte Agüero para responder a nuestras preguntas. El eje propuesto: la familia. Esta palabra que tanto se usa para describir a aquel grupo de crianza, pero a la vez funciona como una institución que los credos religiosos siempre defienden con el cuchillo entre los dientes. Por alguna razón, también, se la ve como algo que siempre fue así, que en todos lados se revela bajo las mismas formas y que cualquier cambio podría originar el derrumbe moral y de la mismísima civilización occidental. Esto sale a la luz al analizar los discursos de la cúpula de la Iglesia Católica durante la sanción de la Ley de Divorcio, allá por 1987, como también con la nueva Ley de Matrimonio. A su vez, arma de la Dictadura y lugar de resistencia. ¿Cómo analizar a la familia, cómo verla, qué intereses subyacen bajo esta figura? Laura echará luz sobre este espinoso tema.
-¿Dónde nace la negativa de la Iglesia Católica hacia la nueva Ley de Matrimonio?
Históricamente la cúpula de la Iglesia se mantuvo férrea a dejar congelado el modelo de familia nuclear. Para pensar la Iglesia Católica hay que pensar que hay muchos movimientos internos que no necesariamente adhieren, pero la jerarquía, y en los momentos actuales de manera exacerbada, mantiene intacto el modelo de familia nuclear. Creo que en el debate del matrimonio igualitario Bergoglio representó este discurso en sus modos más anacrónicos y conservadores en un momento de menor popularidad de la Iglesia. Desde varias décadas a esta parte un conjunto de credos se están disputando el espacio del catolicismo, por ejemplo el evangelismo en los barrios populares, en un período de crisis por el develamiento por los casos de abuso y de atropellos de la jerarquía hacia la sexualidad con poca autoridad moral para hablar del tema. Por eso me da la sensación que ese discurso que históricamente fue conservador, en el contexto de la nueva ley de matrimonio quedó exacerbado por las figuras de muchos sacerdotes y sectores del laicado católico.
-En los barrios populares donde que vos soles frecuentar, ¿este discurso cómo fue interpretado? ¿Esta ley afectó la vida cotidiana de estas poblaciones?
Estoy trabajando en asentamientos y barrios ubicados en la Zona Norte del Gran Buenos Aires, que particularmente han recibido la influencia de la Iglesia Católica. Pero esto a través de las facetas más heterogéneas que se puedan imaginar: de las más conservadoras hasta formas más tercermundistas, más contestatarias hacia las cúpulas. En el contexto de la ley de matrimonio con los pobladores pude hablar por haber sido un tema debatido y en el cual se tomó posición. Hay que empezar sabiendo que sí compete a los barrios populares, donde también se vive la homosexualidad. Sobre la ley hubo un posicionamiento político relacionado también con la influencia de estos diversos grupos eclesiásticos. En cuanto a los sacerdotes de base hubo una fuerte crítica sobre cómo se manejó la cúpula y en la opinión también. Esto no quita que en las experiencias tercermundistas no se cuelen imágenes tradicionales y conservadoras sobre la vida en familia, ya sea cómo se debe alimentar a los niños, cómo educarlos, criarlos…
-¿Bajo qué argumentos se rechazaba el matrimonio entre personas del mismo género?
En general con las personas que charlé ninguna estaba en oposición. Capaz, levantándolo a otros contextos en los que trabajo se vuelve al argumento de la naturalidad de la familia nuclear. Se invoca a la visión tradicional de la crianza que tiene que estar a cargo los progenitores, que en el caso de que no sea estos los biológicos, tienen que estar ligados al parentesco y en última instancia, a un tutor a cargo. Esto se mantiene con mucha fuerza, aún cuando el debate por la sanción permitió la reflexión de este sentido común tan cristalizado.
-En 1987, la Iglesia salió en “defensa de la familia” con la sanción de la Ley de Divorcio. ¿Cómo fue el discurso para los sectores subalternos? ¿Los agentes de base realmente se opusieron a esto?
Para ese momento no estaba en contacto con estos barrios, pero en estudios y lecturas posteriores pude reconstruir lo que pasaba por aquel entonces, momento coincidente con la entrada de la Iglesia con proyectos vinculadas con la interpelación al laicado en estos asentamientos. Coincidente con el momento de hiperinflación, el retorno a la democracia, muchas veces con una línea en continuidad con lo que había pasado en la dictadura. Esto fue clarísimo en Quilmes por ejemplo. En cuanto a la ley, mientras la cúpula salió con declaraciones a través de los medios y marchas oponiéndose al respecto con una construcción apocalíptica, con el fin de la familia; paralelamente se discutía esto, en los barrios de la zona norte se estaban llevando a cabo programas entrando en contradicción con este discurso, ya que, por ejemplo, una de estas iniciativas de la Iglesia era la reunión de matrimonios. Lo que pasaba era que en las parejas de los barrios populares no estaba consumado el matrimonio de manera legal, por registro civil, sino, la unión de hecho. Por eso, muchos pobladores me contaban las vicisitudes de no poder formar parte de esta experiencia laica, que a la Iglesia le costó comprender la particularidad de las experiencias subalternas. A modo personal, de hipótesis, me parece que las iglesias evangelistas captan mucho más rápidamente porque no tienen iniciativas marcadas por las directrices de la forma de vida y de las clases medias y altas. Igualmente, más tarde, se fueron aggiornando las actividades de las organizaciones católicas, borrándose de las iniciativas la diferencia entre matrimonio legal y la que no lo era.
-¿Por qué la persistencia del discurso de la familia nuclear?
Es increíble la fuerza que tuvo la imagen de la familia nuclear, que sigue teniendo como vector de naturalidad, normalidad y que lo demostraron los debates de hace 20 años y los actuales. Acá es imposible soslayar la historia. La pregunta es cuándo es que surge esta fortaleza de la familia nuclear. La respuesta es: temprano. Para pensar nuestro país, y no irnos a ejemplos muy foráneos, sobre todo se dio con la Modernidad y la consolidación del Estado, que la instituye como elección de familia legítima. Y ahí si intervinieron actores sociales específicos muy eficaces en la forma de proceder, muy ligados a las elites, como por ejemplo las Damas de Beneficencia y la creación de sociedades de beneficencia; como también los credos, en el país, la Iglesia Católica. Hay momentos específicos en nuestra historia que pactaron con tanta fuerza, uno es durante la dictadura, por ejemplo. Hay que pensar que ésta que llega hasta el 83 con propagandas que interpelaban a las familias, propagandas específicas: “¿sabe dónde está su hijo ahora?”, donde se pone a la familia como responsable contra la batalla contra la llamada “subversión”. Las publicaciones de la revista Gente son un buen ejemplo, en el año 76 hubo una carta abierta a los padres con una interpelación directa en el rol de la madre y el padre en la obligación de educar a los hijos contra los males que afectaban al cuerpo social. También encuentros y entrevistas, recuerdo una llevada a cabo por Neustad, reuniendo a padres y a jóvenes acerca de qué hacer para que sus hijos no sean guerrilleros.
-¿Se podría afirmar que los planes relativos al rol familiar llevados a cabo desde el 76 hasta el 83, significó un retroceso que hoy en día se intenta aún superar?
Sin duda es insoslayable el poder que tuvieron en esos 7 años de dictadura para atravesar la vida cotidiana y por ende. Yendo al ámbito micro, para muchas familias, terminada la dictadura y el período inmediatamente posterior, persistieron que muchos adultos mantuvieran prácticas de miedo, temor a la participación de sus hijos en los espacios de militancia de las universidades, trabajo y secundarios. También hubo una generación de padres que una vez retornada la democracia mantuvieron prácticas ligadas al miedo, la sospecha, la prohibición, la represión.
Los jóvenes que vivieron ese período, adultos actuales, asumen marcas que dejaron la clausura de espacios de participación, aunque, obviamente, vividas de manera muy heterogéneas.
Tributo a Magoya en Wanna
Tributo a Magoya se presenta este sábado 11 de Febrero en Wanna, Juan B Justo 1634, Palermo.
La entrada está a tan solo a $25 incluye un coctel que es pura mononada.
Desde las 23hs los esperamos con un show bien Magoyero a puro tambor, cuerdas, saxos.
Con la alegria y la energia contagiosa de siempre.
Si no te fuiste de vacaciones o si te fuiste lo mismo da, venite a disfrutar con nosotros este primer gran show del año… que no será el último.